Cuando las personas activan la capacidad para resistir impulsos y escoger el curso de pensamiento, emoción y acción a seguir para conseguir una meta, es decir, cuando hacen uso del control cognitivo, experimentan una sensación de fatiga mental o cognitiva si el esfuerzo ha sido sostenido. Este cansancio lleva a tomar decisiones orientadas hacia las recompensas inmediatas sin un análisis detenido. Pero… ¿Por qué sucede esto? Para entender a fondo este tema, esta nota explorará qué son el control cognitivo y la fatiga cognitiva, y se revisarán las hipótesis explicativas de la relación entre ambas variables.

¿Qué es el control cognitivo?

El cerebro cuenta con una capacidad, alojada en la corteza prefrontal, para realizar una selección consciente de los pensamientos, emociones y comportamientos que son útiles para lograr una meta específica. Puesto ya en esa tarea, inhibe todo lo que no esté relacionado o sea un distractor. A dicha capacidad se le conoce como control cognitivo. La misma permite que podamos culminar de leer esta nota sin desviar nuestra atención hacia las notificaciones de las redes sociales. (Soutschek y Tobler, 2020).

Control cognitivo y fatiga: ¿Qué relación hay?

Asimismo, el control cognitivo está relacionado con lo que se conoce como funciones ejecutivas, un conjunto de procesos mentales que permiten planificar, tomar decisiones, mantener la atención y regular las emociones. Estas pueden deteriorarse con por una sobrecarga de esfuerzo cognitivo sostenido

¿Y qué es la fatiga cognitiva?

La fatiga cognitiva o mental es el estado psicobiológico en el que las capacidades cognitivas disminuyen su eficiencia después de emplearlas por un periodo prolongado. En otras palabras, al hacer uso del control cognitivo por largo tiempo, reducimos su precisión y aumenta el cansancio. Esto es lo que sucedería si leyéramos varios escritos como este sin realizar una pausa (Boksem et al., 2005).

Uso sostenido del control cognitivo y fatiga: Teorías

Es de amplio conocimiento que la actividad física genera un estado que impulsa a tomar descansos. Esto es así, dado que el cuerpo humano realiza un gasto de energía en forma de glucosa y nutrientes de su propio almacén, por lo que tal sensación de fatiga es, en realidad, una estrategia fisiológica para proteger las reservas de energía. De esta forma, se asegura de evitar una situación de desabastecimiento. A pesar de ello, no es igual de conocida la razón por la que surge la vivencia de cansancio inmediatamente después de una jornada de gran actividad cognitiva, como la que implica el control cognitivo (Ament y Verkerke, 2012).

Teoría del agotamiento de los recursos

Hasta ahora, existían dos hipótesis explicativas principales. Del mismo modo que con la actividad física, la teoría del agotamiento de los recursos (resource depletion theories, en inglés) plantea que el control cognitivo precisa de un esfuerzo y, en este sentido, del consumo de energía (como la glucosa). Es por ello que el cerebro se agota al gastar sus recursos energéticos y se produce la fatiga cognitiva.

Sin embargo, hay dos problemas con tal teoría. En primer lugar, no termina de explicar por qué únicamente esta capacidad genera un agotamiento de los recursos y no, por ejemplo, las capacidades sensoriales. Y, en segundo lugar, no tiene en cuenta que la reserva de recursos para el cerebro siempre está disponible al ser un órgano permanentemente activo (Wiehler et al., 2022).

Un enfoque más funcional

Debido a estas deficiencias en la explicación biológica, algunos autores asumen un enfoque más funcional.  Desde esta perspectiva, la fatiga cognitiva se convierte en una estrategia del cerebro para impulsar a las personas a elegir aquellos estímulos más gratificantes en detrimento de las actividades más esforzadas. Tras una evaluación de costo-beneficio, el cerebro generaría la sensación de fatiga para cambiar el esfuerzo que supone el control cognitivo por la satisfacción del deseo inmediato a través de la recompensa (Inzlicht et al., 2014; Wiehler et al., 2022).

Explicación neurometabólica

En la investigación de Wiehler et al. (2022), 40 participantes fueron divididos en dos grupos (condición de alta demanda y de baja demanda) y realizaron dos tareas de control cognitivo. En la primera tarea (N-switch), los participantes debían ver la letra de color rojo o verde que aparecía en la pantalla y responder en los siguientes 0.8 segundos con mayúscula frente a minúscula para un color y vocal frente a consonante para el otro color. Mientras que en la primera condición (alta demanda) la tarea cambió 14 veces, en la segunda condición (baja demanda) únicamente lo hizo una vez.

La segunda tarea (N-back) consistió en responder si la letra que aparecía en la pantalla era la misma que ya se había presentado en las últimas tres proyecciones (condición alta demanda) o en la final (condición baja demanda). Además de ello, al término de las tareas cognitivas, los participantes tenían que escoger una recompensa pequeña/inmediata o una recompensa grande/retrasada para evidenciar el grado de fatiga cognitiva.

La medición MRS

Como técnicas e indicadores de medición adicionales, se usó la espectroscopia por resonancia magnética (magnetic resonance spectroscopy, MRS, por sus siglas en inglés) para determinar la concentración de sustancias químicas en la corteza prefrontal. Por otra parte, esta también se midió mientras los voluntarios ejecutaban las tareas y tomaban decisiones financieras, revisando el aumento o reducción de la dilatación de las pupilas en señal de menor o mayor fatiga cognitiva, respectivamente.

Descubrimientos empíricos: Control cognitivo y la fatiga

Se reportó que los participantes de la condición de alta demanda mostraron una mayor fatiga cognitiva y se inclinaron más por las recompensas inmediatas y de poco esfuerzo. Este hallazgo vuelve a relacionar el control cognitivo sostenido con la generación de fatiga cognitiva y, como consecuencia, con la elección de estímulos más recompensantes. Además, se observó una mayor concentración de glutamato en la corteza prefrontal lateral del cerebro de los participantes de la condición de alta demanda. 

¿Qué significa esto? Básicamente, que se produce un exceso de glutamato, neurotransmisor excitador por excelencia, en el área encargada del control cognitivo, luego de un uso arduo de esta capacidad. Para reciclar dicho excedente que sobreexcita a las neuronas responsables de la regulación de los impulsos y dificulta una adecuada toma de decisiones, el cerebro activa un mecanismo que convierte el empleo de esta capacidad en una labor muy demandante, lo que se experimenta como fatiga cognitiva.

Conclusión

Utilizar sostenidamente el control cognitivo produce fatiga mental y, con ello, decisiones más impulsivas. Así, una nueva investigación ha propuesto una perspectiva neurometabólica, a partir de la cual la fatiga cognitiva se entiende como una estrategia cerebral que impide que las personas continúen utilizando esta capacidad mientras se realiza la eliminación del excedente de glutamato en la corteza prefrontal lateral.

De no ocurrir esta fatiga, se seguiría usando el control cognitivo y, con ello, continuaría la producción de este neurotransmisor. Lo que crearía una situación bastante grave al generarse fallos en esta región y capacidad. En relación con este tema, si te interesa aprender a evaluar y diagnosticar alteraciones en las funciones ejecutivas, te recomendamos nuestro curso en evaluación neuropsicológica de las funciones ejecutivas.

Referencias bibliográficas

  • Ament, W. y Verkerke, G. J. (2012). Exercise and fatigue. Sports Medicine, 39(5), 389-422. https://doi.org/10.2165/00007256-200939050-00005
  • Boksem, M. A. S., Meijman, T. F. y Lorist, M. M. (2005). Effects of mental fatigue on attention: An ERP study. Cognitive Brain Research, 25(1), 107-116. https://doi.org/10.1016/j.cogbrainres.2005.04.011
  • Boksem, M. A. y Tops, M. (2008). Mental fatigue: costs and benefits. Brain Research Reviews, 59(1), 125-139. https://doi.org/10.1016/j.brainresrev.2008.07.001
  • Grahek, I., Shenhav, A., Musslick, S., Krebs, R. M. y Koster, E. H. W. (2019). Motivation and cognitive control in depression. Neuroscience & Biobehavioral Reviews, 102, 371-381. https://doi.org/10.1016/j.neubiorev.2019.04.011
  • Inzlicht, M., Schmeichel, B. J. y Macrae, C. N. (2014). Why self-control seems (but may not be) limited. Trends in Cognitive Sciences, 18(3), 127-133. https://doi.org/10.1016/j.tics.2013.12.009
  • Soutschek, A. y Tobler, P. N. (2020). Causal role of lateral prefrontal cortex in mental effort and fatigue. Human Brain Mapping, 41(16), 4630-4640. https://doi.org//10.1002/hbm.25146
  • Wiehler, A., Branzoli, F., Adanyeguh, I., Mochel, F. y Pessiglione, M. (2022). A neuro-metabolic account of why daylong cognitive work alters the control of economic decisions. Current Biology, 32(16), 3564-3575. https://doi.org/10.1016/j.cub.2022.07.010
  • Zelazo, P. D. (2015). Executive function: Reflection, iterative reprocessing, complexity, and the developing brain. Developmental Review, 38, 55–68. https://doi.org/10.1016/j.dr.2015.07.001