El síndrome de Wernicke-Korsakoff es una enfermedad neurológica que engloba dos afecciones diferentes y suelen presentarse juntas. Ahora, existe una diferencia en ambos términos. El primero, hace referencia a la encefalopatía de Wernicke, una enfermedad neurológica que se caracteriza por la conocida triada en cuanto a su sintomatología, estado de confusión mental agudo, oftalmoplejía (incapacidad para mover voluntariamente el globo ocular) y ataxia (falta de control muscular o coordinación de los movimientos voluntarios). Por otro lado, el síndrome de Korsakoff describe casos más crónicos en los que la enfermedad evoluciona y ocasiona deterioro cognitivo (el signo más común), daño neurológico permanente y muerte. Además, se estima que el 80% de casos en los que no se trata correctamente la encefalopatía de Wernicke desarrollará el síndrome de Korsakoff. Veamos algunos de los síntomas del síndrome Wernicke-Korsakoff.
¿Cómo es el diagnóstico del síndrome Wernicke-Korsakoff?
Es frecuente que la encefalopatía de Wernicke sea infradiagnosticada, puesto que la triada clásica solo aparece en un tercio de los pacientes de manera completa, habiendo más casos que aquellos que se reportan.
Por lo tanto, ha de sospecharse el síndrome aunque solo se cumpla uno de los síntomas mencionados previamente. De hecho, ha de mantenerse tal sospecha incluso ante la ausencia de anormalidades a nivel cerebral y tras utilizar técnicas de neuroimagen (Lapka y Llorens, 2015).
¿Por qué ocurre?
La causa más común (que no la única) en este síndrome es el abuso de alcohol, siendo el factor de riesgo más conocido en dicha afección.
Así pues, algunos estudios han publicado datos que muestran cómo el 90% de los casos presenta un abuso de tal sustancia.
Mayoritariamente asociado, a su vez, con una ingesta alimentaria inadecuada y déficit de tiamina (Thomson, 2000).
La importancia de la tiamina
La tiamina es una vitamina B cuyo consumo regular es fundamental para el metabolismo de glucosa y lípidos, así como el funcionamiento neuronal. Se obtiene por medio de alimentos como la carne, leche, cereales y legumbres, entre otros.
Uno de los motivos principales por los que puede ocurrir un déficit de tiamina es la ingesta crónica de alcohol.
Y es que, el alcohol (además de tener un alto contenido calórico) contiene etanol, un inhibidor de la vitamina B que conlleva una deficiente absorción de la misma.
Ahora, es importante mencionar que no es la única causa, pues existen otros factores predisponentes y causas de esta afección. Entre ellas, una malabsorción de los alimentos, después de una cirugía bariátrica o aquellas de índole crónico, por ejemplo (Donnelly, 2017).
Áreas cerebrales afectadas por el síndrome de Wernicke-Korsakoff
Dado que el déficit de tiamina produce una pérdida de neuronas en el cerebro, las áreas que son más susceptibles a esta afección incluyen el córtex cerebral, hipotálamo y cerebelo.
A partir de esto, se ha observado en diversos estudios que el déficit en el volumen de la zona bilateral del hipocampo en pacientes con síndrome de Korsakoff es similar a pacientes con la enfermedad de Alzheimer.
Así pues, tales resultados apoyan la pertinente repercusión del daño de dicha zona en la amnesia (Sullivan y Pfefferbaum, 2009). Veámoslo directamente.
A continuación, en la Figura 1 y 2 se muestra el cerebro de una persona sana y un paciente con síndrome de Wernicke-Korsakoff.
En la primera, se observa una reducción de las circunvoluciones corticales, ensanchamiento de los surcos cerebrales y expansión de los ventrículos.
En la segunda, los cuerpos mamilares (implicados en procesos de aprendizaje y memoria espacial) presentan una reducción del tamaño.
El síndrome disejecutivo en Wernicke-Korsakoff
Hay múltiples pruebas neuropsicológicas que han demostrado que una de las alteraciones cognitivas más frecuentes es el síndrome disejecutivo por afectación del lóbulo frontal. Este se caracteriza por dificultades como: a) centrarse en una tarea y finalizarla, b) memoria operativa, c) falta de flexibilidad cognitiva y anticipación de consecuencias del comportamiento.
Es por ello que la alteración mencionada en la corteza prefrontal, común en las personas con síndrome de Korsakoff, juega un papel clave en la memoria.
Dando paso a la aparición de amnesia anterógrada (incapacidad para establecer nuevos recuerdos tras la enfermedad o aprender y retener nueva información) y, en ocasiones, amnesia retrógrada (incapacidad para acceder a recuerdos del pasado).
Asimismo, se ha estudiado que el daño en el lóbulo frontal afectaría a la memoria contextual, favoreciendo el nivel de desorientación y confabulación (especie de falso recuerdo), signos que aparecen en el presente síndrome.
Por lo tanto, la insuficiencia en cuanto al control ejecutivo daría paso a un fracaso en la selección de los recuerdos y, por consiguiente, amnesia (Brion et al., 2014).
Tratamiento
El objetivo principal es controlar los síntomas expuestos del síndrome Wernicke-Korsakoff para evitar que empeore la enfermedad, incluyendo la hospitalización en caso de requerirse. Además, la tiamina se puede suministrar por vía oral, intravenosa o intramuscular, junto con otras vitaminas o magnesio.
Un correcto tratamiento evitaría el empeoramiento de algunos síntomas (como el estado de confusión), pero una que vez la memoria y la capacidad intelectual se han visto afectadas, es difícil que se recuperen (Day et al., 2013).
Conclusión
El síndrome de Wernicke-Korsakoff y sus síntomas no son fáciles de diagnosticar dado que no todos los signos neurológicos se encuentran presentes en la mayoría de los casos. De este modo, la gravedad aumenta al no realizarse un diagnostico precoz.
Conocer los síntomas del síndrome Wernicke-Korsakoff y los factores de riesgo ayudará a un correcto tratamiento y reconocimiento.
Referencias bibliográficas
- Brion, M., Pitel, A.-L., Beaunieux, H. y Maurage, P. (2014). Revisiting the Continuum Hypothesis: Toward an In-Depth Exploration of Executive Functions in Korsakoff Syndrome. Frontiers in Human Neuroscience, 8, 498. Doi: 10.3389/fnhum.2014.00498
- Day, E., Bentham, P. W., Callaghan, R., Kuruvilla, T. y George, S. (2013). Thiamine for prevention and treatment of Wernicke-Korsakoff Syndrome in people who abuse alcohol. Cochrane Database of Systematic Reviews, 2013(7). Doi: 10.1002/14651858.CD004033.pub3
- Donnelly, A. (2017). Wernicke-Korsakoff syndrome: recognition and treatment. Nursing Standard, 31(31), 46-53. Doi: 10.7748/ns.2017.e10440
- Lapka, Y. S. y Llorens, M. (2015). Encefalopatía Wernicke – Korsakoff: revisión de un caso clínico. Revista de Patología Dual, 2(4), 2. http://dx.doi.org/10.17579/RevPatDual.02.24
- Sullivan, E. V. y Pfefferbaum, A. (2009). Neuroimaging of the Wernicke-Korsakoff Syndrome. Alcohol and Alcoholism, 44(2), 155-165. Doi: 10.1093/alcalc/agn103
- Thomson, A. D. (2000). Mechanisms of vitamin deficiency in chronic alcohol misusers and the development of the Wernicke-Korsakoff syndrome. Alcohol and Alcoholism publishes, 35(1), 2-7. Doi: 10.1093/alcalc/35.supplement_1.2