Los gemelos humanos han sido considerados, en el buen sentido, una especie de laboratorio natural para estudiar la mente, dado que comparten genes en distinta proporción y ambientes similares. Lo que permite explorar cómo se configuran las habilidades cognitivas a lo largo del desarrollo. Y es que, comparar gemelos monocigóticos y dicigóticos ha ofrecido claves para entender la interacción entre predisposiciones genéticas, experiencias compartidas y vivencias individuales. Sin embargo, más allá de la fascinación por sus semejanzas, las diferencias dentro de un mismo par revelan el peso de lo imprevisible y de la plasticidad de la mente. Pero ojo, los estudios con gemelos no revelan “determinismos genéticos absolutos”, más bien ayudan a cuantificar cuán variable es la cognición entre personas en función de esas fuentes. A partir de ahí, los resultados se interpretan con cautela.
¿Qué semejanzas cognitivas tienen los gemelos?
Un hallazgo persistente en estudios gemelares longitudinales es que la inteligencia general (o g) muestra una notable estabilidad a lo largo del tiempo, y las correlaciones entre mediciones tempranas y tardías son altas. En un estudio longitudinal con gemelos, Lyons et al. (2017) revisaron cómo la habilidad cognitiva general permanecía relativamente consistente con el paso de los años.
Estabilidad del factor intelectual general (g)

En otra investigación que siguió a gemelos desde la infancia hasta la mediana edad, se halló que el cociente intelectual (IQ) medido en la infancia correlaciona significativamente con el IQ en la mediana edad. Lo que sugiere continuidad cognitiva a lo largo de décadas (Beam et al., 2020).
Esto implica que la arquitectura cognitiva básica de una persona gemela tiende a mostrarse con consistencia (sus fortalezas relativas frente a otros) pese a variaciones en la vida.
Coherencia genética en estructuras cerebrales
Y no solo en el comportamiento cognitivo, también en la anatomía cerebral. Y es que, los gemelos muestran altos grados de semejanza. De esta forma, la estructura cerebral es un sustrato común de la cognición. Mismamente, Jansen et al. (2015), en su revisión, mostraron estudios de MRI en gemelos que detectan que volúmenes cerebrales, grosor cortical y conectividad tienen componentes hereditarios sustanciales.
Con esto, ciertas regiones de la materia blanca cuyas propiedades microestructurales parecen tener coherencia genética han sido identificadas mediante análisis de resonancia magnética en gemelos gemelos monocigóticos o idénticos (monozygotic twins, MZ, en inglés)/ gemelos dicigóticos o fraternos (dizygotic twins, DZ, en inglés) (véase también Hallgrímsson et al. (2018) en estudios de coherencia de microestructura de la materia blanca en gemelos). Así pues, dos gemelos idénticos no solo tienden a compartir aptitudes cognitivas similares, también una “topografía cerebral similar” que puede mediar esas aptitudes.
Rendimientos académicos y habilidades específicas
Cuando se examinan habilidades específicas (esto es, lectura, matemáticas, vocabulario, memoria) dentro de los pares gemelares, aparece una alta correlación entre los gemelos MZ. Por ejemplo, en un estudio clásico se examinó cómo gemelos con altas aptitudes compartían esas puntuaciones en letras, matemáticas, razonamiento espacial y se hallaron correlaciones sustanciales. De esta manera, los gemelos tienden a manifestar perfiles cognitivos parecidos cuando se trata de talento elevado también (Haworth et al., 2009).
En suma, los gemelos suelen compartir estructuras intelectuales, estilos cognitivos generales y a menudo rendimientos similares en tareas específicas. Aunque, eso sí, con espacio para divergencias.
¿Qué diferencias cognitivas emergen entre gemelos?
Que los gemelos compartan tanto no significa que sean clones cognitivos absolutos. De hecho, muchas de las preguntas más interesantes surgen de sus diferencias.
Ambiente no compartido: El motor de la diferencia
Incluso entre gemelos idénticos, las diferencias cognitivas significativas suelen deberse al ambiente no compartido. Esto engloba experiencias individuales únicas, microdecisiones vitales, relaciones distintas o eventos fortuitos. Esa varianza no compartida regularmente explica una fracción importante de la variación entre gemelos.

Por ejemplo, en estudios con envejecimiento cognitivo, la herencia del g puede llegar a ~62 % pero aún el ~38 % restante se atribuye a factores no genéticos (individuales, ambientales). En otro estudio clásico, llevado a gemelos de 80 años o más, los estimados de heredabilidad para memoria, procesamiento, verbal, etc., eran entre 52 % y 62 %. Lo cual deja un porcentaje relevante a la experiencia individual (McClearn et al., 1997).
Asimismo, con el tiempo, los gemelos pueden “diferenciarse” cognoscitivamente: pequeños sesgos ambientales favorecen que uno de los gemelos adopte ciertos hábitos (lectura, mentorías, intereses) que se retroalimentan y producen desviaciones crecientes. Fenómeno, por cierto, que ha sido descrito como diferenciación gemelar (twin differentiation, en inglés) mediante transmisión fenotipo → ambiente.
El “costo cognitivo” de ser gemelo
Algunos estudios han señalado que los gemelos, en promedio, pueden tener leve desventaja cognitiva comparada con personas nacidas singularmente. Por ejemplo, se ha encontrado que los gemelos muestran puntuaciones ligeramente más bajas en pruebas cognoscitivas comparadas con no gemelos en ciertas muestras británicas.
Sin embargo, esos efectos no son uniformes ni universales, y tienden a atenuarse con el crecimiento. También deben interpretarse con cautela, porque pueden deberse a factores prenatales particulares de embarazos múltiples (menor peso al nacer, prematuridad, competencia intrauterina) que no tienen que ver directamente con ser gemelo como identidad cognitiva.
¿O beneficio?
Recientemente, un estudio con adolescentes (usando la cohorte ABCD) reportó que el estado de gemelo se asoció con un rendimiento cognitivo ligeramente menor, junto con diferencias en estructura cortical (menor volumen y área cerebral), mientras que los gemelos mostraron mejores resultados en indicadores de salud conductual (menos problemas comportamentales). Tales efectos se mantuvieron aun controlando la prematuridad, peso al nacer y tipo de gemelo (monocigótico/dicigótico) (Zhou et al., 2025).
Esto sugiere que, en poblaciones contemporáneas, ser gemelos podría asociarse con un leve déficit promedio en la cognición durante ciertos momentos del desarrollo, aunque compensado por factores protectores en otras áreas, como la conducta y la salud mental.
Trayectorias divergentes a lo largo de la vida

Lo cierto es, que aunque dos gemelos comiencen muy parecidos, sus trayectorias cognitivas pueden divergir con el paso del tiempo. Una forma de “destino probabilístico” abierto.
En el estudio longitudinal de Louisville, se encontró que las tasas de cambio en la inteligencia en la infancia están fuertemente asociadas con el estado cognitivo en la mediana edad. Ósea que las diferencias tempranas en crecimiento cognitivo pueden proyectarse hacia el futuro (Beam et al., 2020).
De modo que la cognición en gemelos no es simplemente un mapa estático de semejanzas y diferencias inmediatas. Al contrario, es como una narrativa dinámica de crecimiento, expansión o divergencia.
¿Qué determina que los gemelos resulten más parecidos o más distintos en términos de cognición?
Para comprender la cognición en gemelos, es crucial reconocer los factores que modulan tanto la semejanza como la diferencia.
Edad y momento del desarrollo
Está claro que la “herencia de la cognición” (es decir, cuánto contribuyen los genes frente a las experiencias) no es constante a lo largo del ciclo vital. Generalmente, en la infancia las influencias ambientales compartidas son más fuertes (por el peso del hogar, escuela, familia).En la adultez, los genes y los ambientes no compartidos ganan peso.
En adultos, Finkel et al. (1995) compararon datos de gemelos estimando que la heredabilidad para g puede ser muy alta (~81 % en adultos jóvenes y de mediana edad), aunque entre gemelos más ancianos los coeficientes pueden declinar (~54 %). Con lo que podríamos decir que la cognición gemelar es más sólida en coincidencia durante ciertos períodos (juventud) pero está más sujeta a divergencia en otros (vejez).
Influencia prenatal, peso al nacer y tiempo gestacional

Los gemelos tienen frecuentemente un nacimiento en condiciones más desafiantes (mayor probabilidad de prematuridad, bajo peso, complicaciones perinatales). Estas condiciones pueden tener efectos persistentes sobre el desarrollo neurocognitivo inicial. Véase, el estudio de Zhou et al. señalado anteriormente.
De esta forma, algunas de las diferencias cognitivas entre gemelos y no gemelos pueden originarse más temprano, en la etapa prenatal y perinatal. Antes de que empiece la “vida cognitiva” propiamente dicha.
Sensibilidad individual al ambiente
No todos los genes operan igual en todos los ambientes. Algunas variantes genéticas pueden conferir una mayor sensibilidad al entorno (lo que en psicología del desarrollo se llama susceptibilidad diferencial). Así, en dos gemelos idénticos, uno podría ‘captar’ mejor un estímulo educativo adicional o una experiencia formativa, aunque compartan genes, si sus redes neuronales individuales reaccionan de modo distinto. Entonces, aunque genéticamente idénticos, los gemelos pueden divergir en su cognición debido a cómo sus cerebros ‘responden’ al ambiente, y una leve asimetría en plasticidad puede desencadenar un efecto acumulativo.
Influencias recíprocas entre cognición y ambiente
Y, finalmente, no solo el ambiente moldea la cognición, es que la propia cognición determina qué ambientes elige el individuo (auto-selección). En gemelos, su dotación genética puede influir en las preferencias (por ejemplo, inclinación hacia lectura, ciencia, música). Lo que hace que terminen en ambientes distintos aunque físicamente compartan uno (tutorías distintas, hobbies diferenciados). Ese corrimiento gen-ambiente contribuye a las diferencias cognitivas internas.
Conclusión
La cognición en personas gemelas no puede reducirse a un juego de porcentajes sobre lo genético y lo ambiental. Emerge una literatura más sugerente. Y es que los gemelos ponen de manifiesto cómo la mente humana es simultáneamente convergente y divergente. La convergencia se observa en la sorprendente similitud de sus trayectorias intelectuales, en la continuidad de su factor general de inteligencia y en las huellas genéticas visibles en la estructura cerebral.
La divergencia, en cambio, se revela en los matices biográficos. En la fuerza del ambiente no compartido, las microexperiencias que abren caminos alternativos y la plasticidad diferencial que hace que incluso un mismo estímulo tenga efectos distintos en dos individuos genéticamente idénticos. En fin, los estudios en gemelos no dejan de ser una de las aproximaciones más ricas para comprender la complejidad de la cognición humana.
Referencias bibliográficas
- Beam, C. R., Turkheimer, E., Finkel, D., Levine, M. E., Zandi, E., Guterbock, T. M., Giangrande, E. J., Ryan, L., Pasquenza, N. y Davis, D. W. (2020). Midlife Study of the Louisville Twins: Connecting Cognitive Development to Biological and Cognitive Aging. Behavior genetics, 50(2), 73-83. https://doi.org/10.1007/s10519-019-09983-6
- Hallgrímsson, H., Cieslak, M., Foschini, L., Grafton, S. T. y Singh, A. K. (2018). Spatial coherence of oriented white matter microstructure: Applications to white matter regions associated with genetic similarity [Preprint]. arXiv. https://doi.org/10.48550/arXiv.1802.05342
- Jansen, A. G., Mous, S. E., White, T., Posthuma, D. y Polderman, T. J. (2015). What twin studies tell us about the heritability of brain development, morphology, and function: a review. Neuropsychology review, 25(1), 27-46. https://doi.org/10.1007/s11065-015-9278-9
- Lyons, M. J., Panizzon, M. S., Liu, W., McKenzie, R., Bluestone, N. J., Grant, M. D., Franz, C. E., Vuoksimaa, E. P., Toomey, R., Jacobson, K. C., Reynolds, C. A., Kremen, W. S. y Xian, H. (2017). A longitudinal twin study of general cognitive ability over four decades. Developmental psychology, 53(6), 1170-1177. https://doi.org/10.1037/dev0000303
- Zhou, Q., Zhao, X., Chen, J., Xu, J., Yang, A., Xiong, Y., Yin, X., Zhao, X. M. y Li, X. (2025). Association between twin status with cognitive, behavioral development and brain structure in early adolescence: a retrospective cohort analysis based on the Adolescent Brain Cognitive Development Study. European child & adolescent psychiatry, 34(2), 695-707. https://doi.org/10.1007/s00787-024-02515-6