El sesgo de correspondencia, también conocido como el error fundamental de atribución o efecto de sobreatribución, es un fenómeno psicológico que afecta la forma en que las personas interpretan el comportamiento de los demás. Este sesgo, alude a la tendencia a atribuir características internas y estables a una persona en función de su comportamiento observable, incluso cuando hay evidencia que sugiere que el comportamiento es una respuesta situacional. En esta nota, exploraremos el sesgo de correspondencia, sus implicaciones en la vida cotidiana y su posible vínculo con ciertas psicopatologías.
Un pequeño caso
Imagina que estás en tu cafetería favorita tomando un café. De repente, escuchas entrar a alguien que está hablando por su móvil. La cafetería es relativamente tranquila, por lo que la conversación telefónica de esta persona es molesta. Miras hacia arriba desde tu café enfadado por la intrusión y piensas: ¡Qué grosera!
En realidad, la persona está teniendo una crisis familiar y está hablando por teléfono con la escuela de su hija para que pueda coordinar la recogida. En general, no es alguien que habla por teléfono en espacios públicos. Sin embargo, esta vez hacía mucho frío en la calle y llovía tan fuerte que no podía oír con quien hablaba al otro lado de la línea.
En lugar de darle el beneficio de la duda y pensar en todas las razones por las que podría estar hablando por teléfono, se llegó a la conclusión de que es una persona grosera. Pero… ¿Se han considerado todas las explicaciones alternativas de su comportamiento? (Sockolov, 2018).
¿Cómo interpretamos la realidad?
El sesgo de correspondencia se manifiesta cuando las personas tienden a asumir que el comportamiento de alguien es un reflejo directo de sus rasgos de personalidad o características internas. Por ejemplo, si un desconocido nos trata amablemente, es probable que concluyamos que es una persona amable en general. Independientemente de las circunstancias específicas en las que ocurrió la interacción.
¿Por qué ocurre?
Cuando una persona observa el comportamiento de otros, su cerebro instintivamente busca patrones que le ayuden a entender por qué hacen lo que hacen. Esto permite hacer juicios rápidos y tomar decisiones basadas en meras observaciones.
Sin embargo, el sesgo de correspondencia, ósea la tendencia a hacer este tipo de inferencias ctegorizadas como sesgos cognitivos, puede llevar a conclusiones erróneas y juicios injustos. Un aspecto especialmente relevante cuando no se consideran adecuadamente los factores situacionales que pueden estar influyendo en el comportamiento del otro.
No confundirlo con el sesgo actor-observador
El sesgo actor-observador se refiere a la diferencia en cómo las personas explican su propio comportamiento y el comportamiento de los demás. Así, las personas tienden a atribuir su comportamiento a factores situacionales y el comportamiento de otros a características internas. Por ejemplo, si llegamos tarde a una reunión, es probable que nos justifiquemos diciendo que hubo un problema de tráfico. Sin embargo, si otra persona llega tarde, posiblemente creamos que es una persona irresponsable.
La confusión entre estos dos sesgos puede ocurrir porque ambos se basan en el proceso de atribución y pueden dar lugar a interpretaciones erróneas similares en ciertas situaciones. Sin embargo, es importante reconocer que son conceptos diferentes (Van Raalte et al., 2014).
Factores que pueden contribuir al sesgo de correspondencia
- Falta de información completa: Cuando no se tiene acceso a toda la información sobre una situación o el individuo, se tiende a llenar los vacíos con suposiciones basadas en características personales.
- Percepción de consistencia: Si se observa un comportamiento coherente en una persona a lo largo del tiempo o en diferentes situaciones, es más probable que sea atribuido a una característica estable de su personalidad.
- Creencias preexistentes: Las creencias y estereotipos sobre ciertos grupos o individuos pueden influir en cómo se interpreta su comportamiento, atribuyéndoselo a características internas.
- Influencia cultural: Las normas y valores culturales pueden influir en cómo se interpreta el comportamiento de los demás. Para esto, algunas culturas pueden enfatizar más las características personales en las explicaciones de comportamiento.
- Dificultad para comprender factores situacionales: A veces, puede ser más fácil atribuir el comportamiento de alguien a rasgos de personalidad que intentar comprender la complejidad de los factores situacionales que pueden estar influyendo en su comportamiento.
- Necesidad de orden y predictibilidad: El sesgo de correspondencia puede ser una forma de simplificar la comprensión del comportamiento de los demás y proporcionar un sentido de orden y predictibilidad en el mundo social (Gilbert y Malone, 1995).
¿Cómo influye el sesgo en el día a día?
El sesgo de correspondencia puede tener importantes implicaciones en las interacciones sociales y en cómo una persona percibe a los demás. De esta forma, puede llevar a hacer juicios erróneos sobre las personas y reaccionar de manera inapropiada en determinadas situaciones. Del mismo modo, si se interpreta el comportamiento de alguien como hostil sin tener en cuenta el contexto, se puede responder de manera defensiva y conflictiva, lo que tenderá a dañar la relación.
Otros ejemplos
- Entrevista de trabajo: Supongamos que un empleador nota que un candidato sonríe durante toda la entrevista. Puede asumir que esta persona es amable y adecuada para el trabajo, ignorando otros aspectos relevantes de su habilidad y experiencia.
- Estereotipos étnicos: Alguien podría asumir que una persona de una cierta etnia es talentosa en matemáticas solo porque esa es una creencia común, a pesar de no tener ninguna información específica sobre las habilidades matemáticas de esa persona.
- Redes sociales: Si una persona publica fotos de sus actividades de voluntariado en las redes sociales, otros pueden asumir que es una persona muy altruista y generosa en general, sin considerar que las redes sociales pueden mostrar solo un aspecto limitado de su vida.
- Consumo de productos: Al comprar un producto costoso, como un coche caro, alguien podría asumir automáticamente que el propietario es rico y exitoso, sin tener en cuenta otras posibles explicaciones, como un préstamo o ahorros a largo plazo.
- Elecciones políticas: Si alguien descubre que otra persona apoya a un partido político en particular, puede asumir que esa persona está de acuerdo con todas las políticas del partido, ignorando la posibilidad de que tengan opiniones más matizadas.
- Éxito en el trabajo: Si un colega recibe un ascenso, otros pueden automáticamente asumir que es extremadamente competente y exitoso en todos los aspectos de su trabajo, pasando por alto posibles factores como la suerte o la ayuda de otros.
Sesgo de correspondencia y psicopatología: El trastorno límite de la personalidad
El trastorno límite de la personalidad (TLP) es una condición psicológica caracterizada por una inestabilidad emocional significativa, relaciones interpersonales turbulentas y una autoimagen extremadamente inestable. Con esto, las personas con TLP a menudo experimentan cambios drásticos en su estado de ánimo, impulsividad y dificultades para regular sus emociones. Además, el trastorno suele estar asociado con una percepción distorsionada de las relaciones sociales.
En este contexto, el sesgo de correspondencia podría jugar un papel relevante. Y es que, las personas que presentan el cuadro tienden a atribuir de manera excesiva y automática los comportamientos de los demás a características internas y generales.
Por ejemplo, si una persona con TLP se siente rechazada por un amigo, podría interpretar rápidamente este comportamiento como una muestra de odio o aversión personal, en lugar de considerar factores contextuales o situacionales (Homan et al., 2017).
Conclusión
El sesgo de correspondencia es un fenómeno psicológico común que afecta las interacciones sociales y cómo se percibe a los demás. Desafortunadamente, la tendencia a atribuir características internas y estables en función del comportamiento observable, puede llevar a juicios erróneos y malentendidos en las relaciones cotidianas. Por ello, es importante ser conscientes de este sesgo y considerar el contexto y la situación específica antes de sacar conclusiones precipitadas sobre los demás.
Referencias bibliográficas
- Gilbert, D. T. y Malone, P. S. (1995). The correspondence bias. Psychological Bulletin, 117(1), 21-38. https://doi.org/10.1037/0033-2909.117.1.21
- Homan, P., Reddan, M. C., Brosch, T., Koenigsberg, H. W. y Schiller, D. (2017). Aberrant link between empathy and social attribution style in borderline personality disorder. Journal of Psychiatric Research, 94, 163-171. https://doi.org/10.1016/j.jpsychires.2017.07.012
- Sockolov, E. (25 de enero de 2018). Correspondence Bias: Definition and Examples. One mind therapy. https://onemindtherapy.com/social-psychology/correspondence-bias/
- Van Raalte, J. L., Cornelius, A. E., Copeskey, M. K. y Brewer, B. W. (2014). Say what? An analysis of Spontaneous Self-Talk Categorization. Sport Psychologist, 28(4), 390-393. https://doi.org/10.1123/tsp.2014-0017