El experimento de la obediencia de Stanley Milgram (1963) examina hasta qué punto las personas están dispuestas a obedecer a las autoridades, aún cuando sus acciones puedan causar daño a otros. Esto es, en qué medida la influencia cumple un papel determinante. Inspirado por los juicios de Nuremberg y los horrores del Holocausto, Milgram exploró cómo las personas pueden ser llevadas a realizar actos inhumanos bajo la influencia de órdenes de figuras de autoridad. En esta nota, analizaremos la teoría de la obediencia de Milgram, sus implicaciones éticas y sociales, y el papel de la influencia.

Un experimento basado en los juicios de Nuremberg

El experimento de la obediencia de Stanley Milgram es una investigación histórica que plantea una serie de interrogantes fascinantes sobre la naturaleza humana y el poder de la autoridad. En un intento por comprender hasta qué punto las personas están dispuestas a acatar órdenes, incluso cuando sus acciones puedan resultar perjudiciales para otros, Milgram llevó a cabo un estudio que reveló aspectos interesantes sobre la conducta humana.

Lacort, J. (2015). Milgram quiso comprar hasta qué punto un humano obedece órdenes de la autoridad aunque entren en conflicto con su moral y ética personales y si se podría decir que todos ellos fueron cómplices [Fotografía]. Recuperado de www.hipertextual.com

Realizado en la década de 1960, este experimento se inspiró en gran medida por los juicios de Nuremberg y los horrores presenciados durante el Holocausto, causado por los nazis durante el período de la Segunda Guerra Mundial.

El caso de Adolph Eichmann

Concretamente, a raíz del juicio a Adolph Eichmann,  ideólogo de la solución final del Tercer Reich y juzgado por los crímenes contra la humanidad cometidos durante el régimen nazi.

¿Era un loco o un sádico? ¿Se diferenciaba del resto de personas normales? Cada vez que le preguntaban por el motivo de sus acciones, respondía: Cumplía órdenes. No perseguí a los judíos con avidez ni placer. Fue el Gobierno quien lo hizo. La persecución, por otra parte, solo podía decidirla un Gobierno, pero en ningún caso yo. Acuso a los gobernantes de haber abusado de mi obediencia.

Milgram se empezó a preguntar cómo tantos individuos aparentemente ordinarios pudieron perpetrar atrocidades tan inhumanas y crueles bajo la justificación de estar siguiendo órdenes. Así, con esta inquietud en mente, diseñó un experimento que exploraría los límites de la obediencia y sus implicaciones en la ética y la sociedad con la idea de que era la situación social, y no la propia persona, la responsable del comportamiento.

¿En qué consistió?

El experimento involucró una muestra de 40 voluntarios reclutados a través de anuncios en el periódico. Posteriormente, se los llamó de forma individual, y con cada uno de ellos se desarrolló la misma situación que incluía la participación de tres personas: la autoridad (el investigador), el voluntario (objeto de estudio) y la víctima (un actor) (Russell y Gregory, 2015).

El experimentador explicó que el objetivo de la investigación era estudiar los efectos del castigo en el aprendizaje. La consigna que se le dio al voluntario fue que él tenía que hacer de maestro y realizar una serie de preguntas a la víctima. Si esta respondía incorrectamente, se instruía al voluntario a administrarle descargas eléctricas. No obstante, lo que los participantes no sabían era que los aprendices o víctimas eran actores y las descargas eléctricas eran simuladas.

Resultados inesperados para Milgram

El experimento de Milgram: La influencia de las autoridades
Lacort, J. (2015). El experimento de Milgram desató muchas críticas por el nivel de estrés y ansiedad extrema que sufrieron sus participantes. [Fotografía]. Recuperado de www.hipertextual.com

Los resultados del experimento fueron sorprendentes y, en cierta medida, alarmantes. A pesar de oír a los aprendices suplicando y gritando de dolor, muchos participantes continuaron administrando descargas eléctricas cada vez más intensas, simplemente porque una supuesta figura de autoridad se los indicaba.

Esto planteó importantes preguntas sobre la disposición de las personas para seguir órdenes, hasta cuando sus acciones pueden ser moralmente cuestionables. Según Milgram, algunos de los factores que supusieron una influencia en la obediencia de los participantes fueron:

  • La presencia de una figura de autoridad supuestamente competente.
  • El hecho de que se informo previamente al participante que las descargas no eran peligrosas.
  • El estudio fue avalado por la prestigiosa Universidad de Yale.
  • La aparente aleatoriedad de la elección del maestro y el aprendiz.

La famosa teoría de la obediencia de Milgram

Ciertamente, la teoría de la obediencia de Milgram sugiere que las autoridades pueden ser una influencia significativa en el comportamiento de las personas. De esta forma, se tiende a confiar en las figuras de autoridad y a seguir sus instrucciones, incluso si ello implica causar daño a otros. Esto plantea dilemas éticos y cuestionamientos profundos sobre la responsabilidad personal y el deber moral de resistir a las órdenes inhumanas o injustas.

Milgram distinguió dos estados psicológicos para explicar por qué los individuos obedecían en sus experimentos: a) “el estado de autonomía“, donde las personas se sienten responsables de sus actos y utilizan su propia conciencia como guía de comportamiento y b) “el estado agéntico“, los que se encuentran en este estado consideran que forman parte de una estructura jerárquica y sostienen que las autoridades son las responsables de sus actos y utilizan las órdenes de las autoridades como guía de acción correcta (Canto Ortiz y Álvaro, 2015).

La controversia que rodea al experimento

Los experimentos de Milgram hasta el día de hoy, son objeto de críticas tanto desde un punto de vista ético como metodológico. Y es que, algunas revisiones sistemáticas afirman que los hallazgos de dicho experimento se contradicen con los resultados de experimentos similares realizados hasta 35 años después (Blass, 1999).

Críticas actuales

Perry, G. (2015). Pruebas de 1961 en las que el psicólogo social Stanley Milgram invitó a voluntarios a participar en un estudio sobre memoria y aprendizaje. [Fotografía]. Recuperado de www.traduagindo.com
  • La presión ejercida por parte del experimentador para continuar dando descargas, que interfiere con el derecho de los participantes a retirarse.
  • De un total de aproximadamente 700 personas que participaron en diferentes variaciones de sus estudios entre 1961 y 1962, a muy pocas se les informó que en realidad la víctima era un actor.
  • El 65% de las personas obedecieron las órdenes del investigador solo en una variación del experimento, que es la más conocida. En otras variaciones, muchas menos personas sucumbieron ante la influencia de los experimentadores y, en algunas versiones del estudio, ni siquiera un solo participante obedeció.
  • Muchos de los sujetos dedujeron cuál era la intención de Milgram y sabían que el aprendiz simplemente estaba fingiendo, lo cual modifica completamente el experimento. De hecho, los niveles medios de descarga para aquellos que creían plenamente que estaban infligiendo dolor eran más bajos que para los sujetos que no creían plenamente que estuvieran infligiendo dolor (Perry et al., 2020).

Conclusión

El experimento de Milgram se ha convertido en un clásico en la psicología social. Este estudio sugiere que las personas son capaces de cosas terribles bajo la influencia de una figura de autoridad. Tal y como él mismo afirmó, es fácil ignorar la responsabilidad (individual) cuando uno es solo un eslabón intermedio en una cadena de acción. Sin embargo, este estudio ha sido muy cuestionado tanto metodológica como éticamente, por lo que sus hallazgos aún son muy controversiales.

Referencias bibliográficas

  • Blass, T. (1999). The milgram paradigm after 35 years: Some things we now know about obedience to authority 1. Journal of applied social psychology29(5), 955-978. https://doi.org/10.1111/j.1559-1816.1999.tb00134.x
  • Canto Ortiz, J-. M. y Álvaro, J-.L. (2015). Más allá de la obediencia: reanálisis de la investigación de Milgram. Escritos de Psicología (Internet)8(1), 13-20. https://dx.doi.org/10.5231/psy.writ.2015.0701
  • Milgram, S. (1963). Behavioral Study of obedience. The Journal of Abnormal and Social Psychology, 67(4), 371-378. https://doi.org/10.1037/h0040525
  • Perry, G., Brannigan, A., Wanner, R. A. y Stam, H. (2020). Credibility and incredulity in Milgram’s obedience experiments: A reanalysis of an unpublished test. Social Psychology Quarterly83(1), 88-106. https://doi.org/10.1177/0190272519861952
  • Russell, N. y Gregory, R. (2015). The Milgram-Holocaust linkage: Challenging the present consensus. State Crime Journal4(2), 128-153. https://doi.org/10.13169/statecrime.4.2.0128