La tricotilomanía, o trastorno por tracción del cabello, se clasifica como una condición obsesiva-compulsiva caracterizada por la tracción repetida del propio cabello, lo que resulta en una pérdida significativa de este, según el Manual Diagnóstico y Estadístico de Trastornos Mentales (Diagnostic and Statistical Manual of Mental Disorders, DSM V, en inglés). Si bien se ha reportando que entre el 0,5 y el 2% de la población lo presentan, la prevalencia real puede ser mucho mayor dada la vergüenza que supone para la persona su condición. Dado que el objetivo de la evaluación es determinar un diagnóstico y adquirir información para ayudar a desarrollar el plan de tratamiento… ¿Qué herramientas pueden resultar útiles en consulta?
Un proceso con lupa
Aunque la tricotilomanía se considera un diagnóstico psiquiátrico, la mayoría de los pacientes acudirán inicialmente a un dermatólogo para su evaluación. Profesional que identificará si hay evidencia de extracción del cabello, evaluará la extensión de la pérdida de cabello y analizará el impacto funcional. Sin embargo, parte importante de este proceso también implica descartar otras posibles causas, como condiciones médicas generales o trastornos mentales alternativos.
Al acecho de trastornos comórbidos
Con respecto a esto último, no hay que olvidar que la tricotilomanía es un trastorno altamente comórbido, con una prevalencia de enfermedad psiquiátrica concomitante de hasta el 80%. Siendo los trastornos asociados más comunes la ansiedad, depresión mayor, uso indebido de sustancias, trastornos de la alimentación, trastorno de estrés postraumático (TEPT), trastornos de la personalidad y trastorno dismórfico corporal (Melo et al., 2022).
La evaluación del comportamiento
Cuando un profesional de salud mental realiza una evaluación funcional, puede emplear entrevistas, observaciones directas y manipulaciones sistemáticas, revisiones de registros de archivo y escalas de calificación de comportamiento para la valoración de antecedentes y consecuencias. Entre el uso de medidas autoinformadas o evaluadas por el especialista, hay que destacar el empleo de la evaluación funcional de la tracción del cabello, que considera los antecedentes (externos o internos) y consecuencias del comportamiento de arrancarse el pelo (punitivas o por refuerzo). Un aspecto que ayuda a comprender por qué y cuándo el paciente lo arranca, detalles que, en última instancia, guían la planificación del tratamiento.
Herramientas útiles para evaluar la tricotilomanía
Como fue mencionado anteriormente, existen diversas herramientas que resultan útiles para evaluar dicha condición. En relación a las escalas disponibles, estas se pueden clasificar según su aplicación, ya sea por parte de profesionales o por la propia persona. A continuación, las veremos detalladamente.
Escala de evaluación de la tricotilomanía para profesionales
- Escala de tricotilomanía del NIMH (NIMH Trichotillomania Scale, en inglés): Esta entrevista clínica semiestructurada consta de dos índices clínicos, la Escala de Gravedad de la Tricotilomanía (NIMH Trichotillomania Severity Scale, NIMH-TSS, en inglés) y la Escala de Deterioro (NIMH Trichotillomania Impairment Scale, NIMH-TIS, en inglés). La primera evalúa cinco aspectos clave de la tricotilomanía, como el tiempo dedicado al tirar del cabello, la resistencia a los impulsos y el deterioro funcional, con puntuaciones que van de 0 a 5, sumando un máximo de 25 puntos. La segunda, se compone de un solo elemento con puntuaciones de 0 a 10 para medir el nivel de deterioro. Estas escalas han demostrado ser válidas y fiables en adultos y niños.
- Escala obsesiva compulsiva Yale-Brown para la tricotilomanía (Yale-Brown Obsessive-Compulsive Scale-Trichotillomania, Y-BOCS-TM, en inglés): Escala de 10 elementos que evalúa la gravedad de la tricotilomanía. Se divide en dos subescalas que miden pensamientos intrusivos y comportamientos de tirar el cabello. Con puntuaciones individuales de 0 a 5, lo que suma un máximo de 50 puntos. Aunque sus propiedades psicométricas varían, se utiliza comúnmente para evaluar el progreso en estudios de tratamiento.
- Escala de tricotilomanía del Instituto Psiquiátrico (The Psychiatric Institute Trichotillomania Scale, PITS, en inglés): Una escala semiestructurada que evalúa el número de sitios del cuerpo utilizados para tirar del cabello, el alcance de la pérdida de cabello, la resistencia a los impulsos, el afecto negativo y deterioro funcional. Consta de 6 elementos puntuados de 0 a 7, lo que da lugar a puntuaciones posibles de 0 a 42. Sus propiedades psicométricas son variadas.
Escala de evaluación de tricotilomanía para pacientes
- Escala de extracción de cabello del Hospital General de Massachusetts (Massachusetts General Hospital Hairpulling Scale, MGH-HPS, en inglés): Medida de autoinforme ampliamente utilizada que consta de 7 elementos. Evalúa la gravedad y la resistencia al control de la tricotilomanía en una escala Likert de 5 puntos. Además, es útil para documentar cambios en los síntomas durante el tratamiento.
- Escala de tricotilomanía para niños (Trichotillomania Scale for Children, TSC, en inglés): Cuestionario de autoinforme diseñado para niños y adolescentes. Tiene 15 elementos distribuidos en tres subescalas: gravedad, angustia y discapacidad, con puntuaciones de 0 a 2. Ha demostrado buenas propiedades psicométricas.
- Inventario de Milwaukee para estilos de tricotilomanía – Versiones para adultos y niños (The Milwaukee Inventory for Styles of Trichotillomania – Adult and Child Versions, MIST-A y MIST-C, en inglés): Estas escalas evalúan diferentes estilos de tirar del cabello, etiquetados como “enfocados” y “automáticos”. Al parecer, han demostrado una adecuada consistencia interna y validez discriminante. Y, además, revelan diferencias significativas entre estilos de tracción y sus asociaciones con el estrés y otros factores (Woods y Houghton, 2014).
Un obstáculo: La vergüenza
La vergüenza basada en los síntomas puede verse relacionada con los comportamientos de tracción y posteriores a la extracción del cabello, pudiendo surgir como una respuesta secundaria al daño resultante de comportamientos repetitivos centrados en el cuerpo. Es más, la evaluación de la tricotilomanía se dificulta por la tendencia de los individuos a dudar (Kell y Kress, 2006).
De hecho, la vergüenza puede ser un marcador de la respuesta al tratamiento en dicha condición y su relación con los síntomas puede ser bidireccional. Así, la relación entre esta emoción y los síntomas está mediada, mayormente, por factores experienciales como la evitación, por ejemplo. Convirtiéndose, por ende, en un factor de riesgo transdiagnóstico al que prestar atención, y por el que los profesionales deben hacer observaciones y emplear preguntas cuidadosamente estructuradas para ayudar a descubrir información que al cliente se le puede hacer difícil exponer (Szentágotai-Tătar et a., 2020).
La importancia de evaluar la tricotilomanía
A modo de síntesis, la tricotilomanía es un trastorno poco conocido que puede ser extremadamente incapacitante. Conllevando un impacto evidente en la calidad de vida y el funcionamiento social y psicológico. Sobra decir que los profesionales que traten un cuadro así, en su amplia variedad, siempre deben tener una actitud sin prejuicios y empática hacia el paciente. Con esto, y dado que es probable que sea el resultado de la interacción de varios factores (genético, psicológico, social y neurobiológico), será importante llevar a cabo una evaluación integral, multimodal y multiinformante del consultante.
Referencias bibliográficas
- Kell, B. L. y Kress, V. E. (2006). Trichotillomania: Behavioral assessment and treatment interventions. International Journal of Behavioral Consultation and Therapy, 2(1), 65-72. https://doi.org/10.1037/h0100767
- Melo, D. F., Lima, C. D. S., Piraccini, B. M. y Tosti, A. (2022). Trichotillomania: What Do We Know So Far?. Skin appendage disorders, 8(1), 1-7. https://doi.org/10.1159/000518191
- Szentágotai-Tătar, A., Nechita, D. M. y Miu, A. C. (2020). Shame in Anxiety and Obsessive-Compulsive Disorders. Current psychiatry reports, 22(4), 16. https://doi.org/10.1007/s11920-020-1142-9
- Woods, D. W. y Houghton, D. C. (2014). Diagnosis, evaluation, and management of trichotillomania. The Psychiatric clinics of North America, 37(3), 301-317. https://doi.org/10.1016/j.psc.2014.05.005