¿Sabías que hay personas que tienen fobia al agua profunda? La talasofobia es un trastorno de ansiedad que se caracteriza por un temor extremo e irracional hacia el mar y, en ocasiones, hacia cuerpos marinos que se encuentren en las profundidades. Aunque el agua es esencial para la vida en la Tierra y puede representar serenidad y belleza natural, para quienes presentan talasofobia, el mar se convierte en una fuente de angustia incontrolable. Esto puede limitar significativamente la vida diaria de aquellos que la experimentan, dificultando actividades comunes como ir de vacaciones en la playa o incluso cruzar un puente. A lo largo de esta nota, exploraremos la talasofobia, incluyendo sus síntomas, causas, diagnóstico y opciones de tratamiento disponibles.
Veamos un caso de ejemplo
Yo estaba en un extremo y había una niña de 8 años en el otro. Mi maestra estaba allí de pie y le decía constantemente ‘baja, baja’, y ella seguía negando con la cabeza, llorando y gritando, ‘no, no, me voy a ahogar, me voy a ahogar’. Yo la miraba. Creo que comencé a interiorizar sus lágrimas y su miedo. Empecé a ponerme nerviosa, pensando en por qué se estaba poniendo tan nerviosa y pensé, debe haber algo mal en bucear si ella no quiere hacerlo (Khatchaturian, 2018).
Antes que nada… ¿Qué es una fobia?
Una fobia es un trastorno de ansiedad caracterizado por un miedo intenso y desproporcionado hacia un objeto, situación o actividad específica. Ejemplos de esto pueden ser el miedo a las agujas o la carcinofobia. Este miedo es irracional y puede llevar a evitar la situación o el objeto temido a toda costa, lo que puede interferir significativamente en la vida diaria de la persona que lo experimenta. Y es que, las fobias pueden desencadenar una respuesta de ansiedad extrema que, a menudo, incluye síntomas físicos como sudoración, palpitaciones, temblores y dificultad para respirar.
Tres categorías principales en las fobias
- Fobias específicas: Se refieren a miedos irracionales hacia objetos o situaciones concretas, como el miedo a las arañas (aracnofobia), el miedo a volar en avión (aviatofobia) o el miedo a las alturas (acrofobia).
- Fobia social: Implica un miedo intenso a situaciones sociales o de actuación en público. Las personas con fobia social pueden temer hablar en público, interactuar con extraños o participar en eventos sociales.
- Agorafobia: Es el miedo a lugares o situaciones en los que escapar o recibir ayuda podría ser difícil o embarazoso. Esto puede llevar a la evitación de espacios públicos, multitudes o viajar en transporte público.
¿Qué es la talasofobia?
Etimológicamente, la palabra deriva del griego thalasso que significa mar, y phobos que se traduce como miedo. Como se ha mencionado, la talasofobia es un término que se utiliza para describir un miedo intenso y persistente al mar o a cuerpos marinos que se encuentren las profundidades, como océanos, mares, lagos profundos o incluso piscinas grandes. Esta fobia al mar entra en la categoría de fobias específicas, ya que se refiere al miedo irracional hacia una situación o un objeto particular. En este caso, el agua profunda.
¿Cuáles son los síntomas del miedo al mar?
Los síntomas de la talasofobia son similares a los de otras fobias específicas, aunque cada persona puede experimentarlos de forma diferente. En algunos casos, estos pueden ser menos intensos, mientras que en otros pueden ser graves y debilitantes. Veamos algunos de ellos:
- Ansiedad intensa: Cuando una persona con talasofobia se encuentra ante situaciones relacionadas con el mar o de agua profunda, puede experimentar un aumento significativo en la ansiedad. Respuesta que incluiría síntomas físicos como palpitaciones, sudoración excesiva, temblores y dificultad para respirar.
- Evitación: Se tienden a evitar situaciones que impliquen estar cerca del mar o de animales marinos de agua profunda. En consecuencia, se evitan viajes a la playa, excursiones en bote, nadar en aguas profundas o incluso cruzar puentes sobre ríos, entre otros.
- Miedo irracional: El miedo a menudo se percibe como irracional incluso por la persona que lo experimenta. Así, es característico que en estos cuadros se reconozca que no hay una amenaza real, pero aún así, el temor persista.
- Pánico: En casos graves, la exposición al mar o al agua profunda puede desencadenar ataques de pánico, que incluyen síntomas más severos como despersonalización, mareos intensos y miedo extremo.
- Malestar persistente: El miedo y la ansiedad relacionados con la talasofobia son persistentes y pueden durar años si no se abordan adecuadamente, como con cualquier fobia.
- Obsesiones y pensamientos intrusivos: Las personas con talasofobia pueden experimentar pensamientos intrusivos sobre situaciones temidas, como ahogarse en el mar o ser arrastradas por las olas. Estas ideas se caracterizan por ser persistentes y difíciles de controlar.
¿Cómo aparece la fobia?
Las causas exactas de la talasofobia pueden variar de una persona a otra y, en muchos casos, no se pueden identificar con precisión. Algunas personas, incluso, no recuerdan como adquirieron esta fobia. Sin embargo, se cree que varios factores pueden contribuir al desarrollo de este trastorno de ansiedad. Algunos de ellos pueden ser:
- Experiencias traumáticas previas: Haber experimentado un evento traumático relacionado con el mar o el agua profunda, como un incidente de casi ahogamiento o un naufragio.
- Exposición a películas o medios de comunicación: Ver películas, programas de televisión o noticias que involucren situaciones peligrosas en el mar o en aguas profundas puede contribuir al desarrollo de la fobia, especialmente en personas con mayor sensibilidad o jóvenes (Fryers, 2020).
- Modelado de comportamiento: Observar a alguien cercano, como un padre o un amigo, que tiene miedo al mar o al agua profunda puede influir en el desarrollo de dicho miedo en otros individuos.
- Factores psicológicos: La sensibilidad al estrés, ansiedad o neuroticismo es común que aumenten la probabilidad de desarrollar fobias, incluida la talasofobia.
El tratamiento del miedo al agua profunda
Con el fin de superar la talasofobia o mitigar los síntomas relacionados, diferentes terapias ofrecen enfoques variados. En las siguientes líneas, profundizaremos en los tratamientos para este miedo irracional al mar.
La eficacia de la terapia cognitivo conductual (TCC)
El tratamiento de la talasofobia se basa principalmente en la TCC y, en algunos contextos, el uso combinado de medicamentos. Pues es el enfoque terapéutico más comúnmente empleado en la abordaje de las fobias en general.
Durante la intervención, el terapeuta trabaja en colaboración con el paciente para identificar y modificar los patrones de pensamiento y comportamiento que contribuyen a su mantenimiento. Para ello, hay un paso fundamental, la desensibilización sistemática.
Esta técnica dentro de la TCC se utiliza para exponer al paciente de manera controlada y gradual a situaciones relacionadas con el estímulo fóbico (por ejemplo, el agua profunda). De esta manera, se le permite enfrentar progresivamente su miedo y desarrollar confianza en su capacidad para superarlo. Además, la reestructuración cognitiva también se emplea para ayudar al consultante a cambiar los pensamientos negativos asociados con el mismo (Salgado, 2019).
La terapia grupal y el modelado
Además de la TCC, la terapia de grupo puede ser beneficiosa. Esto es así, ya que brinda un espacio para compartir experiencias y estrategias de afrontamiento con otros que comparten el mismo temor. Por su lado, el modelado, que se define como el aprendizaje a través de la observación y la imitación del comportamiento de alguien más, se torna especialmente efectivo cuando los participantes en la terapia grupal se identifican con la persona que está logrando avances. Y es que, ver a alguien que comparte un temor similar enfrentarlo con éxito puede brindar esperanza y aumentar la confianza en la capacidad de cada persona para gestionar la talasofobia.
Conclusión
En definitiva, la talasofobia puede afectar significativamente la calidad de vida de quienes la padecen. Sin embargo, comprender sus síntomas, causas y opciones de tratamiento puede abrir el camino hacia la recuperación.
Para ello, es fundamental destacar que el tratamiento de la talasofobia puede ser altamente efectivo. Por lo que, con la ayuda adecuada, las personas pueden aprender a controlar su ansiedad, superar su miedo al agua y disfrutar de la belleza y la serenidad que el mar y los seres vivos marinos tienen para ofrecer. Si te interesa aprender más acerca de la evaluación y el diagnóstico de las fobias, así como también de su tratamiento con terapia cognitivo conductual, te invitamos a nuestro curso sobre fobias específicas.
Referencias bibliográficas
- Fryers, M. (2020). Thalassophobia: Jaws (1975) and the Nautical Spaces of Horror. The Spaces and Places of Horror, 127-44.
- Khatchaturian, R. (2018). Swimming without fear: Exploratory single subjetc case study [Master’s thesis]. Claifornia State University.
- Salgado, M. E. (2019). Someone could be sick. Cognitive behaviour therapy for a specific phobia of vomiting (emetophobia): A study case. Revista Argentina de Clínica Psicológica. https://doi.org/10.24205/03276716.2019.1100