En el fascinante mundo de la psicología, los test de inteligencia desempeñan un papel crucial en la evaluación de las capacidades cognitivas. Aquí, la Escala de Inteligencia para Adultos de Wechsler, cuarta edición (The Wechsler Adult Intelligence Scale, fourth edition, WAIS-IV, en inglés) destaca como un instrumento líder, adaptándose a los avances teóricos y tecnológicos. Por consiguiente, esta nota explora la relevancia de la WAIS-IV en la evaluación de adultos, resaltando su estructura, aplicaciones y consideraciones clave. ¿Cómo influyen las últimas investigaciones en la interpretación de la inteligencia? ¿Qué perspectivas ofrece la WAIS-IV para comprender las complejidades en la edad adulta?
Un poco de historia
Para comenzar, la WAIS-IV, última versión de las pruebas de inteligencia para adultos de Wechsler, destaca por su continua evolución a lo largo de más de 70 años. Y es que, ya desde sus inicios, la WAIS ha sido pionera en la evaluación de la inteligencia en adultos, reflejando un compromiso constante con la innovación.
Ciertamente, la revisión más reciente, la cuarta edición, consolida décadas de experiencia y conocimiento. A su vez, ofrece una herramienta actualizada y precisa para evaluar la inteligencia en adultos. Pero, ¿cómo ha impactado esta evolución en la comprensión y medición de la inteligencia en la actualidad? Si te interesa aprender a aplicar y analizar esta batería, te invitamos a nuestro curso de actualización en WAIS-IV.
Wechsler y la inteligencia
Primeramente, Wechsler demostró una visión pragmática y adaptable en su conceptualización de la inteligencia, lo que le permitió realizar ajustes continuos en sus escalas a medida que evolucionan la teoría y la investigación. Por otra parte, su enfoque ha sido receptivo a los avances notables en campos como neuropsicología y neurociencia cognitiva, así como a desarrollos teóricos en la comprensión de la inteligencia.
Por lo anterior, las ediciones más recientes de las escalas de Wechsler reflejan estos cambios significativos, marcados por una sofisticación creciente en la medición psicológica. Con lo que este enfoque dinámico asegura que las escalas no solo sigan siendo relevantes, sino que también incorporen los últimos conocimientos en la evaluación de la inteligencia (Coalson et al., 2010).
¿Cómo son las pruebas de inteligencia?
Las pruebas de inteligencia, un pilar en la psicología aplicada, surgieron entre 1910 y 1920 y persisten como herramientas fundamentales. Además, las Escalas de Inteligencia de Wechsler, especialmente la WAIS-IV, han sobresalido en la evaluación individual. No obstante, la primera edición, Wechsler-Bellevue (1939), para adultos, marcó un cambio al medir coeficiente intelectual verbal y de rendimiento.
A lo largo del tiempo, la WAIS ha evolucionado, actualizando subpruebas, normativas y muestras de referencia. Pues, como se ha mencionado, Wechsler demostró una visión pragmática al definir la inteligencia, permitiendo ajustes continuos frente a avances en teoría e investigación. Un compromiso con la vigencia y utilidad de las escalas que ha consolidado su impacto duradero (Ferreira y Calderón, 2022).
WAIS-IV: ¿Cómo se estructura?
La escala WAIS-IV presenta una estructura similar a su predecesora, la WAIS-III, con cuatro índices: Comprensión verbal, Razonamiento perceptivo, Velocidad de procesamiento y Memoria de trabajo. Como resultado, con 10 subpruebas básicas y cinco opcionales, la flexibilidad es clave para evaluar diversas funciones. A partir de esto, la adaptación a teorías de razonamiento fluido, memoria de trabajo y velocidad de procesamiento refleja la evolución del entendimiento de la inteligencia.
Población y tiempo de duración
A su vez, la WAIS-IV, diseñada para individuos de 16 a 90 años, se basa en una muestra normativa diversa de 2200 participantes en 13 grupos de edad. Aún así, ofrece tablas normativas específicas para grupos clínicos, abarcando desde personas con habilidades intelectuales excepcionales hasta aquellos con diversas discapacidades y condiciones médicas. El tiempo promedio de administración de las 10 subpruebas es de aproximadamente 67 minutos, proporcionando una evaluación exhaustiva en un período razonable.
¿Cómo se compone?
Igualmente, compuesta por 15 subtest, evalúa diversas aptitudes cognitivas con incremento progresivo de dificultad en cada ítem. Estos subtest se agrupan en 6 índices, abordando aspectos como Comprensión verbal, Razonamiento perceptivo, Memoria de trabajo, Velocidad de procesamiento, Coeficiente intelectual total y Capacidad general.
La estructura de la prueba busca evaluar de manera integral las capacidades cognitivas del individuo, proporcionando una visión completa de su funcionamiento intelectual en diferentes áreas (Coalson et al., 2010).
Un vistazo a los subtest
Algunos destacados incluyen Símbolos digitales, donde se busca emparejar símbolos con números; Información, evaluando conocimientos generales; y Aritmética, enfocado en habilidades matemáticas. Asimismo, Matrices, mide el razonamiento abstracto, mientras que en Búsqueda de símbolos, se busca emparejar símbolos con números en un tiempo limitado. Las pruebas Letras y números, Puzzles visuales y Diseño con cubos exploran la capacidad perceptiva y de organización visual.
También, Retención de dígitos y Secuencia de dígitos abordan la memoria de trabajo. Por último, Comprensión, Similitudes y Vocabulario evalúan la comprensión verbal. Estos subtest se agrupan en índices para ofrecer una visión completa del perfil cognitivo de la persona.
Índices que brindan mayor comprensión
En primer lugar, el Índice de comprensión verbal (ICV) evalúa aptitudes verbales, incluyendo razonamiento, comprensión y conceptualización. Por su parte, el Índice de razonamiento perceptivo (IRP) mide el razonamiento no verbal y la organización perceptiva. Y el Índice de memoria de trabajo (IMT) evalúa atención, concentración y procesamiento secuencial y simultáneo.
Por otro lado, el Índice de velocidad de procesamiento (IVP) mide la velocidad de procesamiento mental y grafo-motor. Asimismo, el Coeficiente intelectual total (CIT) refleja la aptitud cognitiva general. Y, finalmente, el Índice de capacidad general (ICG) mide la aptitud cognitiva general de manera menos influenciada por la memoria de trabajo y la velocidad de procesamiento. Dichos índices ofrecen una visión integral del perfil cognitivo del individuo (Coalson et al., 2010).
Aplicación de WAIS-IV
La aplicación de WAIS-IV requiere una cuidadosa preparación y observación para garantizar una evaluación precisa. En este proceso, el examinador, que debe ser un profesional de la salud mental, desempeña un papel crucial.
Antes de la prueba, es fundamental que el examinador se familiarice con los materiales y procedimientos. Para esto, es necesario que los materiales estén accesibles pero fuera de la vista del sujeto. Además, el tiempo de aplicación es variable y depende de diversos factores, como la aptitud cognitiva del sujeto y el estilo del examinador. Este enfoque meticuloso asegura una evaluación rigurosa y confiable.
Importancia de las condiciones ambientales
Por otro lado, las condiciones ambientales deben ser tranquilas y bien iluminadas. Se establece un orden estándar de aplicación para aumentar el interés y reducir la fatiga. Del mismo modo, se permite la sustitución de pruebas principales por opcionales en caso de invalidación. Utilizándose un cronómetro en pruebas con límite de tiempo.
Consecuentemente, el punto de comienzo y las reglas de retorno y terminación se siguen para mantener la consistencia. Asimismo, se emplean ítems de demostración y aprendizaje para clarificar las tareas. Sin olvidar que la observación del examinado es crucial para detectar fatiga o frustración. Por lo general, se realiza en un día con descansos o, si es necesario, en dos sesiones en una semana (Coalson et al., 2010).
Conclusión
En la travesía de explorar las profundidades de la inteligencia en adultos a través de la WAIS-IV, emergen cuestionamientos cruciales sobre la naturaleza de la mente humana. Más allá de puntuaciones y subtest, esta evaluación invita a reflexionar sobre la complejidad de la inteligencia en el contexto del envejecimiento y la diversidad individual.
¿Cómo redefine la WAIS-IV nuestra comprensión de la mente adulta? ¿En qué medida las percepciones de la inteligencia deben adaptarse a las cambiantes realidades cognitivas? La evaluación se convierte en una ventana no solo hacia la capacidad cognitiva, sino también hacia la infinita fascinación de la mente humana en su evolución.
Referencias bibliográficas
- Coalson, D. L., Raiford, S. E., Saklofske, D. H. y Weiss, L. G. (2010). WAIS-IV. En Elsevier eBooks (pp. 3-23). https://doi.org/10.1016/b978-0-12-375035-8.10001-1
- Ferreira, E. y Calderón, C. (2022). Evaluación de Adultos: WAIS-IV. Evaluación de aptitudes cognitivas. Facultad de Psicología, Universidad de Barcelona.
- Pezzuti, L., Tommasi, M., Saggino, A., Dawe, J. y Lauriola, M. (2020). Gender differences and measurement bias in the assessment of adult intelligence: Evidence from the Italian WAIS-IV and WAIS-R standardizations. Intelligence, 79. https://doi.org/10.1016/j.intell.2020.101436
- Valentine, T. R., Block, C., Eversole, K., Boxley, L. y Dawson, E. L. (2020). Wechsler Adult Intelligence Scale‐IV (WAIS‐IV). The Wiley Encyclopedia of Personality and Individual Differences, 457-463. https://doi.org/10.1002/9781118970843.ch146