La muerte de la cantante irlandesa Sinead O’Connor ha causado una gran conmoción en la industria musical. La gran artista, muy reconocida desde que comenzó a triunfar en la década de los 90, falleció a sus 56 años. Si bien su entorno no ha confirmado la causa de muerte, la fuerte depresión y una deteriorada salud mental serían las causas de su deceso.
Cuando la salud mental manda
La historia de Sinead O’Connor está signada por la tragedia. Al margen de su éxito internacional, de la imagen transgresora que proyectaba y los millones de discos vendidos que avalaban su talento, existieron malos tratos, problemas de salud mental, comportamientos polémicos, cambios de religión, una complicada relación familiar y una pérdida de la que le fue imposible recomponerse marcaron las diferentes etapas de su vida, y también la muerte de Sinead O’Connor por suicidio.
Sinead O’Connor luchaba con graves problemas mentales y varios intentos de suicidio. Su vida estuvo marcada por duros momentos que dejaron en ella cicatrices muy difíciles de sanar. Desde los abusos de su madre y la presión de la fama, al suicidio de su hijo.
A pesar de su talento para cantar, la artista fue atravesando problemas personales y tragedias. Todas cuestiones que hoy tocan de cerca a cientos de miles de personas en lo que refiere a la salud mental. Una problemática que se ha puesto arriba de la mesa para tratar con seriedad. Sobre todo después de la pandemia, y que hoy cobra relevancia incluso con varios artistas y famosos que se animan a contar lo que les pasa sin pudor.
Sinead O’Connor: Trasgresora y polémica
En 2003, Sinead O’Connor anunció la retirada de su carrera musical ya que se le diagnosticó un trastorno bipolar y estrés. Además, en los últimos tiempos estuvo lidiando con la depresión (seis años entrando y saliendo de centros de salud mental), haciendo mención en sus redes sociales sobre sus problemas de salud física y mental.
No todo es como aparenta
Ahora, no solo se la recuerda por eso. También cargó con la fama y la cruz de ser la intérprete de Nothing Compares 2 You, una de las canciones más destacadas de la década de los 90. Y de haber retado al Vaticano, en vivo y directo, denunciando a miembros de la Iglesia católica mientras rompía una foto del papa Juan Pablo II en uno de los programas más vistos de la televisión norteamericana.
Años atrás la cantante reveló haber sido víctima de abuso sexual infantil por parte de su madre. Problemática contra la que luchó en forma de activismo feminista durante su carrera musical. Durante más de 30 años trató de sobrevivir a la mirada pública, hasta que en 2022, su hijo Shane, de 17 años, se quitó la vida. A los pocos días, O’Connor fue internada porque sus allegados temían que otra vez intentara quitarse la vida.
La inolvidable cantante irlandesa
La gran cantautora irlandesa se hizo famosa por su extraordinaria voz y sus exitosas composiciones. La artista, nacida en 1966, saltó a la fama en 1990 con el hit Nothing Compares 2 U, de su disco I Do Not Want What I Haven’t Got.
Un trabajo discográfico (el segundo después de su debut en 1987 con The Lion and the Cobra) que vendió 7 millones de copias. Y, además, ganó un premio Grammy. Entonces, fue aclamada como una de las grandes revelaciones musicales del fin de siglo.
Había comenzado su carrera como vocalista del grupo Ton Ton Macoute, y su ascenso en la segunda mitad de los 80 fue meteórico, hasta conquistar los rankings con su versión de Nothing Compares 2 U, escrita originalmente por Prince. Meses después, acompañó a Roger Waters como parte del grupo de músicos que se sumaron al exintegrante de Pink Floyd en la puesta de The Wall en Berlín.
Famosos y salud mental
Hasta hace pocos años, e incluso en la actualidad, los personajes públicos, como actores o deportistas, se veían obligados, quizás por convenciones sociales o por necesidades de sus personajes públicos, a mostrar una apariencia de fortaleza que los alejaba de los problemas comunes de las personas. Sin embargo, en estos años ha habido un interesante cambio, con un impacto muy positivo en la desestigmatización de temas de salud mental, en particular.
¿Una revolución?
Así, los famosos han empezado a compartir abiertamente sus luchas y malestares con el público. Ya sea por moda, como forma de publicidad o por un acto de sinceridad, el resultado ha sido que las personas pueden ver reflejados sus propios problemas en otros. Especialmente en figuras destacadas, lo que les ayuda a aceptarlos y a sentirse comprendidos.
Esta apertura ha tenido un efecto poderoso para eliminar tabúes y permitir que más personas se sientan cómodas al hablar sobre sus propias experiencias con la salud mental. Al ver que incluso las personas que parecen tenerlo todo también enfrentan desafíos emocionales, se crea un sentido de conexión y empatía.
La importancia de la educación
Aproximadamente, el 5% de los adultos en todo el mundo padecen depresión. Sin embargo, no todos pueden reconocer los síntomas, buscar ayuda o hablar abiertamente sobre ello debido al temor de ser estigmatizados y discriminados.
A pesar de ser una afección común, la depresión sigue siendo rodeada por mitos. Estos obstaculizan el derecho humano de las personas a acceder a un diagnóstico y tratamiento adecuados que les permita recuperarse. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), más del 75% de las personas afectadas que viven en países de ingresos bajos y medios no reciben ningún tipo de tratamiento.
La comisión de expertos, conformada por la revista The Lancet y la Asociación Psiquiátrica Mundial ha advertido que aún persisten creencias erróneas acerca de la depresión, considerándola simplemente como tristeza o una muestra de debilidad. En esto, la muerte de Sinead O’Connor nos recuerda que la psicoeducación siempre será una forma de prevención clave.
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