El estigma se refiere a la desaprobación social, el rechazo o la discriminación hacia personas o grupos debido a ciertas características o circunstancias percibidas como diferentes, inusuales o desviadas de la norma social. En cuanto a salud mental se refiere, seguro que podemos hacernos idea de algunos de ellos. Un estudio se enfocó en estudiantes de enfermería para determinar si, incluso en este grupo que se dedicará al ámbito de la salud, era necesario también trabajar en la prevención y reducción del estigma desde las etapas iniciales de la formación. Demos respuesta a cómo influyen los niveles de estigma y si esto existe en aquellos que estudian para dedicarse a la salud.
Antes de nada
Es paradójico que un profesional de la salud, como un estudiante de enfermería, tenga estigmas hacia la salud mental, dado que se espera que estos profesionales brinden atención compasiva y libre de prejuicios a todas las personas. Independientemente de su condición de salud. Sin embargo, es importante recordar que el estigma relacionado con la salud mental puede manifestarse en cualquier persona, independientemente de su formación o profesión.
Y es que, los estigmas y prejuicios hacia la salud mental son problemas sociales más amplios. Y, por supuesto, la presencia de prejuicios no implica falta de profesionalidad en el desempeño de los alumnos, ya que pueden ser conscientes de sus actitudes y trabajar activamente para superar y modificar percepciones negativas.
Entonces… ¿Por qué estudiantes de enfermería?
Algo está claro, la formación de enfermería proporciona una oportunidad única para intervenir tempranamente en la construcción de actitudes y percepciones hacia la salud mental.
Lo que puede influir en la práctica profesional a largo plazo. Sin contar con que sus percepciones tienen un claro impacto directo en la calidad de la atención que brindan a los pacientes.
Inevitablemente, han de brindar una atención integral y coordinada que aborde tanto los aspectos físicos como emocionales de la salud mental. Por lo que la enfermería se convierte en una especie de arte de la compasión y la empatía.
¿Cómo se llevó a cabo el estudio?
Se sirvió de un diseño mixto de métodos, utilizando un muestreo por conveniencia para seleccionar a estudiantes de enfermería que contactaron al equipo de investigación después de ver las convocatorias de la facultad. Así, se acabaron realizando 30 entrevistas en profundidad, donde se recopilaron datos sociodemográficos y se utilizó un guion semiestructurado.
Tras las entrevistas, grabadas en archivos de audio protegidos, se aplicó un análisis cualitativo fenomenológico basado en el método de Giorgi para describir los significados del fenómeno desde la perspectiva de los participantes, categorizando los hallazgos en unidades de sensación.
Algunos datos interesantes
Los resultados incluyeron algunos porcentajes curiosos:
- El 84.5% de los estudiantes encuestados completaron correctamente el cuestionario.
- La edad promedio de los participantes fue de 20 años.
- El 83.0% de los participantes eran mujeres.
- El 11.1% había realizado una rotación clínica en salud mental.
- El 30.4% afirmó tener un familiar con problemas de salud mental.
- El 21.4% indicó tener amigos con problemas de salud mental.
En definitiva, la distribución de los puntajes en la escala de estigma revela que la mayoría de los estudiantes mostraron niveles moderados de estigma.
Desglosemos
Por un lado, sabemos que la predominancia de mujeres en la muestra puede influir en las actitudes hacia la salud mental, ya que existen diferencias de género en la percepción y manejo de los trastornos mentales. Por otro, la baja proporción de estudiantes que habían realizado rotaciones clínicas en salud mental sugiere una posible falta de exposición directa a pacientes con trastornos mentales. Lo que puede influir en la aparición de estigmas.
Además, sabemos que la presencia de familiares y amigos con problemas de salud mental entre los estudiantes puede influir en sus actitudes y percepciones. Pero en esto, es importante considerar si dichas experiencias personales pueden afectar la formación de estigmas o, por el contrario, promover el entendimiento.
Algo interesante entre los estudiantes de enfermería
Hubo un hallazgo interesante. Y es que, los niveles de estigma son más bajos en estudiantes de cursos superiores, quienes han recibido formación específica en salud mental. Pero… ¿A qué puede deberse dicho cambio de actitudes?
La respuesta está en la historia
Según la teoría de la persuasión de Petty y Cacioppo (1985), la exposición a información persuasiva y relevante, como la formación académica en salud mental, puede influir en la formación de actitudes.
Trasladado a este contexto, la formación específica en salud mental proporciona a los estudiantes conocimientos teóricos y experiencias prácticas que desafían los estereotipos y prejuicios previamente sostenidos, lo que puede llevar a una reevaluación de las actitudes hacia las personas con trastornos mentales.
Con respecto a esto, también se podría mencionar la perspectiva del aprendizaje social de Bandura que, extrapolada al caso, se relacionaría con la observación directa de modelos positivos en entornos de salud mental, como durante las rotaciones clínicas. Sirviendo de mecanismo para la adquisición de nuevas actitudes y comportamientos. Así que sí, programas de concienciación sobre enfermedades mentales dirigidos a los estudiantes podría ser útiles para garantizar una atención de calidad y libre de estigma hacia los pacientes.
¿Qué sacar de aquí?
Se recuerda la importancia significativa en virtud del potencial impacto en la calidad de la atención en salud mental, la formación del personal de enfermería y salud pública. Y es que, las actitudes y percepciones de los estudiantes de enfermería hacia las personas con trastornos mentales siempre desempeñarán un papel crucial en la relación terapéutica y los resultados de salud.
Por ende, la identificación de niveles de estigma en este contexto permite el diseño de intervenciones educativas tempranas, contribuyendo así a la formación de profesionales más empáticos y comprensivos. Además, al abordar el estigma en la formación de enfermería, se promueven entornos de atención más inclusivos, lo que a su vez puede facilitar el acceso a servicios de salud mental y mejorar los resultados clínicos.
Referencia bibliográfica
- Rodríguez-Almagro, J., Hernández-Martínez, A., Rodríguez-Almagro, D., Quiros-García, J. M., Solano-Ruiz, M. D. C. y Gómez-Salgado, J. (2019). Level of Stigma among Spanish Nursing Students toward Mental Illness and Associated Factors: A Mixed-Methods Study. International journal of environmental research and public health, 16(23), 4870. https://doi.org/10.3390/ijerph16234870