La terapia psicológica es un proceso a través del cual el psicólogo ayuda a la persona que acude a terapia a solucionar el problema motivo de consulta. ¿Cómo funciona la terapia? Durante las sesiones tendrá lugar la modificación de algunos comportamientos y circunstancias de la vida del consultante. Aspectos que, de algún modo, están generando malestar. Y, asimismo, se favorecerá el aprendizaje de nuevas estrategias de afrontamiento que resultarán más satisfactorias y útiles. La terapia es, por tanto, un proceso de aprendizaje a lo largo del cual el psicólogo y el consultante realizan un trabajo conjunto para lograr los objetivos terapéuticos marcados. Conozcamos un poco más qué ocurre durante la terapia y por qué se logran los cambios.
El cambio en la terapia
El psicólogo actuará como guía en todo el proceso de terapia, haciendo uso de sus conocimientos científicos y habilidades terapéuticas para decidir en todo momento cuáles son las acciones adecuadas para procurar los cambios de la forma más eficaz.
El consultante, por su parte, tendrá también un papel activo (sin el cual no podría darse ningún cambio), consistente en aplicar las pautas que le proporciona el profesional, dentro y fuera de sesión.
¿Qué ocurre durante la terapia?
El proceso de terapia tiene como objetivo último la solución del problema del consultante. Para ello, la tarea del psicólogo será realizar una serie de pasos que le permitan alcanzar dicho objetivo y, con este fin, la terapia se desarrollará a través de una serie de fases identificables:
Evaluación minuciosa del problema
La recopilación de datos sobre el problema permitirá llegar a explicar su origen (si se dispone de esta información). Y lo más importante, por qué se mantienen las conductas problemáticas, o en su caso, qué déficits de manejo existen.
Elaboración de la explicación del problema
Una vez recogidos los datos necesarios, el psicólogo elaborará lo que en psicología se llama análisis funcional (AF) del caso. Explicación científica de los comportamientos problemáticos que se han evidenciado durante la evaluación.
Esta explicación jamás se realizará en base al sentido común, la intuición o las experiencias vitales propias del psicólogo, sino que responderán al conocimiento científico sobre cómo se aprenden y mantienen las conductas, recurriendo para ello a los principios de aprendizaje.
Es decir, a los mecanismos que la ciencia ha demostrado que rigen nuestra conducta.
Así pues, el AF se convertirá para el psicólogo en una guía y, en base a este, se establecerán los objetivos y se diseñará una intervención para lograr los cambios deseados (Froxán, 2020).
Explicación del problema
Otro reto importante para el profesional es hacer al consultante partícipe de la explicación de su problema, de forma que le resulte comprensible.
Lograr una buena comprensión mejorará la implicación con la terapia, la eficacia del tratamiento y tendrá función preventiva de futuros problemas similares.
Proceso de intervención
Es la fase en la que se empezará a trabajar para el cambio. En ella, el psicólogo irá guiando a la persona en la consecución de los objetivos dentro y fuera de la sesión, proporcionando pautas, entrenando técnicas basadas en la evidencia y evaluando la buena marcha del proceso.
Todo esto para detectar e intervenir en las posibles dificultades y obstáculos que aparezcan, procurando que los cambios se consoliden, se mantengan en el tiempo y se generalicen a otras áreas en que puedan ser de utilidad.
Traspaso del control, seguimiento y alta
De cara a la finalización de la terapia, con el objetivo de asegurar que los aprendizajes y cambios se consolidan, el psicólogo irá espaciando las sesiones y cediendo más responsabilidad en el consultante.
Cuando se considere que el nivel de consecución de los objetivos previamente marcados es suficientemente satisfactoria y se constate que los cambios están asentados, se dará el alta, bajo la premisa de que la persona debe seguir practicando todo lo trabajado.
¿Qué explica que la persona cambie en terapia?
Tengamos en cuenta que el psicólogo solo podrá lograr cambios fuera del contexto de terapia a través de lo que hace dentro de él (Froxán, 2011).
Partiendo de esta base, existen dos formas de lograr cambios durante un proceso terapéutico:
A través de lo que ocurre fuera de la sesión y que tiene que ver con las pautas dadas por el psicólogo y por lo que el psicólogo hace dentro de la propia sesión y que genera cambios en la conducta del consultante (Froján, Montaño y Calero, 2006).
Tipos de cambios en terapia
Profundicemos más en ambas formas de lograr cambios:
a) Cambios producidos fuera de sesión: Resultado de las pautas dadas por el psicólogo dirigidas a modificar comportamientos o condiciones ambientales que forman parte del problema.
b) Cambios producidos dentro de la sesión: La propia sesión de terapia, además de ser un contexto en el que se entrenan comportamientos y se proporcionan pautas, también es un entorno en el que pueden aparecer los comportamientos problemáticos, siendo estos intervenidos directamente.
Es por ello que el psicólogo debe estar atento en todo momento a lo que ocurre en terapia y gestionar su conducta en favor del logro de los objetivos terapéuticos.
¿Qué debemos tener en cuanta a la hora de iniciar una terapia?
Cuando una situación empieza a generar malestar, seguramente sea buen momento para plantearse cómo la estamos gestionando, pues quizá dicho malestar sea señal de que debemos realizar algún cambio y necesitemos ayuda para ello.
Cuando el problema tiene que ver con nuestra forma de actuar, sentir, reaccionar o pensar el profesional indicado es el psicólogo (Froján y Santacreu, 1999).
Iniciar una terapia implica aceptar que hay aspectos que no se han estado afrontando o manejando de la forma más funcional.
Pese a que, en muchas ocasiones, la persona lo ha hecho lo mejor que ha podido o sabido.
Ante esto, la solución es aprender otra manera de enfrentar la situación y esto implica un coste y esfuerzo para el consultante.
1) Un coste porque la forma de manejarnos hasta ahora podía compensar en algún sentido. Lo que, habitualmente, llamamos “ganancias secundarias”. Y es que, las conductas problemáticas se mantienen por alguna razón.
2) Un esfuerzo porque las conductas que queremos cambiar pueden encontrarse muy consolidadas. Por ello, cualquier cambio en el comportamiento habitual requiere de implicación, toma de conciencia y puesta en marcha (de forma voluntaria) de una serie de conductas alternativas que sustituyan a las anteriores. Ahora, hay que tener en cuenta que el cambio requiere tiempo.
Conclusión
Como vemos, la terapia es un proceso de cambio que engloba muchos altibajos. Sin embargo, esto es propio de las dificultades que implica el aprender a manejar las situaciones de manera diferente a como se hacía.
Implicará, así mismo, colaboración conjunta entre el psicólogo y el consultante. Y, como resultado de dicha colaboración y de la aplicación de conocimientos y técnicas con base científica, los cambios irán llegando y estabilizándose hasta que el problema motivo de consulta se podrá considerar solucionado.
Referencias bibliográficas
- Froján, M. X. y Santacreu, J. (1999). Qué es un tratamiento psicológico. Biblioteca Nueva.
- Froján, M. X., Montaño, M. y Calero, A. (2006). ¿Por qué la gente cambia en terapia? Un estudio preliminar. Psicothema, 18(4), 797-803. http://hdl.handle.net/10486/672216
- Froxán, M. X. (2011). ¿Por qué Funcionan los Tratamientos Psicológicos?. Clínica y Salud, 22(3), 201-204. http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=180621195001
- Froxán, M. X. (2020). Análisis funcional de la conducta humana. Concepto, metodología y aplicaciones. Pirámide.