El mutismo selectivo es un trastorno de conducta en el que el niño presenta dificultades para comunicarse verbalmente ante una determinada situación. Sin embargo, es importante mencionar que las habilidades lingüísticas del pequeño son adecuadas para su edad. Pero ¿Cómo es esto posible? Profundicemos en el mutismo selectivo y lo que hay detrás del silencio.

Cuando el silencio manda

El mutismo selectivo es común que se presente en niños menores de 5 años, el género es indiferente y suele ser un trastorno poco frecuente. Por esta razón, es usual que el cuadro se diagnostique en la etapa escolar. Por ejemplo, en el momento de exposición a situaciones que implican la interacción verbal del niño.

Etiología

Según Balbuena y López (2012), existen varios factores que pueden influir en el diagnóstico del mutismo selectivo:

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  • Personales: Encontramos antecedentes de ansiedad, timidez y/o fobia social en la familia. Influye, además, el temperamento del niño. Así como su nivel de inhibición social, timidez y dependencia. Adicionalmente, se ha encontrado la influencia de situaciones traumáticas en los primeros años de edad. 
  • Familiares: La familia es el modelo de referencia en la comunicación e interacción con otros. Así mismo, estudios indican que hay mayor prevalencia si nos encontramos frente a padres sobreprotectores o controladores.
  • Genéticos: Al estar estrechamente ligado a la ansiedad, pueden coincidir en algunos factores genéticos compartidos.
  • Contexto: Si el niño no se siente cómodo y se encuentra en un ambiente que le genera estrés o en el que no haya una relación positiva con otras personas.
  • Idioma: En algunos casos es producto del bilingüismo. Es decir, puede que las exigencias del nuevo idioma provoquen dificultad en el habla.

Influencia del ambiente

Los niños que presentan esta alteración suelen tener dificultades para comunicarse con las personas en ciertos contextos sociales. Así, les resulta complicado responder adecuadamente a una interacción social o iniciar diálogos. No obstante, esto no sucede en un entorno en el que sienten comodidad.

Muchas veces, puede ocurrir que sienten confianza al hablar con sus padres, pero no con otros miembros de la familia o amigos.

Es común que quien conviva con este trastorno tenga dificultades a nivel escolar y social. Por lo tanto, puede interferir en su rendimiento académico y, en sí, en el desarrollo de habilidades lingüísticas.

Por dicho motivo, muchos niños optan por utilizar otro tipo de comunicación no verbal como gestos, señalizaciones o mensajes escritos para comunicarse. El trastorno suele presentar un alto grado de ansiedad social.

¿Qué otras características se asocian al mutismo selectivo?

Se ha encontrado que quien sufre de mutismo selectivo podría presentar:

  • Extrema timidez
  • Tendencia al aislamiento
  • Miedo a la humillación pública
  • Ansiedad (en algunos casos puede ser fobia social)
  • Rasgos obsesivos

Diagnóstico del mutismo selectivo

Para la realización de un diagnóstico adecuado, la Asociación Americana de Psicología (APA) en su última edición del Manual diagnóstico y estadístico de trastornos mentales (Diagnostic and Statistical Manual of Mental Disorders, Fifth Edition, DSM-V, en inglés) describió los elementos que se deben considerar:

  1. Dificultades o inhibición al hablar en situaciones sociales específicas, a pesar de hacerlo en otras circunstancias. Por ejemplo, poder hablar en casa, pero no en la escuela.
  2. Se observa interferencia en el ámbito educativo, laboral o social.
  3. La duración mínima del problema tiene que darse en, por lo menos, 1 mes.
  4. Esta alteración no se atribuye a desconocimiento o incomodidad del lenguaje.
  5. No se explica por la presencia de otro tipo de trastorno de fluidez, parte de un trastorno del espectro autista, psicótico o esquizofrenia.

¿Por qué es importante la intervención?

Para quien presenta este cuadro existe un considerable deterioro a nivel social debido a la incomodidad que se siente al comunicarse. Como resultado, puede producir aislamiento social y dificultades en lo académico.

Por lo tanto, es posible que el trastorno dé paso a una vulnerabilidad a nivel social que podría dar lugar a burlas por parte de sus iguales.

Tratamiento del mutismo selectivo

En la mayoría de los casos, este trastorno desaparece de manera espontánea. Dentro de las estrategias terapéuticas recomendadas encontramos:

  • Terapia cognitivo-conductual.
  • Respiración y relajación para el manejo de la ansiedad.
  • Reforzamiento y desarrollo de habilidades sociales.
  • Modelado de conducta o técnica de observación para el aprendizaje.
  • Intervención familiar para brindar estrategias de interacción social.
  • Reforzamiento positivo.

Recomendaciones para tratar el mutismo selectivo

Padres de familia:

  • Es importante evitar la sobreprotección del niño. Se recomienda no hablar por él y promover que use el lenguaje verbal para comunicarse.
  • Es necesario estimular y generar situaciones en las que pueda interactuar con otros.
  • Dar al niño tareas de acuerdo a su edad, para que pueda hacerse responsable y tenga confianza en sus capacidades.
  • Respetar los tiempos individuales que utilice para interactuar con los demás, evitando presionarlo.
  • Propiciar un ambiente de seguridad y confianza.

Centro educativo:

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  • Se recomienda plantear actividades grupales cuya estrategia principal sea el juego cooperativo.
  • Dar al niño tareas de acuerdo a su edad para que pueda hacerse responsable.
  • Es recomendable que los adultos interactúen con frecuencia para evitar que se aísle socialmente.
  • Respetar los tiempos individuales que utilice para interactuar con los demás.
  • Lo más importante es propiciar un ambiente de seguridad y confianza en el aula que favorezca su interacción.
  • Reforzar positivamente cualquier acercamiento o interacción con otros.
  • Plantear actividades en grupos reducidos e ir ampliándolos de forma progresiva.
  • Planificar actividades en las que haya interacciones no verbales como gestos, movimientos o sonidos variados.
  • Estar pendientes en caso de que el niño necesite ayuda frente a alguna actividad. Es decir, ofrecerse o encontrar un compañero que sea referente en las actividades que realice.
  • Aumentar progresivamente el nivel de exigencia que se le va a plantear en las tareas.

Conclusión

En definitiva, el mutismo selectivo es un trastorno conductual de evitación en el que el menor prefiere no hablar ante determinada situación que le produce ansiedad. Por otro lado, es un cuadro que suele desaparecer espontáneamente.

Sin embargo, es importante que el pequeño reciba apoyo por parte de la familia y el centro escolar. El objetivo principal será disminuir la incomodidad del niño en el momento de hablar y propiciar su bienestar para que pueda desenvolverse con normalidad.

Referencias bibliográficas

  • American Psychiatric Association. (2013)Diagnostic and statistical manual of mental disorders (5th ed.). https://doi.org/10.1176/appi.books.9780890425596
  • Balbuena, S. y López, P. (2012). Estudio de un caso de mutismo selectivo: evaluación e intervención en el contexto escolar. Análisis y Modificación de Conducta, 38(157-158), 71-88. https://hdl.handle.net/11162/208097
  • Lahoza, L. (2013). El mutismo selectivo: diagnóstico, factores y pautas de intervención. Revista Arista Digital, (38), 78-83.
  • Olivares-Olivares, P. J. y Rodríguez, J. O. (2018). Update of a tentative model of selective mutism. Behavioral Psychology/ Psicología Conductual, 26(1), 115-140. https://www.behavioralpsycho.com/product/update-of-a-tentative-model-of-selective-mutism/?lang=en