El sol es fundamental para la vida, yendo de la mano de la salud en muchas ocasiones e influyendo en el metabolismo del organismo. No solo cumple un papel imprescindible para los seres humanos, sino que también tiene un fin estético en algunas culturas cuando se trata del bronceado. Ahora, como dice el refrán: todo en exceso es malo. De este modo, una exposición excesiva a los rayos ultravioleta e infrarrojos conlleva graves consecuencias. La adicción al sol puede dar paso a un síndrome conocido como tanorexia, cuyo resultado muestra que broncearse demasiado no es bueno. Veamos un poco más sobre ello.
Cuando tomar el sol es un problema
Está más que demostrado que el sol influye tanto en la salud física como mental.
Uno de los beneficios más conocidos en cuanto a la primera, es el papel de la luz solar en la producción de vitamina D; y en cuanto a la segunda, su influencia en el ritmo circadiano, estado de ánimo y segregación de serotonina y cortisol.
En los seres humanos, un estudio reciente demostró que la exposición a los rayos ultravioletas B (UVB) mejoraba el estado de ánimo.
Junto a esto, se ha observado en la investigación experimental que una exposición a la luz azul a 453 nm aumenta la producción de endorfinas β por los queratinocitos de la piel junto con los niveles plasmáticos de β-endorfina.
Recordemos que las endorfina son péptidos opioides endógenos que producen sensación de bienestar o euforia (Ouchene et al., 2020).
Ahora, con todos estos beneficios podemos pensar, ¿cuándo se convierte en un problema?
El bronceado: Mucho más que ponerse moreno
El bronceado se define como la exposición intencional a la radiación ultravioleta (UVR) con el objetivo de carácter cosmético de oscurecer la piel.
O, describiría la exposición al sol al aire libre durante períodos prolongados de tiempo (por ejemplo, tumbarse a tomar el sol) y el uso de camas de bronceado y lámparas que emiten rayos ultravioleta artificiales (es decir, bronceado en interiores) (Stapleton et al., 2017).
Ahora bien, organismos como la Asociación Internacional de Protección contra la Radiación (IRPA) e Institutos Nacionales de Salud mostraron preocupación ante la tasa creciente de exposición a fuentes artificiales de radiación ultravioleta con fines estéticos.
Y es que, la mayoría de los cánceres de piel son causados por la exposición a la radiación ultravioleta, ya sea del sol o fuentes artificiales, como dispositivos de bronceado en interiores (Watson et al., 2013).
¿Qué es la tanorexia?
Origen e identificadores
Este término, del inglés tan (broncearse) y del griego orexia (apetito, apetencia), fue descrito por Warthan y colaboradores a principios de la década del 2000. Estos investigadores fueron los primeros en proponer un marco teórico para el diagnóstico y evaluación del grado de adicción al bronceado.
Asimismo, a día de hoy, existe una entrevista estructurada de abuso y dependencia del bronceado (Structured Interview of Tanning Abuse and Dependence, SITAD) muy utilizada para valorar el grado de dependencia en este tipo de casos. Al igual que la herramienta de cribado de comportamiento adictivo en el bronceado de interior (Behavioral Addiction Indoor Tanning Screener, BAITS) diseñada para detectar marcadores de la adición conductual.
Con esto, también se creó una versión adaptada para el bronceado a partir del cuestionario de detección para identificar abuso de sustancias (Cut down, Annoyed, Guilty, Eye opener, CAGE), el mCAGE. Aunque hay alguna crítica que otra para este último (Schneider et al., 2015).
Definición
La tanorexia no es una condición médica diagnosticable y todavía existe una falta de consenso en su definición.
Sin embargo, estudios la categorizan como un trastorno dermatológico-psiquiátrico con características de comportamientos adictivos, trastorno por uso de sustancias y otros trastornos psiquiátricos.
Con esto, podemos afirmar que pasar mucho tiempo al sol o en un solárium conlleva consecuencias muy graves para el organismo. Y es que, los rayos ultravioleta pueden causar cáncer, enfermedades oculares, envejecimiento prematuro e incluso inhibir el sistema inmunológico, según la Academia Estadounidense de Dermatología.
Diferencia entre dependencia y abuso del bronceado
Mostrar una continua y excesiva actividad de bronceado en interior o exterior puede conducir a síntomas psicológicos.
Entre ellos, pérdida de control, ansiedad, fracaso repetido si se intenta resistir el impulso de broncearse, tensión previa a una sensación de alivio cuando se lleva a cabo la práctica, y el gasto de una cantidad excesiva de tiempo en su consecución.
Una persona dependiente del bronceado ha de cumplir con tres o más de estos criterios.
Ahora, para que exista un diagnóstico de abuso del bronceado han de cumplirse uno o más de los siguientes (Petit et al., 2014):
- Bronceado recurrente que afecta a las principales obligaciones laborales en el trabajo, escuela u hogar.
- Físicamente peligroso.
- Bronceado continuado a pesar de la presencia de problemas sociales o interpersonales que son causados o exacerbados por dicha práctica.
Algunos porcentajes interesantes
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), las personas que se broncean en interiores antes de los 35 años muestran un 75% más de riesgo de desarrollar melanoma, el tipo más grave de cáncer de piel (OMS, 2006).
Así mismo, el Centro Internacional de Investigaciones sobre el Cáncer (CIIC) concluyó que, con el uso de cabinas de bronceado, existe un riesgo 2,5 veces mayor de desarrollar carcinoma de células escamosas y un riesgo 1,5 veces mayor de carcinoma de células basales (Kravitz, 2010).
Ahora bien, si es tan nocivo en determinadas situaciones exponerse a rayos UV, ¿por qué existe un gran número de personas que lo siguen haciendo?
¿Por qué exponerse tanto al sol?
Muchas personas que se broncean habitualmente perciben beneficios cosméticos del bronceado, un mayor atractivo físico y confianza en cuanto a la apariencia física. Lo que es, a su vez, reforzado no solo por la luz ultravioleta en sí, sino por los comentarios que puedan recibir de su entorno acerca de ello.
Esto último, aumentaría la creencia de que el bronceado conduce a una mayor aceptación social y se valora positivamente.
Por otro lado, también puede percibirse tal actividad como relajante y que mejora, como se ha mencionado previamente, el estado de ánimo (Stapleton et al., 2017).
Esto no surge de la nada, por ejemplo en la cultura de los concursos estadounidenses, como Miss USA y Miss America, el bronceado de los concursantes es un indicador de belleza. El cómo influye esto en los concursantes fue estudiado por Phan et al. (2020).
En los resultados se obtuvo que la mayoría informaron de una mejora en su estado de ánimo después del bronceado, y más de un tercio de estos cumplieron con los criterios CAGE para la adicción al bronceado.
Con todo lo anterior, el bronceado excesivo puede ser producto de comportamientos obsesivo-compulsivos, síntomas de trastorno afectivo estacional, dismórficos corporales y de control de impulsos.
Muchos estudios sugieren que esta práctica ha de considerarse como una adicción conductual. Tal es así, que se han reportado casos en los que aparecen comportamientos similares a la dependencia, así como tolerancia física y psicológica (Andreassen et al., 2018).
Efectos en el cerebro de la tanorexia
Gracias a investigaciones que estudian imágenes cerebrales por medio de tecnología computarizada de emisión de fotón único (SPECT) se pueden observar las bases neuronales de este cuadro.
Se ha demostrado que aquellas personas que se broncean en interiores muestran un aumento en el flujo sanguíneo en áreas del cerebro asociadas con la recompensa. Una zona con una relación muy estrecha con las conductas adictivas.
Junto a lo anterior, se informa que la tanorexia, como otras adicciones, tiene una heredabilidad estimada del 75,4%.
Reportando así, un componente genético sustancial compatible con otros trastornos adictivos, como el alcoholismo (70,6%), la nicotina (65,0%) y sustancias ilícitas (68,5%) (Tripathi et al., 2020).
Asimismo, además de la producción de serotonina también hay evidencia de actividad del receptor de dopamina en respuesta a la exposición (Stapleton et al., 2017).
Tratamiento de la tanorexia
Algunas de las intervenciones llevadas a cabo han sido de carácter educativo.
De tal modo que se informe de los efectos nocivos y perjudiciales de tomar el sol o broncearse en salas solares de forma excesiva.
Por otro lado, también se hace uso de intervenciones motivacionales breves, que mediante información sobre habilidades y una mejora en la motivación tratan de favorecer el cambio de comportamiento.
Intervenciones cognitivas-conductuales, que combinan la información con habilidades enfocadas en modificar las creencias o comportamientos relacionados con la práctica de riesgo. Y, la promoción de comportamientos alternativos que mejoren la apariencia.
Conclusión
Los estudios sobre tanorexia coinciden en la importancia de una definición más precisa del término. No solo es un problema de salud individual, sino también pública, dadas las consecuencias que conlleva.
Así mismo, la adaptación de más evaluaciones que midan este cuadro e intervenciones conformarían factores importantes de prevención. El término “adicción”, cada vez se encuentra en una gama más extensa de situaciones. Es crucial tratar de aumentar el número de las investigaciones que se llevan a cabo sobre la tanorexia.
Referencias bibliográficas
- Andreassen, C. S., Pallesen, S., Torsheim, T., Demetrovics, Z. y Griffiths, M. D. (2018). Tanning addiction: Conceptualization, assessment and correlates. British Journal of Dermatology, 179(1), 345-352. https://doi.org/10.1111/bjd.16480
- Kravitz, M. (2010). Indoor Tanning, Skin Cancer, and Tanorexia. Journal Of The Dermatology Nurses Association 2(3), 7, 110-115. https://www.researchgate.net/publication/220836587_Indoor_Tanning_Skin_Cancer_and_Tanorexia_Development_of_US_Indoor_Tanning_Policy
- Ouchene, L., Muntyanu, A. y Netchiporouk, E. (2020). Ultraviolet Radiation Seeking Behavior, Mediated by Endogenous β-Endorphin, Has Addictive Features. Journal of Cutaneous Medicine and Surgery, 24(4), 414-415. https://doi.org/10.1177/1203475420926990
- Petit, A., Karila, L., Chalmin, F. y Lejoyeux, M. (2014). Phenomenology and psychopathology of excessive indoor tanning. International Journal of Dermatology, 53(6), 664-672. https://doi.org/10.1111/ijd.12336
- Phan, M. N., Kohn, J. y Dao, H. (2020). Skin cancer risk and tanning in pageant contestants. Baylor University Medical Center Proceedings, 33(4), 557-559. https://doi.org/10.1080/08998280.2020.1775166
- Schneider, S., Schirmbeck, F., Bock, C., Greinert, R., Breitbart, E. y Diehl, K. (2015). Casting Shadows on the Prevalence of Tanning Dependence: An Assessment of mCAGE Criteria. Acta Dermato Venereologica, 95(2), 162-168. https://doi.org/10.2340/00015555-1907
- Stapleton, J. L., Hillhouse, J., Levonyan-Radloff, K. y Manne, S. L. (2017). Review of interventions to reduce ultraviolet tanning: Need for treatments targeting excessive tanning, an emerging addictive behavior. Psychology of Addictive Behaviors, 31(8), 962-978. https://doi.org/10.1037/adb0000289
- Tripathi, R., Knusel, K. D., Mazmudar, R. S., Ezaldein, H. H., Bordeaux, J. S. y Scott, J. F. (2020). Heritability of tanning addiction: A twin concordance study. Journal of the American Academy of Dermatology, 83(5), 1521-1523. https://doi.org/10.1016/j.jaad.2020.06.1006
- Watson, M., Holman, D. M., Fox, K. A., Guy, G. P., Seidenberg, A. B., Sampson, B. P., Sinclair, C. y Lazovich, D. (2013). Preventing Skin Cancer Through Reduction of Indoor Tanning. American Journal of Preventive Medicine, 44(6), 682-689. https://doi.org/10.1016/j.amepre.2013.02.015