Las emociones son fenómenos subjetivos, fisiológicos, expresivos y funcionales. La alexitimia se describió por primera vez en pacientes que buscaban tratamiento por síntomas psicosomáticos. Hoy en día, está presente en una variedad de trastornos psiquiátricos y neurológicos, pudiendo tener un impacto nocivo en los resultados funcionales y la respuesta al tratamiento. Los fundamentos neurobiológicos tras este constructo engloban una red neuronal compleja que involucra la ínsula, corteza cingulada anterior o amígdala, entre otras zonas del cerebro. Veamos un poco más sobre la alexitimia.
Un caso de aprosodia y alexitimia
Una mujer de 61 años ingresó en el hospital al desarrollar debilidad repentina en el lado izquierdo, caída facial y disartria. Al parecer, las tomografías computarizadas de la cabeza revelaron una masa radiodensa en el área lenticular derecha. Una semana después, sufrió otro accidente cerebrovascular con afectaciones en el área frontotemporal-parietal derecha.
Después de la cirugía, aunque alerta y orientada, se observó que estaba letárgica, apática y desinteresada de su autocuidado.
En psiquiatría el examen reveló cooperación (no así en la rehabilitación) y una disminución en la actividad motora observada bilateralmente.
No obstante, negó sentirse deprimida, alegando que se sentía “bien”. Su afecto era plano con un discurso coherente, relevante y lógico […]
[…] Aunque pudo nombrar correctamente las emociones que se le presentaban, tuvo dificultad para hacerlo espontáneamente con sus propios sentimientos.
A veces lloraba, no necesariamente asociado con un sentimiento apropiado. No recordaba haber soñado. Y, además, su afecto era inapropiado en cuanto a monotonía y su postura rígida (Fricchione y Howanitz, 1985).
¿Qué se puede encontrar en una sesión con una persona con alexitimia?
- Oraciones interrumpidas para cambiar a un tema completamente nuevo.
- Monólogos largos con detalles triviales.
- Ausencia de cualquier mención a la experiencia personal de las emociones.
- Emociones que sí parecen experimentarse, pero cuya denominación queda atrapada en expresiones emocionales no verbales. Como gemidos, llantos y arrebatos de ira que no se es capaz de explicar ni describir.
- Posibilidades limitadas de diferenciar las propias emociones, incluso cuando se pide explícitamente que lo haga.
- Satisfacer las necesidades de los demás, sin prestar atención a la experiencia y expresión de los propios deseos.
¿La alexitimia es una ausencia?
La alexitimia se define originalmente como la “ausencia de palabras para los sentimientos”. Este rasgo se refiere a un fenómeno caracterizado por la dificultad para identificar los sentimientos propios (sobre todo) y ajenos. Especialmente, las emociones negativas.
Así, engloba la dificultad para procesar emociones y en la cognición social, afecto aplanado, inconsciencia emocional, baja empatía y disminución de la conciencia interoceptiva.
Lo que, a su vez, influye en la toma de decisiones (Scarpazza et al., 2022).
De esta forma, podría decirse que en la alexitimia hay un desacoplamiento de respuestas emocionales implícitas y explícitas.
Con esto, la carga alostática se evidencia según marcadores de mala adaptación como la exposición frecuente al estrés, respuesta inadecuada y falta de habituación.
Por consiguiente, esta respuesta emocional inflexible da paso a alteraciones a nivel psicológico y físico para la persona (Panayiotou et al., 2019).
Tres tipos de alexitimia y mucha controversia
Bermond distinguió tres subtipos de alexitimia. Por un lado, el tipo I, caracterizado por afectividad disminuida y pobre desarrollo cognitivo en las emociones.
En el tipo II se presenta una dimensión afectiva normal pero no ocurre lo mismo con lo cognitivo. Y, finalmente, el tipo III muestra un rendimiento cognitivo adecuado pero menor experiencia afectiva (Meza-Concha et al., 2017).
¿Dónde aparece la alexitimia?
El constructo de alexitimia ha sido criticado desde el uso de autoinformes como medida que refleja rasgos confusos del cuadro hasta por superponerse con la depresión.
En cuanto a esto último, la depresión con alexitimia reporta más ideación suicida y sintomatología angustiosa somática (Arancibia y Behar, 2015).
Por otro lado, personas con trastorno de ansiedad generalizado, pánico y estrés postraumático también presentan una mayor tasa de alexitimia clínicamente significativa. Siendo esta un potente predictor de resistencia al tratamiento.
Así mismo, se ha encontrado entre poblaciones no clínicas.
Además, es muy frecuente en trastornos del neurodesarrollo (como en el trastorno del espectro autista, TEA) y puede considerarse adquirida después del inicio de alguna enfermedad (enfermedad de Parkinson) o trauma (una lesión craneal cerrada, por ejemplo) que induce un trastorno cerebral (Hogeveen y Grafman, 2021).
¿Con qué áreas cerebrales se relaciona la alexitimia?
Se ha reportado una reducción del volumen de materia gris en la amígdala e ínsula, zonas con un claro papel en el procesamiento automático de emociones, en personas con puntuaciones altas en la dimensión de alexitimia cognitiva (tipo I y tipo II).
Además de reducciones de volumen en el precúneo (imaginería visoespacial, recuperación de la memoria episódica y operaciones de autoprocesamiento), caudado (vinculación de la información cognitiva a un significado emocional), hipocampo y parahipocampo (memoria y regulación emocional).
Por el contrario, puntajes altos en la dimensión afectiva (tipo III) de la alexitimia reflejan, sobre todo, una reducción de volumen en el córtex cingulado medial y mayor volumen de la corteza cingulada anterior subgenual (Goerlich-Dobre et al., 2015).
La importancia del saber
En muchas ocasiones ocurre que la terapia no da el resultado esperado en quien presenta alexitimia. Algo que también puede verse reforzado por el desconocimiento y subdiagnóstico, además de la visión negativa de quienes lo presentan por parte de los profesionales.
Y es que, estos últimos son partícipes de las dificultades del consultante para comunicarse. Aspecto que podría implicar la consideración por parte del profesional de poca compatibilidad.
Todo ello resultado de la poca apertura del paciente al interactuar y su participación, generalmente, con respuestas vagas y breves. De hecho, como consecuencia pueden aparecer sentimientos contratransferenciales de frustración.
Factores que, como sabemos, entorpecen una correcta alianza terapéutica. Debido a que capacidades como diferenciar, verbalizar y discutir experiencias y emociones son las que más dificultad suponen y constituyen habilidades clave en terapia.
Sin embargo, esto no se traduce en que los consultantes con alexitimia sean reluctantes a someterse a un tratamiento psicoterapéutico (Da Silva et al., 2018).
Objetivos terapéuticos a trabajar en personas con alexitimia
- Vincular las emociones a los eventos/necesidades
- Tomar conciencia de los patrones relacionales
- Acceder a nuevas perspectivas
- Entrenar la conciencia emocional y diferenciación emocional
Conclusión
A lo largo del tiempo, la inicial propuesta psicoanalítica clásica que hacía hincapié en el vínculo entre el efecto reprimido y los síntomas somáticos de este constructo fue sustituyéndose por otra donde primaba una mayor comprensión a la psicología del desarrollo.
Aunque los modelos posteriores contaron con escasa información empírica no fue hasta la puesta en escena de la investigación neuropsicológica. Donde se observó que pacientes con incisión quirúrgica en la comisura callosa presentaban algunas de las características propias de la alexitimia. Así, se determinó que el constructo se asienta sobre bases neurológicas.
A pesar de las numerosas limitaciones de los estudios publicados, el impacto que produce la alexitimia es real. No solo a lo largo de los tratamientos psiquiátricos y psicológicos, sino a nivel cerebral.
Referencias bibliográficas
- Arancibia, M. M. y Behar, A. R. (2015). Alexitimia y depresión: evidencia, controversias e implicancias. Revista chilena de neuro-psiquiatría, 53(1), 24-34. https://dx.doi.org/10.4067/S0717-92272015000100004
- Da Silva, A. N., Vasco, A. B. y Watson, J. C. (2018). Alexithymia and emotional processing: A longitudinal mixed methods research. Research in Psychotherapy: Psychopathology, Process and Outcome, 21(1), 40-54. https://doi.org/10.4081/ripppo.2018.292
- Fricchione, G. y Howanitz, E. (1985). Aprosodia and Alexithymia: A Case Report. Psychotherapy and Psychosomatics, 43(3), 156-160. https://doi.org/10.1159/000287873
- Goerlich-Dobre, K. S., Votinov, M., Habel, U., Pripfl, J. y Lamm, C. (2015). Neuroanatomical profiles of alexithymia dimensions and subtypes. Human brain mapping, 36(10), 3805-3818. https://doi.org/10.1002/hbm.22879
- Hogeveen, J. y Grafman, J. (2021). Alexithymia. Handbook of Clinical Neurology, 183, 47-62. https://doi.org/10.1016/B978-0-12-822290-4.00004-9
- Meijer-Degen, F. y Johan Lansen, M. D. (2006). Alexithymia: A challenge to art therapy The story of Rita. The Arts in Psychotherapy, 33, 167-179. Doi:10.1016/j.aip.2005.10.002
- Meza-Concha, N., Arancibia, M., Salas, F., Behar, R., Salas, G., Silva, H. y Escobar, R. (2017). Towards a neurobiological understanding of alexithymia. Medwave, 17(04), e6960-e6960. https://doi.org/10.5867/medwave.2017.04.6960
- Panayiotou, G., y Panteli, M. Y Vlemincx, E. (2019). Adaptive and maladaptive emotion processing and regulation, and the case of alexithymia. Cognition and Emotion, 35, 1-12. Doi: 10.1080/02699931.2019.1671322.
- Scarpazza, C., Zangrossi, A., Huang, Y. C., Sartori, G. y Massaro, S. (2022). Disentangling interoceptive abilities in alexithymia. Psychological research, 86(3), 844-857. https://doi.org/10.1007/s00426-021-01538-x