La creatividad es una de esas capacidades de alto orden que damos por sentado sin saber realmente los hilos biológicos y anatómicos que la mueven. La reconocemos de gran importancia en algunas actividades como en la creación artística, la publicidad o la generación de start-ups; sin embargo, la percibimos como etérea y volátil, casi como una capacidad mística. Creemos que es una variable inexplorada y que sus múltiples características son azarosas; de hecho, en un nivel más implícito, la equiparamos con habilidades mágicas y pseudocientíficas como la clarividencia.

El cerebro creativo es algo muy antiguo

Aunque en esta concepción «suprahumana» mucho tuvo que ver la civilización antes del Renacimiento, que pregonaba la creatividad como producto de la intervención de los dioses, en la actualidad, sabemos que es una capacidad resultante de nuestra adaptación neuroquímica (Cropley, 2020).

En efecto, la creatividad no difiere tanto de otras habilidades cognitivas (por ejemplo, la atención, toma de decisiones o autorregulación), en tanto en redes neuronales especializadas del cerebro (Taylor et al., 2020).

Si la creatividad se asienta en el cerebro… ¿Cómo lo hace?

¿Cuáles son los circuitos cerebrales que permiten que una persona pueda aparecer con una innovadora solución a un problema cotidiano del hogar? (por ejemplo, elaborar una comida con los últimos ingredientes que sobran del mes).

¿O que otra persona pueda experimentar con nuevas técnicas pictóricas (por ejemplo, Mark Rothko y los pintores del expresionismo abstracto, quienes trabajaron sus obras mediante la técnica denominada “action painting“)?

¿O que alguien haya sido capaz de desarrollar una técnica de edición genética? (Emmanuelle Charpentier y Jennifer Doudna recibieron el Premio Nobel de Química en 2020 por el desarrollo de CRISPR/Cas9).

Un ejemplo de proceso creativo

El pensamiento divergente

Imagina que estás en una entrevista de trabajo para un puesto de gran responsabilidad creativa.

En la función a la que aspiras, tendrías a tu cargo equipos sumamente innovadores con múltiples tareas orientadas hacia la implementación de la tecnología en todos los campos del quehacer humano.

La evaluadora inicia con un test de pensamiento divergente, aquel que engendra ideas completamente originales, es decir, ideas que se apartan notablemente de la norma. Te pide que pienses en el mayor número de usos para un móvil y los digas en voz alta.

En cuestión de milisegundos, han venido a tu consciencia diversas aplicaciones, desde las más conservadoras hasta las más extrañas.

Has dicho que podría servir como posavasos, como plantilla de zapato y como sombrero pero, también has agregado que podría escanear el nivel de glucosa, oxígeno, insulina, glóbulos rojos, glóbulos blancos y el ritmo cardíaco.

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Además, has añadido que podría tener incorporado un desfibrilador en caso de paro cardíaco y un resonador magnético para revisar el funcionamiento cerebral.

El pensamiento convergente

La evaluadora ha anotado todas tus respuestas y ahora, te pide que analices qué aplicaciones podrían resultar atractivas para el mercado.

Básicamente, solicita que utilices el pensamiento convergente, aquel tipo de pensamiento con el que analizas y evalúas lineal y lógicamente las ideas o soluciones a un problema que deben corresponderse con el requisito planteado por la evaluadora (Duval et al., 2022).

Descartas de primera mano el uso del móvil como parte del menaje o guardarropa, pues consideras que existen mejores opciones para cubrir esas necesidades.

Aunque es posible que existan costos excesivos y muchas dificultades para lograrlo, eliges la idea del móvil como escáner de indicadores en sangre, desfibrilador y resonador magnético, argumentando que existe un público objetivo para este tipo de dispositivo: personas con enfermedades crónicas.

El cerebro creativo alterna entre divergencia y convergencia

Las dos fases que se han sucedido en la entrevista laboral son las partes del proceso creativo. Los tipos de pensamiento divergente y convergente se alternan uno después del otro, con la salvedad que este solapamiento es inmediato: no toma tanto tiempo como en la entrevista.

El cerebro necesita soñar despierto para ser creativo

Ante un problema o una situación que requiere solución, el cerebro se ve impulsado por estados emocionales bastante primarios que surgen en el tronco encefálico, como por ejemplo la búsqueda por eliminar el displacer ante la aparición de un conflicto.

Este intento por restaurar la homeostasis o el estado de equilibrio trastocado por el problema, activa la curiosidad mediante la producción y liberación de dopamina desde el área ventral tegmental hacia el sistema límbico, específicamente hacia regiones del sistema de recompensa, como el núcleo accumbens (Panksepp, 2019).  

Una vez activada esta zona, la motivación por solucionar el problema con ideas innovadoras captura el cerebro y este hace uso de la red neuronal por defecto (default mode network o DMN, en inglés) para lograr su objetivo.

¿Más zonas implicadas?

La región de la corteza prefrontal medial, la corteza cingulada, el precúneo y el lóbulo parietal inferior principalmente, se encargan de procesos cognitivos autogenerados y dirigidos internamente como el soñar despiertos, la imaginación, la simulación de escenarios, entre otros. Esta es la red que consigue dar con ideas completamente divergentes.

Dicha red recluta al hipocampo, desde donde se toman las memorias y los aprendizajes para mezclarlos y encontrar la solución. Las memorias que almacenamos son imprescindibles para el proceso de construcción de ideas creativas (Madore et al., 2019).

No todo es relajación

El cerebro creativo evalúa y decide

En el momento en el que ya contamos con una idea, inmediatamente se desactiva la red neuronal por defecto y se activa la red ejecutiva central (central executive network, CEN, en inglés). Su función principal en el proceso creativo es evaluar la idoneidad y pertinencia de las ideas surgidas gracias a la red neuronal por defecto.

Para lograrlo, atiende a los estímulos relevantes para esa tarea, la manipulación de la información en la memoria de trabajo, solución de problemas y toma de decisiones.

Todo ello lo consigue debido a que está compuesta por la corteza prefrontal dorsolateral, región que puede manipular información en la memoria de trabajo, inhibir proyecciones que intentan llegar a la consciencia como memorias, emociones y comportamientos, y decidir al evaluar la información.

Ambas redes se alternan en cuestión de milisegundos, por lo que el pensamiento divergente y el pensamiento convergente ocurren casi simultáneamente.

Es por ello que cuando pensamos en una idea creativa, no solemos dividir la creación y la evaluación en dos etapas diferenciadas, sino que obtenemos la solución velozmente.

Conclusión

La creatividad se asienta en el cerebro. Para incrementar las probabilidades de supervivencia, este órgano ha logrado desarrollar redes neuronales involucradas en procesos creativos que producen soluciones.

En tal sentido, cuenta con la red neuronal por defecto y la red ejecutiva central. Mientras la primera tiene como función gestar la mayor cantidad de ideas, la segunda las evalúa objetivamente.

Así pues, es la interacción entre estas dos redes la que nos confiere la capacidad tan singular que nos identifica como especie.

Referencias bibliográficas

  • Cropley, A. (2020). Ancient World Conceptualizations of Creativity. En S. Pritzker & M. Runco (Eds.), Encyclopledia of Creativity (3a ed., pp. 42-46). Elsevier.
  • Duval, P. E., Frick, A. y Denervaud, S. (2022). Divergent and Convergent Thinking across the Schoolyears: A Dynamic Perspective on Creativity Development. Journal of Creative Behavior. Publicación anticipada en línea. https://doi.org/10.1002/jocb.569
  • Madore, K. P., Thakral, P. P., Beaty, R. E., Addis, D. R. y Schacter, D. L. (2019). Neural Mechanisms of Episodic Retrieval Support Divergent Creative Thinking. Cerebral Cortex, 29(1), 150-166. https://doi.org/10.1093/cercor/bhx312
  • Panksepp, J. (2019). Emotional Foundations of Creativity. The Brain’s SEEKING System. En S. Nalbantian & P. M. Matthews (Eds.), Secrets of Creativity: What Neuroscience, the Arts, and Our Minds Reveal (pp. 203-219). Oxford Scholarship Online.
  • Taylor, C. L., Glǎveanu, V. P. y Kaufman, J. C. (2020). Historical Conceptions of Creativity. En S. Pritzker & M. Runco (Eds.), Encyclopledia of Creativity (3a ed., pp. 575-580). Elsevier.