En el mundo de las organizaciones y de las empresas, el componente humano es vital. Sin embargo, durante muchos años, se puso el foco en producir, dejando de lado el bienestar del empleador y los colaboradores. Actualmente, la importancia del cuidado y bienestar de los individuos dentro de la empresa ha incrementado. A su vez, un aspecto fundamental es el liderazgo. Un buen líder proporciona un clima organizacional armónico que puede afectar positivamente en el rendimiento de los colaboradores. Pero, ¿cómo se relaciona el liderazgo y la neurociencia?
¿Qué es el liderazgo?
El liderazgo es considerado como la habilidad de influir en el comportamiento y las acciones de un grupo de individuos a través de procesos de comunicación humana. Esto se realiza con el propósito de alcanzar objetivos específicos. Además, implica la creación de un entorno en el cual las personas participan activamente en la formación de nuevas circunstancias, profundizan su comprensión de la realidad y contribuyen al progreso colectivo.
Cuando los líderes marcan la diferencia
Los líderes, se identifican por su capacidad para influir y dirigir a otros hacia metas comunes, son individuos que impulsan y modifican de manera perceptible el comportamiento del grupo hacia el logro de sus objetivos, mientras promueven la colaboración y el compromiso voluntario. Ahora, como no puede ser de otro modo, no tienen que dejar de lado el campo emocional.
Daniel Goleman, es psicólogo y autor de una de sus obras mas reconocidas, Liderazgo: el poder de la inteligencia emocional (Leadership. The Power of Emotional Intelligence, en inglés). En él menciona 6 estilos de líder, el autoritario, coach, conciliador, democrático, ejemplarizante y coercitivo (Goleman, 2014).
Surge un nuevo concepto: Neuroliderazgo
En consonancia con varios estudiosos, el neuroliderazgo se define como una herramienta que busca entender los procesos de funcionamiento del cerebro de forma más amplia. De esta manera, se busca optimizar el rendimiento en las organizaciones e influir positivamente en el clima organizacional. Para esto, se centra en cómo los individuos toman decisiones y resuelven problemas en un ambiente social y laboral, así como en la regulación de las emociones y opciones de cambio.
¿Una reciente promesa?
No hay que olvidar que el neuroliderazgo representa una nueva dimensión conceptual. Ya que toma en cuenta el desarrollo de las capacidades de atención, concentración y autorregulación emocional indispensables en el líder moderno. En tal sentido, intenta definir la base neuronal del liderazgo y de la gestión.
Asimismo, las neurociencias estudian los procedimientos del cerebro que explican la conducta reflejada en el desempeño del individuo, la motivación, toma de decisiones, inteligencia emocional, la forma de relacionarse con otros y el aprendizaje individual, entre otros aspectos, vinculados al mundo organizacional y al ejercicio del liderazgo (Garzón et al., 2021).
Neurociencias y liderazgo
Dentro de la neurociencia cognitiva, específicamente basada en el liderazgo, se han destacado aspectos sociales. Entre ellos se incluye la toma de decisiones, regulación emocional, influencia y facilidad de generar cambios.
Aspectos del liderazgo
Con respecto a la toma de decisiones, a través de la neurociencia cognitiva se estudian tres factores: el estrés, el enfoque y la claridad.
Por ejemplo, existen investigaciones de imágenes cerebrales que muestran que altos niveles de estrés provocan la liberación de hormonas que actúan como mecanismo de defensa ante este. Un cambio que lleva a que el cerebro activo pase a un estado reflexivo.
Ahora, si bien este cambio es útil en situaciones críticas, puede resultar desfavorable en entornos de liderazgo que conllevan altos niveles de estrés, ya que reduce las capacidades cognitivas, pudiendo en casos extremos configurar el síndrome de burnout. En concordancia con lo anterior, estudios recientes destacan cómo el control del estrés por parte de un individuo puede tener un impacto significativo en la mejora de su rendimiento (Caballero y Gutiérrez, 2016).
Otros aspectos sociales
Como se mencionó anteriormente, al abordar los aspectos sociales relacionados con la toma de decisiones, es fundamental considerar el estrés, el enfoque y la claridad. Sin embargo, es importante recordar que existen otros aspectos sociales que también deben ser tenidos en cuenta en la investigación del neuroliderazgo.
Empatía, influencia y cambio
En el caso de la regulación emocional en los líderes, se han llevado a cabo diversos estudios como consecuencia de la relevancia que la regulación mantiene a la hora de pensar. Para Goleman (2014), tener conciencia de las propias emociones y tener empatía con las demás personas, afecta en la gestión de relaciones. En consecuencia, se evidencian actividad en los sistemas afectivos del cerebro y en los sistemas de control. Por lo que, algunas estrategias de regulación emocional, pueden generar mejores resultados que otras.
Por otra parte, la influencia juega un papel fundamental en el liderazgo. Este concepto se relaciona al principio de reforzamiento social. Algunos autores, destacan que los mecanismos de reforzamiento monetario, poseen igual peso que la estimulación obtenida por el reforzamiento social, y puede ser altamente placentera generando efectos positivos en el rendimiento de los colaboradores.
Por último, la facilidad de generar cambio, que muchas veces se ve influenciada por el sentimiento de amenaza. Sin embargo, a lo largo de la historia, los seres humanos han creado mecanismos para contrarrestar las amenazas. A nivel cerebral, se envían señales de alerta hacia la corteza prefrontal, y a través de pensamientos y formas de comportamiento se da la resolución de situaciones adversas (Caballero y Gutiérrez, 2016).
¿Cuáles son los beneficios de esto?
Primero, se destaca un aumento en la eficiencia a la hora de tomar decisiones, con lo que se reduce el riesgo de seleccionar personal no adecuado para el cargo. Por otro lado, se estimula el desarrollo de las habilidades de liderazgo y aumenta la creatividad.
Sumado a lo anterior, dentro del neuroliderazgo, se encuentran otros beneficios, ya que fomenta la motivación intrínseca en los colaboradores. Así, la teoría de la autodeterminación destaca que al satisfacer necesidades de autonomía, competencia y relaciones, se estimula la motivación intrínseca. Además, el liderazgo emocional, al promover una relación armoniosa, la comunicación abierta y el apoyo, satisface estas necesidades, estimulando también el compromiso laboral (Wan, et al., 2022).
Conclusión
Actualmente, la atención se centra cada vez más en el bienestar de las personas dentro de las organizaciones. Así, los líderes efectivos no solo influyen en el rendimiento de los colaboradores, sino que también crean entornos de trabajo mas saludables y productivos.
Pero… ¿Es suficiente contar con habilidades cognitivas y emocionales desarrolladas, o hay otros aspectos a considerar? La relación entre liderazgo y neurociencias nos invita a explorar más allá de la superficie y a cuestionarnos cómo podemos aprovechar plenamente el potencial del cerebro humano en el liderazgo.
Referencias bibliográficas
- Caruci, E. (2020). Aporte de la neurociencia al liderazgo en la acción gerencial de las organizaciones. Gerentia, 2, 245-259, https://investigacionuft.net.ve/revista/index.php/Gerentia/article/view/150
- Garzón, I. V., Sinclay, A. G. P. y Gutiérrez, Y. V. (2021). Liderazgo en salud desde la perspectiva del Neuroliderazgo. INFODIR, 17(36), 33-48.
- Goleman, D. (2014). Liderazgo. El poder de la inteligencia emocional. B DE BOOKS.
- Vargas, L. Y. C. y Lis-Gutiérrez, J. (2016). Liderazgo: Una aproximación desde las neurociencias. Administracion y desarrollo. https://doi.org/10.22431/25005227.63
- Wan, J., Zhou, W., Qin, M., Zhou, H. y Li, P. (2022). The impact of emotional leadership on Chinese subordinates’ work engagement: role of intrinsic motivation and traditionality. BMC Psychology, 10(1). https://doi.org/10.1186/s40359-022-01022-0