Probablemente hayas escuchado que, cuando una persona está en coma, es bueno hablarles aunque no respondan. Últimamente, la evidencia parece corroborar que la presencia de ciertos estímulos puede ayudar en el proceso de recuperación de la conciencia. Es así que, desde hace unos años, se estudian los posibles beneficios de los métodos de estimulación sensorial. En esta nota, recogemos algunos de los hallazgos más actuales, dificultades en la metodología, y el aspecto prometedor que estas técnicas significan para los pacientes y sus familias.

¿Qué es la estimulación sensorial?

La estimulación sensorial engloba una variedad de métodos destinados a activar los sentidos, buscando incrementar el estado de alerta en ciertos pacientes. Así, estos enfoques incluyen la estimulación sensorial y la estimulación multisensorial, que implican establecer un vínculo especial entre el profesional y el paciente. Para eso, la estimulación sensorial abarca la estimulación auditiva, visual, olfativa, táctil, gustativa y kinestésica.

Distintos métodos de estimulación sensorial

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Por otro lado, existe el concepto snoezelen, un término que surge de la contracción de dos palabras en holandés: snuffelen, que sería oler, y doezelen que significaría dormitar. En ese sentido, se enfoca en explorar estímulos sensoriales y lograr un estado placentero de relajación, inicialmente implementado en salas con equipamiento especializado.

En cambio, la estimulación multisensorial no se limita a un espacio específico, sino que representa un enfoque y proceso más amplios. Así, puede referirse tanto a una sala especial, similar a la sala snoezelen, como a una estrategia de tratamiento para personas con patologías (Basadonne et al., 2021).

El concepto de integración sensorial

La noción de estimulación sensorial puede vincularse con diversas perspectivas, desde la neurociencia hasta la teoría humanista. Por ejemplo, en los años 60, Jean Ayres, terapeuta ocupacional estadounidense, desarrolló la teoría de la integración sensorial. Para lograrlo, utilizó su trabajo con niños con trastornos neurológicos y se basó en principios de la neurociencia, biología, psicología y educación.

De acuerdo con Ayres, los procesos de integración sensorial permiten a los seres humanos interactuar de manera efectiva con su entorno. Por tanto, esta perspectiva desafió la visión tradicional que consideraba el sistema sensorial de forma aislada. Pues, enfatizó la importancia de la interacción sensorial en la función humana (Lykkeslet et al., 2014).

Como resultado de estos hallazgos, se ha planteado la posibilidad de utilizar ciertos métodos de estimulación sensorial en personas con estados mínimos de conciencia. Y, por ello, existe la hipótesis de que las personas en coma podrían beneficiarse de tales métodos.

El coma como posible desenlace tras un traumatismo craneoencefálico

Un traumatismo craneoencefálico (traumatic brain injury, TBI, en inglés) puede llevar a una alteración de la conciencia con diferentes niveles de gravedad. Es así que, aunque tras un TBI grave algunos pacientes logran recuperarse, en otros casos quedan en estados de conciencia gravemente alterada, como el estado vegetativo, estado mínimamente consciente o en coma.

Respecto a este último, las personas no tienen conciencia de sí mismas ni de su entorno, por lo que no muestran respuesta a estímulos externos. Por otra parte, en el estado vegetativo, pueden abrir y cerrar los ojos, pero no interactúan con el entorno. En cambio, aquellos en estado mínimamente consciente presentan una conciencia severamente alterada, con evidencias mínimas pero definidas de autoconciencia o conciencia ambiental.

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Carencias en los tratamientos disponibles

Gracias a los avances en el diagnóstico y tratamiento de las lesiones traumáticas cerebrales, la mortalidad ha disminuido. Sin embargo, ha aumentado la proporción de pacientes con trastornos de conciencia a largo plazo.

A pesar de que existe la necesidad de mejorar la recuperación del coma tras un TBI, aún no existen estándares para guiar la rehabilitación. Y, hasta el momento, se han aplicado diversas estrategias para facilitar la recuperación. Dentro de estas, se incluyen intervenciones farmacológicas, estimulación sensorial, estimulación magnética transcraneal, estimulación cerebral profunda y terapias de oxígeno hiperbárico.

Estimulación sensorial en pacientes con alteraciones en la conciencia

De acuerdo a una revisión, hay evidencia de que los programas de estimulación sensorial mejoran los resultados en pacientes con trastornos de la conciencia. Sin embargo, una de las principales limitaciones para establecer conclusiones sólidas, es la significativa heterogeneidad entre los estudios publicados. Aunque, a pesar de estas variaciones, varios grupos de estudios informaron mejoras.

Hallazgos prometedores, pero dificultades metodológicas

Otra fuente de heterogeneidad en la evidencia actual radica en los diseños de estudio utilizados. Pues, de los estudios incluidos, uno fue un estudio de un solo grupo, dos siguieron un diseño de series temporales y los demás fueron ensayos controlados.

Asimismo, la probabilidad de recuperación espontánea es mayor en la etapa aguda del trastorno. Esto es importante dado que, en esta etapa, se llevan a cabo la mayoría de los estudios controlados. Para abordar esta limitación, algunos estudios de series temporales recopilan mediciones repetidas durante fases alternas de control y tratamiento. De este modo, se logran controlar las características basales de los pacientes.

El papel de las familias

En otra línea, en los últimos 10 años, también se ha explorado el papel de los familiares en dichos programas. Con ese motivo, estudios recientes han demostrado que, personas conocidas o familiares del paciente, desempeñan un papel crítico en el proceso de recuperación de un coma. Por ejemplo, estas investigaciones han revelado que los estímulos auditivos proporcionados por los familiares pueden tener efectos significativos en la recuperación del coma.

En otras palabras, los estímulos emocionales y familiares pueden interactuar de manera sinérgica para mejorar el nivel de conciencia de los pacientes y promover cambios en los signos vitales. En conjunto, estos hallazgos resaltan la importancia de la estimulación sensorial como parte de la rehabilitación de pacientes con trastornos de la conciencia (Li et al., 2020).

Conclusión

En el estado actual de las técnicas de estimulación sensorial en personas en coma, emerge una perspectiva alentadora y desafiante. En efecto, representan algo de esperanza para las personas afectadas y sus familias, así como de los médicos a cargo. Sin embargo, es necesaria una investigación más rigurosa en los aspectos metodológicos. A fin de cuentas, se requiere de evidencias más sólidas para que esta clase de técnicas se incorporen al repertorio de tratamientos posibles.

Referencias bibliográficas

  • Basadonne, I., Cristofolini, M., Mucchi, I., Recla, F., Bentenuto, A. y Zanella, N. (2021). Working on Cognitive Functions in a Fully Digitalized Multisensory Interactive Room: A New Approach for Intervention in Autism Spectrum Disorders. Brain sciences11(11), 1459. https://doi.org/10.3390/brainsci11111459
  • Li, J., Cheng, Q., Liu, F. K., Huang, Z. y Feng, S. S. (2020). Sensory stimulation to improve arousal in comatose patients after traumatic brain injury: a systematic review of the literature. Neurological sciences: official journal of the Italian Neurological Society and of the Italian Society of Clinical Neurophysiology41(9), 2367-2376. https://doi.org/10.1007/s10072-020-04410-9
  • Lykkeslet, E., Gjengedal, E., Skrondal, T. y Storjord, M. B. (2014). Sensory stimulation – a way of creating mutual relations in dementia care. International journal of qualitative studies on health and well-being9, 23888. https://doi.org/10.3402/qhw.v9.23888