A menudo, vemos en las noticias terremotos, huracanes, atentados terroristas o accidentes automovilísticos. Alguna vez te has preguntado… ¿Cómo actúa la psicología frente a estas situaciones de emergencia? ¿Qué son los Primeros Auxilios Psicológicos (PAPs)?
El apoyo emocional, la promoción de la resiliencia y el fortalecimiento de las capacidades de afrontamiento son algunas de las estrategias que utilizan los profesionales de la salud mental en emergencias. Veamos también el papel que juega la comunidad en dichas situaciones.
Situaciones de emergencia: La seguridad como prioridad
Tras el desenlace de una situación extrema o de desastre, es importante promover la percepción de seguridad de la población afectada. El caos propio de los eventos extremos y el estrés, provocan un malestar profundo en quienes han sufrido una situación de emergencia.
Así, dicho malestar puede contribuir a la toma de decisiones acelerada que ponga en peligro la integridad de una persona y terceros. Sumado a un sufrimiento añadido debido a la incertidumbre.
Por ello, primeramente, se busca cubrir las necesidades inmediatas de la población afectada. Siendo pertinente priorizar el alimento, agua y refugio antes de continuar con cualquier intervención. Además de alejar la situación del campo perceptual de las personas (Parada, 2008).
PAPs: El abordaje inicial en situaciones de emergencia
Los PAPs se alzan como una respuesta humana y de apoyo a un ser humano que está sufriendo y puede necesitar apoyo. Incluyen acciones como la escucha activa, validación de emociones, el establecimiento de un ambiente seguro y calmado, la promoción de la comunicación efectiva y la conexión con recursos de apoyo adicionales.
Estos aspectos están destinados a reducir las consecuencias negativas de los eventos extremos en las primeras horas de ocurrido un hecho traumático. Por tanto, buscan favorecer las estrategias de afrontamiento y la resiliencia.
Por ello, en situaciones de crisis, los PAPs pueden desempeñar un papel vital para reducir el impacto emocional y prevenir el desarrollo de trastornos psicológicos a largo plazo. Pues favorecen la adaptación a corto, mediano y largo plazo. Teniendo en cuenta que los cinco elementos clave de estos abarcan la seguridad, calma, conexión, autoeficacia y esperanza.
Esta caja de herramientas puede ser aplicada por cualquier persona capacitada en la tarea. Sin embargo, hay que tener en cuenta que los PAPs no reemplazan la labor de la psicoterapia individual o grupal posterior a los eventos traumáticos (Pérez Sales, 2004).
Promoviendo la resiliencia y el afrontamiento
La primera línea de atención, configurada por los PAPs después de las situaciones de emergencia, suele adquirir características prácticas. Si bien estas no siempre se asocian a la especificidad de la psicología (pues también pueden ser utilizados por enfermeros, trabajadores sociales, bomberos y profesionales del rescate, entre otros) su aplicación suele generar y promover la calma, conexión comunitaria, resiliencia y el afrontamiento de adversidades. Aspectos estrechamente relacionados con los antecedentes organizacionales, culturales y sociales locales (Sim y Wang, 2021).
Una barrera protectora
Según lo expuesto, las acciones que se desarrollan desde la aplicación de los PAPs no son psicoterapia clásica individual, sino estrategias que potencian las cualidades favorables de cada persona y comunidad. Lo que promueve el alivio psíquico y emocional en momentos de emergencia.
Por otro lado, debemos considerar que, tras los PAPs, la prioridad la adquiere la comunidad en su totalidad. De hecho, existen adaptaciones a varias poblaciones y contextos objetivo.
Así, se deberá evaluar el daño post impacto, disgregando los datos de forma tal que se tengan en cuenta las pérdidas físicas y simbólicas, labor que se realiza contemplando los aspectos culturales de la población. Una vez obtenidos los datos iniciales del impacto, la psicología se centrará en abordar qué significan estas pérdidas en la comunidad afectada.
El ejemplo del 9/11: Una comunidad en acción
El 11 de septiembre del año 2001, dos aviones secuestrados de la línea American Airlines se estrellaron contra las dos torres emblemáticas del World Trade Center. Las popularmente conocidas Torres Gemelas, fueron derribadas en televisión abierta en el medio de Manhattan, distrito de Nueva York en Estados Unidos (EE. UU.). Constituyendo una de las situaciones de emergencia más emblemáticas de los últimos tiempos, todos los ojos se posaron en qué haría este país para reparar los daños sufridos.
Más allá de los edificios: La herida simbólica
Las situaciones de emergencia no solo afectan bienes materiales, sino que infligen un daño en el tejido social y comunitario que muchas veces se torna invisible al ojo inexperto. De este modo, más allá de las manifestaciones de un trastorno de estrés postraumático (TEPT) particulares, los habitantes de Nueva York sufrieron un impacto a sus creencias básicas relacionadas a la vida cotidiana.
Así, en estos casos podemos observar que se ven afectadas las creencias básicas de bondad general del otro, se percibe una mayor inseguridad con respecto al lugar donde se habita, las personas tienden a aislarse y dejan de habitar el espacio público.
En este sentido, el posicionamiento del país con respecto a esta situación de emergencia se centró en reparar la herida sufrida desde la comunidad. Más allá de las terapias individuales, se abordó la problemática de forma social-integral.
Así, los memoriales públicos, las ceremonias de reconocimiento a quienes ayudaron a los heridos y a los sobrevivientes, las maratones de documentales cada 11 de septiembre, y los murales a los fallecidos, constituyeron el insumo principal para reparar el tejido social dañado.
Estas intervenciones se centran en la dignidad de las personas, haciendo énfasis en sus cualidades para rehacerse, reconstruirse y retomar sus actividades diarias. En este sentido, se promueve la resiliencia y las habilidades de afrontamiento positivas, resignificando las identidades de víctimas a sobrevivientes (Beristain, 1999).
Situaciones de emergencia: El después como protagonista
Si bien el impacto que recibe cada persona por sus características particulares debe ser abordado de forma personalizada, se han realizados estudios longitudinales que demuestran que la pérdida del empleo, los daños económicos y el daño a las redes comunitarias predicen mejor el desarrollo o no de mayores estresores y, por ende, síntomas de TEPT. (Silove et al., 2000).
De esta manera, el abordaje en la comunidad toma protagonismo para resignificar las heridas y lograr el afrontamiento positivo de las adversidades, evitando la patologización del sufrimiento propio de las situaciones de emergencia (Lavdas et al., 2023).
Con ello, normalizar las reacciones, brindar apoyo comunitario y reconocer públicamente el papel de los sobrevivientes constituye la herramienta central para reconstruir el tejido social y afrontar la realidad con menos consecuencias negativas.
Conclusión
Como ha sido presentado en el artículo, el apoyo socio-comunitario cumple un rol fundamental en el momento post-impacto de una catástrofe. De esta manera, las habilidades de afrontamiento positivas y la resiliencia conjunta cobran mayor relevancia en un contexto donde suelen privilegiarse los abordajes individuales. Así, resulta menester reconstruir el tejido social dañado y devolverle a la comunidad el sentido de control de sus propias vidas y esperanza por un futuro más prometedor.
Referencias bibliográficas
- Beristain, C. M. (1999). Reconstruir el tejido social. Icaria.
- Parada, E. (2008). Psicología y emergencias. Habilidades psicológicas en las profesiones de socorro y emergencia. Desclée de Brouwer.
- Pérez Sales, P. (2004). Intervención en catástrofes desde un enfoque psicosocial y comunitario. Átopos, (1), 5-18. https://www.psicosocial.net/historico/index.php?option=com_docman&view=download&alias=902-intervencion-en-catastrofes-desde-un-enfoque-comunitario&category_slug=catastrofes&Itemid=100225
- Lavadas, M., Guribye, E. y Sandal, G. M. (2023). “Of course, you get depression in this situation”: Explanatory Models (EMs) among Afghan refugees in camps in Northern Greece. BMC Psychiatry, 23(1). https://doi.org/10.1186/s12888-023-04613-2
- Silove, D., Steel, Z. y Watters, C. (2000). Policies of Deterrence and the Mental Health of Asylum Seekers. JAMA, 284(5), 604. https://doi.org/10.1001/jama.284.5.604
- Sim, T. y Wang, A. (2021). Contextualization of Psychological First Aid: An Integrative Literature Review. Journal of nursing scholarship : an official publication of Sigma Theta Tau International Honor Society of Nursing, 53(2), 189-197. https://doi.org/10.1111/jnu.12613