Desde que se detectó el primer caso de COVID-19 (SARS-CoV-2) el 1 de diciembre de 2019, y cuando la Organización Mundial de la Salud (OMS) decretó el estado de pandemia (11 de marzo de 2020) tras la expansión a 114 países, llevamos varios meses conviviendo con el virus. Se están realizando diversas investigaciones con el fin de comprender mejor el COVID-19, por lo que cada día conocemos información nueva y relevante que permite dar respuesta a diferentes cuestiones. Sin embargo, todavía hay muchos aspectos que esclarecer y, para ello, son necesarios más estudios. En esta nota, se ahondará en los síntomas y consecuencias neurológicas del COVID-19.

Capacidad neuroinvasida de los coronavirus

Las anteriores infecciones por coronavirus (SARS-CoV, MERS-CoV) han confirmado la presencia de daño neurológico y su capacidad neuroinvasiva. Es decir, estos virus pueden ingresar en el sistema nervioso central (SNC), afectar a neuronas y células gliales e inducir diversas patologías neurológicas. A este tipo de daños los denominamos como neurovirulencia.

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Dada la falta de datos clínicos de la pandemia actual, adquiere gran importancia la información registrada por la epidemia del coronavirus y otros virus respiratorios que aparecieron en años anteriores.

Pues podrían compartir ciertos mecanismos y ayudarnos a predecir mejor su evolución.

En la actualidad, un debate de especial interés es la posibilidad de comprender que el COVID-19 tenga dicha capacidad neuroinvasiva.

Lo cierto es que, poco a poco, se empieza a tener evidencia a este respecto y existen indicios que hacen pensar que el sistema nervioso se encuentre involucrado.

La pandemia de COVID-19 se asocia a numerosos síntomas y complicaciones neurológicas.

La mayoría de ellas se han relacionado con la aparición de una hiperinflamación sistémica a través de una liberación masiva de citoquinas (proteínas que regulan la función de las células).

Sin embargo, actualmente, están por determinar y comprenderse aspectos del COVID-19 como su incidencia, mecanismos patogénicos y grado de causalidad. Así como la posibilidad de la presencia de síndromes postinfecciosos.

Síntomas y consecuencias neurológicas del COVID-19

El primer registro de consecuencias neurológicas de pacientes hospitalizados por COVID-19, en Wuhan (muestra de 214 pacientes), refleja que el 36.4% de los pacientes manifestaron síntomas neurológicos. Siguiendo esta línea, se evidenció que en personas con afectación severa, se pueden dividir estos en tres categorías (Mao et al., 2020):

  • Alteración del sistema nervioso central (24.8%): Cefalea, mareo, alteración de la consciencia (encefalopatía).
  • Alteración del sistema nervioso periférico (8.9%): Disminución o ausencia del olfato (hipo/anosmia) y del gusto (hipo/ageusia).
  • Alteraciones músculo-esqueléticas (10.7%): Dolor muscular, mialgias.

Un estudio más reciente, realizado en España, con una muestra de 841 pacientes relacionado con el COVID-19 (Romero-Sánchez et al., 2020), reporta una incidencia mayor de síntomas neurológicos (57.4%) en comparación con anteriores investigaciones.

Alteración del sistema nervioso central

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Asimismo, hay que comprender que se consideran frecuentes los síntomas inespecíficos en el COVID-19 como la cefalea, mareo o fatiga, y estos podrían tener carácter sistémico según algunos autores.

Es decir, podrían estar provocados por la infección sistémica y no, directamente, por el virus (Ezpeleta y García, 2020).

Otra de las consecuencias neurológicas frecuentes registradas por el COVID-19 es la encefalopatía (15% de los pacientes, Mao et al., 2020; 19.6%, Romero-Sánchez et al., 2020).

Que se comprende como un síndrome de disfunción cerebral transitorio y se manifiesta como una afectación aguda o subaguda del nivel de consciencia.

Y es que, se han descrito casos en los que la consciencia de los pacientes se ha visto alterada, incluyendo cambios en el nivel de esta (somnolencia, estupor y coma) y en el contenido (síndrome confusional y delirium).

Alteración del sistema nervioso periférico

En cuanto a los trastornos del olfato y el gusto, otros estudios han registrado una incidencia mayor que las reflejadas en el anterior estudio sobre las consecuencias neurológicas del COVID-19. Por ejemplo, la presencia de anosmia (85.6%) y ageusia (88%).

Estos parecen ser muy prevalentes, incluso en ausencia de síntomas nasales (rinorrea, obstrucción nasal), y pueden aparecer de modo súbito (Carod-Artal, 2020). Ambos trastornos tienden a manifestarse conjuntamente, ya que son sentidos estrechamente relacionados.

Alteraciones músculo-esqueléticas

Según Romero-Sánchez et al. (2020) dentro de las consecuencias neurológicas del COVID-19 se han registrado trastornos neuromusculares inespecíficos (mialgia, astenia, fatiga muscular). Asimismo, se han manifestado algunos que son específicos (hiperCKemia, 9.2%; miopatía, 3.1%; rabdomiólisis, 1.1%).

Otras alteraciones

Varios autores refieren que el COVID-19 se podría considerar un precipitante de accidentes cerebrovasculares (ACV).

Por tanto, un paciente con riesgo vascular, tendría un riesgo aún mayor de presentar complicaciones cerebrovasculares si desarrollara el virus.

En la muestra española de Romero-Sánchez y colaboradores (2020) se reportan casos de ictus isquémicos (1.3%) y hemorragias intracraneales (0.4%).

Finalmente, aunque no tan frecuentes, se han registrado casos aislados de otras manifestaciones como crisis epilépticas (incluso en casos sin previos antecedentes), encefalitis, signos del sistema piramidal, síndrome disejecutivo, polirradiculoneuropatía, parálisis oculomotora y parálisis facial bilateral.

Además de las citadas manifestaciones neurológicas, también se han detectado síntomas neuropsiquiátricos (19.9%), siendo el insomnio el más frecuente, seguido por la ansiedad, la depresión y la psicosis.

Consecuencias neurológicas del COVID-19 a largo plazo

De momento, no existe conocimiento acerca de la persistencia del COVID-19 en el SNC a medio o largo plazo.

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Sin embargo, la evidencia muestra que este virus provoca una tormenta de citoquinas cuyos efectos sobre el SNC podrían tener consecuencias neurológicas imprevisibles de forma aguda.

Como también de forma demorada en el tiempo.

Por un lado, ya se están empezando a registrar cuadros postinfecciosos, con casos de síndrome de Guillain-Barre o de Miller-Fisher, aunque estos no son muy frecuentes.

Por otro, se consideran especialmente vulnerables las personas que padecen o que tengan predisposición a desarrollar enfermedades neurológicas.

O que contengan una base neuroinflamatoria entre sus mecanismos patogénicos.

Se incluyen enfermedades neurodegenerativas (enfermedad de Alzheimer, enfermedad de Parkinson o esclerosis múltiple) y enfermedades psiquiátricas (trastornos afectivos, depresión) en las que los mecanismos neuroinflamatorios han adquirido relevancia (Serrano et al., 2020).

Conclusión

Pese a las limitaciones que presentan las investigaciones actuales, y la necesidad de más investigaciones, los datos preliminares que se han citado muestran que hay que comprender los indicios de la capacidad neuroinvasiva del COVID-19, al igual que anteriores coronavirus.

Esta capacidad para penetrar en el sistema nervioso, además de producir diversidad de manifestaciones neurológicas, podría afectar principalmente a grupos vulnerables, como las personas que padecen enfermedades neurodegenerativas o psiquiátricas.

Se espera que próximos estudios puedan arrojar luz sobre el conocimiento del virus causante de la pandemia actual, para así poder intervenir o incluso prevenir sus consecuencias.

Referencias bibliográficas

  • Carod-Artal, F. J. (2020). Complicaciones neurológicas por coronavirus y COVID-19. Revista Neurología70(9), 311-322. Doi: 10.33588/rn.7009. 2020179.
  • Ezpeleta, D. y García, D. (2020). Manual COVID-19 para el neurólogo general. Sociedad Española de Neurología. Ediciones SEN.
  • Mao, L., Wang, M., Chen, S., He, Q., Chang, J., Hong, C. y Li, Y. (2020) Neurological manifestations of hospitalized patients with COVID-19 in Wuhan, China: a retrospective case series study. MedRXiv, 7(6), 683-690. https://doi. org/10.1101/2020.02.22.20026 500
  • Matías-Guiu, J., Gomez-Pinedo, U., Montero-Escribano, P., Gómez-Iglesias, P., Porta-Etessam, J. y Matías-Guiu, J. A. (2020). ¿Es esperable que haya cuadros neurológicos por la pandemia de SARS2-CoV?. Neurología, 35(3), 170-175. Doi: 10.1016/j.nrl.2020.03.001
  • Romero-Sánchez, C. M., Díaz-Maroto, I., Fernández-Díaz, E., Sánchez-Larsen, Á., Layos-Romero, A., García-García, J. y Gracia-Gil, J. (2020). Neurologic manifestations in hospitalized patients with COVID-19: The ALBACOVID registry. Neurology, 95(8), e1060-e1070. Doi: 10.1212/WNL.0000000000009937
  • Serrano-Castro, P. J., Estivill-Torrús, G., Cabezudo-García, P., Reyes-Bueno, J. A., Petersen, N. C., Aguilar-Castillo, M. J. y Arrabal-Gómez, C. (2020). Influencia de la infección SARS-Cov2 sobre Enfermedades Neurodegenerativas y Neuropsiquiátricas: ¿Una pandemia demorada? Neurología, 35(4), 245-251. Doi: 10.1016/j.nrl.2020.04.002