Las palabras otorgan significado y sentido al mundo que rodea al ser humano, agregando contenido a la experiencia. Así, a partir de la forma en que se nombra el mundo, se interpreta y asigna valor a los elementos del entorno y las propias vivencias. Por la naturaleza descriptiva y asociativa del lenguaje, este se va modificando con el pasar del tiempo, ajustándose a la narrativa cultural situada en un contexto específico. ¿Qué sucede con el lenguaje cuando una pandemia azota a la mayoría de la población mundial? ¿Se ha cambiado la percepción de las palabras después de un evento de tal magnitud? ¿Qué resulta de la asociación de palabras de la pandemia?
El poder del lenguaje
El lenguaje es una herramienta poderosa que utilizamos a diario para comunicarnos, pero su impacto va más allá de la simple transmisión de información. De esta forma, dicho proceso tiene el poder de dar significado a la realidad e influir en la experiencia subjetiva del mundo.
¿El núcleo del significado?
Concretamente, en el campo de la psicología, se reconoce el importante papel que desempeña el lenguaje en la construcción de la identidad, la percepción y la forma en que se interpretan y comprenden las experiencias.
Así pues, a través del lenguaje, se categoriza, etiqueta y conceptualiza el mundo. En consecuencia, las palabras tienen asociaciones emocionales y simbólicas.
Por ejemplo, dos personas pueden experimentar el mismo evento, pero al utilizar diferentes palabras para describirlo, pueden asignarle significados distintos. Y, por lo tanto, tener interpretaciones y reacciones emocionales diferentes (De Deyne et al., 2020).
La construcción de la experiencia subjetiva
En definitiva, el lenguaje tiene el poder de subjetivar las experiencias. De este modo, cada individuo tiene su propio lenguaje interno, compuesto por palabras, creencias y narrativas personales. Tales construcciones lingüísticas moldean la forma de entender el mundo y relacionarse con uno mismo y los demás.
Y es que, a través de la subjetivación del lenguaje, se crean realidades subjetivas y se da forma a la identidad. Por ende, podría decirse que las palabras no solo reflejan la experiencia, sino que también la constituyen y moldean.
Sin embargo, la experiencia del lenguaje es contextual y situada. Esto quiere decir que los significados suelen ser compartidos en un nivel general de sentido, concordante con la experiencia histórica del momento. Así, las poblaciones suelen generar representaciones sociales que trascienden la experiencia individual del sentido.
Las palabras de la pandemia
Al igual que cualquier cambio lingüístico, un cambio de sentido generalmente es lento. Así, este no suele adquirirse simultáneamente por todos los miembros de una comunidad lingüística. Sin embargo, desde 2020 con la pandemia de COVID-19, uno de los eventos globales más influyentes en la historia moderna de la humanidad, esto parece haberse modificado.
Y es que, la pandemia implicó una gran cantidad de cambios lingüísticos en un corto período de tiempo. De hecho, en tan solo unos meses, algunas palabras de baja frecuencia que ya existían se volvieron comunes (por ejemplo, cuarentena, inmunidad) y otras, como burbuja, adquirieron nuevos sentidos (una burbuja social).
De esta manera, la pandemia ofreció una oportunidad única para cuantificar la evolución de los conceptos de las palabras que eventualmente podrían llevar a un cambio semántico (Laurino et al., 2023).
¿Es posible mapear el lenguaje?
Considerando lo anterior, un estudio actual tuvo por objetivo explorar los cambios colectivos en el léxico mental como consecuencia de la pandemia de COVID-19. Pues surgió la pregunta de cómo capturar de la mejor manera estos cambios en los significados de las palabras en un grupo amplio de personas.
Para investigar el cambio semántico, consideraron los significados de las palabras integradas en grafos semánticos, según Collins y Quillian (1969), que representan la memoria semántica como una red o grafo en la que los nodos representan palabras, conceptos o características específicas conectadas entre sí.
Explorando las asociaciones cerebrales
Desde esta perspectiva, se puede entender el significado de una palabra siempre que se estudie su relación con las demás palabras en la red semántica. Así, en las redes semánticas, dos conceptos están relacionados en su significado si están juntos o cercanos en la red.
En la investigación, las redes semánticas se obtuvieron a partir de los datos derivados de tareas de asociación de palabras. Estos son experimentos aparentemente simples donde se presenta una palabra (es decir, la pista) y el sujeto debe responder con la primera palabra que viene a la mente. Esta asociación de palabras nos permite conectar sentidos (Laurino et al., 2023).
¿Qué significado se obtuvo de las palabras de la pandemia?
En los resultados se observó que la palabra strain o cepa, en español, presentó principalmente vecinos cercanos relacionados con enfermedades infecciosas (genética, mutación, enfermedades, microorganismos, antibióticos). En contraste, los términos dominantes en el período precovid estaban relacionados con el vino (cultivo, semilla, cosecha, Mendoza).
Cuando se presentó el caso de immunity o inmunidad, en español, se pudo distinguir un conjunto de términos específicos en el período de COVID relacionados con la salud (prevención, SIDA, enfermo, enfermera). En oposición a la etapa de precovid, donde la mayoría de los términos se relacionaron con la política (legislador, senadores, senado, representante).
Además, la palabra trial (que significa ensayo, en español) presentó principalmente vecinos cercanos de COVID relacionados con ensayos experimentales y científicos (ciencia, investigación, tubos, laboratorio). En contraste, los términos dominantes, durante el período precovid, estaban relacionados con la literatura y el teatro (escenario, narración, escritura, guion) (Laurino et al., 2023).
Conclusión
Sin lugar a duda, en medio de la complejidad del cerebro humano, se entrelazan las asociaciones de palabras que dan vida al lenguaje. Así, cada palabra evoca un sinfín de significados y emociones, conectando hilos invisibles en nuestra mente. Estos hilos de sentido son cambiantes, al igual que la experiencia vital humana.
De esta forma, resulta necesario continuar investigando sobre la construcción social de la vida, especialmente relacionado a eventos canónicos históricos como la pandemia de COVID-19, que transformó la forma en que nos comunicamos, relacionamos y pensamos.
Referencias bibliográficas
- Collins, A. J. y Loftus, E. F. (1975). A spreading-activation theory of semantic processing. Psychological Review, 82(6), 407-428. https://doi.org/10.1037/0033-295x.82.6.407
- Collins, A. J. y Quillian, M. R. (1969). Retrieval time from semantic memory. Journal of Verbal Learning and Verbal Behavior, 8(2), 240-247. https://doi.org/10.1016/s0022-5371(69)80069-1
- De Deyne, S., Cabana, Á., Li, B., Cai, Q. y McKague, M. (2020). A cross-linguistic study into the contribution of affective connotation in the lexico-semantic representation of concrete and abstract concepts. In Proceedings for the 42nd Annual Meeting of the Cognitive Science Society: Developing a Mind: Learning in Humans, Animals, and Machines, CogSci 2020 (pp. 2776–2782).
- Laurino, J., De Deyne, S., Cabana, Á. y Kaczer, L. (2023). The pandemic in words: tracking fast semantic changes via a Large-Scale Word Association task. Open Mind, 7, 221-239. https://doi.org/10.1162/opmi_a_00081