En el mundo de la psicología criminal siempre se han formulado preguntas respecto al origen de las conductas criminales. En referencia a esto, el psiquiatra John MacDonald propuso una teoría llamada la tríada MacDonald. La misma, afirmaba que la presencia de tres comportamientos en la niñez podrían ser predictores de conductas violentas y delictivas en la edad adulta. Es en esta línea que se instala la idea de que conductas como orinar en la cama, iniciar incendios y maltratar animales, pueden ser signos de alarma. En esta nota, aprendemos qué postula esta teoría y cuáles son las evidencias actuales sobre sus hipótesis.

¿Qué es la tríada Macdonald?

La tríada MacDonald, también conocida como la tríada homicida, fue conceptualizada por un psiquiatra forense llamado John MacDonald en 1963. Acerca de su origen, este concepto nació de una investigación que realizó para obtener su título académico que tituló La amenaza de matar (The threat to kill, en inglés, 1967). La misma se centró en 100 pacientes del Hospital Psicopático de Colorado que habían expresado amenazas de homicidio.

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Allí, MacDonald observó tres comportamientos específicos en la niñez de sus pacientes con actitudes más agresivas y sádicas (MacDonald, 1963):

  • Enuresis (orinarse en la cama) persistente después de los cinco años de edad.
  • Actos de crueldad hacia los animales.
  • Inicio de incendios en la infancia.

En concordancia, estos patrones cuando se presentaban en conjunto o en combinación de dos o más, se interpretaban como señales de alarma indicativas de un posible riesgo de comportamiento violento en la adultez.

La tríada MacDonald en la actualidad

A lo largo del tiempo, la tríada MacDonald se ha vinculado no solo con la identificación de individuos de alto riesgo para la violencia sino que también, ha servido como marco de referencia en categorías específicas de delincuentes violentos, incluyéndose sádicos sexuales, incendiarios y, predominantemente, asesinos en serie. No obstante, la teoría propuesta por John Macdonald ha sido duramente cuestionada y, al día de hoy, hay más críticos que adherentes. A pesar de esto, la tríada sigue siendo una herramienta de interés en la psicología forense y la evaluación de riesgos, utilizada por profesionales en diversos contextos clínicos y legales.

Los componentes de la tríada

Sin perjuicio de las críticas, cualquiera de los componentes de la tríada podría ser de alarma dependiendo de su contexto. A continuación, se describen cada uno de ellos y las críticas al respecto (Parfitt y Alleyne, 2020).

Enuresis

Refiere al acto de orinar involuntariamente la cama durante el sueño, persistiendo más allá de la edad de cinco años y ocurriendo al menos dos veces a la semana. Para algunos autores, la relación entre enuresis y las tendencias antisociales tiene sus raíces en las teorías de Freud. Y es que, según el famoso neurólogo, la micción tenía connotaciones eróticas, como que el mojar la cama era un acto sexual frustrado.

Sin embargo, investigaciones más recientes han arrojado dudas sobre tales afirmaciones. En lugar de ello, se ha sugerido que la enuresis es más probablemente causada por condiciones médicas, como una propensión a un sueño profundo o una sobreproducción de orina durante la noche. Además, se ha observado que el impacto real de la enuresis en los niños tiende a ser mínimo, lo que plantea interrogantes sobre su relación con la futura conducta violenta.

maltrato animal

Maltrato y crueldad animal

Para Ascione (1993), el maltrato animal engloba “todo comportamiento socialmente inaceptable que causa intencionalmente dolor, sufrimiento, angustia y/o la muerte innecesaria de un animal”. En relación, MacDonald sostenía que tal comportamiento estaba intrínsecamente ligado al desarrollo de la agresión dirigida hacia los seres humanos en el futuro.

A diferencia de la enuresis, la base teórica que respalda la asociación entre el maltrato animal en la infancia y actos posteriores de violencia hacia otros, está mucho mejor establecida en la literatura. Pues, se acepta ampliamente que los menores que maltratan a animales han presenciado o experimentado algún tipo de abuso ellos mismos.

Por ejemplo, estudios han demostrado que los niños expuestos a la violencia doméstica tienen una probabilidad significativamente mayor de haber sido crueles con los animales en comparación con aquellos que no han estado expuestos (DeGue y DiLillo, 2009).

Iniciar incendios

Dentro de dicha categoría se encuentran todos los actos deliberados de provocar incendios que pueden o no haber resultado en una condena oficial por incendio premeditado. Este comportamiento se propuso como predictivo de futuras conductas violentas en conjunto con los dos componentes mencionados anteriormente.

Por otra parte, resulta relativamente común en niños, sugiriéndose que estos provocan incendios como una respuesta a factores estresantes tanto internos como externos. Asimismo, frecuentemente, presentan dificultades en la resolución de problemas y carecen de habilidades prosociales.

La piromanía en la tríada MacDonald

Hoy en día, la tríada MacDonald cuenta con evidencias débiles respecto a su requisito fundamental de presentar los tres componentes (enuresis, piromanía y maltrato animal) en simultáneo. Sin embargo, ciertos comportamientos como iniciar incendios, han sido identificados como conductas de tipo criminal o problemáticas. A modo de análisis, Singer y Hensley (2004) utilizan la teoría de aprendizaje social para realizar una revisión de tres casos de asesinos seriales donde, previo a cometer el homicidio, estuvo presente un comportamiento pirómano.

La humillación como detonante

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Para los autores mencionados, un factor recurrente en las historias infantiles de numerosos asesinos en serie es la vivencia de largos periodos de humillación. Bajo esta perspectiva, cuando un individuo se enfrenta a una humillación severa, dicha experiencia puede desencadenar una intensa sensación de frustración.

En muchos casos, los niños que experimentan humillación la sufren a manos de personas distantes, como compañeros de escuela durante sus primeros años. Una humillación que tiende a ser escapable, dado que es originada por individuos que no tienen un vínculo cercano con la persona afectada.

Cuando la humillación viene de los cuidadores

Sin embargo, en el caso de varios asesinos en serie, la fuente principal de su humillación y frustración proviene de uno o ambos padres. Por lo que, cuando un niño es objeto de humillación por parte de un progenitor, se siente impotente para contraatacar o escapar de la situación humillante. En consecuencia, estos sentimientos no se disipan fácilmente y perduran durante largos periodos de tiempo.

Con el tiempo, cuando los sentimientos han persistido lo suficiente, el menor recurre a métodos alternativos de agresión, que ocurre en un intento por liberarse de su frustración y restaurar un sentido normal de autoestima. Este marco explicativo nos permite plantearnos hipótesis para conductas como iniciar incendios o maltratar animales en la tríada de MacDonald.

Conclusión

Las revisiones actuales han sido claras respecto a la poca evidencia actual de la tríada de MacDonald. O, al menos, respecto a cómo John MacDonald formulaba su propia teoría. Sin perjuicio de esto, ciertas conductas problemáticas y delictivas pueden ser un indicador de un potencial hogar disfuncional. Incluso, hogares marcados por la violencia y la humillación, que sí suelen ser elementos en común en varios delincuentes. En ese sentido, estos avances podrían contribuir a la comprensión de por qué algunos individuos desarrollan tendencias violentas y delictivas en la edad adulta.

Referencias bibliográficas

  • Ascione, F. R. (1993). Children who are cruel to animals: A review of research and implications for developmental psychopathology. Anthrozoos, 6, 226-247. doi:10.2752/089279393787002105
  • DeGue, S. y DiLillo, D. (2009). Is animal cruelty a ‘red flag’ for family violence? Investigating co-occurring violence toward children, partners, and pets. Journal of Interpersonal Violence, 24, 1036-1056. Doi: 10.1177/0886260508319362
  • MacDonald, J. M. (1963). The threat to kill. The American Journal of Psychiatry120(2), 125-130. https://doi.org/10.1176/ajp.120.2.125
  • Parfitt, C. H. y Alleyne, E. (2020). Not the Sum of Its Parts: A Critical Review of the MacDonald Triad. Trauma, violence & abuse21(2), 300-310. https://doi.org/10.1177/1524838018764164
  • Singer, S. D. y Hensley, C. (2004). Applying social learning theory to childhood and adolescent firesetting: Can it lead to serial murder? International Journal of Offender Therapy and Comparative Criminology48(4), 461-476. https://doi.org/10.1177/0306624×04265087