El desarrollo del cerebro infantil es un proceso complejo y crucial que se ve influenciado por una variedad de factores, entre los cuales la alimentación juega un papel fundamental. La nutrición adecuada durante los primeros años de vida es esencial para proporcionar los nutrientes necesarios que respalden el crecimiento y desarrollo óptimos del cerebro infantil. Desde los nutrientes esenciales hasta los hábitos alimenticios recomendados, descubriremos qué debemos saber para promover un óptimo rendimiento académico, asi como también un desarrollo cognitivo y emocional en los más pequeños. En esta nota, exploraremos la conexión entre la alimentación y el cerebro en la infancia, destacando qué aspectos debemos tener en cuenta para garantizar un desarrollo cerebral saludable en los niños.

¿Cuál es la importancia de una adecuada alimentación o nutrición en el cerebro infantil?

El cerebro humano absorbe entre el 20 y el 27% de la tasa metabólica corporal total. Como resultado, la alimentación y el estado nutricional tienen un papel fundamental en la salud mental y el desarrollo.

Cerebro infantil y alimentación: ¿Qué debemos saber?

De igual manera, los problemas nutricionales y deficiencia en vitaminas, minerales o macronutrientes durante los periodos críticos del neurodesarrollo pueden afectar la función y estructura cerebral infantil. Y, por ende, tener un impacto negativo en el desarrollo físico, social y cognitivo del niño (Marrero Aliño, 2017).

Por otro lado, se ha evidencia que una adecuada alimentación o manipulación dietética correcta puede beneficiar la promoción de la salud neuronal y, por tanto, el desarrollo del cerebro infantil. Como resultado, se desarrolla un cerebro sano, reflejado en una mejora en el funcionamiento cognitivo y el aprendizaje. Si quieres profundizar en la relación entre la neurociencia y el aprendizaje, te recomendamos nuestro curso en neuroeducación.

Garófalo Gómez et al. (2009) en su revisión reportan que entre la concepción y el tercer año de vida, el crecimiento del encéfalo es mayor que en el resto de la vida. Además, es una de las etapas cruciales en el desarrollo cognitivo. Para que este proceso se dé correctamente, necesita de elementos como oxígeno, proteínas, micronutrientes y energía, así como estimulación e interacción social. Si se genera una privación de algunos de estos aspectos, puede generar trastorno en el desarrollo.

Nutrientes vitales para el desarrollo del cerebro en la niñez

Uno de los nutrientes esenciales para el desarrollo del cerebro infantil son los carbohidratos. Estos incrementan los niveles de triptófano y la tirosina, aminoácidos básicos para la síntesis de neurotransmisores como norepinefrina, dopamina y serotonina.

Cerebro infantil y alimentación: ¿Qué debemos saber?

Se conoce que la serotonina desempeña un papel importante en el desarrollo cerebral. Por lo tanto, puede intervenir en funciones motoras, sensitivas. Asimismo, en compañía de los sistemas colinérgicos puede tener implicaciones en la memoria.  

El ácido fólico también toma protagonismo, debido a la relación que tiene con el cierre del tubo neural. De hecho, una disminución en esta sustancia puede generar enfermedades como encefalocele o mielomeningocele.

Por otro lado, encontramos el hierro. Un déficit de alimentos que tengan este mineral durante el desarrollo del cerebro infantil constituye un factor de peligro. Esto se debe a las alteraciones que puede generar en diversas estructuras cerebrales. Asimismo, puede comprometer el desarrollo de funciones motoras y cognitivas.

De igual manera, diferentes vitaminas están relacionadas con el desarrollo del cerebro en la niñez. Una de ellas es la vitamina B12, la deficiencia en dicha sustancia puede generar retardo en el desarrollo, aumento de la irritabilidad, hiperreflexia asociada a hipotonía y fallos en el crecimiento.

Alimentación, gestación y desarrollo del cerebro en el niño

Garófalo Gómez et al. (2009) reportan en su investigación la importancia que tienen algunas vitaminas durante la gestación. Tener una cantidad adecuada de tales sustancias en la alimentación ayudará al desarrollo del cerebro infantil y evitará la presencia de algunas enfermedades.

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Una de ellas, la vitamina A, ayuda a evitar la aparición de hidrocefalia, retraso en el desarrollo y alteraciones en el metabolismo cerebral.

Por su parte, el déficit de vitamina B6 puede generar daños en el cerebro del niño a nivel comportamental y cognitivo.

De igual manera, Ocaña-Noriega y Sagñay-Llinin (2020) indican que la malnutrición en el embarazo es un factor no genético que puede llegar a generar trastornos en el desarrollo del sistema nervioso central. Esta malnutrición se relaciona generalmente con un déficit en el consumo de proteínas y calorías. Por lo tanto, es fundamental consumir una cantidad suficiente en la alimentación para un adecuado desarrollo del cerebro infantil.

Malnutrición y desarrollo del cerebro infantil

Calceto-Garavito et al. (2019) indican que la ausencia de una dieta equilibrada puede generar malnutrición. Esta se relaciona con la disminución o exceso en el consumo de vitaminas, minerales y micronutrientes.

Cuando es por exceso, encontramos obesidad infantil o sobrepeso, o en caso contrario, desnutrición. Todas estos problemas en la alimentación pueden generar problemas de discapacidad o dificultades en el desarrollo del cerebro infantil.

De manera específica, Noriega y Llinin (2020) reportan que la desnutrición crónica y el retraso en el crecimiento puede dejar secuelas graves a nivel cerebral. Una de las principales es la diminución de desarrollo intelectual y comportamental del niño. Esto se puede traducir en problemas en el rendimiento académico que, a largo plazo, puede llegar a afectar la calidad de vida debido a la disminución de su capacidad potencial para enfrentarse al mundo productivo.

Relación entre la alimentación, nutrición y rendimiento académico

Se ha encontrado que en el cerebro infantil existe una estrecha relación entre el rendimiento académico, la alimentación y nutrición. De hecho, se ha reportado que una nutrición adecuada ,sumada al deporte, favorece el aprendizaje y el desarrollo cognitivo.

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Por el contrario, tener una mala nutrición puede afectar el desarrollo del cerebro infantil. Calceto-Garavito et al. (2019), informaron que esta dificultad se considera un problema de salud que puede impactar el autoconcepto. Dicha situación puede tener una influencia en el comportamiento y generar disfuncionalidad a nivel académico y en las relaciones interpersonales.

Una de las patologías relacionadas con la alimentación y el cerebro infantil es la obesidad. Encontrándose una asociación negativa entre rendimiento académico y la mala alimentación. Concretamente, una disminución en los resultados de materias como matemáticas y lectura. Asimismo, se reportan dificultades emocionales que afectan a la participación en el aula y la relación con los compañeros.  

En el caso de la desnutrición crónica se encontró un desempeño inferior con algunas habilidades verbales, relacionadas de manera específica con la fluidez semántica y verbal. Esto tiene una repercusión directa en el rendimiento académico de los niños (Paredes-Arturo, 2015).

Conclusión

En general, la alimentación y la nutrición tienen un efecto crucial en el desarrollo del cerebro infantil. El hecho de tener problemas en la alimentación, ya sea por exceso o por defecto, genera efectos en múltiples aspectos de la vida, incluyendo el rendimiento académico.

El hecho de consumir una cantidad adecuada de carbohidratos, vitaminas y macronutrientes ayudará a tener una adecuada calidad de vida en el futuro. Ahora, es importante remarcar que estos nutrientes deben ser consumidos desde la gestación, ya que su déficit puede llegar a generar diversas patologías a nivel físico y mental.

Referencias bibliográficas

  • Calceto-Garavito, L., Garzón, S., Bonilla, J., Cala-Martínez, D., Calceto-Garavito, L., Garzón, S., Bonilla, J. y Cala-Martínez, D. (2019). Relación Del Estado Nutricional Con El Desarrollo Cognitivo Y Psicomotor De Los Niños En La Primera Infancia. Revista Ecuatoriana de Neurología, 28(2), 50-58. http://scielo.senescyt.gob.ec/scielo.php?script=sci_abstract&pid=S2631-25812019000200050&lng=es&nrm=iso&tlng=es
  • Garófalo Gómez, N., Gómez García, A. M., Vargas Díaz, J. y Novoa López, L. (2009). Repercusión de la nutrición en el neurodesarrollo y la salud neuropsiquiátrica de niños y adolescentes. Revista Cubana de Pediatría, 81(2). http://scielo.sld.cu/scielo.php?script=sci_abstract&pid=S003475312009000200008&lng=es&nrm=iso&tlng=es
  • Marrero Aliño, M. (2017). Nutrición cerebral. Estado del arte. Acta Médica de Cuba, 17(2). https://www.medigraphic.com/cgi-bin/new/resumen.cgi?IDARTICULO=70719
  • Ocaña-Noriega, J. R. y Sagñay-Llinin, G. S. (2020). La malnutrición y su relación en el desarrollo cognitivo en niños de la primera infancia. Polo del Conocimiento: Revista científico – profesional, 5(12), 240-251. https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=8042554
  • Paredes-Arturo, Y. V. (2015). Desnutrición crónica y desempeño cognitivo. Universidad y Salud, 17(1), 47-56. http://www.scielo.org.co/scielo.php?script=sci_abstract&pid=S0124-71072015000100005&lng=e&nrm=iso&tlng=es