Comprender la forma en que incorporamos nuevos conocimientos y habilidades constituye uno de los principales objetivos de diversas disciplinas pedagógicas. Y es que, a partir de la teorizaciones del aprendizaje, se pueden construir nuevas formas de acercamiento que resulten enriquecedoras. Así, una de estas lleva el nombre de aprendizaje significativo, llevándose el protagonismo de las teorías de la educación del siglo XX. Significar, asociar, integrar y complejizar, son algunos de los principales postulados de esta teoría desarrollada por David Ausubel. Entonces… ¿Qué nos dice la teoría del aprendizaje significativo de Ausubel? ¿Cómo se pueden maximizar el aprendizaje? ¿Es posible relacionar estos postulados con las redes de consolidación cerebral de memoria?
La incorporación de nuevos aprendizajes
En la teoría del aprendizaje significativo de Ausubel, este adquiere relevancia cuando su contenido puede establecer conexiones no arbitrarias con los conocimientos que el alumno ya pose. Así, para que el aprendizaje sea realmente significativo, se requiere que el material de estudio lleve consigo un significado y coherencia lógica.
Además, es necesario que el mismo tenga potencial de adquirir significado para la persona. Es decir, que esta cuente en su estructura de conocimientos con ideas englobadoras que permitan enlazar con los nuevos aprendizajes.
Así, para efectuar el aprendizaje de un concepto inédito de acuerdo a la perspectiva de Ausubel, se requiere construir un enlace cognitivo entre dicho concepto y alguna noción más general ya existente en la mente. Este vínculo cognitivo recibe la denominación de organizador previo y comprende una o varias nociones generales que se introducen antes del material de aprendizaje propiamente dicho, con el propósito de simplificar su asimilación (Getha-Eby et al., 2014).
Similitudes y diferencias: ¿Cómo se integra el saber?
El aprendizaje mecánico y arbitrario que no tiene relación con el conocimiento preexistente se desvanece rápidamente de la memoria. Así, Ausubel teorizó que, como resultado, los docentes deben conocer lo que sus estudiantes ya saben sobre las temáticas para poder construir sobre este conocimiento previo.
Esto se debe a dos procesos que realizan los aprendices. En estos, el nuevo material se compara sistemáticamente (Ausubel lo llamó reconciliación integrada) y se contrasta (o lo que denominó diferenciación progresiva) con el conocimiento previo.
Dos procesos claves
El proceso llamado reconciliación integrativa, señala las similitudes o comparaciones entre los nuevos conocimientos y los que se poseía anteriormente. Por otro lado, la diferenciación progresiva es el proceso por el cual el educador presenta nuevo material en su nivel de abstracción más alto apropiado.
Luego, se brindan oportunidades para ser progresivamente más específico a medida que los alumnos lo contrastan con el material preexistente en sus estructuras cognitivas. Mediante ambos procesos, el nuevo conocimiento se va incorporando a las estructuras cognitivas de los estudiantes (Sexton, 2020).
El conocimiento no es pasivo
La integración y construcción de nuevos conocimientos ocurre cuando un aprendiz efectivamente transforma la información entrante en una forma comprensible para sí mismo. El mejor indicador de que esto ha ocurrido no es que el aprendiz sepa relatar el contenido, sino cómo utiliza ese conocimiento. De esta forma, cuando el estudiante establece una comprensión clara de los conceptos e ideas subyacentes y cómo se relacionan con la nueva información, el conocimiento se vuelve utilizable.
Así, el aprendiz adquiere una comprensión profunda del conocimiento. Esta produce un conocimiento conceptual utilizable, en contraposición al conocimiento factual inerte. Por ello, los aprendices pueden transferir el saber a la resolución de problemas del mundo real y la toma de decisiones (Getha-Eby et al., 2014).
Redes semánticas de memoria: ¿Una correlación cerebral?
La consolidación de memoria a largo plazo resulta uno de los principales aspectos a tener en cuenta en los procesos de aprendizaje. En este sentido, la consolidación de sistemas se describe típicamente como el proceso mediante el cual las memorias, inicialmente dependientes del hipocampo, se reorganizan a medida que pasa el tiempo.
A través de este proceso, dicha zona se vuelve gradualmente menos importante para el almacenamiento y la recuperación, y una memoria más permanente se desarrolla en regiones distribuidas de la neocorteza.
La memoria, en este proceso de consolidación, no se transfiere directamente del hipocampo a la neocorteza sino de forma gradual. Asimismo, la información se codifica tanto en la neocorteza como en el hipocampo en el momento del aprendizaje.
De esta forma, los cambios graduales en la neocorteza, que comienzan en el momento del aprendizaje, establecen una memoria estable a largo plazo al aumentar la complejidad, distribución y conectividad entre múltiples regiones corticales con ayuda del hipocampo (Squire et al., 2015).
A mayor conectividad, mayor complejidad y aprendizaje
La velocidad de la consolidación de la memoria puede verse influenciada por la cantidad de conocimiento previo disponible sobre el material a aprender. Así, el aprendizaje neocortical se caracteriza, no tanto por su rapidez o lentitud, sino por depender del conocimiento previo. De esta forma, si la información a aprender es coherente con el conocimiento previo, el aprendizaje neocortical puede ser más rápido y eficaz, fortaleciendo conexiones neuronales establecidas previamente.
En este sentido, el hipocampo dirige gradualmente el desarrollo de conexiones entre las múltiples regiones corticales activas en el momento del aprendizaje. Así, tal densificación de redes de significado aumentan la probabilidad de emergencia del recuerdo. Esto sucede a través de la asociación de conceptos e ideas a lo largo de la corteza cerebral (Jones et al., 2015).
Mapas en el cerebro y aprendizaje significativo
El aprendizaje significativo de Ausubel se relaciona directamente con las redes semánticas de memoria. Estas son una especie de mapas conceptuales dentro del cerebro donde las ideas están interconectados por asociaciones de significado.
Y es que, cuando se activa un concepto en la red, puede propagar activación a conceptos relacionados. Lo que facilita el acceso y la recuperación de información.
Ademas, dichas redes se forman y refuerzan a lo largo de la vida a medida que adquirimos nuevos conocimientos y experiencias. Así, las conexiones entre conceptos se basan en relaciones de significado, como la similitud, categorización y asociaciones contextuales.
Por lo tanto, las redes semánticas son fundamentales para el aprendizaje y la memoria, ya que nos permiten relacionar conceptos nuevos con los que conocemos. En este sentido, facilita el aprendizaje significativo y la comprensión profunda. Aspecto que sucede porque el cerebro no almacena información en una única ubicación, sino que se basa en redes neuronales distribuidas para almacenar y acceder a diferentes tipos de conocimiento (Binder y Desai, 2011).
Conclusión
Los procesos de aprendizaje pueden ser complejos, así, resulta necesario contemplar distintas herramientas como el enfoque de aprendizaje significativo de Ausubel y las redes semánticas de memoria. En este sentido, la transmisión lineal y arbitraria ha sido desmentida como la forma ideal de la adquisición de nuevos aprendizajes.
Por tanto, utilizando las aproximaciones de autores que han contribuido a las ciencias de aprendizaje, podremos acercarnos a una mayor comprensión acerca de la forma en que aprendemos y nos relacionamos con los nuevos conocimientos. Estos, siendo parte esencial de la experiencia humana, resultan sumamente enriquecedores y proveedores de nuevas perspectivas.
Referencias bibliográficas
- Binder, J. R. y Desai, R. H. (2011). The Neurobiology of semantic Memory. Trends in Cognitive Sciences, 15(11), 527-536. https://doi.org/10.1016/j.tics.2011.10.001
- Getha-Eby, T. J., Beery, T. A., Yin, X. y O’Brien, B. A. (2014). Meaningful Learning: Theoretical Support for Concept-Based Teaching. Journal of Nursing Education, 53(9), 494-500. https://doi.org/10.3928/01484834-20140820-04
- Jones, M. N., Willits, J., Dennis, S. y Jones, M. (2015). Models of semantic memory. Oxford handbook of mathematical and computational psychology, 232-254.
- Sexton, S.S. (2020). Meaningful Learning: David P. Ausubel. En B. Akpan y T. J. Kennedy (Eds.), Science Education in Theory and Practice. Springer Texts in Education. https://doi.org/10.1007/978-3-030-43620-9_12
- Squire, L. R., Genzel, L., Wixted, J. T. y Morris, R. (2015). Memory consolidation. Cold Spring Harbor Perspectives in Biology, 7(8), a021766. https://doi.org/10.1101/cshperspect.a021766