¿Has notado que al hablar con otra persona en un ambiente ruidoso, se tiende a subir el tono de voz? Esta acción ha sido denominada como efecto Lombard, y su función es permitir la adaptación a entornos con bullicio. Así, entender este curioso fenómeno nos enseña cómo el sistema auditivo y cognitivo interactúan para asegurar la efectividad comunicativa en condiciones acústicas desafiantes. Veamos un poco más.

¿Qué es el efecto Lombard?

En entornos muy ruidosos, el sistema auditivo humano tiene la capacidad de enfocarse en una única conversación mientras ignora el ruido de fondo (efecto de fiesta cóctel). No obstante, cuando las personas se encuentran en un ambiente ruidoso, tienen la tendencia involuntaria de intensificar el esfuerzo vocal. A esto se le conoce como efecto Lombard y se trata de una acción que se realiza cuando la comunicación es esencial. En respuesta a los altos niveles de ruido, el hablante adapta su producción de discurso alzando la intensidad, ajustando la estructura tonal, entre otros cambios (Bottalico et al., 2022).

A pesar de los ajustes, el efecto Lombard no implica un control consciente, sino que es una reacción automática. En esta línea, algunos estudios demuestran que regiones cerebrales como la corteza auditiva y la amígdala están involucradas en dicha adaptación.

Étienne Lombard y el efecto que lleva su nombre

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En 1911, un otorrinolaringólogo francés llamado Étienne Lombard publicó un artículo titulado La señal de una voz elevada (Le signe de l’élévation de la voix, en francés). En el escrito relató una observación interesante que realizó mientras trabajaba en el Hospital Lariboisière, en París (Zollinger y Brumm, 2011).

Lombard notó que, cuando un paciente que estaba conversando era expuesto a un ruido intenso, elevaba el volumen de su voz. Asimismo, este cambio en la amplitud vocal parecía ocurrir involuntariamente, pues la persona no parecía consciente del mismo. Por lo que el autor concluyó que este fenómeno era un reflejo involuntario, un signo de la elevación de la voz. Además, enfatizó que se producía cuando el hablante se encontraba en un ambiente ruidoso, y necesitaba comunicarse.

El descubrimiento fue llamado el signo de Lombard por un estudiante de Lombard en una publicación posterior, y la terminología fue adoptada rápidamente por otros investigadores. Un dato curioso es que, para Étienne, este efecto podía utilizarse para detectar a personas que fingían sordera con el fin de evitar responsabilidades laborales o realizar reclamos falsos de lesiones.

¿Solo los humanos lo experimentan?

El efecto Lombard puede observarse en diversas especies de vertebrados, no solamente en seres humanos. Aunque su presencia se ha constatado consistentemente en aves, mamíferos y peces, no se ha encontrado en reptiles. Por su parte, en anfibios los resultados son mixtos, con estudios que lo han encontrado en estos seres vivos y otros que no. Esto ha generado un debate en la literatura científica acerca de si otras categorías taxonómicas, aparte de mamíferos y aves, pueden exhibir el efecto.

Una investigación sobre la evolución del efecto Lombard

Un estudio realizado por Kunc et al. (2022) proporciona interesantes perspectivas sobre el origen evolutivo del efecto Lombard. Entre sus hallazgos se destaca que existe una relación causal entre los ajustes fenotípicos en la plasticidad de la amplitud de la señal y el ruido ambiental entre especies. Además, concluyen que el efecto Lombard es un mecanismo extendido en la comunicación de vertebrados, presentándose en aves, mamíferos y peces, para sobrellevar ruido en entornos acuáticos y terrestres.

Por otra parte, la presencia del efecto Lombard en peces y anfibios sugiere que la red subcortical es suficiente para desencadenar este efecto, sin requerir aprendizaje vocal. Sin embargo, se enfatiza en la necesidad de estudiar invertebrados, ya que la búsqueda no arrojó estudios experimentales sobre el efecto Lombard en ellos.

Mecanismos neurales del efecto Lombard

La comprensión de los mecanismos neurales subyacentes al control vocal-motor es un desafío central en la neurobiología. Especialmente, en el contexto de la producción del habla. Un elemento de esta capacidad radica en la habilidad de ajustar las características acústicas de las vocalizaciones en tiempo real, en respuesta a la retroalimentación auditiva.

En esta línea, el fenómeno conocido como efecto Lombard cobra relevancia. Pues, plantea interrogantes acerca de la contribución relativa de los procesos corticales y subcorticales en la generación de tal ajuste vocal. Sobre todo, en el contexto de un ambiente ruidoso.

La teoría de los mecanismos subcorticales

Por otro lado, también hay autores que sugieren que el efecto Lombard se desencadena mediante una red subcortical. Zona que puede ser modulada por áreas corticales en mamíferos u homólogas en vertebrados, como el palio en aves (Luo et al., 2018).

Primera evidencia a favor: Presencia en muchas especies

Uno de los argumentos esgrimidos a favor de la suficiencia de los procesos subcorticales es la presencia generalizada del fenómeno en diversas especies, incluyendo aquellas que carecen de áreas corticales o equivalentes. Este fenómeno es observable en un rango amplio de vertebrados, abarcando peces, anfibios, aves, mamíferos y primates. El hecho de que se manifieste en animales tan diversos sugiere que el efecto Lombard es un comportamiento ancestral y profundamente arraigado en la evolución de los vertebrados.

Segunda evidencia a favor: Presencia desde etapas tempranas

Un segundo argumento a favor de la contribución subcortical proviene de la observación del fenómeno en etapas tempranas del desarrollo. Y es que, se ha constatado la presencia del efecto Lombard en crías de patos, murciélagos y golondrinas con pocos días de vida.

Incluso, en seres humanos se ha observado que este efecto ya está presente a los 3 y 4 años. Por lo tanto, esto sugiere que no es necesario un proceso de aprendizaje para la manifestación del efecto Lombard.

Tercera evidencia a favor: La velocidad de reacción

Finalmente, la velocidad de reacción observada en murciélagos que utilizan la ecolocalización refuerza la noción de que los procesos subcorticales pueden ser suficientes para el efecto Lombard. En estas especies, el aumento en la amplitud vocal en respuesta al ruido se produce en tan solo 30 milisegundos después del inicio del estímulo sonoro. Este rápido tiempo de respuesta sugiere que el efecto Lombard puede activarse sin la necesidad de la participación de regiones corticales.

Conclusión

En la búsqueda de comprender la comunicación vocal, el efecto Lombard es un fenómeno que destaca en el ámbito de la neurobiología. Así, explorar sus mecanismos subyacentes resalta la adaptabilidad ancestral de los vertebrados ante el ruido. Pues este fenómeno nos recuerda la íntima relación entre la percepción sensorial y la adaptación cognitiva en la comunicación vocal.

En definitiva, el hallazgo del efecto sugiere que, en un ambiente ruidoso y competitivo, los sistemas subcorticales pueden ser la raíz de respuestas adaptativas. No obstante, podría ser interesante de ver en futuras investigaciones el papel potencial de áreas corticales.

Referencias bibliográficas

  • Bottalico, P., Piper, R. N. y Legner, B. (2022). Lombard effect, intelligibility, ambient noise, and willingness to spend time and money in a restaurant amongst older adults. Scientific reports12(1), 6549. https://doi.org/10.1038/s41598-022-10414-6
  • Kunc, H. P., Morrison, K. y Schmidt, R. (2022). A meta-analysis on the evolution of the Lombard effect reveals that amplitude adjustments are a widespread vertebrate mechanism. Proceedings of the National Academy of Sciences of the United States of America119(30). https://doi.org/10.1073/pnas.2117809119
  • Luo, J., Hage, S. R. y Moss, C. F. (2018). The Lombard Effect: From Acoustics to Neural Mechanisms. Trends in neurosciences41(12), 938-949. https://doi.org/10.1016/j.tins.2018.07.011
  • Zollinger, S. A. y Brumm, H. (2011). The Lombard effect. Current biology: CB21(16), R614-R615. https://doi.org/10.1016/j.cub.2011.06.003