La violencia de género en espacios académicos suele pasar desapercibida, ocultándose de actos cotidianos y normalizados. Sin embargo, sus efectos son reales, y pueden acarrear consecuencias profundas. En esta línea, un reciente estudio recopiló la evidencia más actual sobre dicho fenómeno, revelando cifras alarmantes y apuntando a la necesidad urgente de transformaciones estructurales. Acompáñanos a repasar los principales hallazgos de esta investigación sobre violencia de género en universidades, y sus implicancias para la salud y el bienestar de los estudiantes.

Violencia de género: ¿Cómo puede definirse?

Según la definición adoptada por los autores del estudio revisado, dicha forma de violencia se refiere a cualquier acción que cause daño físico, psicológico, sexual o simbólico en razón del género, la identidad, la expresión o la percepción de género. Cabe aclarar que el concepto varia según el marco legal y cultural de cada país, donde, en muchos casos, se asocia principalmente a la agresión contra las mujeres. Lo anterior se fundamenta en las desigualdades estructurales y a la subordinación histórica de lo femenino en múltiples espacios sociales.

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¿Qué ocurre en las universidades?

En el ámbito académico, adquiere formas más sutiles y persistentes. Comentarios despectivos, sobrecarga de tareas y exclusión, son solo algunas de las manifestaciones más comunes, que deterioran el bienestar de quienes las padecen.

Un espacio basado en jerarquías de poder

La presente forma de agresión no ocurre en el vacío: se alimenta de estructuras organizacionales profundamente desiguales. En muchas instituciones persisten dinámicas jerárquicas donde la autoridad se concentra en figuras masculinas, y el ascenso se basa en moldes de liderazgo tradicionales. Este entramado favorece la tolerancia a comportamientos abusivos y desalienta la denuncia por temor a represalias.

¿Qué buscó este estudio?

Con la intención de visibilizar y dimensionar la violencia de género en el ámbito académico, un equipo interdisciplinario realizó una revisión sistemática y metaanálisis de estudios publicados entre 2013 y 2023. El objetivo fue identificar patrones habituales y consecuencias marcadas frente a dicha problemática.

Así, a través del análisis de 16 investigaciones provenientes de distintos países, los autores exploraron la prevalencia de diversas formas de violencia interpersonal (desde el acoso sexual hasta la discriminación simbólica) en entornos universitarios presenciales, virtuales e híbridos. El trabajo incluyó a mujeres, hombres, y personas LGBTQ+ identificadas como no binarias.

Resultados: Violencia de género en universidades

Los resultados del estudio revelan un panorama preocupante. En concreto, más del 50% del personal que trabaja en universidades, ha experimentado algún tipo de violencia de género en su entorno laboral. Por ende, es posible confirmar que las instituciones de educación superior no están exentas de dinámicas de poder desiguales ni de prácticas discriminatorias.

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Las formas de agresión reportadas incluyen acoso sexual, hostigamiento en línea, comentarios despectivos, trato desigual, exclusión y ataques verbales, entre otras. Además, el impacto de dichas experiencias se manifestó en el bienestar psicológico, la satisfacción laboral, las posibilidades de ascenso y la permanencia en el espacio estudiantil.

Mujeres y hombres: La desigualdad persiste

El 59,3% de las mujeres encuestadas manifestó haber atravesado situaciones de violencia de género, frente al 44% de los hombres. En el caso de ellas, las experiencias abarcaron tanto episodios explícitos (como acoso sexual o comentarios sobre el cuerpo) como formas más sutiles de exclusión y desvalorización. También señalaron mayores obstáculos para acceder a cargos jerárquicos, la naturalización de tareas no reconocidas y una cultura institucional que refuerza estereotipos de género.

Por su parte, algunos estudios también documentan situaciones de acoso sufridas por varones, como el hostigamiento por parte de estudiantes hacia docentes hombres o el acoso sexual ejercido por colegas en el ámbito universitario. Lo anterior evidencia que, si bien el fenómeno afecta con mayor frecuencia a las mujeres, no se limita exclusivamente a ellas.

Vulnerabilidad ampliada en personas LGBTQ+

Las personas que forman parte del colectivo LGBTQ+, enfrentan un riesgo particularmente alto de violencia de género. Dentro de los pocos estudios que incluyeron esta variable, se observó una prevalencia significativa de acoso heterosexista, especialmente cuando las identidades de género no se ajustaban a la norma binaria.

En algunos casos, los comportamientos hostiles se volvieron más intensos cuando la expresión de género se percibía como “no tradicional”. Tales experiencias estuvieron marcadas por comentarios ofensivos, discriminación institucional, y una sensación constante de inseguridad.

Violencias invisibles y nuevas plataformas

Otro hallazgo clave fue la alta frecuencia de comportamientos normalizados o difíciles de denunciar, denominados “zona amarilla”. Se trata de situaciones de violencia como chistes sexistas, correos con tono hostil o exclusión de espacios clave que, aunque no infringen normas explícitas, deterioran el ambiente en el ámbito académico.

De tal manera, el 42% de las personas encuestadas dijo haber atravesado este tipo de episodios. Además, se reportaron nuevas formas de violencia en entornos virtuales, como acoso por correo, interrupciones agresivas en videollamadas o comentarios despectivos en línea. Estos espacios digitales, lejos de eliminar el problema, lo transforman y requieren respuestas institucionales claras.

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Limitaciones presentadas

Si bien los hallazgos ofrecen una radiografía valiosa del problema, también presentan algunas limitaciones. Primeramente, resulta importante destacar que muchos de los datos utilizados fueron autorreportados, lo que implica el riesgo de sesgos subjetivos o subregistro en los resultados.

Por otra parte, la escasa representación de personas LGBTQ+ y la ausencia de estudios que evalúen sistemáticamente intervenciones eficaces, también limitan las conclusiones prácticas del análisis. Aun así, el estudio permite dimensionar la magnitud del problema y abrir el camino hacia futuras investigaciones más específicas y representativas.

Una urgencia: Violencia en el ámbito académico

Este estudio pone en evidencia que la violencia de género en universidades no es un fenómeno aislado ni marginal. Por el contrario, se extiende de diversas formas, desde el acoso sexual y la discriminación abierta hasta microagresiones cotidianas que suelen pasar desapercibidas. Frente a este panorama, resulta indispensable que las instituciones revisen sus políticas, desnaturalicen jerarquías que perpetúan la desigualdad y generen entornos seguros tanto en el plano presencial como virtual.

En definitiva, un espacio de producción de conocimiento, también debe ser un espacio de justicia, equidad y respeto. Solo entonces será posible construir una cultura académica verdaderamente inclusiva. Para profundizar en los fundamentos conceptuales y clínicos de la violencia basada en género y entrenar estrategias de acompañamiento, te invitamos a nuestro curso Violencia basada en género: Herramientas clínicas de intervención sensible al trauma.

Referencia bibliográfica

  • Nowrouzi-Kia, B., Chan, H. Y., Zhu, S., Nandan, S., Bani-Fatemi, A., Howe, A., Gross, D. P., Gohar, B., Yazdani, A. y Chattu, V. K. (2024). Examining the Prevalence and Effects of Gender-based Violence in Academic Settings: A Systematic Review and Meta-analyses. Trauma, violence & abuse, 15248380241289436. Advance online publication. https://doi.org/10.1177/15248380241289436