El sueño es un pilar fundamental de nuestra salud y bienestar, ya que nos brinda la oportunidad de recuperar energías y enfrentar los desafíos diarios. Sin embargo, para muchas personas, conciliar el sueño o mantenerlo durante la noche puede resultar complicado, afectando su calidad de vida. En este contexto, la melatonina, conocida como la hormona del sueño, desempeña un papel crucial en el ciclo de sueño-vigilia y la regulación de nuestro reloj biológico. Comprender cómo funciona dicha hormona, resulta clave para mejorar nuestro descanso y calidad de vida. En este artículo, exploraremos más acerca de las aplicaciones clínicas y mecanismos de acción de la melatonina.
¿Qué es la melatonina?
La melatonina es una hormona producida naturalmente en la glándula pineal del cerebro, y su función principal es regular el ciclo de sueño-vigilia en los seres humanos. Dicha regulación resulta fundamental para mantener un ritmo circadiano saludable y, de esta manera, sincronizar los patrones de sueño y el reloj biológico, con el ciclo natural del día y la noche.
¿Cómo actúa esta hormona?
El proceso de producción de melatonina está influenciado por la luz ambiental. Así, a medida que el día se convierte en noche y la luz disminuye, la glándula pineal comienza a segregar melatonina, lo que genera la sensación tan característica de somnolencia y prepara para el descanso. Por otro lado, durante el día, cuando la luz es abundante, los niveles de melatonina disminuyen, lo que ayuda a mantener la energía con la que se afrontará el nuevo día (Savage et al., 2022).
Mecanismo de acción y producción de melatonina
La melatonina se sintetiza en la glándula pineal a partir del aminoácido triptófano, que se convierte en serotonina en otras partes del cerebro. La conversión de serotonina a melatonina está controlada por el núcleo supraquiasmático del hipotálamo, que coordina los ritmos circadianos del cuerpo. Este, recibe información sobre la disminución de la luz desde la retina y estimula la producción de melatonina en la glándula pineal.
Otras funciones
Una vez que se produce, la melatonina tiene múltiples funciones en el cuerpo, principalmente relacionadas con la regulación de los ritmos circadianos y el sueño. En suma a su papel en la sincronización del reloj biológico interno, se le han atribuido otras funciones fisiológicas a la melatonina, que incluyen:
- Protección celular: La melatonina tiene propiedades antioxidantes y antiinflamatorias, lo que la convierte en un agente potencial para proteger las células del daño oxidativo y la inflamación.
- Neuroprotección: Se ha investigado su capacidad para proteger el sistema nervioso y sugerido que puede tener un papel en la prevención de la neurodegeneración y la disfunción mitocondrial.
- Sistema reproductivo: La melatonina puede estar involucrada en varios procesos relacionados con la reproducción, lo que supone un posible impacto en la fertilidad y la salud reproductiva.
Asimismo, investigaciones recientes han revelado su potencial en áreas como el cáncer, la enfermedad de Alzheimer, esclerosis múltiple, fertilidad y salud inmunológica, especialmente en el contexto de la pandemia de COVID-19 (Minich et al., 2022).
Usos clínicos de la melatonina: Está por todas partes
Es frecuente encontrar la melatonina como un recurso para tratar una variedad de trastornos del sueño. De hecho, múltiples investigaciones clínicas han proporcionado evidencia sólida respaldando su efectividad en la mejora de la calidad del sueño en adultos.
Y, más allá de su capacidad para abordar los problemas típicos del sueño, como el insomnio, la melatonina también ha demostrado ser beneficiosa en personas que enfrentan condiciones de salud particulares. A continuación, desarrollamos algunos de sus usos clínicos más destacados (Fatemeh et al., 2022):
Insomnio
El insomnio es un trastorno común del sueño que afecta a millones de personas en todo el mundo. A pesar de que la melatonina no cuenta con aprobación de la Administración de Alimentos y Medicamentos (Food and Drug Administration [FDA], en inglés) específicamente para el tratamiento del insomnio, se considera la terapia farmacológica de primera línea para esta afección, según las recomendaciones de la Academia Americana de Médicos de Familia (American Academy of Family Physicians [AAFP], en inglés). Así, la melatonina se utiliza de manera efectiva para ayudar a conciliar el sueño más rápidamente y mantenerlo durante la noche.
Jet lag
El jet lag es un fenómeno que ocurre cuando una persona viaja a través de, al menos, dos zonas horarias y su reloj biológico interno no puede adaptarse rápidamente al nuevo patrón de sueño-vigilia requerido en el nuevo destino. La melatonina se ha usado como parte de la intervención farmacológica para ayudar a ajustar los ritmos circadianos más rápidamente. Tal es así, que la administración de melatonina en momentos específicos, como antes de acostarse en el destino o en ciertos momentos durante el vuelo, puede ayudar a sincronizar el reloj biológico con el nuevo horario (Beros et al., 2021)
Turnos de trabajo rotativos y otros trastornos del sueño
Los turnos rotativos de trabajo, con sus cambios regulares en los horarios laborales, pueden perturbar la producción de melatonina y desregular el ritmo circadiano. Por ende, la variabilidad de los turnos dificulta la adaptación del cuerpo a un horario constante, lo que lleva al uso de melatonina para mitigar estos efectos. Además, la melatonina ha demostrado ser beneficiosa en el tratamiento de otros trastornos del sueño relacionados con la alteración de los patrones laborales, como el trabajo nocturno y el síndrome de fase de sueño retrasada, que desregulan el reloj biológico.
Condiciones médicas específicas
También se ha estudiado en relación con diversas condiciones médicas, como el trauma craneoencefálico y enfermedades neurodegenerativas. Aunque no se ha establecido su aprobación oficial para estas indicaciones, la investigación sugiere su utilidad potencial (Lee et al., 2019).
Consideraciones importantes
Si bien esta hormona es considerada segura cuando se usa a corto plazo en las dosis recomendadas, existen algunas precauciones a tener en cuenta. En primer lugar, el uso de melatonina no es recomendado en personas alérgicas o hipersensibles a este compuesto u otros ingredientes presentes en los suplementos. Asimismo, las mujeres embarazadas o en período de lactancia materna deben consultar a un profesional previamente.
Por otro lado, se aconseja precaución en personas con trastornos autoinmunes, trastornos convulsivos o epilepsia. Dicho compuesto podría desencadenar o empeorar estos problemas en algunas ocasiones. Por ende, es crucial evaluar los riesgos y beneficios con un profesional de la salud.
En último lugar, debemos tener en consideración que la melatonina también puede interactuar con ciertos medicamentos, como anticoagulantes, inmunosupresores y medicamentos para trastornos psiquiátricos. Debido a estas posibles interacciones, es esencial siempre consultar con un profesional de la salud, especialmente si se están tomando medicamentos recetados. De esta manera, se puede asegurar un uso seguro y efectivo de la melatonina (Tuft et al., 2023).
Conclusión
En resumen, la melatonina, también conocida como la hormona del sueño, mantiene un papel fundamental en la regulación de nuestro ciclo de sueño-vigilia y ofrece importantes beneficios clínicos, como mejorar la calidad del sueño. No obstante, es crucial utilizarla de forma responsable para así garantizar su efectividad y seguridad.
En este sentido, se recomienda siempre consultar a un profesional de la salud antes de comenzar a tomarla, con ánimos de asegurarse de estar ingiriendo la dosis adecuada y en el momento correcto. Por último y como fue mencionado a lo largo de la nota, es importante tener en cuenta ciertas consideraciones que son importantes antes de incorporar la melatonina en el régimen de salud.
Referencias bibliográficas
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- Fatemeh, G., Sajjad, M., Niloufar, R., Neda, S., Leila, S. y Khadijeh, M. (2022). Effect of melatonin supplementation on sleep quality: a systematic review and meta-analysis of randomized controlled trials. Journal of neurology, 269(1), 205-216. https://doi.org/10.1007/s00415-020-10381-w
- Lee, J. G., Woo, Y. S., Park, S. W., Seog, D. H., Seo, M. K. y Bahk, W. M. (2019). The Neuroprotective Effects of Melatonin: Possible Role in the Pathophysiology of Neuropsychiatric Disease. Brain sciences, 9(10), 285. https://doi.org/10.3390/brainsci9100285
- Minich, D. M., Henning, M., Darley, C., Fahoum, M., Schuler, C. B. y Frame, J. (2022). Is Melatonin the “Next Vitamin D”?: A Review of Emerging Science, Clinical Uses, Safety, and Dietary Supplements. Nutrients, 14(19), 3934. https://doi.org/10.3390/nu14193934
- Savage, R. A., Zafar, N., Yohannan, S. y Miller, J. M. M. (2022). Melatonin. StatPearls Publishing.
- Tuft, C., Matar, E., Menczel Schrire, Z., Grunstein, R. R., Yee, B. J. y Hoyos, C. M. (2023). Current Insights into the Risks of Using Melatonin as a Treatment for Sleep Disorders in Older Adults. Clinical interventions in aging, 18, 49-59. https://doi.org/10.2147/CIA.S361519
Estuvo muy interesante la lectura