Para algunos una gran novedad, para otros, la teoría más absurda que ha existido. Esta teoría científica, hoy en día desacreditada, tuvo su auge a finales del siglo XIX y fue muy famosa en su tiempo. La frenología fue iniciada por médicos rocambolescos tales como Franz Joseph Gall, quienes creían que el cerebro estaba formado por numerosos órganos los cuales se encontraban vinculados a facultades específicas. En esta nota, te explicamos de qué trata esta postura tan peculiar, así cómo sus críticas éticas y sociales ¿Cuál fue su impacto en la compresión del cerebro y la psicología? A continuación, lo detallamos.
Fundamentos de la frenología de Gall
En sus comienzos, la frenología se basó principalmente en la idea de que los órganos cerebrales se desarrollaban y aumentaban de tamaño en respuesta al uso y la actividad mental. Franz Joseph Gall, médico y filósofo alemán, fue quien postuló la idea de que existe una relación entre la forma del cráneo y las características mentales de una persona. Por ejemplo, creía que quienes poseían sentido para los sonidos y talento musical tenían el cráneo de cierta forma específica que los diferenciaba de los demás.
Gall, por lo tanto, sostenía que los rasgos de la personalidad y las habilidades cognitivas estaban determinados por la forma y el tamaño de diferentes regiones del cerebro.Así pues, estas zonas se podían identificar a través de la observación de diferentes protuberancias en el cráneo.
Los supuestos de Gall
- El cerebro es el órgano de la mente.
- La mente está compuesta de múltiples facultades.
- Las facultades mentales están asentadas en diferentes órganos en el cerebro.
- El tamaño de un órgano se corresponde con la función.
- La forma del cerebro está determinada por el desarrollo de estos órganos.
- El cráneo toma la forma del cerebro.
- Se pueden analizar las tendencias del ser humano a través de la palpación del cráneo (Arias, 2018).
Cabe destacar que la frenología nunca tuvo respaldo de evidencia científica sólida. Es por esto que, dicha teoría, fue ampliamente criticada por la comunidad científica en su época, así como también posteriormente. A pesar de ello, la frenología dará inicio a la ciencia del cerebro, que entonces pasará a ser considerada el único soporte físico de todas las facultades intelectuales y morales (Caponi, 2010).
La contribución de Franz Joseph Gall en la frenología
Desde pequeño, Gall tuvo interés por la forma del cráneo. Cuando fue estudiante, observó que quienes tenían ojos prominentes poseían buena memoria, por ejemplo. Así, comenzó sus trabajos craneométricos con individuos que estaban en las cárceles, manicomios, asilos y escuelas. Desde 1792, comenzó a coleccionar cráneos de humanos y animales, y para 1802 tenía cerca de 300 cráneos humanos recolectados (Arias, 2018).
La curiosidad y observación lo llevaron a postular su principal contribución a la frenología, el desarrollo del mapa de los órganos cerebrales. Basándose en dicha teoría, cada función mental específica estaba asociada con una región cerebral particular. Además, las diferentes formas de cráneo y cabeza revelaban, según él, el desarrollo del encéfalo o de sus partes componentes.
Método y técnicas de estudio
En la frenología planteada por Gall (apoyándose en el hecho de que el cráneo crece empujado desde su interior por el crecimiento del cerebro), sería posible determinar rasgos de personalidad mediante el análisis de los abultamientos del cráneo (Corredor y Cardenas, 2017). Es así que, el método principal para poder establecer los atributos psicológicos en una persona, es a través la observación y de, literalmente, palpar su cráneo.
Los diferente frenólogos de la época, se concentraban en palpar con las yemas de los dedos agrandamientos e irregularidades en la cabeza de sus consultantes. A partir de los diferentes tamaños relativos del cráneo, cada frenólogo evaluaría el carácter, la personalidad y temperamento de la persona. En esta línea, un órgano “agrandado” significaba que la persona utilizaba en exceso dicho órgano en particular.
Críticas éticas y sociales relacionadas con la frenología
En 1835, José Ramón Pacheco señaló que sería fácil acertar en los indicios sobre la forma de conocer las aptitudes de los individuos a partir de la frenología y acertar teniendo en cuenta las mejores “formas de cabeza” para realizar las distintas actividades posibles (Murga y Alvaréz, 2019).
Esto se utilizó para justificar diversas problemáticas de la época, entre ellas, la esclavitud. Por ejemplo, según algunos médicos, los órganos intelectuales de personas afrodescendientes eran pequeños y los abolicionistas, en lugar de rechazar esta idea de la frenología, creyeron oportuno usarla a favor, postulando que los esclavos recibían signos de “mejoría” en sus cráneos cuando recibían educación adecuada. Claramente, estas posturas recibieron críticas éticas y sociales muy marcadas.
Impacto histórico de la frenología y la influencia de Gall en la comprensión del cerebro y la psicología
La frenología ha sido un antecedente importante en cuanto a las neurociencias porque ha permitido buscar explicaciones a la naturaleza humana en la fisiología, dejando de lado la metafísica y el escolasticismo. A pesar de ello, y quizá por sus errores, ha sido prácticamente ignorada en algunos manuales de historia de la psicología (Arias, 2018).
Así pues, el impacto histórico de la frenología en la comprensión del cerebro es muy grande. Ya que la misma corresponde al primer intento de relacionar sistemáticamente la topografía cerebral con las funciones psíquicas y mentales. En consecuencia, si bien acarreó variadas limitaciones metodológicas, logró abrir un camino para el estudio de la función cortical y ayudó a postular la idea de que el cerebro no es un órgano unitario indiferenciado (Sierra y Munévar, 2007).
Conclusión
La frenología ha significado un paso muy importante en la historia de las neurociencias. Sus postulados, si bien son considerados pseudocientíficos, han contribuido a generar ideas y aportes que han permitido indagar con mayor profundidad acerca de sus particularidades para transformarlas. A pesar de su escasa validez científica, hoy en día continua siendo un ejemplo importante en la historia de la psicología, ya que destaca la necesidad de fundamentar las teorías en cuanto a evidencia empírica y la urgencia de abordar la complejidad del funcionamiento cerebral con enfoques científicos rigurosos.
Referencias bibliográficas
- Arias, G. y Walter, L. (2018). La frenología y sus implicancias: un poco de historia sobre un tema olvidado. Revista chilena de neuro-psiquiatría, 56(1), 36-45. https://dx.doi.org/10.4067/s0717-92272018000100036
- Caponi, S. (2010). Georges Canguilhem: del cuerpo subjetivo a la localización cerebral. Salud Colectiva, 6(2), 149-163. http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=73115020003
- Corredor, K. y Cardenas, F. (2017). Neuro-«lo que sea»: inicio y auge de una pseudociencia para el siglo XXI. Revista Latinoamericana de Psicología, 49(2), 89-90. Doi: 10.1016/j.rlp.2017.04.001
- Murga, M. y Alvaréz, S. (2019). La vocación. Imaginario y Deseo. Cuadernos de la Facultad de Humanidades y Ciencias Sociales, 55(1).
- Sierra-Fitzgerald, O. y Munévar, G. (2007). Nuevas ventanas hacia el cerebro humano y su impacto en la neurociencia cognoscitiva. Revista Latinoamericana de Psicología, 39(1), 143-157. https://www.redalyc.org/comocitar.oa?id=80539111