Seguramente, uno de los dolores más profundos que puede sentir alguien se ve reflejado a través de un acto tan complejo como es el suicidio. Esta palabra conlleva una serie de emociones y sensaciones que calan en lo más profundo de nuestras vidas. Podemos pensar que quien toma la decisión de hacerlo debe estar atravesando una situación de intensa desesperación. Hoy abordaremos un tema difícil. Lo haremos con el objetivo de prevenir y destacar la importancia de acudir a un profesional de la salud mental. Así pues, intentaremos minimizar ciertos estigmas y conocer más sobre el duelo por suicidio y por qué es un tabú que romper.
Entender el dolor por suicidio
Para comprender de qué se trata este tipo de duelo debemos tener claros los conceptos de duelo y suicidio. La palabra duelo viene del término latino “dolos” que significa dolor, lo que ya nos indica que será un proceso que cursará con sufrimiento.
Por otro lado, la palabra suicidio, según indica la Organización Mundial de la Salud (OMS), es el acto de hacerse daño a sí mismo, independientemente del grado de intención.
Por ende, podría decirse que es el acto de quitarse la vida, deliberadamente.
Está claro que, a partir de dicho acto, la persona atravesará un intenso proceso que incluirá sensaciones de desconcierto, impotencia, angustia y sufrimiento, entre otros.
Siguiendo esta línea, es importante comprender que antes del acto existen algunas conductas que pueden dar cuenta de que la persona podría estar atentando contra su propia vida.
Eso sí, cabe destacar que esta decisión es multicausal, por lo que no podemos atribuirla a una única razón (Red- AIPIS-FAeDS y Consejería de Sanidad Comunidad de Madrid, 2019).
Conceptos importantes que hay que diferenciar
Como se ha mencionado anteriormente, hay algunas “alarmas” que suelen manifestarse antes de que la persona cometa el acto suicida.
Esto es, existen comportamientos que pueden evidenciar que hay una gran molestia. Por lo tanto, no solo como familiares sino también como profesionales de la salud mental debemos tener en cuenta lo siguiente:
- Conducta suicida: Encaminada a conseguir acabar con la vida.
- Riesgo suicida: Probabilidad de que una persona lleve a cabo una conducta suicida.
- Suicidio consumado: El acto suicida se concreta dando como resultado la muerte de la persona.
- Suicidio frustrado: Se ha llevado a cabo la conducta suicida pero no se ha concretado.
- Ideación suicida: Pensamientos y planes para llevar a cabo una conducta suicida.
- Simulación suicida: En este caso no se pretende acabar con la vida, pero se lleva a cabo una conducta suicida, por lo que hay un alto riesgo de suicidio.
- Gesto suicida: Cuando la persona comunica a través de gestos o actos que hay una intención suicida.
- Amenaza suicida: Consiste en comunicar de manera verbal la intención de llevar a cabo un acto suicida.
Algunos datos sobre el suicidio
Según la OMS (2019), en el mundo se suicidan unas 800.000 personas al año, lo que se traduce en un suicidio cada 40 segundos. A esta impactante cifra, debemos añadir que, por cada suicidio consumado se estima que se producen 20 intentos. Y, otro apunte interesante es que el 79% de los suicidios se producen en los países de ingresos bajos y medianos.
A pesar de los datos mencionados es importante indicar que no es posible tener un recuento del todo fiable, pues no todos los países cuentan con cifras oficiales.
Por otro lado, no podemos dejar de lado el hecho de que el suicidio es considerado en varias culturas como un tema tabú.
Adicionalmente, también existen circunstancias que son tan complejas y cuyas muertes son tan difíciles de determinar como un suicidio. Por ejemplo, un accidente de tránsito.
En cuanto a la conducta suicida, estudios han demostrado una mayor incidencia en las mujeres con respecto a los hombres. De igual manera, se ha observado que el acto suicida suele ser consumado mayoritariamente en hombres, muchas veces debido al método utilizado para llevar a cabo la acción.
¿Cómo es el duelo por suicidio?
El duelo por suicido se enmarca en un tabú necesario de romper. En primer lugar, debemos entender que el suicidio es considerado como una “muerte elegida” y, por ello, uno de los duelos más traumáticos.
Por ejemplo, en el caso concreto de la persona que encuentra el cuerpo, el impacto de dicha impresión es muy alto, por lo que el proceso de duelo puede ser más complejo.
De hecho, según la Red- AIPIS-FAeDS y Consejería de Sanidad Comunidad de Madrid (2019), por cada persona que se suicida, se estima que sufren 6 personas, a los que se les llama supervivientes.
El dolor de la familia y amigos
Los sentimientos de la familia y amigos giran en torno al desconsuelo y la culpabilidad. De hecho, la culpa es el sentimiento que predomina en los supervivientes.
Y es que, existe la sensación de “responsabilidad”, de no haber sido capaces de salvar la vida del ser querido. Incluso, se da el caso de sentir que no eran suficientemente importantes para él.
Por otro lado, la ira también acompaña en este proceso, junto a una intensa sensación de abandono y decepción. Es, precisamente, en dicho momento en el que el duelo puede complicarse si perdura en el tiempo.
Estas sensaciones conllevan a una constante búsqueda de respuestas que den consuelo a un acontecimiento que puede resultar incomprensible.
¿Por qué es importante romper el tabú en el duelo por suicidio?
Como se ha comentado, el suicidio suele ser un tema tabú debido a lo que implica en muchas culturas. Por ende, el duelo por suicidio también es un tabú necesario de romper. Y es que, el estigma que viven los supervivientes produce que se nieguen a contar el suceso, a hablarlo y, por supuesto, a aceptar la situación.
De hecho, es común que se cambien los motivos de la muerte del ser querido, lo que produce una distorsión que no suele ser positiva para el proceso de duelo. En consecuencia, no hay espacio para procesar el dolor adecuadamente, produciendo una situación de aislamiento o marginación.
Por otro lado, seguro que nos hemos preguntado, ¿qué implica una carta de despedida en el suicidio? En ese sentido, se ha reportado que el hecho de mantenerlas o no, no suele variar significativamente en el proceso de comprensión de la situación. Contrario a ello, puede suscitar mayores cuestionamientos o incluso confusión.
Las fases del duelo en el suicidio
No existe un orden específico e inamovible, pues este dependerá de cada caso. Es decir, dichas fases no tienen por qué suceder en ese orden, ya que pueden producirse de forma aleatoria, siendo siempre la última fase la aceptación o superación.
La autora Kübler-Ross (2006) propone ciertos cambios o particularidades que varían en el proceso usual de duelo. Los mencionamos a continuación:
- Iniciamos con la fase del shock, que suele estar acompañada de la negación de lo ocurrido. Es decir, se trata de una forma psíquica de defenderse de algo que resulta demasiado doloroso.
- Por otro lado, vendría la sensación de ira, donde la persona se cuestiona: “¿Por qué a mí?”, “¿cómo me puede pasar esto?”, “¿por qué no pude evitarlo?”, “¿por qué no me di cuenta de ello?”.
- Posteriormente, la etapa de superación. Esta implica que, a pesar de que no se sea capaz de comprender la decisión del ser querido, se empieza a comprender que la contundencia de la decisión ha derivado en un acto concreto.
- Por último, la fase de comprensión. En este punto, dejan de existir los cuestionamientos constantes y se busca encontrar espacios que ofrezcan claridad. En otras palabras, se puede llegar a comprender esta “falta de respuestas” y, a pesar de la situación de molestia, llega el momento de la resignación y aceptación. Aceptar que no siempre se puede evitar una situación así, dado que la muerte es algo irreversible. Pero, de alguna forma, existe la comprensión de que es una situación que se podría evitar en un futuro (Carmelo, 2014).
La prevención del suicidio, siempre la mejor opción
Un aspecto llamativo es que las muertes por suicidio son muy difíciles de aceptar. No obstante, sí pueden llegar a ser comprendidas. En cualquier caso, siempre destacaremos que la mejor herramienta es la prevención. Esto, a través de distintos programas de promoción de salud mental.
De igual manera, se debe hacer hincapié en el hecho de que los medios de comunicación tienen un gran impacto con respecto al abordaje de tales problemas de salud mental. Es decir, debemos aprender a romper el tabú alrededor del tema del suicidio y su duelo.
Del mismo modo se deben proporcionar cifras reales que den paso a la reflexión y valoración de la salud mental.
Por otro lado, la familia es un pilar clave de prevención. Y es que, el primer punto de afrontamiento para la prevención es hablar abiertamente del tema, sea a nivel familiar o a través de grupos de apoyo.
Por su parte, acudir a profesionales de la salud mental que puedan brindar apoyo psicosocial y acompañamiento terapéutico es fundamental.
Ahora, en el caso de que se produzca un riesgo inminente de suicidio puede ser necesario un ingreso hospitalario hasta estabilizar a la persona. Esto conllevaría a una observación minuciosa durante los primeros 3 a 12 meses, pues el peligro sigue latente. No obstante, destacamos que cada caso es distinto y la valoración de un profesional es indispensable.
Conclusión
El suicidio es un comportamiento complejo que requiere de la comprensión y desestigmatización social. Siendo una conducta prevenible en muchos casos, siempre abogaremos por programas de prevención.
Por otro lado, ante el acto per se debemos comprender que el duelo no es una condición que se pueda evitar y, como tal, requiere de un apoyo psicosocial hacia la familia.
Los profesionales de la salud mental tienen como objetivo el acompañamiento en el duelo. Además de evitar que este cronifique, buscando la aceptación de la situación e intentando que el entorno logre sobrellevar y sanar con el tiempo.
Referencias bibliográficas
- Asociación de Investigación, Prevención e Intervención del Suicidio y de Familiares y Allegados en Duelo por suicidio. (2019). Guía para familiares en duelo por suicidio. Supervivientes. Comunidad de Madrid, Consejería de Sanidad, Oficina Regional de Coordinación de Salud Mental.
- Carmelo, A. (2014). ¿Por qué se ha ido? muerte por suicidio, un duelo diferente. Tarannà.
- Kübler-Ross, E. (2006). Sobre el duelo y el dolor. Luciérnaga.
- Organización Mundial de la Salud. (2 de septiembre de 2019). Suicidio. https://www.who.int/es/news-room/fact-sheets/detail/suicide
- Organización Panamericana de la Salud (2017). Guía de intervención mhGAP para los trastornos mentales, neurológicos y por consumo de sustancias en el nivel de atención de salud no especializada. Versión 2.0. https://iris.paho.org/handle/10665.2/34071