Sigmund Freud, conocido como el padre del psicoanálisis, continúa influyendo en la psicología y cultura popular hasta la actualidad. Sin embargo, no todos conocen sus trabajos originales. Así, pocos saben que la teoría de la organización psíquica de Sigmund Freud ha atravesado diversos cambios a lo largo de la historia. Entre sus postulados, se encuentra una de las reformulaciones más famosas de ellas, y esta es su segunda tópica. Desde la organización inicial descrita en La interpretación de los sueños (The interpretation of dreams, 1899, en inglés) con el sistema inconsciente, el preconsciente y consciente. Pero… ¿Cómo ha cambiado la teoría freudiana? ¿Qué es el ello, el yo y el súperyo?
¿De qué trata la segunda tópica de Freud?
La segunda tópica de Sigmund Freud es introducida en su escrito de 1923 conocido como El yo y el ello (The Ego and the Id, en inglés). En esta obra, se describen tres instancias psíquicas básicas que funcionarían de forma interrelacionada. Una teoría estructural acerca del funcionamiento del psiquismo que tendría como protagonistas al ello, al yo y súperyo.
Algunas diferencias
Tratándose de instancias en conflicto, se encontrarían continuamente en negociación y equilibrio. Fuerzas psíquicas influirían en el comportamiento y pensamiento de las personas a partir de las urgencias, mandatos y acuerdos entre dichas instancias.
Con base a esto, la segunda tópica profundiza en el entendimiento de los impulsos, mediación consciente e influencia de las normas sociales en la psicología humana. En contraste, la primera tópica se centra en los niveles de conciencia y el acceso a la información (Laznick, 2011).
El ello: ¿La fuente de impulsos y placer?
En la teoría de la segunda tópica de Freud, el ello es la parte más primitiva de la mente que se forma en el nacimiento. Es decir, es la parte del psiquismo que contiene todos los instintos y deseos innatos, como el hambre, la sed, el comportamiento sexual y la agresión. De esta forma, el ello funciona según el principio del placer. Lo que significa que busca satisfacer sus deseos de la manera más rápida y directa posible, tendiendo a la descarga de impulsos.
Según Freud, los deseos del ello son inconscientes, significando que no es accesible a la conciencia. Sin embargo, sus efectos se pueden ver en la conducta. Por ejemplo, cuando se está hambriento, se siente la necesidad de comer inmediatamente, incluso si no es el momento o el lugar apropiado. O, si se está enfadado, se pueden decir o hacer cosas de forma impulsiva sin medir las consecuencias de dichos actos (Freud, 1924).
El súperyo: ¿Nuestra influencia social?
El superyó se desarrolla a medida que las personas crecen y socializan. Así pues, representa la internalización de las normas sociales, valores y estándares morales que se adquieren a través de la interacción con figuras de autoridad, como padres, maestros y otros modelos importantes en la infancia.
El proceso de formación del superyó implica la identificación con las figuras anteriores y la asimilación de sus expectativas y juicios. Así, se originaría en un modelo ideal del yo.
Este último, se regiría por las exigencias sobre cómo debe ser y comportarse la persona, representando una especie de ley interna. Ley que puede resultar altamente represiva y autoritaria, describiendo un súperyo exigente que castiga tanto con malestar psíquico como sentimientos y emociones inconscientes de culpa a la persona que no cumple con tal ideal (Freud, 1924).
El yo: Buscando el equilibrio entre instancias psíquicas
El yo desempeña un papel fundamental en la regulación y mediación entre los impulsos y deseos del ello y las exigencias del súperyo. De esta manera, se rige por el principio de realidad, mediando la adaptación al entorno y la toma de decisiones conscientes. Sin embargo, esta no es una tarea sencilla, por lo que el yo utiliza diversas estrategias para protegerse.
¿Cómo? Mediante mecanismos de defensa que emplea para manejar el conflicto entre el ello y el superyó, de cara a reducir la ansiedad y el impacto del estrés. Estos mecanismos pueden incluir la represión, negación, sublimación y otros procesos que ayudan a mantener el equilibrio psíquico. Además, en la teoría psicoanalítica, si el yo es demasiado débil, no será capaz de controlar los deseos del ello o las demandas del superyó. Lo que puede conducir a problemas de comportamiento, como la impulsividad, agresión o ansiedad (Freud, 1923).
Metáfora del Jinete y sus caballos: Función del psiquismo
La historia del jinete y sus caballos es una metáfora que utiliza Sigmund Freud para explicar la relación entre las tres partes del psiquismo: el ello, el yo y el superyó. Así, el jinete representa al yo, los caballos al ello y el superyó, y el paisaje la realidad. La metáfora del jinete y sus caballos explica cómo estas tres instancias de la mente interactúan entre sí.
De Platón a Freud
El jinete, personificado como el yo en la teoría psicoanalítica de Freud, representa la parte consciente y racional de nuestra mente que busca equilibrar las demandas del ello y superyó. Estas últimas, el ello, que alberga los impulsos y deseos más primitivos y básicos, y el superyó, que internaliza las normas y valores morales, actúan como caballos que pueden llevar al jinete por caminos diferentes, a menudo contrarios.
El equilibrio entre el jinete y los caballos es crucial para la salud mental y emocional de una persona. Si el jinete es demasiado rígido y controlador, puede suprimir los impulsos naturales del ello y las aspiraciones éticas del superyó, lo que puede generar un conflicto interno y un malestar psicológico. Por otro lado, si el jinete es demasiado permisivo y débil, puede perder el control sobre los caballos, lo que conduce a un comportamiento impulsivo e inapropiado que dificulta la adaptación a las demandas de la vida diaria.
El desafío reside en lograr un equilibrio armonioso entre las demandas del ello y del superyó, permitiendo al jinete guiar a los caballos con firmeza pero también con comprensión y flexibilidad. Lo que implica desarrollar una mayor conciencia de los impulsos y valores, así como aprender a regular las emociones y comportamientos de manera adaptativa y constructiva. Si estás interesado en conocer más sobre técnicas de regulación, te recomendamos nuestro curso en regulación emocional y mindfulness en la infancia, donde explorarás estrategias efectivas para promover el bienestar emocional en los más pequeños.
Conclusión
Conocer las bases principales del psicoanálisis resulta interesante entre quienes desarrollan su tarea en el campo de la psicología, a pesar del amplio debate acerca de su validez. En este sentido, críticos a lo largo de la historia han cuestionado si el psicoanálisis podría considerarse un acercamiento pertinente a las ciencias del comportamiento, considerando la dificultad por corroborar sus planteos.
Sin embargo, la teoría de Sigmund Freud ha influenciado diversas corrientes dentro de la disciplina, incluyendo la teoría cognitiva de Beck, uno de los principales exponentes de la psicología basada en evidencia. Así, garcías a postulados que concuerdan con Freud o, por el contrario, desafían su teoría, se han realizado numerosos avances en el terreno de la psique. De esta forma, resulta interesante continuar exponiendo y simplificando sus textos que, por complejidad, resultan inaccesibles para muchos.
Referencias bibliográficas
- Freud, S. (1900). La interpretación de los sueños. Amorrortu editores.
- Freud, S. (1923). El yo y el ello. Amorrortu editores.
- Freud, S. (1924). El sepultamiento del complejo de Edipo. Amorrortu editores.
- Laznik, D., Lubián, E. y Kligmann, L. (2011). La segunda tópica freudiana: sus dimensiones clínicas. Anuario de investigaciones, 18, 81-85.
siempre he considerado que el psicoanalisis en muy complejo, pero esta explicacion es simple y objetiva, me queda mas claro como funciona el aparato psiquico, muchas gracias.