Uno de los trabajos más gratificantes y complejos es, sin duda alguna, la docencia. Guiar el proceso de aprendizaje de un grupo de estudiantes con características particulares, intereses distintos y necesidades diversas, es un reto. Ahora, si a esto le sumamos el ser profesor en medio de una pandemia mundial, el desafío es mayor. Generalmente, nos solemos centrar mucho en los estudiantes y cómo ayudarlos, buscar las estrategias de trabajo más eficaces, cómo ser creativos o recursivos y qué elementos utilizar para responder adecuadamente a sus demandas, entre otros. Sin embargo, ¿qué hay del bienestar del docente? La salud mental del profesor es fundamental para un proceso de enseñanza-aprendizaje eficaz. Es por ello, que hoy hablaremos del síndrome de burnout en los profesores, cómo la pandemia ha influido en el bienestar del docente y cómo abordarlo.
Recordemos las implicaciones del síndrome de burnout
El síndrome de burnout o “síndrome del trabajador quemado”, descrito en 1974 por el psiquiatra Herbert Freudenberger, es el resultado de una manera inadecuada de afrontar el estrés crónico. Y, junto a esto, un agotamiento emocional, disminución del desempeño y despersonalización (distanciamiento del trabajo) (Lachiner e Hidalgo, 2015).
A pesar de que su definición no se encuentra en el DSM-V, ni la CIE 10, podemos deducir, por sus características, que este padecimiento afecta directamente a la calidad de vida, bienestar psicológico y físico de la persona.
Algunas manifestaciones
El síndrome de burnout se deriva en algunos síntomas que experimenta el trabajador en respuesta a estímulos estresores. De ahí, que sea un concepto foco de estudio en la psicología de la salud ocupacional.
Entre dichas manifestaciones, a nivel laboral, encontramos situaciones como una baja productividad, ausentismo, relaciones negativas con los compañeros y una valoración personal, así como por parte del empleador, que no cumple con las expectativas.
Generalmente, se produce con mayor frecuencia en aquellos trabajos que requieren de un contacto directo con otras personas y que implican el ofrecimiento de alguna asistencia. Por ejemplo, consejos, protección, cuidado y educación (Marenco y Ávila, 2016).
¿Por qué se produce el síndrome de burnout en los profesores?
Diversos estudios han informado sobre la incidencia del síndrome de burnout en los docentes de diferentes niveles de formación. Dicho síndrome se encuentra relacionado con manifestaciones de problemas de salud psicoemocional y física. De hecho, esto incluye que sean comunes los conflictos familiares y profesionales, el agotamiento mental, problemas psicosomáticos, depresión y una percepción negativa del estado de salud.
¿El motivo?
Se reporta que, muchos de los problemas que presentan los profesores y que afectan a su salud mental, están relacionados con ciertas condiciones propias del mismo trabajo. Por ejemplo, tareas pendientes, excesiva cantidad de trabajo, altos niveles de exigencia, situaciones de estudiantes específicas o la falta de desconexión de la actividad laboral con respecto a la vida cotidiana, entre otros.
En consecuencia, estos malestares producen sentimientos de culpa e incluso dificultades en el rendimiento cognitivo del docente. Un aspecto, sin duda, evidenciado a través de la sensación de agotamiento emocional que manifiesta.
Bienestar del docente: ¿Cómo ha influido la pandemia?
A raíz de la pandemia por COVID-19 hemos sufrido una serie de cambios en nuestro estilo de vida y trabajo. En el ámbito educativo, la migración a los entornos digitales ha supuesto un reto importante. Y es que, no todos los centros educativos cuentan con los recursos necesarios para apoyar a los docentes en tales circunstancias.
Con esto, en la mayoría de países se ha prohibido la asistencia a escuelas, colegios y centros de educación superior. ¿El fin? Salvaguardar la salud de los miembros de la comunidad educativa. Lo que, a su vez, se ha traducido en la adaptación de los docentes a un contexto virtual en el que se han remarcado aspectos importantes como la brecha digital.
Lo cierto es que, para los docentes, manejar grupos numerosos a través de una pantalla, atender las diversas necesidades de los estudiantes, preparar recursos novedosos y dinámicos o mantener la atención de sus alumnos, entre otros, ha supuesto una verdadera dificultad. Incluso, algunos no han contado con la capacitación suficiente para poder ofrecer actividades adecuadas para sus estudiantes. Asimismo, la carga de trabajo se ha incrementado y también ha producido un distanciamiento físico que repercute, por ende, en la salud mental.
Evitar o minimizar los efectos del síndrome de burnout en los profesores
Después de analizar brevemente cómo las condiciones actuales han influido en el nivel de satisfacción laboral de los docentes, no podemos dejar destacar el importante rol de las autoridades. Es decir, este problema de salud mental comienza desde el establecimiento de programas a nivel educativo que puedan tomar en cuenta esta situación.
Así pues, es importante que los centros educativos ofrezca ayuda psicológica a aquellos docentes que están sufriendo estrés laboral y, a su vez, programas preventivos sobre ello. Teniendo en cuenta que, cuanto mayor sea la capacidad de decisión, autonomía, retroalimentación del trabajo y flexibilidad en la competencia, menor es el agotamiento psicológico (Carlotto et al., 2021).
Algunas recomendaciones
Ahora, el cuidado también tiene que venir por parte del mismo profesor. A continuación, compartimos algunas recomendaciones de autocuidado para prevenir el síndrome de burnout en los profesores:
- Organizar el trabajo de tal forma que la actividad laboral se limite a un periodo concreto.
- Intentar desconectar completamente con cualquier tarea escolar fuera de la jornada de trabajo.
- Realizar actividad física y mantener hábitos saludables de alimentación y descanso.
- Buscar alternativas que permitan encontrar espacios de relajación, por ejemplo, mindfulness.
- Ser flexibles con respecto a las expectativas de trabajo, comprendiendo que no siempre se puede con todo.
- Buscar espacios de interacción social con los seres queridos.
- Comprender que estamos viviendo una situación extenuante a nivel mental. Y, por ello, debemos normalizar buscar ayuda de un profesional de la salud mental si sentimos que no podemos controlar nuestro nivel de estrés o ansiedad.
Conclusión
La actividad docente demanda una serie de habilidades y competencias diversas que ponen a prueba la salud mental y física del profesional. El estrés laboral se convierte en un factor peligroso que está latente en el plano educativo y afecta el nivel de bienestar del docente. Todo ello, se manifiesta, especialmente, a partir de las demandas propias del contexto. Y, en la actualidad, con una situación que ha afectado a la población en general.
Por lo tanto, conviene hacer un llamado a una mejora de las condiciones laborales generales. Así como una supervisión periódica y sistemática del nivel de salud mental de los profesores y el uso de estrategias de autocuidado. Con el fin último de mejorar el bienestar del docente.
Referencias bibliográficas
- Carlotto, M. S., Abbad, G. da S., Sticca, M. G., Carvalho-Freitas, M. N. y Oliveira, M. S. (2021). Burnout Syndrome and the Work Design of Education and Health Care Professionals. Psico-USF, 26(2), 291-303. https://doi.org/10.1590/1413-82712021260208
- Dos Santos Santiago Ribeiro, B. M., Scorsolini-Comin, F. y Dalri Barcellos, R. (2020). Ser docente en el contexto de la pandemia de COVID-19: reflexiones sobre la salud mental. Index de Enfermería, 29(3), 137-141. https://scielo.isciii.es/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1132-12962020000200008
- Lachiner, S. M. e Hidalgo L. F. (2015). Síndrome de Burnout. Medicina Legal de Costa Rica, 32(1), 119-124. http://hdl.handle.net/20.500.11764/253
- Marenco-Escuderos, A. y Ávila-Toscano, J. (2016). Burnout y problemas de salud mental en docentes:
diferencias según características demográficas y sociolaborales. Psychologia: Avances de la Disciplina, 10(1), 91-100. https://www.redalyc.org/pdf/2972/297245905009.pdf
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