El consumo crónico de alcohol puede derivar en diversos cuadros neuropsicológicos de gravedad que afectan la vida diaria de las personas. De esta forma, ya sea perjudicando los sistemas de memoria, atención, orientación espacial o reactividad emocional, esta neurotoxina tiene efectos considerables en el cerebro. Es el caso del síndrome de Korsakoff, una afección que suelen desarrollar las personas que consumen dichas bebidas de forma excesiva. ¿De qué trata el síndrome de Korsakoff? ¿Qué procesos cognitivos se ven afectados? ¿Cómo se identifica la afección?
A propósito de un caso
A. M. es un hombre de 40 años que fue trasladado a la clínica de dependencia de drogas y alcohol después de su ingreso en el departamento de emergencias de un hospital general. Tenía un historial de 25 años de consumo regular de alcohol (2 botellas de vino y 3-4 botellas de cerveza al día recientemente) que aumentó gradualmente.
Su familia declaró que durante los últimos 2 años comenzaba sus mañanas con una copa, y que no había estado comiendo lo suficiente ni regularmente. También describieron períodos de abstinencia del alcohol, que dieron lugar a síntomas de delirio tremens, como confusión y alucinaciones auditivas y visuales.
Se presentó en la sala de emergencias con olvido, dificultad para caminar, caída, incontinencia urinaria, pérdida de sus pertenencias y sin reconocer dónde estaba o la fecha actual. Sumado a ello, su entorno también informó que había estado contando historias incongruentes que nunca parecían haber sucedido.
Las pruebas neuropsicológicas mostraron un deterioro de la función visuoespacial acompañado de una disfunción de memoria de moderada a grave. La memoria se vio afectada en todas las etapas, incluida la codificación, el almacenamiento y la recuperación. A esto se le suma también la afectación de las funciones ejecutivas (Bilici et al., 2015).
¿De qué trata el síndrome de Korsakoff?
El síndrome de Korsakoff es una afección neuropsiquiátrica que resulta de la deficiencia crónica de tiamina o vitamina B en el cerebro, principalmente (pero no únicamente) debido al consumo excesivo y crónico de alcohol. Así, se trata de una complicación grave de la encefalopatía de Wernicke, condición neurológica aguda también causada por la deficiencia de tiamina.
Este último cuadro se caracteriza por síntomas como confusión mental, ataxia (dificultad para coordinar los movimientos), nistagmo (movimientos oculares involuntarios) y oftalmoplejía (parálisis de los músculos oculares). Sin embargo, en entornos clínicos, solo un tercio de los pacientes manifiestan estos 3 síntomas clásicos. Eso sí, si no se trata adecuadamente, la encefalopatía de Wernicke puede progresar y evolucionar hacia el síndrome de Korsakoff (Sullivan y Pfefferbaum, 2009).
Una causa: La deficiencia de vitamina
La deficiencia mencionada puede deberse a diversos factores, pero la causa más común es el consumo crónico de alcohol. Y es que, el alcohol afecta la absorción, almacenamiento y utilización de la tiamina en el cuerpo. Lo cierto, es que la tiamina desempeña un papel fundamental en el sistema nervioso. Siendo esencial para el metabolismo de carbohidratos y permitiendo la producción de energía necesaria para el funcionamiento neuronal adecuado.
Además, es crucial para la síntesis de neurotransmisores esenciales, como la acetilcolina. Una sustancia que facilita la comunicación entre las células nerviosas (Mateos-Díaz et al., 2022).
Próximo destino: El síndrome de Korsakoff
El síndrome de Korsakoff se caracteriza por una amnesia anterógrada y retrograda persistente, lo que significa una mayor dificultad para retener y recordar nueva información o eventos y experiencias pasadas. Déficits de memoria que, sin lugar a duda, pueden ser incapacitantes para la cotidianidad y afectar significativamente la calidad de vida.
Además de la amnesia, las personas con síndrome de Korsakoff pueden presentar confabulaciones. Esto conlleva la invención de respuestas o eventos para llenar los vacíos de memoria, sin consciencia de la falta de veracidad. Asimismo, también puede exhibirse una considerable desorientación temporal y espacial, lo que afecta la capacidad de ubicación en tiempo y espacio (Wijnia, 2022).
¿Cómo se llega a identificar el síndrome?
Según la presentación clínica, los consultantes suelen presentan cuadros de memoria confusos, desorientación espacial significativa y dificultad para responder preguntas acerca de su historia de vida. Asimismo, en caso de haberla, el profesional ha de evaluar la historia de consumo de alcohol o la desnutrición, y pruebas neuropsicológicas.
Y es que, como hemos mencionado, la principal causa del síndrome de Korsakoff es el consumo crónico y excesivo de alcohol. Sin embargo, también puede ocurrir en personas con desnutrición severa o desórdenes alimentarios que resulten en una deficiencia de tiamina considerable.
Por lo tanto, un indicador central en el diagnóstico será la evaluación de la historia clínica de la persona con estos aspectos de su salud. Junto con las pruebas de laboratorio que verifican estas sospechas de deficiencia de vitamina B (Wijnia, 2022).
No todos las personas que desarrollan este síndrome consumen alcohol
Es relevante destacar que el alcohol no es un factor contribuyente indispensable para el desarrollo del síndrome de Korsakoff. De hecho, en el primer informe de la encefalopatía de Wernicke realizado por Carl Wernicke, se presentó el caso de una mujer de 20 años no alcohólica que desarrolló una estenosis pilórica y un estrechamiento de la abertura del estómago después de ingerir ácido sulfúrico. Como consecuencia, continuó experimentando episodios de vómitos y desarrolló esta afección.
Adicionalmente, además de la descripción del trastorno amnésico realizada por Sergei Korsakoff en más de 30 casos de trastorno por consumo de alcohol, también documentó ocho casos en los que el síndrome se presentó debido a infecciones crónicas, enfermedades posparto y vómitos ocasionados por envenenamiento. Todo esto, sin guardar relación con el consumo de alcohol únicamente (Oudman et al., 2021).
¿Cómo se trata el síndrome de Korsakoff?
Principalmente con la administración de tiamina. En el caso de la encefalopatía de Wernicke, el tratamiento con tiamina es urgente y vital para evitar la progresión de la enfermedad. Así, la administración intravenosa se considera el abordaje más efectivo en esta etapa aguda. Una vez estabilizada la persona, se inicia el tratamiento para el síndrome de Korsakoff, centrado en la rehabilitación cognitiva y la terapia de apoyo, que busca mejorar la función cognitiva y adaptación a los desafíos de la vida cotidiana (Oudman et al., 2022).
Conclusión
Además del tratamiento farmacológico y terapéutico, es fundamental abordar los factores subyacentes que llevaron a la deficiencia de tiamina, como el consumo de alcohol crónico o la desnutrición. Sin olvidar que estos casos se pueden deber a una amplia gama de factores psicológicos sociales y culturales. Así, un enfoque multidisciplinario que incluya a médicos, nutricionistas y profesionales de la salud mental es esencial para un manejo integral y exitoso del síndrome de Korsakoff. Si te interesa la temática, te sugerimos acceder a nuestro curso de estrategias de prevención en adicciones.
Referencias Bibliográficas
- Bilici, R., Saridogan, G. E., Turan, C., Goncu, T., Akdur, O., Citak, S. y Domac, F. M. (2015). A Case of Wernicke-Korsakoff Syndrome Treated 1 Year After the Onset of Symptoms. The primary care companion for CNS disorders, 17(6), 10.4088/PCC.15l01801. https://doi.org/10.4088/PCC.15l01801
- Mateos-Díaz, A., Marcos, M. y Chamorro, A. (2022). Wernicke–Korsakoff syndrome and other diseases associated with thiamine deficiency. Medicina Clínica (english Edition), 158(9), 431-436. https://doi.org/10.1016/j.medcle.2022.04.004
- Oudman, E., Wijnia, J. W., Oey, M. J., Van Dam, M. y Postma, A. (2021). Wernicke-Korsakoff Syndrome Despite no Alcohol abuse: A summary of Systematic reports. Journal of the Neurological Sciences, 426, 117482. https://doi.org/10.1016/j.jns.2021.117482
- Oudman, E., Oey, M. J., Batjes, D. A. J., Van Dam, M., Van Dorp, M., Postma, A. y Wijnia, J. W. (2022). Wernicke-Korsakoff syndrome diagnostics and rehabilitation in the post-acute phase. Addiction neuroscience, 4, 100043. https://doi.org/10.1016/j.addicn.2022.100043
- Sullivan, E. V. y Pfefferbaum, A. (2009). Neuroimaging of the Wernicke-Korsakoff Syndrome. Alcohol and Alcoholism, 44(2), 155-165. https://doi.org/10.1093/alcalc/agn103
- Wijnia, J. W. (2022). A Clinician’s view of Wernicke-Korsakoff Syndrome. Journal of Clinical Medicine, 11(22), 6755. https://doi.org/10.3390/jcm11226755