En la búsqueda de comprender y tratar la depresión, la teoría monoaminérgica ha sido un faro durante décadas. Sin embargo, dicha teoría está lejos de ser la respuesta definitiva. A medida que exploramos su base y limitaciones, surgen nuevas estrategias, desde combinaciones de terapias hasta fármacos innovadores, de cara a abordar la compleja afección. En esta nota nos adentraremos en el mundo de la depresión y su evolución. ¿Qué plantea la teoría monoaminérgica de la depresión? ¿Cuáles son sus limitaciones?
La teoría monoaminérgica de la depresión
La teoría monoaminérgica de la depresión sugiere que los desequilibrios en los neurotransmisores monoaminérgicos contribuyen al desarrollo de trastornos depresivos. Así, ha sido ampliamente estudiada y ha llevado al desarrollo de muchos antidepresivos que actúan para equilibrar los niveles de los neurotransmisores en el cerebro.
Según la teoría, los antidepresivos funcionan aumentando la disponibilidad de tales neurotransmisores en la sinapsis, lo que ayuda a aliviar los síntomas de la depresión. Sin embargo, desde hace algunos años ha sido cuestionada debido al reconocimiento de otros sistemas de neurotransmisión que también pueden estar involucrados en el cuadro (Mrozek et al., 2023).
¿Qué son los neurotransmisores monoaminérgicos?
Los neurotransmisores monoaminérgicos incluyen a la serotonina, dopamina y noradrenalina. De este modo, se plantea que tales neurotransmisores son importantes para regular una variedad de procesos fisiológicos y psicológicos, incluyendo el estado de ánimo, la cognición, el sueño y la respuesta al estrés.
La serotonina
Por ejemplo, la serotonina se ha relacionado con la regulación del estado de ánimo, sueño y apetito, entre otras funciones. Por ello, muchos antidepresivos actúan para aumentar los niveles de serotonina en el cerebro, pues se entiende que esta desempeña un papel importante en el tratamiento de la depresión (Gu et al., 2022).
Dopamina
La dopamina, por otro lado, se ha vinculado también con la regulación del estado de ánimo, además de la motivación y el placer. Así, algunos estudios han encontrado que niveles bajos de dopamina pueden estar relacionados con la anhedonia, que es la incapacidad de experimentar placer en actividades que normalmente se disfrutan, síntoma común de cuadros depresivos.
Y noradrenalina
Finalmente, la noradrenalina se ha relacionado, además de con la regulación del estado de ánimo, con la respuesta al estrés y la atención. Así pues, se entiende que los niveles bajos de noradrenalina correlacionan con una variedad de síntomas, incluyendo fatiga, apatía, falta de motivación y tristeza. También, al estar involucrada en la respuesta al estrés, una disminución del neurotransmisor contribuye a una respuesta deficiente a situaciones estresantes, generando mayor vulnerabilidad (Jiang et al., 2022).
Hipótesis monoaminérgica y abordaje farmacológico
De esta manera, basándose en la presente teoría, se ha estudiado y demostrado que muchos antidepresivos actúan aumentando los niveles de neurotransmisores monoaminérgicos en el cerebro. Y, en ese sentido, esta hipótesis resulta útil para el desarrollo de nuevos tratamientos farmacológicos para la depresión y otros trastornos del estado de ánimo, como por ejemplo el trastorno bipolar.
No obstante, mas allá de que la hipótesis ha sido ampliamente estudiada y proporcionado una base sólida para la investigación de estos cuadros clínicos, también se le han encontrado ciertas limitaciones. Así, se ha reconocido que la hipótesis monoaminérgica es una simplificación excesiva de la complejidad de estos trastornos y que, por lo tanto, es necesario abordarlos de manera integral, complementando tratamientos farmacológicos con psicoterapia.
Limitaciones para considerar
Se plantea, de esta forma, que aunque los antidepresivos que actúan sobre los neurotransmisores monoaminérgicos son efectivos para algunas personas, no todos los individuos responden a estos tratamientos.
Esto sugiere que la depresión y otros trastornos del estado de ánimo son cuadros complejos que pueden tener múltiples causas. Además, la hipótesis monoaminérgica no explica completamente por qué los niveles de neurotransmisores monoaminérgicos pueden estar desequilibrados (Boku et al., 2018).
Algunos abordajes psicoterapéuticos útiles
Cuando se plantean abordajes psicoterapéuticos de cuadros de depresión, se sugieren intervenciones combinadas. De este modo, en ciertas situaciones, los tratamientos que combinan la terapia farmacológica con la psicoterapia pueden ser más efectivos que cualquiera de los tratamientos por sí solos.
Para esto, diferentes abordajes psicoterapéuticos se han estudiado en el tratamiento de estos cuadros clínicos. Algunos de los que se plantean como mas efectivos son, la terapia cognitivo-conductual, la terapia de esquemas y la aplicación de distintas herramientas de psicoeducación. En cuanto a esto último, la psicoeducación juega un papel importante en el tratamiento al proporcionar información sobre la enfermedad, síntomas, causas, y enseñar estrategias para la prevención de recaídas y manejo de la enfermedad a largo plazo.
La conocida terapia cognitivo-conductual
La terapia cognitivo-conductual es uno de los tratamientos más efectivos para la depresión y se recomienda como tratamiento inicial para la depresión leve a moderada. Pues ayuda a los pacientes a identificar y cambiar los patrones de pensamiento y comportamiento negativos que contribuyen al cuadro. Así, las personas pueden aprender a identificar y cambiar tales pensamientos, establecer objetivos realistas y desarrollar habilidades para manejar situaciones estresantes. Además, también ayuda a mejorar la autoestima y desarrollar habilidades para resolver problemas.
La terapia de esquemas
La terapia de esquemas, por su parte, es otra forma de terapia cognitivo-conductual que se enfoca en aquellos aspectos que se originan en la infancia, y que pueden contribuir a la depresión. Se ha demostrado, en ese sentido, efectiva en quienes que no han respondido a la terapia cognitivo-conductual tradicional.
Psicoeducación como elemento necesario
Finalmente, la psicoeducación es una intervención que educa a los consultantes y familiares sobre los síntomas y el manejo de la enfermedad. Ayuda a comprender mejor su psicopatología, identificar los factores que pueden desencadenarla y desarrollar habilidades para prevenir la recurrencia de los episodios depresivos.
Además, mejora la adherencia al tratamiento y la calidad de vida de las personas con depresión. También ayuda a comprender mejor los efectos de los medicamentos y manejar los posibles efectos secundarios (Karrouri et al., 2021).
¿Qué hay de la hipótesis en la actualidad?
En la actualidad, para superar las limitaciones de esta teoría, además de la inclusión de abordajes psicoterapéuticos combinados, se han incluido en la práctica clínica medicamentos como el litio, la triyodotironina, antipsicóticos atípicos, buspirona y pindolol, aunque algunos otros están en desarrollo. Además, se han desarrollado antidepresivos de múltiples objetivos para mejorar la eficacia (Perez-Caballero et al., 2019).
Aún queda mucho
A pesar del enorme esfuerzo realizado para mejorar estos medicamentos monoaminérgicos, todavía no logran producir una respuesta antidepresiva rápida y sostenida en una proporción sustancial de pacientes. Por ello, recientemente, se han centrado en investigar nuevos compuestos que afectan a otros sistemas de neurotransmisión, como el sistema glutamatérgico o posibles agentes antidepresivos de acción rápida. Alternativas que podrían representar una nueva tendencia farmacológica en el manejo de la afección (Onaolapo y Onaolapo, 2021).
Conclusión
La teoría monoaminérgica ha sido una parte integral de nuestra comprensión de la depresión, pero también nos ha enseñado sobre sus limitaciones. A medida que exploramos nuevos horizontes en el tratamiento, nos enfrentamos a preguntas fundamentales acerca de otros sistemas neurológicos que también influyen en estos cuadros clínicos. Por ello, la búsqueda continúa hacia un conocimiento más profundo que permita tratamientos más adecuados y efectivos.
Referencias bibliográficas
- Boku, S., Nakagawa, S., Toda, H. y Hishimoto, A. (2018). Neural basis of major depressive disorder: Beyond monoamine hypothesis. Psychiatry and Clinical Neurosciences, 72(1), 3-12. https://doi.org/10.1111/pcn.12604
- Gu, S., He, Z., Xu, Q., Dong, J., Xiao, T., Liang, F., Ma, X., Wang, F. y Huang, J. H. (2022). The relationship between 5-hydroxytryptamine and its metabolite changes with post-stroke depression. Frontiers in Psychiatry, 13. https://doi.org/10.3389/fpsyt.2022.871754
- Jiang, Y., Zou, D., Li, Y., Gu, S., Dong, J., Ma, X., Xu, S., Wang, F. y Huang, J. H. (2022). Monoamine neurotransmitters control Basic Emotions and affect major depressive disorders. Pharmaceuticals (Basel, Switzerland), 15(10), 1203. https://doi.org/10.3390/ph15101203
- Karrouri, R., Hammani, Z., Benjelloun, R. y Otheman, Y. (2021). Major depressive disorder: Validated treatments and future challenges. World Journal of Clinical Cases, 9(31), 9350-9367. https://doi.org/10.12998/wjcc.v9.i31.9350
- Mrozek, W., Socha, J., Sidorowicz, K., Skrok, A., Syrytczyk, A., Piątkowska-Chmiel, I. y Herbet, M. (2023). Pathogenesis and treatment of depression: Role of diet in prevention and therapy. Nutrition (Burbank, Los Angeles County, Calif.), 115(112143), 112143. https://doi.org/10.1016/j.nut.2023.112143
- Onaolapo, A. Y. y Onaolapo, O. J. (2021). Glutamate and depression: Reflecting a deepening knowledge of the gut and brain effects of a ubiquitous molecule. World Journal of Psychiatry, 11(7), 297-315. https://doi.org/10.5498/wjp.v11.i7.297
- Perez-Caballero, L., Torres-Sanchez, S., Romero-López-Alberca, C., González-Saiz, F., Mico, J. A. y Berrocoso, E. (2019). Monoaminergic system and depression. Cell and Tissue Research, 377(1), 107-113. https://doi.org/10.1007/s00441-018-2978-8