Dentro de la variedad de los trastornos del estado de ánimo se encuentra al trastorno ciclotímico. En ocasiones, confundido con el trastorno bipolar, la ciclotimia difiere en síntomas e intensidad de su presentación. Así, a veces resulta confuso para quienes no tienen formación específica en la temática por su similitud con otros cuadros de esta categoría diagnóstica. Si bien los trastornos del estado de ánimo comparten algunos aspectos comunes, la ciclotimia no llega a cumplir los criterios diagnósticos del trastorno bipolar ¿De qué trata la ciclotimia? ¿Conforma un precursor del trastorno bipolar? ¿Cuáles son sus indicaciones terapéuticas?
¿Qué es el trastorno ciclotímico?
La ciclotimia, también conocida como trastorno ciclotímico, es un trastorno del estado de ánimo caracterizado por cambios cíclicos y recurrentes en la emocionalidad de la persona que convive con él. Estos cambios se manifiestan en períodos de depresión leve o hipotimia y episodios de hipertimia, los cuales son menos intensos que los experimentados en el trastorno bipolar I o II. Así, dichos episodios no llegan a cumplir los criterios diagnóstico de los episodios característicos del trastorno bipolar.
Por otra parte, quienes presentan ciclotimia manifiestan períodos en los que su estado de ánimo fluctúa notoriamente desde su punto de referencia. De esta forma, experimentan emociones contradictorias en períodos de tiempo considerablemente cortos (Parker et al., 2012).
Por un lado, los síntomas hipertímicos
Durante la hipertimia, las personas pueden sentirse eufóricas, llenas de energía, extremadamente creativas y con una autoestima elevada. Estos episodios distan de los síntomas maníacos e hipomaníacos, pues generalmente no interfieren notoriamente con la vida habitual del individuo.
Asimismo, a diferencia de la hipomanía o de la manía presente en el trastorno bipolar, los síntomas hipertímicos son menos intensos. Es por ello que estas personas no cumplen los criterios diagnósticos de un episodio maníaco o hipomaníaco, y esto debe ser así por al menos dos años.
De esta forma, si el consultante cumple con los criterios de alguno de dichos episodios, el diagnóstico suele cambiar a trastorno bipolar (Bielecki y Gupta, 2022).
Por otro, los síntomas hipotímicos
Por otro lado, durante los episodios de hipotimia, pueden experimentar una profunda tristeza. Además, algunas personas vivencian una acentuada falta de interés en actividades que antes disfrutaban, fatiga, cambios en el apetito y patrones de sueño, y pensamientos de desesperanza. Durante estos momentos, se suele buscar ayuda profesional que, en caso de ser pertinente, diagnostique la ciclotimia.
Así, a diferencia de la hipertimia, la hipotimia suele experimentarse como egodistónica, es decir, desagradable e incompatible con la persona que lo vivencia. En cuanto al tratamiento psicofarmacológico, la investigación actual recomienda evitar el uso de antidepresivos en el contexto de la hipotimia, ya que puede exacerbar la sintomatología (Bielecki y Gupta, 2022).
Los ciclados característicos
La presentación de la ciclotimia puede variar ampliamente entre persona y persona. De esta forma, algunas presentan síntomas hipertímicos durante algunos días y luego experimentan hipotimia la mayor parte del tiempo.
Otras, manifiestan varios ciclados en un mismo día o transcurso de pocos días. Por ello, suele ser difícil de diagnosticar, inicialmente confundido con un temperamento o personalidad ciclotímica y solo reconocido una vez que se considera que evoluciona a trastorno bipolar.
Sin embargo, entre los episodios de hipertimia e hipotimia la persona puede experimentar períodos de estabilidad emocional, en los que se siente bien y funcional. Así, la llamada eutimia describe la sensación de equilibrio y bienestar relativamente normal y saludable a la que se aspira llegar a través de los distintos tratamientos enfocados a los trastornos del estado de ánimo como la ciclotimia (Fava y Bech, 2015).
La ciclotimia no es una forma atenuada del trastorno bipolar
En cuanto a la prevalencia de esta afección, se estima que del 20% al 50% de quienes que buscan ayuda para trastornos del estado de ánimo, ansiedad, impulsividad y adicciones, resultan cumplir los criterios diagnósticos de ciclotimia después de una cuidadosa evaluación. Con respecto a ello, se destaca que la evaluación de ciclotimia y su tratamiento debe ser cuidadosamente evaluado como un tipo distinto de trastorno bipolar y no simplemente como una forma atenuada de este.
De tal manera, se describe a la ciclotimia como una profundización del temperamento ciclotímico, es decir, inestabilidad emocional y del estado de ánimo base. Esta se caracterizaría por el inicio temprano y extrema reactividad del estado de ánimo relacionada con una mayor sensibilidad interpersonal y ansiedad de separación. Además, dichas características se acompañarían de múltiples comorbilidades y un alto riesgo de comportamiento impulsivo y suicida (Perugi et al., 2015).
¿Qué tratamientos existen para la ciclotimia?
El tratamiento de la ciclotimia se basa en gestionar los factores de riesgo, reconocer los síntomas tempranos e implementar intervenciones adecuadas que incluyen la psicoeducación, farmacoterapia y asesoramiento personal y familiar. El objetivo principal de lo mencionado debe centrarse en la regulación afectiva subyacente generalizada.
Hasta la fecha, no hay medicamentos psicofármacos exclusivamente recomendados para el tratamiento del trastorno ciclotímico. A pesar de esto, existen alternativas aconsejadas en el manejo de la afección.
Así, el tratamiento psicotrópico de primera línea para la ciclotimia es la administración de estabilizadores del estado de ánimo dependiendo de los síntomas más significativos. Además, también se propone la administración de antipsicóticos para personas con síntomas hipertímicos más severos (Bielecki y Gupta, 2022).
Iatrogenia de la ciclotimia: ¿Evolución hacia un trastorno más severo?
Es importante advertir que el diagnóstico erróneo y el consecuente tratamiento incorrecto están asociados con un alto riesgo de transformar la ciclotimia en una bipolaridad con características límite. Esto se debería a la exposición crónica y repetitiva a antidepresivos y sedantes.
De esta forma, la detección temprana y el tratamiento adecuado pueden garantizar un cambio significativo en el pronóstico a largo plazo. Lo que sucedería al adoptar una farmacoterapia adecuada estabilizadora del estado de ánimo y enfoques psicológicos específicos y abocados a la psicoeducación (Perugi et al., 2015).
Conclusión
Cada categoría diagnóstica acarrea historias y particularidades que solo pueden ser entendidas en el entramado singular de la persona que llega a consulta. Así, los abordajes personalizados deben ser la regla del trato con los consultantes, alejándonos de las generalizaciones iatrogénicas. En este sentido, la ciclotimia muchas veces queda capturada en ser categorizada como una bipolaridad atenuada, por lo que debemos procurar escapar de las dicotomías que olvidan el sentido singular de cada experiencia vital.
Referencias bibliográficas
- Bielecki, J. E. y Gupta, V. (2022). Cyclothymic Disorder. StatPearls Publishing.
- Fava, G. A. y Bech, P. (2015). The Concept of Euthymia. Psychotherapy and Psychosomatics, 85(1), 1-5. Doi :10.1159/000441244
- Parker, G., McCraw, S. y Fletcher, K. (2012). Cyclothymia. Depression and Anxiety, 29(6), 487-494. Doi: 10.1002/da.21950
- Perugi, G., Hantouche, E. G., Vannucchi, G. y Pinto, O. (2015). Cyclothymia Reloaded: A reappraisal of the most misconceived affective disorder. Journal of Affective Disorders, 183, 119-133. https://doi.org/10.1016/j.jad.2015.05.004
- Totterdell, P., Kellett, S. y Mansell, W. (2012). Cognitive Behavioural Therapy for Cyclothymia: Cognitive Regulatory Control as a Mediator of Mood Change. Behavioural and Cognitive Psychotherapy, 40(04), 412-424. Doi: 10.1017/s1352465812000070