La alianza terapéutica abarca la relación, conexión y colaboración en la que se involucran un terapeuta y su consultante. Esta puede ser medible, variable a través del tiempo de la terapia y está caracterizada por tres componentes: establecer un acuerdo sobre el problema presentado y los objetivos del tratamiento, así como desarrollar un proceso de toma de decisiones compartido y un vínculo emocional entre los implicados. Dichos factores desempeñan un papel crucial para fomentar una relación terapéutica productiva y efectiva. En general, los elementos antes mencionados aseguran que la terapia sea un proceso colaborativo y empoderador, facilitando un cambio y crecimiento positivo. Pero… ¿Cómo se crea la alianza en terapia?
¿Cómo se construye la alianza terapéutica?
Primeramente, antes de embarcarse en el proceso terapéutico, el terapeuta y el consultante deben alcanzar una comprensión mutua del problema o preocupación que lleva a la persona a la terapia. Esto implica escuchar activamente, dialogar abiertamente y que el terapeuta sea capaz de empatizar y comprender la perspectiva del otro. Al lograr un acuerdo sobre el problema presentado, el profesional puede adaptar el enfoque del tratamiento para abordar las necesidades específicas.
Un trabajo en conjunto
Una vez que existe una comprensión compartida del problema presentado, es importante establecer de manera colaborativa los objetivos del tratamiento. Así, ambos han de trabajar juntos para definir lo que esperan lograr a través de la terapia. Objetivos claros y realistas proporcionan un marco para las sesiones de terapia y guían la dirección del tratamiento.
El acuerdo sobre estos objetivos asegura que las dos partes estén alineadas en sus expectativas y esfuerzos. En consecuencia, establecer un vínculo emocional, a menudo denominado alianza terapéutica, es un componente vital de la terapia exitosa. Implica crear un entorno seguro y de apoyo donde el cliente se sienta cómodo expresando sus pensamientos y emociones.
Con esto, la empatía, calidez y cuidado genuino del terapeuta contribuyen a construir confianza y establecer una relación de confianza. Además, un vínculo emocional sólido mejora la comunicación, facilita la apertura y fomenta la disposición del consultante para explorar temas difíciles o sensibles.
¿Se puede romper la alianza terapéutica?
Es correcto afirmar que la alianza terapéutica es dinámica y evoluciona a lo largo del proceso terapéutico. Al principio, el profesional puede ser visto como un guía y apoyo por parte del cliente, quien percibe su rol principalmente como receptor de ayuda. Con el tiempo, a medida que la relación terapéutica se fortalece, el consultante puede empezar a trabajar colaborativamente con el terapeuta, asumiendo una mayor responsabilidad en la definición de los objetivos del tratamiento y sintiéndose parte de un equipo terapéutico. Pero… ¿Puede romperse este vínculo? ¿Cuáles podrían ser las causas?(Bordin, 1989).
- La invalidación de los pensamientos o emociones de los clientes por parte del terapeuta.
- No estar en sintonía con el consultante y no estar enfocado en sus propios objetivos.
- La idealización del especialista por parte del cliente y la consecuente decepción.
- Los terapeutas proporcionan retroalimentación desafiante o una perspectiva diferente.
Esto puede implicar diversas respuestas emocionales en quien demanda el servicio, expresando frustración de diferentes maneras. Dependiendo del estilo de apego, por un lado con conductas evitativas o de confrontación.
En el primer caso es más común, observar que se suspende el tratamiento, o al menos la próxima sesión y que el estilo de alianza terapéutica sea pobre, previa a la ruptura. En el caso de conductas de confrontación, se pueden apreciar conductas defensivas, mostrando resentimiento, insatisfacción hacia el terapeuta o el mismo proceso, con la habilidad de vocalizarlo. Esto ocurre con mayor frecuencia en un estilo de alianza terapéutica alto previo a la ruptura.
¿Es posible repararla?
Existen diversas metodologías específicas según las orientaciones teóricas. Así, resulta útil explorar la ruptura, los pensamientos y sentimientos que dicha ruptura ocasionó, indagar en las expectativas interpersonales o que el propio cliente explore su rol en esta. De hecho, los resultados exitosos en la terapia estuvieron más estrechamente asociados con la resolución de rupturas que con la progresión constante en el desarrollo de la alianza terapéutica (Ardito y Rabellino, 2011).
Su impacto en la efectividad del proceso terapéutico
La terapia efectiva implica un enfoque colaborativo en el cual el terapeuta y cliente toman decisiones juntos. La toma de decisiones compartida empodera al consultante y lo ayuda a desempeñar un papel activo en su propio tratamiento. Así, implica discutir opciones de tratamiento, explorar estrategias potenciales y llegar a un consenso sobre el mejor curso de acción. Este proceso promueve la autonomía del cliente, el compromiso y un sentido de propiedad sobre el tratamiento psicoterapéutico.
Ahora, para que este cambio ocurra, es fundamental que exista un cierto grado de esperanza por parte del cliente en que el terapeuta pueda ayudarlo. Esta esperanza se basa en la creencia de que el profesional posee las habilidades y conocimientos necesarios para facilitar el cambio (Castonguy et al., 2006).
Conexión tiene con la orientación teórica
El concepto de alianza terapéutica se considera un concepto transteórico, lo que significa que tiene relevancia independientemente de la orientación teórica del terapeuta.
La alianza terapéutica ha sido explorada a través de varios enfoques teóricos, y la investigación en este campo ha demostrado que la tal vínculo es un predictor más sólido de los resultados terapéuticos que la propia orientación teórica del terapeuta (Ardito y Rabellino, 2011).
Sin embargo, es importante tener en cuenta que la alianza terapéutica por sí sola no es la única responsable de los resultados terapéuticos. Más bien, la alianza terapéutica crea las condiciones propicias para una relación terapeuta-cliente efectiva y una participación activa en el proceso terapéutico. Otros factores, como las técnicas específicas utilizadas, adecuación del tratamiento a las necesidades del cliente y colaboración en la toma de decisiones, también pueden influir en los resultados de la terapia.
La alianza terapéutica con la teleterapia
La investigación respecto a la alianza terapéutica en el campo de la terapia en línea ha demostrado varios hallazgos significativos. Entre ellos:
- Resultados más rápidos en la disminución de síntomas depresivos.
- Menos amenazante para grupos con ansiedad.
- Adecuada para determinados grupos demográficos, como hombres jóvenes.
- La accesibilidad y eliminación de las barreras geográficas y sociales.
- Calidad de empatía y alianza terapéutica.
- Tolerancia a las interrupciones y mayor inversión en el proceso terapéutico.
En general, estos hallazgos respaldan los beneficios y la efectividad de la terapia en línea en diversos aspectos. Sin embargo, es importante tener en cuenta que los resultados pueden variar según el individuo y el tipo de terapia específica que se esté llevando a cabo (Bischoff et al., 2004).
Conclusión
A medida que se desarrolla la alianza terapéutica, la dinámica de la relación evoluciona y el cliente puede pasar de un papel pasivo a un rol más activo y colaborativo. La esperanza en la capacidad del terapeuta para ayudar, respaldada por la empatía, es un factor importante que permite que esta transformación tenga lugar.
En resumen, si bien la alianza terapéutica es un factor importante y consistente en la eficacia de la terapia, no es el único determinante de los resultados. Aún así, se reconoce que la relación y participación activa entre el terapeuta y el paciente, respaldada por una alianza terapéutica sólida, son fundamentales para el éxito del proceso terapéutico.
Referencias bibliográficas
- Ardito, R. B. y Rabellino, D. (2011). Therapeutic alliance and outcome of psychotherapy: historical excursus, measurements, and prospects for research. Frontiers in psychology, 2, 270. https://doi.org/10.3389/fpsyg.2011.00270
- Bischoff, R. J., Hollist, C. S., Smith, C. W. y Flack, P. (2004). Addressing the mental health needs of the rural and underserved Findings from a multiple case study of a behavioral telehealth project. Contemporary Family Therapy, 26, 179-198. https://doi.org/10.1023/B:COFT.0000031242.83259.fa
- Bordin, E. S. (1989). Building therapeutic alliances: The base for integration. Paper presented at the annual meeting of the Society for the Exploration of Psychotherapy Integration. Berkeley, C. A.
- Castonguay, L. G., Constantino, M. J. y Holtforth, M. G. (2006). The working alliance: Where are we and where should we go?. Psychotherapy (Chicago, Ill.), 43(3), 271-279. https://doi.org/10.1037/0033-3204.43.3.271
Excelente
La Alianza terapéutica es parte muy importante