Nos hemos preguntado varias veces: ¿Por qué hay sustancias o conductas que pueden convertirse en adicciones? ¿Cómo nuestro cerebro participa en presencia de las adicciones? La respuesta a estos interrogantes está relacionada con el sistema de recompensa cerebral o sistema de gratificación cerebral. Este interesante proceso que influye en lo que nos gusta, es el resultado de una serie de estructuras que trabajan y liberan en nosotros esa sensación de bienestar. Conozcamos más sobre su funcionamiento.
Antes de hablar del sistema de gratificación cerebral, ¿qué son las adicciones?
Podemos definir a las adicciones como los hábitos de comportamientos peligrosos o de consumo de sustancias (generalmente drogas) de las que no se puede prescindir o que hacerlo resulta muy difícil. Esto, como resultado del grado de dependencia psicológica y/o fisiológica que producen (Toranzo et al., 2018).
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), las adicciones generan que la persona tenga dificultades para modificar la cantidad e intensidad de dicho consumo, por lo que no logra interrumpirlo. De acuerdo con de la Puente y Balmori (2007), para poder determinar si se trata de una situación de adicción, es importante considerar los siguientes factores para evidenciar la existencia de abuso o dependencia:
- Intensidad o frecuencia de uso o conducta.
- Cantidad de tiempo o dinero invertido en tales circunstancias.
- Nivel de interferencia tanto en las actividades diarias como en las relaciones de interacción familiar, social y laboral de la persona.
- Presencia de conductas compulsivas que promueven el aislamiento de la persona y difieren de las conductas que eran usuales.
Reforzadores de conductas
Según Ruiz et al. (2010), existen elementos que pueden reforzar las adicciones:
- Reforzadores naturales: Alimentos o conductas sexuales que representan beneficios para nuestra especie.
- Reforzadores artificiales: Lo que conocemos como drogas, que no tienen un fin evolutivo específico.
Ambos tipos de reforzadores influyen en las estructuras neuronales que tenemos y que conforman el sistema de recompensa cerebral. Dicho sistema cumple una función elemental en el desarrollo y mantenimiento de adicciones (Becoña-Iglesias y Cortés-Tomás, 2016).
Sistema de recompensa cerebral/ Sistema de gratificación cerebral
El sistema de recompensa cerebral impacta en el circuito primitivo de nuestro cerebro, es el más básico y nos ayuda a la supervivencia. Se encarga de la regulación de sensaciones placenteras, memoriza los estímulos del ambiente, facilita el aprendizaje y promueve la repetición de la conducta.
En otras palabras, la función más importante del sistema de recompensa es notificar la presencia de una sensación placentera. Si la persona tiene un comportamiento determinado que evidencie esta sensación, se incrementará la probabilidad de que ocurra la respuesta. Por lo tanto, esta será parte del repertorio conductual.
¿Qué estructuras se activan en nuestro sistema de recompensa cerebral?
Cuando hablamos de este proceso de recompensa, la presencia de ciertas estructuras cerebrales es esencial para que sintamos placer en ciertas circunstancias. Dichas estructuras se encuentran relacionadas sobre todo con el sistema límbico. Esto es, el sistema de recompensa cerebral incluye zonas mesolímbicas y mesocorticales que generan cambios bioquímicos en nuestro cuerpo. El sistema involucra especialmente a dos estructuras básicas, el núcleo accumbens y el área tegmental ventral. A continuación, las explicamos brevemente:
- Sistema límbico: Es elemental en lo referido a la regulación de emociones, aprendizaje, mediación de memorias y monitoreo de homeostasis interna. Asimismo, dicho sistema está involucrado en el control de conductas sexuales y alimentarias. De igual manera, es altamente influyente en el grado de motivación de la persona.
- Área tegmental ventral: Área asociada al hipotálamo, ubicada en la zona del cerebro medio. Produce impulsos dopaminérgicos en conjunto con la sustancia negra que liberan mayor cantidad de dopamina en el núcleo accumbens.
- Núcleo accumbens: Se trata de un grupo de neuronas que forman parte del encéfalo y que, en conjunto con el bulbo olfatorio, conforman los ganglios basales. El núcleo accumbens tiene un rol fundamental con respecto al placer, la risa, sensación de recompensa, adicción y aversión.
Es así como el sistema de recompensa cerebral involucra centros del sistema nervioso que obedecen a ciertos estímulos que recibe nuestro cuerpo. Se activan de acuerdo al tipo de actividad que realizamos y responden a la cantidad de neurotransmisores liberados. De esta forma, su estimulación puede llegar a generar respuestas intensas que se apoderen de tales estructuras, produciendo la adicción.
Sistema de gratificación cerebral, adicciones y neurotransmisores que liberan placer
Los neurotransmisores son mensajeros neuroquímicos en el cerebro que permiten la comunicación entre una neurona y otra. Estas sustancias químicas permite el paso de información mediante un proceso denominado sinapsis. Según Larocca (2013) los principales neurotransmisores implicados en el proceso de recompensa cerebral son:
Dopamina
Este neurotransmisor es reconocido por la generación de emociones positivas que proporciona. El llamado “sistema dopaminérgico mesolímbico” produce sensaciones de placer en las distintas adicciones. Adicionalmente, es una de las últimas rutas que refuerzan su efecto adictivo.
Serotonina
Otro neurotransmisor presente en este caso es la serotonina. Un neurotransmisor estrechamente ligado a la motivación. En otras palabras, la serotonina está relacionada con el nivel de esfuerzos que está dispuesta a hacer la persona para obtener un resultado.
GABA
El GABA (ácido gama aminobutírico) es uno de los principales inhibidores del sistema nervioso central. Está involucrado en la modulación de dopamina en el sistema de recompensa cerebral. Cuando se da el caso del consumo de una sustancia adictiva, los receptores de GABA hiperpolarizan las neuronas.
Como resultado, las neuronas liberan la dopamina de forma más rápida, por lo que emiten una mayor cantidad de sustancias en el sistema de recompensa. De esta forma, incrementa la sensación de euforia y éxtasis. Así, la descarga de GABA en nuestro cerebro puede producir una reducción de ansiedad, llegar a un punto de sedación y euforia, e incluso, desinhibir el comportamiento.
¿Cómo funciona el sistema de recompensa cerebral en las adicciones?
Las drogas actúan y se procesan de diferentes formas en las estructuras cerebrales. A continuación, explicamos lo que sucede con algunas sustancias altamente adictivas:
Alcohol
Cuando bebemos alcohol, existe una estimulación de neuronas dopaminérgicas en el núcleo accumbens y el área tegmental ventral. Adicionalmente, esta sustancia combinada con otras, puede reforzar la conducta de adicción. Entre ellas tenemos la combinación de azúcar, comida, agua y otro tipo de drogas.
Estimulantes
Existen sustancias que estimulan el sistema de recompensa cerebral aumentando el nivel de dopamina pero en menor grado que el alcohol. Se trata de sustancias tales como las anfetaminas, nicotina e incluso cocaína. En este caso, también influye la manera en la que se consume dicha sustancia, pues si se hace por vía intravenosa o pulmonar (fumando) hay mayor intensidad de reacción.
Adicciones sin sustancia
En esta categoría se encuentran conductas u objetos que pueden no ser tóxicos por sí solos. Encontramos la adicción a los juegos (ludopatía), y actualmente, a la tecnología o también llamadas tecnoadicciones. Estas son resultado de adicciones psicológicas dado que hay una dependencia donde la persona tiene dificultades para controlar su uso. Autores como Salanova et al. (2013), afirman que dicho tipo de adicciones no se dan necesariamente por el placer producido. Contrariamente a las otras sustancias, se tratarían de una medida de evitación de malestar profunda.
Tratamientos sugeridos frente a las adicciones
En el caso de las adicciones, los tratamientos suelen estar enfocados en modificar las funciones del sistema de recompensa cerebral. Esto, como resultado de la disminución/eliminación del consumo de aquella sustancia/conducta que causa adicción.
- Tratamiento farmacológico, focalizado en tres procedimientos:
- Provocar la aversión química o artificial hacia ciertas sustancias por medio de otros elementos repelentes.
- Limitar el consumo de ciertas sustancias no deseables para así poder modificar la actividad de los neurotransmisores.
- Sustituir con fármacos que produzcan efectos similares (liberación dopaminérgica) pero con menor intensidad para que causen menos adicción.
- Psicoterapia: Un proceso de terapia cognitiva-conductual suele ser muy eficaz para poder reforzar las conductas positivas y de autocontrol.
- Psicoeducación: Brindar información completa sobre lo que implica una adicción y su potencial afectación a la persona y seres queridos.
Conclusión
En resumen, las adicciones se producen por distintos factores y, muchas veces, sin que podamos percatarnos de ellos. Un ejemplo muy claro implica la activación del sistema de gratificación cerebral, que proporciona a la persona un nivel importante de satisfacción que puede resultar difícil de controlar.
Por ello y, para evitar cualquier tipo de adicción, es importante hablar de prevención, como punto de partida. Esto también quiere decir que, conocer cómo funciona el cerebro nos permite comprender la compleja realidad detrás de una adicción pero también, la importancia de tomar conciencia sobre nuestras conductas.
Referencias bibliográficas
- Becoña, E. y Cortés, M. (2016). Manual de adicciones para psicólogos especialistas en psicología clínica en formación. Socidrogalcohol. www.socidrogalcohol.org/
- De la Puente, M. P. y Balmori, A. (2007). La Adicción al Teléfono Móvil: ¿existen mecanismos neurofisiológicos implicados? Proyecto Hombre: Revista Trimestral de la Asociación Proyecto Hombre, 61, 8-12. https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=2539638
- Organización Mundial de la Salud. (1994). Lexicon of psychiatric and mental health terms, (2nd ed.) https://www.who.int/substance_abuse/terminology/lexicon_alcohol_drugs_spanish.pdf
- Larocca, F. (2013). La neurociencia, la epigénesis y el entendimiento del ‘Sistema de Recompensa del Cerebro’: sus aplicaciones en las adicciones y en los trastornos del comer.
- Razón Hernández, K. C., Rodríguez Serrano, L. M. y León Jacinto, U. (2017). Neurobiología del sistema de recompensa en las conductas adictivas: consumo de alcohol. Revista Electrónica Psicológica Iztacala, 20(4), 1344-1361. https://www.issup.net/node/4944
- Ruiz, A., Méndez, M., Prieto, B., Romano, A., Caynas, S. y Prospéro, O. (2010). El cerebro, las drogas y los genes. Salud mental, 33(6), 535-542. www.redalyc.org/pdf/582/58219793009.pdf
- Salanova, M., Llorens, S. y Cifre, E. (2013). The dark side of technologies: Technostress among users of information and communication technologies. International Journal of Psychology, 48(3), 422-436. http://dx.doi.org/10.1080/00207594.2012.680460
- Toranzo, F., Marín, G. y Morán, C. (2018). Relación entre las Bases Neurobiológicas de las Adicciones a Sustancias y las Tecnoadicciones. Anuario de Investigaciones de la Facultad de Psicología II Congreso Internacional de Psicología – V Congreso Nacional de Psicología “Ciencia y Profesión”, 3(3), 560-568. www.revistas.unc.edu.ar/index.php/aifp
Las adicciones son muy peligrosas, es por ello que es importante tratar de evitarlas antes de adquirirlas, dando a conocer lo perjudiciales que pueden llegar a ser.
¡Gracias por tu comentario, Cripza! Informarnos es clave para prevenir cualquier tipo de consumo. Un gusto que leas nuestros artículos 🙂