La psicosis periódica maníaco-depresiva, hoy en día conocida como trastorno bipolar, fue descrita por la psiquiatría francesa en el tratado de Henri Ey. Así, la psiquiatría francesa ha contribuido al entendimiento de la complejidad de la psicosis periódica maníaco-depresiva al integrar enfoques psicodinámicos y biológicos. En la misma, se valora la interacción entre factores genéticos, neurobiológicos y psicosociales en la manifestación y curso de la afección. Conocer sobre la historia de la psiquiatría y la psicología nos acerca a un mayor entendimiento del hoy. ¿Cómo se describió a las psicosis periódicas maníaco-depresivas en el siglo XX?

Una breve de historia de las psicosis periódicas

psicosis periódicas maníaco-depresivas

Desde tiempos antiguos, se ha observado una conexión notable entre los episodios maníacos y melancólicos. No obstante, hasta principios del siglo XIX, ambos fueron considerados como afecciones independientes que podían alternarse o presentarse de manera ocasional. Esta perspectiva perduró hasta 1816, cuando Pinel y Esquirol aún compartían la idea de que la manía, la tisis, la hipocondría y la lipemanía podían alternarse de manera regular.

En 1854, Falret y Baillarger realizaron descripciones simultáneas de una afección que posteriormente se conocería comúnmente como locura circular. Dicha condición se caracterizaba por la sucesión predecible de estados maníacos, melancólicos e intervalos lúcidos. Sin embargo, no fue hasta 1883 que Ritti consolidó la idea de una única afección en Francia, enfocándose en la sucesión de crisis maníacas o melancólicas dentro de un solo sujeto.

Psicosis periódicas como entidad única

En paralelo, en Alemania, diversos autores exploraron la nueva entidad bajo el término psicosis periódicas. Kraepelin, en 1899, llevó a cabo un análisis minucioso de los estados de transición y las superposiciones de crisis maníacas y melancólicas. Así, fue él quien introdujo la noción de estados mixtos. Tal concepto evidenció la conexión profunda entre ambas formas de afección, consolidando la idea de un nexo intrínseco entre los episodios maníacos y melancólicos en un marco de psicosis periódicas.

Este avance proporcionó una visión más integral de la enfermedad, destacando la importancia de reconocer los estados mixtos en la comprensión de lo maníaco-depresivo. El trabajo de Kraepelin allanó el camino para un enfoque más unificado y preciso en la conceptualización y tratamiento de estos trastornos psiquiátricos, marcando un hito significativo en la comprensión de la interrelación entre la manía y la melancolía (Ey, 1979).

¿En qué consisten las psicosis periódicas maníaco-depresivas?

Como describe su nombre, las psicosis periódicas maníaco-depresivas oscilan en episodios maníacos y melancólicos. Henri Ey (2008) describe la manía como un estado de hiperexcitación en las funciones psíquicas. Veamos un poco más.

La manía

Caracterizada por una exaltación del humor y liberación desordenada de pulsiones psicomotoras e instintivo-afectivas, este estado de exuberancia afecta simultáneamente los dominios psíquico, psicomotor y neurovegetativo, desencadenando la energía de manera desmesurada. La manifestación caótica revela una experiencia abrumadora con impulsos y actividad psicomotora frenéticamente exaltados.

En cuanto a los síntomas, la manía se presenta con una sintomatología diversa. Puede manifestarse gradualmente, mostrando indicios como tristeza, desinterés general, cefaleas e insomnio.

Alternativamente, puede surgir de manera abrupta, sin signos anticipatorios. En este contexto, la persona experimenta una invasión repentina de bienestar eufórico, acompañada de una necesidad incontrolable de actividad y movimiento. Las palabras fluyen rápidamente, los proyectos se multiplican, la irritabilidad aumenta y el comportamiento se vuelve extravagante, evidenciando una exaltación fuera de lo común.

Y la melancolía

El tratado de psiquiatría de Henri Ey aborda la melancolía como una crisis, diferenciándola directamente de la manía al describirla como un estado caracterizado por una profunda depresión y un sentimiento de angustia moral. Dicho estado se distingue por el enlentecimiento e inhibición de las funciones psíquicas y psicomotoras.

Se detalla la presentación característica del melancólico, describiendo al sujeto como alguien sentado, inmóvil, con el cuerpo encorvado y la cabeza inclinada hacia adelante, exhibiendo un rostro pálido y la máscara de la tristeza. Asimismo, se manifiesta con rasgos caídos, ojos ampliamente abiertos con una mirada fija, y una frente y entrecejo fruncidos, conocidos como el omega melancólico.

En este estado, la persona afectada muestra una profunda tristeza, apenas habla y se limita a gemir o llorar. Un signo clave de la melancolía es la inhibición y abulia, llevando al paciente a una incapacidad para actuar. Así, llegando a niveles de astenia que dificultan el movimiento e incluso el simple acto de vestirse. Además, se observa una inhibición del aparato psíquico, generando una especie de parálisis mental (Gutierrez et al, 2011).

Las oscilaciones del humor

Henri Ey, en su abordaje de las psicosis periódicas maníaco-depresivas, resalta las notables oscilaciones del humor entre ambas crisis descritas como elementos distintivos de la afección. Así, Ey detalla un fenómeno en el cual las personas experimentan cambios extremos en el estado de ánimo, oscilando entre la manía y la depresión a lo largo del tiempo.

Particularmente, la duración promedio de las crisis ha sido objeto de interés. En su época, Kraepelin estimó que las crisis tenían una duración media de 5 a 6 meses, y observó que tendían a volverse más prolongadas con su repetición.

Desde entonces, se han establecido diversas estadísticas que indican variaciones considerables en los resultados. Con lo que, algunas crisis pueden durar solo unos pocos días, mientras que otras se extienden durante varios años.

¿Remisiones en crisis maníaco-depresivas?

psiquiatría, La manía

La duración de las remisiones es aún más variable que la de las crisis. En ocasiones, las crisis están separadas por varias décadas. No obstante, el pronóstico de recidiva es inherente al concepto de psicosis periódica. Sin embargo, algunas evoluciones son particularmente preocupantes. Especialmente, aquellas donde la repetición frecuente de crisis obstaculizan la existencia habitual del sujeto.

Por otro lado, también se catalogan como preocupantes aquellos casos donde se da una transición a la cronicidad del episodio maníaco o melancólico. Adicionalmente, Ey menciona la posibilidad de aparición de un cierto grado de debilitamiento intelectual, llevando a un estado de demencia secundaria. Aunque es difícil establecer pronósticos sólidos desde el primer episodio, se puede esperar una evolución desfavorable en casos de crisis repetidas durante la juventud (Ey, 1979).

Conclusión

El pasado en la psiquiatría y la psicología es fundamental para comprender los fenómenos mentales. Las teorías y tratamientos históricos arrojan luz sobre el desarrollo de la disciplina, revelando avances y desafíos. Explorar prácticas pasadas ofrece perspectivas valiosas sobre la evolución de la comprensión y el tratamiento de trastornos mentales. Y es que, considerar el pasado proporciona una base crítica para evaluar y mejorar enfoques contemporáneos, fomentando una apreciación más profunda de la complejidad de la mente humana.

Referencias bibliográficas

  • Ey, H., Bernard, P. y Brisset, C. H. (1979).Tratado de psiquiatría. Masson.
  • Ey, H. (2008). Estudios psiquiátricos. Polemos.   
  • Gutierrez, A., Yáñez, A., Arévalo, C., Deberti Martins, C., Prieto Loureiro, G., Pezzani, G., Porras, I., Santos, L., Couso Lingeri, M., Dibarboure, M., Rossi, M., Rodríguez, N., García Angeriz, R. y Muñoz, Y. (2011)Temas de psicopatología. Psicolibros Waslala.