En la literatura, el recurso del paralelismo psicocósmico se utiliza para expresar el estado emocional de los personajes a través de manifestaciones del mundo que los rodea. Así, una intensa lluvia puede ir en paralelo a un estado de profunda tristeza del personaje. Ahora bien, ¿en que medida el clima nos afecta en la vida real? Responderemos esto invirtiendo la famosa frase, en este caso la ficción supera a la realidad. Sin embargo, numerosas investigaciones han indagado la relación entre estaciones/clima y su incidencia en aspectos psicológicos. Esta asociación se ha estudiado en fenómenos como la depresión, el suicidio, afecciones mentales, visitas hospitalarias, etc. Por ello, te invitamos a conocer más acerca de la controversial relación acerca de aspectos estacionales y salud mental, poniendo sobre la mesa algunas evidencias disponibles.
¿Salud mental a merced de las estaciones?
Estaciones, trastornos afectivos y ansiedad
Una investigación evalúo la relación entre 6565 registros de pacientes en Emergencia de un hospital y los factores ambientales. Entre ellos, temperatura, precipitaciones, humedad relativa, etc., durante un periodo de cinco años.
Los autores encontraron diferencias significativas entre estaciones, principalmente primavera y otoño para la aparición de trastornos afectivos y ansiedad. Asimismo, tanto las diferencias estacionales como los factores del clima, precipitaciones, altas temperaturas y dirección del viento ocurridos durante los 3-5 días previos predecían la aparición de dichas problemáticas.
En adición, las diferencias entre primavera y otoño se manifestaron en todas las patologías registradas. Lo que resalta que los cambios climáticos abruptos típicos de dichas estaciones influyen en las emergencias psicopatológicas (Settineri et al., 2016). En este sentido, resulta pertinente destacar la importancia de prestar atención al factor contaminación ambiental, ya que genera un aumento significativo en la frecuencia de cambios climáticos abruptos, influenciando así en la salud mental. Para adquirir herramientas necesarias en una valoración de estas características, te invitamos a nuestro curso en evaluación neuropsicológica.
Un ejemplo en el trastorno bipolar
El trastorno bipolar se caracteriza por la fluctuación de los episodios depresivo-maníacos, implicando así cambios conductuales y emocionales. Siguiendo la lógica anterior, un estudio comparó la cantidad de ingresos por tipo de episodio y época del año. Los mismos encontraron picos de ingresos durante el invierno para episodios depresivos, como también durante la primavera para episodios maníacos. Sin embargo, estos resultados no lograron ser replicados por otras investigaciones.
Por otro lado, se ha encontrado evidencia consistente en que el clima podría incidir en la transición entre episodios. Esto se debe a que la variable temperatura máxima podía predecir cambios en el estado de ánimo clínicamente relevantes en el trastorno bipolar. De esta manera, las altas temperaturas se asociaron a mayores posibilidades de transición hacia un episodio maníaco (Bullock et al., 2017).
Trastorno estacional afectivo: Clima y depresión
El trastorno estacional afectivo, o también conocido por Winter blues, es un subtipo de depresión caracterizado por su aparición según patrones estacionales. Para ello, se toma en cuenta la aparición de cuadros depresivos en el rango de al menos dos años durante una misma época del año.
Con respecto a su manifestación clínica, se expresa a través de síntomas propios de la depresión mayor manifiestos durante 4 a 5 meses por año, como también otros síntomas particulares. Algunos de estos es la hipersomnia, la sobrealimentación, aumento de peso y aislamiento social.
¿Una categoría dentro de otra?
Actualmente, no se presenta como un trastorno en sí mismo dentro del Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales (Diagnostic and Statistical Manual of Mental Disorders, Fifth Edition, DSM-V, en inglés). Sin embargo, se toman en cuenta factores estacionales en el diagnóstico de la depresión, lo que conduce a la especificación patrón estacional. Cabe destacar que la existencia de este subtipo de trastorno no implica una asociación entre factores del clima y estados emocionales de tristeza en la población general.
Causas del trastorno estacional afectivo
Resulta importante resaltar que este cuadro afecta principalmente a personas que conviven con algún tipo de afección mental. En cuanto a sus causas, las investigaciones señalan posibles fallas en la regulación de los niveles de serotonina, agudizado por escasa producción de vitamina D en base a la luz solar recibida durante el invierno.
Además, se ha propuesto que las personas que desarrollan trastorno estacional afectivo pueden tener una mayor producción de la hormona melatonina. Esto sumado a la escasez de serotonina podría generar alteraciones considerables de los ciclos de vigilia/sueño y, por ende, una desadaptación a los cambios día-noche durante distintas estaciones (National Institute of Mental Health [NIMH], 2020).
Suicidio y estaciones: ¿Qué evidencia existe?
Una investigación reciente señala una relación entre factores climáticos-estacionales y suicidios consumados por sexo. Como resultados destacan asociaciones significativas entre mayores rachas de viento y más cantidad de suicidios consumados por mujeres comparado a los hombres.
A su vez, señalan relación existente entre sexo y estaciones, existiendo mayor número de suicidios por mujeres durante la primavera (45,8%), mientras que los hombres llevaron a cabo el acto mayormente en otoño (28,9%). A pesar de estos resultados, los autores plantean que dichos resultados tienen un alcance parcial debido a criterios muestrales (Iglesias et al., 2020).
¿Una teoría inconclusa?
En esta línea, otro estudio realizado a lo largo de un período de 11 años determinó una relación entre altas temperaturas ambiente y suicidios consumados de forma violenta. Aunque no se halló relación entre cantidad de suicidios por diferencias estacionales (Page et al., 2007).
No obstante, estos resultados han sido cuestionados por otras investigaciones, ya que las altas temperaturas son un factor de riesgo para la mayoría de las causas de muerte.
Algunas controversias
Existen gran cantidad de estudios que indagan la relación entre estaciones, clima y fenómenos psicológicos, mayormente a través de análisis estadísticos y asociativos de datos registrados en hospitales y meteorológicos. En esta línea, dichas investigaciones no están exentas de cuestionamientos en torno a sus conclusiones. Lo anterior se debe a que, si bien existen resultados interesantes, muchos de estos tienen un alcance parcial en la validez de sus asociaciones.
Por ello, una distribución asimétrica de la ocurrencia de un fenómeno, como por ejemplo el suicidio entre las estaciones del año, puede manifestarse de forma diferente entre un estudio y otro, lo que afecta la consistencia en los resultados. En adición, la premisa de que los factores climáticos y estacionales influyen en el estado emocional de la población general tiene escaso apoyo en la evidencia disponible. Así pues, los estudios destinados a indagar si el clima afecta la forma en que nos sentimos, no han hallado relación significativa (Winthorst et al., 2020).
Conclusión
Hemos expuesto la relación entre la temática estacional y su influencia en la salud mental, sus resultados y algunas limitaciones generales. La complejidad del ser humano y el factor multicausal de nuestros padecimientos y bienestar, conlleva tomar en cuenta la interacción con el ambiente en el que vivimos. Sin embargo, esa misma complejidad y nuestras subjetividades plantean desafíos para establecer relaciones sólidas entre factores bioclimáticos y el estado emocional o psicológico.
Ahora, lo mencionado no quita el hecho de que este tipo de indagaciones busca ampliar el margen para la comprensión de los malestares. Es por ello que se valora, pese a las limitaciones, los interesantes hallazgos principalmente en torno a poblaciones específicas y cuadros clínicos definidos. De esta manera, partiendo de los resultados, quedan abiertas diversas líneas de investigación dispuestas a continuar los esfuerzos por entender la influencia de las estaciones y el clima en las personas.
Referencias bibliográficas
- Bullock, B., Murray, G. y Meyer, D. (2017). Highs and lows, ups and downs: Meteorology and mood in bipolar disorder. PLOS ONE, 12(3), e0173431. Doi: 10.1371/journal.pone.0173431
- Iglesias, I., Beltrán, C., Sáez, J. y Girela, E. (2020). La influencia de las condiciones meteorológicas ambientales en la mortalidad por suicidio en la provincia de Córdoba. Revista Española de Medicina Legal. Doi: 10.1016/j.reml.2020.05.008
- National Institute of Mental Health (NIMH), (2020). U.S. Department of health and human services. NIH Publication No. 20-MH-8138
- Page, L. A., Hajat, S. y Kovats, R. S. (2007). Relationship between daily suicide counts and temperature in England and Wales. British Journal of Psychiatry, 191(02), 106-112. Doi: 10.1192/bjp.bp.106.031948
- Settineri, S., Mucciardi, M., Leonardi, V., Schlesinger, S., Gioffrè Florio, M., Famà, F., Muscatello, M. y Mento, C. (2016). Metereological conditions and psychiatric emergency visits in Messina, Italy. International Journal of Psychological Research, 9(1), 72-82.
- Winthorst, W. H., Bos, E. H., Roest, A. M. y De Jonge, P. (2020). Seasonality of mood and affect in a large general population sample. PLOS ONE, 15(9), e0239033. https://doi.org/10.1371/journal.pone.0239033