El actor Zac Efron comentó meses atrás los trastornos psicológicos que padece. A pesar de ser reservado con su vida privada, sí habló sobre la agorafobia, un padecimiento que le impide estar en lugares donde pueda sentirse encerrado. Así, en una entrevista con Men’s Health, Zac Efron comentó sobre su agorafobia: Simplemente no salgo. La gente en grupos grandes desencadena mi agorafobia.
Los éxitos de Zac Efron desde pequeño
Efron comenzó su camino a la fama desde muy pequeño. En 2002 tuvo una aparición como invitado en la serie de televisión de Fox Firefly y su debut cinematográfico llegó en ese mismo año, cuando desempeñó un papel de reparto en la película El mundo de Melinda (Melinda’s World, 2003). Sin embargo, su éxito rotundo llego en 2006, a partir de su papel protagonista en la película musical de Disney Channel High School Musical.
A partir de ahí, su carrera no paró de crecer, y protagonizó innumerables películas como: Cuando te encuentre (The Lucky One, 2012); El chico del periódico (The paperboy, 2012), Malditos vecinos (Neighbors, 2014), y su secuela, Malditos Vecinos 2 (Neighbors 2: Sorority Rising, 2016); Mike y Dave buscan rollo serio (Mike and Dave Need Wedding Dates, 2016), y actuó con Robert De Niro en la comedia Mi abuelo es un peligro (Dirty Grandpa, 2016). Además, en 2017 trabajó con La Roca Dwayne Johnson haciendo de vigilante de la playa en Los vigilantes de la playa (Baywatch, 2017).
Agorafobia: Zac Efron no es el único
Zac Efron no es la única personalidad reconocida que padece agorafobia. En una entrevista a Red Table Talk, la actriz Kim Basinger habló sobre esta condición y el miedo excesivo a ciertas situaciones.
También el cantante Donny Osmond sufrió estos episodios, y llegó a contar que tuvo situaciones en los que si tuviera la opción de subir al escenario o morir, habría elegido la muerte. Mostrando que incluso las figuras públicas y exitosas no están exentas de enfrentar estos desafíos emocionales y psicológicos.
¿Qué es la agorafobia?
Se trata de un tipo de trastorno de ansiedad que se manifiesta como un miedo a lugares o situaciones que podrían provocar la sensación de estar atrapado, indefenso o avergonzado. Asimismo, este miedo extremo también puede aparecer por futuras situaciones.
Si bien, todos los síntomas pueden variar según las características propias de la persona, hay algunos que suelen manifestarse con frecuencia como: miedo a salir de casa solo; estar en una multitud o en espacios cerrados, como cines, ascensores o tiendas pequeñas. También puede ocurrir que la ansiedad comience a aparecer cuando la persona está en espacios abiertos, como estacionamientos, puentes o centros comerciales. Así, usar el transporte público, un avión o un tren, suelen ser acciones muy difíciles para las personas con agorafobia.
¿La agorafobia y los ataques de pánico se relacionan?
Es muy común que las personas con agorafobia primero hayan experimentado uno o más ataques de pánico. Esta situación, hace que estén preocupados, pensando que quizás puedan manifestar otro ataque en algún lugar público, lo que desencadena más episodios de este cuadro. Como consecuencia, se comienza a evitar asistir a determinados lugares.
De esta manera, la agorafobia provoca inseguridad, específicamente en lugares donde se acumula mucha gente. De hecho, cuando comienzan los síntomas, el miedo puede ser tan abrumador que quien la presenta se siente incapaz de salir de su casa.
En este punto, es de suma importancia recibir ayuda de profesionales de la salud mental, ya que los síntomas pueden aumentar. Dando lugar a que, en ocasiones, algunas personas permanezcan recluidas en casa por años, por no poder enfrentar este miedo.
Además, la situación de ansiedad y miedo, provoca que muchas personas comiencen a consumir drogas o alcohol, lo que agrava los síntomas y el malestar. Este consumo se convierte en una forma de auto-medicación para intentar aliviar temporalmente el estrés y la ansiedad, aunque a largo plazo, el abuso de sustancias puede empeorar significativamente la condición mental y física.
¿Se puede curar?
Si bien no hay una cura definitiva, es importante que la persona inicie un tratamiento con los profesionales adecuados. El tratamiento generalmente incluye enfoques terapéuticos y farmacológicos. Desde la terapia cognitivo conductual (especialmente, la terapia de exposición), hasta medicamentos ansiolíticos o antidepresivos, en caso de requerirse.
Ahora bien, hablar con familiares o amigos acerca de los miedos, es una buena forma de comenzar. Esto es, reconocer lo que está sucediendo siempre es el primer paso para intentar solucionarlo y mejorar la calidad de vida.
Educación y salud mental: La importancia de estar informados y acompañados
Como ocurre con todos los temas de salud mental, es importante que se hable de agorafobia, ya que la falta de información es lo que provoca que se juzgue a la persona que la presenta, y así su recuperación se vuelva más difícil. La estigmatización y los prejuicios asociados a los trastornos mentales pueden llevar a la incomprensión y marginalización de quienes los padecen.
Por ello, el acompañamiento pedagógico y educativo es fundamental, ya sea desde las instituciones educativas, como de otros establecimientos que tienen incidencia en la vida de las personas. Pues esto no solo empodera a las personas con conocimientos y habilidades prácticas, sino que también contribuye a la reducción del estigma asociado.
Además, para quienes conviven con agorafobia, resulta importante poder contar con otra persona de confianza, ya sea un familiar, amigo o conocido, que pueda acompañarlo en ciertas ocasiones. Y es que, la sensación de sentirse acompañado en lugares que provocan miedo, puede disminuir los síntomas y ayudar en el camino de la recuperación ¡Aunque hay que tener cuidado con la dependencia!