La evidencia previa asegura que los niveles de depresión en personas sin hogar o con viviendas precarias son mucho mayores en comparación a la población que accede a mejores condiciones. Pero, ¿cómo medimos los niveles de depresión? En diversos entornos, más aún en aquellos con características comunitarias, se utilizan cuestionarios autoinformados. Entre ellos, desataca el Inventario de Depresión de Beck (Beck Depression Inventory, BDI, en inglés) por su relativa facilidad de administración y exhaustividad. No obstante, tales cuestionarios suelen ser desarrollados en contextos muy particulares o, incluso, en laboratorios de investigación. Por tal motivo, un nuevo estudio examinó la idoneidad del BDI para evaluar la gravedad de los síntomas depresivos en una muestra de personas sin hogar o con vivienda precaria. En esta nota, veremos cuáles fueron los resultados de dicha investigación.

Evaluando los síntomas depresivos con el BDI

bdi y personas sin hogar

¿Qué es el BDI? Desarrollado por el psicólogo Aaron Beck, se trata de una herramienta psicométrica que evalúa la severidad de los síntomas depresivos a través de la aplicación de un cuestionario autoinformado. Específicamente, se compone de 21 ítems, cada uno diseñado para evaluar diferentes síntomas asociados con la depresión.

Entre ellos se abarcan aspectos como el estado de ánimo, el pesimismo, la fatiga, el autoconcepto, las alteraciones del sueño y los cambios en el apetito, entre otros. Asimismo, cada ítem del BDI se califica en una escala de 0 a 3, donde 0 indica la ausencia del síntoma y 3 representa su máxima intensidad.

Luego de ello, el puntaje total se obtiene sumando las puntuaciones de todos los ítems. Así, permite clasificar la depresión en distintos niveles de gravedad: leve, moderada y grave. Dicha clasificación, aunque algo reduccionista, facilita la identificación temprana y la intervención oportuna en situaciones más complejas.

Pero… ¿De dónde surge la construcción del cuestionario?

Los 21 síntomas que componen los ítems del cuestionario fueron seleccionados con base en las observaciones sistemáticas de pacientes psiquiátricos en grandes hospitales de investigación en Pensilvania, Estados Unidos. Luego, se utilizaron métodos guiados para examinar la validez de contenido y de constructo, así como la consistencia interna y la confiabilidad test-retest. Todo esto, con el objetivo de poder replicarlo en diferentes contextos y poblaciones. Empero, se ha descubierto que sus propiedades psicométricas dependen en gran medida de las características del grupo a evaluar.

Por tal motivo, una investigación reciente se propuso evaluar la eficacia del BDI para identificar la gravedad de los síntomas depresivos en personas sin hogar o con viviendas precarias. Para ello utilizaron el análisis de Rasch, un método psicométrico moderno que proporciona nuevos enfoques para ayudar a entender la estructura de los instrumentos de medición. Veamos más al respecto.

El BDI en personas sin hogar

BDI y perosnas sin hogar. Síntomas depresivos

Para llevar a cabo esta investigación, los autores seleccionaron una muestra de 478 personas que vivían en condiciones de precariedad habitacional o sin hogar en Vancouver. Los participantes fueron reclutados de distintas fuentes, incluyendo hoteles de ocupación individual, el tribunal comunitario y el departamento de emergencias del hospital de la zona.

En primera instancia, cada participante completó el cuestionario del BDI. Luego, se utilizó la entrevista diagnóstica estructurada para identificar episodios depresivos mayores y otros trastornos psiquiátricos en los participantes. En última instancia, los investigadores llevaron a cabo el análisis Rasch para evaluar la validez estructural, la fiabilidad y la unidimensionalidad del BDI en esta población específica. Dicho enfoque permitió ajustar y ordenar los ítems de acuerdo con la severidad de los síntomas que medían, adaptando así el instrumento para reflejar mejor las experiencias depresivas de esta muestra​.

Y… ¿Cuáles fueron los resultados?

Los hallazgos del estudio indicaron que, en general, hubo una buena cobertura de respuestas en el rango de puntuaciones individuales de cada ítem. En concreto, el BDI cumplió con las expectativas del modelo de Rasch tras reestructurar los ítems y eliminar el ítem 19 (Pérdida de peso). El mismo se eliminó luego de demostrarse que no está directamente relacionado con la depresión.

En cambio, influyen factores como la inseguridad alimentaria, las enfermedades físicas y el consumo de sustancias. Igualmente, el BDI demostró ser fiable y unidimensional para evaluar síntomas depresivos en personas sin hogar, tanto con este ítem como sin él. Respecto a la estructura, los puntos se reordenaron para mostrar que el Ítem 15 (Inhibición laboral) era el menos severo y el 9 (Ideas de muerte) el más severo.

Limitaciones a considerar

El estudio presenta diversas limitaciones importantes que afectan la interpretación y generalización de los hallazgos. Primero, se basa en un diseño transversal, lo que impide la posibilidad de hacer inferencias causales acerca de la relación entre las variables. A su vez, al estar la muestra compuesta exclusivamente por personas de Vancouver, los resultados podrían no ser representativos de otros contextos o poblaciones.

Asimismo, la multimorbilidad, frecuente en personas sin hogar, no se controló en el análisis. En esta población, las enfermedades físicas y los trastornos por abuso de sustancias son frecuentes y pueden influir en ciertos síntomas evaluados. En conjunto, todos estos aspectos subrayan la necesidad de llevar a cabo estudios futuros que incorporen métodos longitudinales y evaluaciones clínicas exhaustivas. Lo anterior, con el objetivo de mejorar la comprensión y aplicación de herramientas como el BDI en contextos de vulnerabilidad social.

¿Es el BDI una herramienta aplicable en contextos de vulnerabilidad?

Este instrumento ha demostrado ser útil y confiable para medir la depresión en diferentes contextos. No obstante, la aplicación del BDI en poblaciones vulnerables, como las personas sin hogar, presenta desafíos significativos. Aun así, mantuvo una buena consistencia interna, y su capacidad para captar los niveles de depresión fue adecuada tras ajustar el instrumento.

Igualmente, la aplicación del BDI requiere de mayores ajustes para reflejar con mayor precisión las experiencias específicas de los diversos contextos. Futuras investigaciones podrían beneficiarse de incorporar métodos cualitativos y evaluaciones clínicas más exhaustivas. Sin lugar a dudas, estos pasos permitirían ajustar mejor el cuestionario a las necesidades de esta población y proporcionar una evaluación más completa, mejorando así su aplicabilidad y eficacia. Si te interesa aprender más acerca de la evaluación y diagnóstico de la depresión, te invitamos a nuestro curso sobre el Inventario de Depresión de Beck (BDI).

Referencia bibliográfica

  • Cho, L. L., Jones, A. A., Gao, C., Leonova, O., Vila-Rodriguez, F., Buchanan, T., Lang, D. J., MacEwan, G. W., Procyshyn, R. M., Panenka, W. J., Barr, A. M., Thornton, A. E., Gicas, K. M., Honer, W. G. y Barbic, S. P. (2023). Rasch analysis of the beck depression inventory in a homeless and precariously housed sample. Psychiatry Research326. https://doi.org/10.1016/j.psychres.2023.115331