El abuso en el consumo de alcohol se ha convertido en un aspecto que no solo afecta a la salud sino también a diferentes aspectos sociales. Aunque en los adultos puede crear importantes dificultades, en el caso de los adolescentes la situación suele ser más preocupante. Esto se debe a la cantidad de factores que pueden afectar su consumo, hasta el punto de convertirse en un facilitador social. Pero ¿Por qué sucede esto? Existen diferentes explicaciones. En este caso nos enfocaremos en algunos aspectos que pueden convertir el consumo de alcohol en un facilitador social en adolescentes.
Algunas estadísticas del consumo de alcohol en adolescentes
El alcohol es la sustancia psicoactiva más consumida en la actualidad. Entendamos como sustancia psicoactiva a diversas sustancias, naturales o sintéticas, que actúan en el sistema nervioso. Estas crean alteraciones a nivel cognitivo, emocional y comportamental (PAHO, s.f).
Las consecuencias de su consumo en exceso pueden incluir una incapacidad hasta la muerte.
Por lo tanto, se ha convertido en una carga en la salud pública y privada.
Ahora ¿qué pasa con los adolescentes y jóvenes?
En España el 77,9% de los estudiantes entre los 14 y 18 años ha consumido alguna vez en su vida alcohol. De manera más específica, en el último mes lo ha hecho el 58,5%.
Asimismo, se ha encontrado que el inicio de consumo es aproximadamente a los 14 años.
Este consumo no solo tiene efectos directos en la fisiología y desarrollo neurológico, sino que también llevan a realizar conducta que pueden poner en riesgo la vida.
En este caso, se encontró que el 2,7% de los estudiantes indicó que había manejado bajo sus efectos y el 17,2% habría sido pasajero en un vehículo conducido por una persona que consumió alcohol.
Además, el 16,9% estuvo implicado en una pelea y el 30,6% mantuvo relaciones sexuales sin usar preservativo (Observatorio Español de las Drogas y las Adicciones, 2021).
Vulnerabilidad de los adolescentes al consumo de alcohol
Para empezar, es importante entender que la disponibilidad y, por ende, el consumo de alcohol se incrementa debido al fácil acceso.
Además, la presencia física de este tipo de sustancia y la posición poco crítica de su consumo en exceso aumenta la aceptación del consumo. Asimismo, el contexto de consumo de alcohol no solo ocurre en actividades lúdicas o festivas, sino que también puede formar parte de la cotidianidad.
Por otro lado, condiciones inherentes de la adolescencia surgen como factores que los predisponen a consumir alcohol, especialmente relacionados con su desarrollo social. Entre estos podemos incluir:
- Búsqueda de propia identidad, tanto de manera personal como a partir de factores grupales.
- Hedonismo o búsqueda de placer característico de la edad.
- Integración en un grupo.
- Exploración de nuevas sensaciones.
Según los adolescentes: ¿Qué aspecto positivo puede tener el consumo de alcohol?
La respuesta a esta pregunta es que para los adolescentes y jóvenes el alcohol es un facilitador social.
A través de su consumo, pueden mejorar las relaciones sociales y, así, suplir una de las prioridades que tienen las personas de esta edad.
Ahora, es importante indicar que, en la mayoría de los casos, el consumo es explosivo y episódico, diferenciándolo del consumo cotidiano de alcohol que puede tener una persona adulta.
Además, este ocurre especialmente en actividades grupales y nocturnas, siendo un consumo que ocurre principalmente los fines de semana.
En algunas ocasiones esto puede darse de manera excesiva en los momentos y contextos explicados. Por ello, el consumo de alcohol en los adolescentes puede ser una manera de adaptarse a un grupo y desarrollar aspectos sociales.
Factores personales que convierten el consumo de alcohol en adolescentes en un facilitador social
En un principio, hay que tener en cuenta que en los adolescentes hay creencias positivas sobre el alcohol, haciendo referencias a cambios en los comportamientos, emociones y estado de ánimo.
Como consecuencia, encuentran resultados gratificantes con el consumo de alcohol como la sensación de euforia y relajación, asumir comportamientos relacionales más arriesgados y la pérdida de la noción del tiempo.
Sin embargo, hay que tener en cuenta que los mismos adolescentes conocen las consecuencias negativas del consumo de alcohol.
Especialmente, saben la existencia de factores de riesgo que se acentúan con el consumo. Ya sean peligros externos o daños a nivel físico, entre otros.
Aquí, toma protagonismo la sensación de invulnerabilidad. Y es que, pueden desarrollar una percepción de la realidad donde las probabilidades de vivir o sentir las consecuencias negativas del consumo del alcohol toman poco valor.
En otras palabras, adoptan una posición donde, según los propios adolescentes, las consecuencias negativas del consumo de alcohol no les afectan. Una de las mejores ejemplificaciones es el rechazo de la sensación de resaca. En este caso, puede que ellos no lo sientan por su metabolismo, dado que los síntomas se encuentran disminuidos.
Autoestima y autorreferencia
Estos aspectos también son relevantes en el consumo de alcohol en los adolescentes. Debemos tener en cuenta que conceptos como sentirse parte de un grupo, la reputación o el hecho de mostrar lo correcto para lo demás, forman parte de estas características.
En el caso del alcohol, el consumo por parte de los jóvenes los lleva a pensar que es la manera más fácil o directa para cumplir con tales características. En su investigación, Castaño Pérez et al. (2014) encontraron que los estudiantes relacionaban el consumo de alcohol con una mejora en la interacción social. Además de la presencia de inhibición que ayudaba a relajarse en la actividad.
También hay un aumento de la expresión verbal y disminución de la tensión psicológica. Lo que favorece la autoestima, convirtiéndose el alcohol en uno de los facilitadores sociales más característicos de la adolescencia.
Conclusión
Como podemos ver, el porcentaje de adolescentes que consumen alcohol es significativo. Y esto no solo se relaciona con el consumo en sí, sino con las actividades de riesgo asociadas. Podemos incluir entre algunos aspectos, conducir con los efectos de dicha sustancia o participar en una conducta conflictiva como una pelea.
El hecho de estar en una edad crítica hace a este sector más vulnerable al consumo de dichas sustancias, ya que para ellos puede llegar a ser un facilitador social a través de su consumo. Y es que, según esta población puede alimentar las relaciones sociales o propiciarlas.
Sumado a esto, a través del consumo puede disminuir la inhibición y presión psicológica, lo que hace que se desenvuelvan mejor en las relaciones sociales. Como resultado, favorece la autoestima y autorreferencia.
Ahora, a pesar de lo positivo a lo que se aferran los adolescentes para justificar el consumo, es importante indicar que existen muchos riesgos asociados con sus respectivas consecuencias a largo plazo.
Este aspecto de sentir invulnerabilidad puede jugar en contra y llevar a situaciones donde la vida se ponga en riesgo. Por ello, debemos promover el no consumo de alcohol en adolescentes.
Referencias bibliográficas
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- Castaño Perez, G. A., García del Castillo, J. A. y Mazo Campo, J. C. (2014). Consumo de alcohol y factores intervinientes en estudiantes universitarios. Revista Cubana de Salud Pública, 40(1). https://www.medigraphic.com/cgi-bin/new/resumen.cgi?IDARTICULO=50012
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- Observatorio Español de las Drogas y las Adicciones (15 de noviembre de 2022). El alcohol es la sustancia psicoactiva más consumida y se asocia con una importante carga de enfermedad y mortalidad. Gobierno de España. https://www.lamoncloa.gob.es/serviciosdeprensa/notasprensa/sanidad14/Paginas/2021/151121-monografia_alcohol.aspx
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