En un mundo donde las enfermedades crónicas y los problemas de salud mental son cada vez más prevalentes, la Psicología de la Salud ofrece herramientas esenciales para la promoción del bienestar y la prevención de enfermedades. ¿Cómo trabaja esto? Desde un modelo biopsicosocial que entiende a la persona de manera integral. En esta nota, exploraremos qué es la Psicología de la Salud, su recorrido histórico y los ámbitos de aplicación.
¿En qué se centra la Psicología de la Salud?
Esta parte de la psicología estudia cómo los factores psicológicos, sociales y biológicos influyen en nuestra salud y bienestar. Para lograrlo, se enfoca en comprender y mejorar la manera en que pensamos, sentimos y nos comportamos en relación con nuestra salud. Además, no solo investiga las causas y tratamientos de las enfermedades, sino que también se centra en desarrollar estrategias de prevención y promoción para que estas no se desarrollen.
Entre la psicología y la medicina
También se define como el campo de la psicología que estudia las influencias psicológicas en la salud, la enfermedad y la respuesta de las personas a la enfermedad. Comenzó a desarrollarse entre las décadas de 1970 y 1980, como una respuesta a la necesidad de un enfoque más integral que el modelo biomédico tradicional, el cual se enfocaba únicamente en los aspectos físicos de la enfermedad.
En este sentido, como alternativa a dicho modelo, se propuso el modelo biopsicosocial. Desarrollado por George Engel, ha sido fundamental para comenzar a instaurar un cambio de paradigma. Pues, en vez de únicamente poner el foco en los aspectos biológicos de la enfermedad, el modelo biopsicosocial enfatiza la interacción y las relaciones existentes entre los diversos factores biológicos, psicológicos y sociales (Brannon y Updegraff, 2013).
De modelo en modelo
Anteriormente, los médicos entendían a los pacientes principalmente en función de su problemática específica. Por ejemplo, si alguien tenía cáncer, lo etiquetaban simplemente como un paciente oncológico. Hoy en día, esta forma de entender la salud de las personas ha entrado en un período de transición. Y es que, volviendo al ejemplo, se está comenzado a entender al paciente diagnosticado con cáncer como un individuo cuya enfermedad es solo uno de los tantos aspectos de su vida.
Así, desde tal perspectiva se consideran otros factores diferentes de la propia enfermedad. Dado que, entendiendo a la persona desde una visión integral, sabemos que hay otros factores que entran en juego, como su estado emocional, relaciones sociales y entorno (Borrell Carrio et al., 2004).
El modelo biomédico
Pero, ¿qué es el modelo biomédico? Este modelo dominó la medicina durante muchos años. Un paradigma que se centraba exclusivamente en los aspectos físicos y biológicos de las enfermedades, considerándolas como disfunciones del cuerpo que necesitaban corrección médica.
Podemos decir que se identificaban síntomas, se diagnosticaban patologías y aplicaban tratamientos específicos para curarlas. Sin embargo, el enfoque dejaba de lado los factores psicológicos y sociales que también afectan la salud, y que incluso funcionan como factores de protección para sobrellevar una enfermedad o prevenirla.
Integración del modelo biopsicosocial: Aparición de la Psicología de la Salud
En este sentido, a medida que la investigación avanzaba, los profesionales de la salud empezaron a reconocer que las enfermedades no podían explicarse solo a través de procesos biológicos. Es en este punto donde surge el modelo biopsicosocial. En lugar de ver el cuerpo como una máquina que puede repararse aislando partes defectuosas, el modelo biopsicosocial consideraba al individuo como un ser complejo, cuya salud depende de la interacción dinámica entre mente, cuerpo y entorno social (Borrell Carrio et al., 2004).
La prevención y la promoción: Aliadas de la Psicología de la Salud
En la Psicología de la Salud, la prevención y la promoción desempeñan roles fundamentales. No buscan solamente evitar enfermedades, sino mejorar la calidad de vida de las personas. Así, los modelos de prevención y promoción se integran para crear comunidades más saludables y con un nivel mayor de resiliencia (Lazarus y Folkman, 1984).
En cuanto a la prevención…
Se centra en evitar la aparición de enfermedades y problemas de salud mediante intervenciones proactivas. A su vez, la misma se subdivide en prevención primaria, secundaría y terciaria, dependiendo fundamentalmente del momento en el cual se realizan las intervenciones y las acciones específicas que se hacen en ellas.
En primera instancia, la prevención primaria busca reducir la incidencia de enfermedades antes de que ocurran. En un segundo lugar, la secundaria se enfoca en la detección temprana y el tratamiento inmediato de enfermedades incipientes. Aquí, se identifican problemas de salud en sus primeras etapas y se proporcionan intervenciones rápidas, como programas de detección del cáncer o talleres de manejo del estrés. Finalmente, la prevención terciaria intenta minimizar las complicaciones y mejorar la calidad de vida de quienes ya tienen enfermedades crónicas.
Y… ¿Qué es la promoción?
Por otro lado, la promoción de la salud se enfoca en fortalecer los comportamientos y entornos que contribuyen al bienestar general. La misma opera en varios niveles: el individual, el comunitario y el social.
Primero, a nivel individual, los profesionales fomentan hábitos saludables, como la actividad física regular y una dieta equilibrada. A nivel comunitario, se trabaja para crear entornos que apoyen la salud física y mental. Un buen ejemplo es el programa de gimnasios al aire libre. Y, por último, a nivel social, se aboga por políticas públicas que promuevan el bienestar, como leyes antitabaco o programas de promoción de la actividad física en comunidades.
Limitaciones en Psicología de la Salud
Sin embargo, la Psicología de la Salud enfrenta varias limitaciones en lo que respecta a la integración interdisciplinaria. Aunque el objetivo es el trabajo en conjunto, aún la falta de comunicación efectiva entre los psicólogos y otros profesionales médicos es una realidad. En esta línea, las diferencias existentes de formación y la propia terminología utilizada en las diversas disciplinas muchas veces crean barreras que impiden una colaboración fluida.
Un campo de investigación que recién comienza
A lo anterior, se le suma que la investigación en esta área a veces sufre de problemas metodológicos. Por ejemplo, los tamaños de muestra muchas veces son pequeños, lo que limita la generalización de los resultados. También, la complejidad de las variables involucradas en la salud en general puede hacer que sea difícil establecer relaciones causales claras.
Adicionalmente, los recursos limitados y la financiación insuficiente representan una barrera importante para esta rama. Puesto que los programas de Psicología de la Salud a menudo dependen de fondos que pueden ser inconsistentes o insuficientes, lo que dificulta la implementación sostenida y amplia de intervenciones efectivas.
La adherencia del paciente frente al enfoque
Por último, la adherencia a las intervenciones es otro desafío significativo. Incluso cuando las intervenciones psicológicas han demostrado ser efectivas en estudios controlados, los pacientes pueden no seguir las recomendaciones fuera del entorno clínico. Factores como la motivación personal, el apoyo social y las barreras económicas repercuten directamente en la adherencia, y no siempre se abordan adecuadamente en las intervenciones diseñadas.
Conclusión
Podemos afirmar que la Psicología de la Salud busca mejorar la calidad de vida y potenciar sistemas de salud más efectivos y humanos, entendiendo la salud y enfermedad como un proceso continuo. Al integrar conocimientos y técnicas de la psicología con la medicina, no solo aborda los aspectos físicos de la enfermedad, sino también los psicológicos y sociales, proporcionando una comprensión y un abordaje más completos de la salud.
Cómo último punto a destacar, resulta relevante mencionar la existencia de variaciones culturales. En algunas ocasiones, aquellas intervenciones diseñadas en un contexto cultural específico, pueden no solo no ser efectivas en otros contextos si no se les aplica una debida adaptación, sino que pueden ser contraproducentes. Por este motivo, es esencial que la investigación profundice, ahonde y tenga en cuenta este aspecto, sobre todo a la hora de aplicar intervenciones.
Referencias bibliográficas
- Borrell Carrio, F., Suchman, A. L. y Epstein, R. M. (2004). The biopsychosocial model 25 years later: Principles, practice, and scientific inquiry. Annals of Family Medicine, 2(6), 576-582. https://doi.org/10.1370/afm.245
- Brannon, L., Feist, J. y Updegraff, J. A. (2013). Health psychology: An introduction to behavior and health (8th ed.). Wadsworth Cengage Learning.
- Lazarus, R. S. y Folkman, S. (1984). Stress, appraisal, and coping. Springer Publishing Company.