La cuarentena y la pandemia por el coronavirus (COVID-19) nos afecta a todos por igual, siendo los adultos mayores una población de riesgo. La enfermedad, similar a la gripe, ha tomado crítica relevancia a nivel público, dado que su contagio ha rebasado fronteras y océanos, poniendo a prueba estados, organizaciones internacionales y sistemas de salud. A nivel psicológico, también pone a prueba nuestra capacidad de afrontar una cotidianidad llena de paranoia. Esta enfermedad infecciosa causada por el virus SARS-CoV-2, afecta el sistema respiratorio, causando complicaciones a nivel pulmonar. Por ende, personas con una respuesta inmunológica menor y un sistema respiratorio desgastado por el avance natural de la edad o enfermedades comórbidas, están más comprometidos a nivel de salud. Respecto a los adultos mayores, cabe cuestionarnos, ¿solo son vulnerables por su edad? ¿Cómo podemos ayudar a los adultos mayores durante la cuarentena y la pandemia?
¿Por qué mi abuelo no quiere quedarse en casa?
Partimos de una premisa: no debemos subestimar a nuestros mayores. A lo largo de la vida del adulto mayor, han pasado diversas crisis, pandemias, cuarentenas, guerras e inminentes “finales del mundo”. En ellos recae la voz de la experiencia, lo cual puede tener un impacto negativo cuando se cumplen los siguientes preceptos:
- Desconfianza: Dado que han “sobrevivido” a todo lo anterior, es normal que sientan mayor desconfianza de las autoridades y los medios de comunicación.
- Nuevas tecnologías: Hoy en día, la información cambia a una velocidad vertiginosa y por diversos medios digitales. En este marco, si no existe un correcto acceso a las TIC (Tecnologías de Información y Comunicación), tanto la desinformación como la sobreinformación basada en fuentes falsas, son muy comunes. Tomando gran relevancia en situaciones de pandemia o cuarentena por coronavirus.
- Aislamiento social: Un problema que trasciende a la cuarentena por el coronavirus. La pérdida de contacto social debido al “abandono” y enfermedades crónicas, sin un correcto abordaje, es un factor de riesgo.
- Deterioro cognitivo: El avance de la edad trae consigo repercusiones naturales en las funciones ejecutivas. Un claro ejemplo es la memoria o atención, que pueden suponer un problema si no existe un abordaje.
Primer paso: El acceso a la información
Un estudio diseñado por Rodríguez Heredia y colaboradores (2010) en una población de avanzada edad, encontró poco conocimiento sobre el estado actual de las enfermedades por infección respiratoria.
A su vez, tras un período de intervención basado en educación e información, los conocimientos aumentaron significativamente y, por ende, también la prevención.
Evitar las noticias falsas
La experiencia permite a las personas mayores, por ejemplo, identificar qué periódico es más fiable. Así mismo, estudios muestran que esta población es más propensa a “caer” en noticias falsas de la web.
En tales circunstancias, no podemos esperar que los adultos mayores tomen las precauciones correspondientes sin información certera sobre la pandemia o la cuarentena de coronavirus.
Así también, está en las manos de las nuevas generaciones, brindar información que permita identificar qué fuentes no son confiables en Internet. Podemos empezar por estos pasos:
- Elección de fuente: Al igual que en una librería, en Internet es posible elegir la fuente de información. A priori, deben cuestionar todo aquello que no provenga de un medio ya conocido en otro formato o que sea oficial.
- Propiedad intelectual: Si el artículo no cuenta con un autor, debemos desconfiar. Además, es posible encontrar artículos digitales de periodistas o fuentes que también están en periódicos o televisión.
- Titulares y referencias: Si un artículo dice: “Un estudio ha demostrado” y no existen referencias sobre dicho estudio, también debemos desconfiar.
Las TIC: Nuestro gran aliado
El correcto uso de la tecnología se ha correlacionado con un menor riesgo de desarrollar una demencia (Almeida et al., 2012). Ese es uno de los tantos argumentos para incluir a los adultos mayores en la era digital.
Y es que, dado que, mayoritariamente, estas personas no viven con sus seres cercanos, por lo que utilizar dispositivos móviles como medio de comunicación es fundamental para luchar contra el aislamiento de los adultos mayores debido a la cuarentena y la pandemia del coronavirus.
Adultos mayores y cuarentena
La cuarentena suele traer consigo síntomas de ansiedad, depresión, cambios de humor y problemas de relacionamiento. Dentro de las causas, podemos identificar:
- Pérdida de rutina: Falta de un patrón de actividad al que el cuerpo está acostumbrado.
- Poco contacto social: Pérdida de vínculos e interacción por miedo al contagio.
- Ideas irracionales: Preparación ante una catástrofe inminente.
- Malos hábitos alimenticios: Pérdida de una dieta equilibrada por encierro y recursos limitados.
- Miedo e irritabilidad: Sentimiento de encierro.
- Falta de estimulación: La actividad intelectual es un factor protector.
- Mal descanso: Sueño desajustado que provoca alteraciones cognitivas y emocionales.
Guía para afrontar la cuarentena
Con el afán de evitar las alteraciones mencionadas, la siguiente guía intenta ofrecer un panorama de las actividades que se deben fomentar y evitarse en los adultos mayores, especialmente durante la pandemia o cuarentena por coronavirus.
- Apoyo familiar: Intentar tener un contacto fluido con familiares y amigos a través de las redes sociales. En caso de vivir con personas mayores que presentan movilidad reducida o deterioro cognitivo, es fundamental no hacer todo por ellos, aunque sí ayuda supervisarlos. En la medida de lo posible, no podemos permitir que esta situación debido al coronavirus les quite autonomía.
- Mantener una rutina: Es fundamental que se pauten horarios y se ordenen las actividades del día. Así, nuestro sistema nervioso se adaptará más rápido a la situación y esta tendrá menos repercusiones negativas.
- Dieta y ejercicio: Dado que la movilidad se verá naturalmente reducida por la cuarentena, es necesario realizar ejercicios aeróbicos y de estiramiento durante el día con el fin de cuidar músculos y articulaciones. Además, el encierro puede predisponer a las personas a comer para ocupar su tiempo. Esto es contraproducente ya que tampoco es necesaria tanta energía y, por ello, es necesario mantener una dieta saludable, completa y estructurada.
- Actividad intelectual: El poco uso de las habilidades cognitivas durante la vejez suele producir un deterioro de las mismas. Es por ello que se recomienda utilizar diariamente la lectura y escritura, actividades creativas, como la pintura y el dibujo, o lúdicas que exijan la lógica a nivel individual o grupal.
Sueño y cuarentena: ¿Qué hacer y qué no hacer?
En esta situación la cama puede ser nuestro peor enemigo. Si me recluyo en mi habitación y ejecuto en ella actividades contrarias al sueño como el ejercicio o la alimentación, durante la noche, el sistema nervioso no identificará el lugar ni el momento para el descanso. Es así que pueden aparecer síntomas de insomnio.
Se recomienda evitar la habitación en el día y mantener reguladores del ciclo circadiano, como la exposición solar (en la ventana) y la ingesta de alimentos frescos. Todo esto ayudará al adulto mayor a manejar mejor la pandemia y cuarentena debido al coronavirus.
Cuarentena: Combatir el estrés con inteligencia emocional
Como mencionamos anteriormente, los cambios de humor pueden afectar la convivencia, especialmente durante la cuarentena. Para evitarlo, es necesario gestionar correctamente las emociones y los momentos. Aquí algunos consejos:
- Identificar lo que me sucede: En primer lugar, intentar encontrar y describir las emociones del momento, para luego entender de dónde provienen y elaborar una estrategia acorde.
- Encontrar un medio para expresarme: El encierro produce la necesidad de “descarga” y muchas veces son otros los que pagan los platos rotos. Para evitarlo, primero debemos permitirnos exteriorizar lo que nos sucede y, en segundo lugar, buscar un buen medio para hacerlo. Se recomienda la escritura o la conversación en un ambiente distendido, libre de estímulos estresores.
- Técnicas de relajación: Tanto la respiración guiada como la meditación y los ejercicios de atención, en un ambiente distendido y con música agradable, pueden ser factores beneficiosos a la hora de regular nuestras respuestas.
- Evitar el consumo: Durante el encierro, cualquier bebida o alimento que altere el funcionamiento del sistema nervioso, es aún más perjudicial para el individuo y su entorno. Es así que se recomienda evitar el alcohol en exceso y los estimulantes como la cafeína.
Conclusión
Según Erik Erikson, el gran objetivo de la vejez consiste en mantener la integridad física y emocional pero, por sobre todo, no caer en la desesperanza. El estado de cuarentena o aislamiento supone un desafío.
Si para cualquier ser humano es difícil, imaginemos cómo será para aquellos que cargan con pesares y dolores de toda una vida. Por todo eso, es de interés público y social que nos acerquemos a ellos, sabiendo que todos esos años también les han dado una ventaja a explotar, la resiliencia.
“…Tengo los años necesarios para gritar lo que pienso,
para hacer lo que quiero, para reconocer yerros viejos,
rectificar caminos y atesorar éxitos.
Ahora no tienen por qué decir: ¡Estás muy joven, no lo lograrás!…
¡Estás muy viejo, ya no podrás!…
Tengo la edad en que las cosas se miran con más calma,
pero con el interés de seguir creciendo…”
José Saramago – Poema sobre la vejez
Referencias bibliográficas
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- Rodríguez Heredia, O. I., Louzado Escrich, E. M., Espindola Artola, A. y Rodríguez Heredia, O. H. (2010). Intervención educativa sobre infecciones respiratorias agudas. Revista Archivo Médico de Camagüey, 14(3). https://www.medigraphic.com/cgi-bin/new/resumen.cgi?IDARTICULO=57632
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Muchas gracias por tu aporte Francisco, en mi casa vivo con mis dos abuelos (uno ya mayor a los 90 años) y su rutina diaria era salir a caminar, cosa que durante esta pandemia y en estado de cuarentena lo tienen encerrado como si fuera un león enjaulado, el igual sale aun que le diga toda la familia que no y esto a generado harta fricción en mi familia