Daniela es una niña de 6 años que suele pelear con sus compañeros. Cuando está en el recreo, quiere jugar con el resto de niños. No obstante, cuando se acerca a ellos, en vez de pedir participar amablemente, empieza a gritar. Además, les retira los juguetes y llora porque no quieren jugar con ella. Su profesora está preocupada, pues quiere ayudarle a sentirse mejor. Cree que necesita un poco de apoyo para comunicarse e interactuar positivamente con los otros niños. Entonces, le surge la pregunta, ¿cómo desarrollar las habilidades sociales en los niños?
¿Qué entendemos por habilidades sociales?
No basta con una formación centrada exclusivamente en lo académico. Es necesaria una formación integral que incluya los comportamientos prosociales. Ahora, a pesar de que no existe una única definición, con fines prácticos y pedagógicos, podemos decir que las habilidades sociales nos dan la capacidad de relacionarnos y comunicarnos de forma positiva. Nos referiremos, en todo caso, a aquellas habilidades positivas que son mínimamente aceptables de acuerdo con las normas sociales y que no son perjudiciales para los demás (Combsy Slaby, 1977).
Estos patrones de comportamiento favorecen a la convivencia con los otros, pero, principalmente, una mejor adaptación en el mundo. Autores como Gresham (1997) definen tres dimensiones sobre las cuales se asientan las habilidades sociales:
- Comportamiento social: En el funcionamiento general del grupo desde el punto de vista de un jefe de grupo adulto, por ejemplo el profesor.
- Aceptación de los compañeros: El efecto sobre la popularidad del niño desde el punto de vista de los compañeros.
- Validez social: En los propios sentimientos de competencia social del niño.
Adicionalmente, varios autores plantean que el desarrollo de habilidades sociales incluye la presencia de comunicación, cooperación, afirmación, responsabilidad, empatía, compromiso y autocontrol (Little et al., 2017). Veamos más sobre el desarrollo de habilidades sociales en los niños.
Beneficios del desarrollo de habilidades sociales en los niños
Para empezar, un claro beneficio incluye la disminución de problemas disciplinarios y mejora en la convivencia. De igual manera, contribuye a un mejor ambiente dando paso a un entorno positivo para aprender (McArthur, 2002).
Por otro lado, los estudios de Cartledgey Milburn (1978) indicaron una correlación positiva entre el rendimiento académico y la capacidad de los estudiantes para poner atención, persistir en las tareas, capacidad de autocontrol, cumplimiento con las demandas del profesor y habilidad para seguir instrucciones. Adicionalmente, no podemos ignorar la importancia que tiene el saber comportarse en grupo y trabajar en equipo, habilidades necesarias para un trabajo cooperativo. De hecho, el aporte a nivel global, en un mundo tan individualista y competitivo como el actual, es más que necesario.
¿Cómo desarrollar las habilidades sociales en la escuela?
A continuación, revisaremos algunas sugerencias que se pueden tomar en cuenta a nivel escolar. Estas se centran en los profesores y estudiantes, tanto a nivel individual como grupal (McArthur, 2002).
– El docente inicia con el ejemplo
Para empezar, se sugiere que el profesor sea quien apoye el uso de un lenguaje respetuoso y amable. Esto incluye saludar a todos, ofrecer disculpas cuando sea necesario, mostrar afecto hacia los estudiantes, escucharlos, acompañarlos y demostrar interés sincero por ellos.
– Instaurar el sentimiento de comunidad
Es necesario conocer a todos los miembros que conforman el grupo. Por lo tanto, es crucial realizar actividades de familiarización, que sepan sus nombres, gustos e intereses. Asimismo, se pueden establecer momentos para realizar apreciaciones hacia los otros, es decir, intercambiar cumplidos con los compañeros (de forma escrita o verbal).
Por otro lado, que cada uno cumpla un rol en el aula suele ser un reforzador positivo. Por ejemplo, que exista un encargado de limpiar la pizarra, poner agua a las plantas, organizar a sus compañeros en la fila o apuntar la asistencia, entre otras.
Esto se irá rotando para que todos tengan su turno y se pueda destacar la importancia que cada uno tiene. De igual manera, se pueden realizar actividades con otros grupos de diferentes edades para que puedan compartir y conocer a más niños. Por ejemplo, actividades donde los más grandes les cuenten historias a los más pequeños.
– Expresar correctamente las emociones
Hablamos de la importancia de desarrollar estrategias de autorregulación emocional. En primer lugar, de forma individual, pero también a nivel grupal, estimulando la correcta expresión de las emociones.
Por ejemplo, a través de role play donde se puedan trabajar aspectos como la empatía, asertividad y resolución de conflictos.
– Experiencias de resolución de conflictos
A través de grupos pequeños se pueden plantear problemas de toda índole en los que sea necesario que el grupo trabaje junto para poder encontrar una resolución.
Así, tras el establecimiento de pautas, límites, acuerdos y, con una base sólida de respeto, los estudiantes aprenderán a dar valor a los demás. Con esto, es muy útil para desarrollar el pensamiento y reflexionar.
– Comportamientos aceptables
Muchos niños pueden no tener claros los límites que deben respetar, por ello, los juegos y actividades deportivas son altamente recomendables para comprender mejor esto.
– Valores para trabajar
Hablar explícitamente de los valores es fundamental para una mejor comprensión, pero no puede limitarse solo al concepto. Por tanto, se pueden abrir oportunidades para su aplicación, por ejemplo: “Semana de la amabilidad”, donde los niños deben poner en práctica actividades donde se evidencie tal valor.
Asimismo, pueden registrar sus sensaciones a través de un diario, hacer autoevaluaciones y otro tipo de actividades que incluyan recursos como libros, teatros, juegos de rol, películas, debates, etc.
¿Qué hay de la familia?
La familia es el punto de referencia de los niños. Las reacciones socioafectivas que tengan en función de los conflictos, interacción social o experiencias, servirán de ejemplo para los más pequeños.
Por consiguiente, la exposición a situaciones de socialización con los pares desde temprana edad, sumada a una crianza respetuosa, permitirá un mejor desarrollo de dichas habilidades.
Algunos estudios indican mejores habilidades sociales en los niños cuyos padres presentan niveles altos de apoyo. Es más, se reportan mejores resultados si utilizan diversas estrategias disciplinarias con los menores (Castro y Nelson, 2018).
Conclusión
El mundo actual requiere que podamos desenvolvernos socialmente de forma positiva. La interacción con los otros, la capacidad de comunicarnos efectivamente, establecer relaciones interpersonales y, en general, de adaptarse al entorno, es clave.
Estas habilidades pueden ser desarrolladas desde la infancia y perdurarán durante toda la vida. Serán, por supuesto, parte de la construcción de una sociedad más respetuosa, empática, amable y unida.
Referencias bibliográficas
- Cartledge, G. y Milburn, J. F. (1978). The Case for Teaching Social Skills in the Classroom: A Review. Review of Educational Research, 48(1), 133-156. https://doi.org/10.3102/00346543048001133
- Castro, V. L. y Nelson, J. A. (2018). Social development quartet: When is parental supportiveness a good thing? The dynamic value of parents’ supportive emotion socialization across childhood. Social Development, 27(3), 461-465. Doi: 10.1111/sode.12299
- Combs, M. L. y Slaby, D. A. (1977). Social-Skills Training with Children. En: Lahey B. B., Kazdin A. E. (eds) Advances in Clinical Child Psychology. Springer, Boston, M. A. https://doi.org/10.1007/978-1-4613-9799-1_5
- Gresham, F. M. (1997). Social competence and students with behavior disorders: Where we’ve been, where we are, and where we should go. Education and Treatment of Children, 20, 233-249. https://psycnet.apa.org/record/1997-42678-002
- Little, S. G., Swangler, J. y Akin-Little, A. (2017). Defining Social Skills. En: Matson J. (eds) Handbook of Social Behavior and Skills in Children. Autism and Child Psychopathology Series. Springer, Cham. https://doi.org/10.1007/978-3-319-64592-6_2
- McArthur, J. R. (2002). The Why, What, and How of Teaching Children Social Skills. The Social Studies, 93(4), 183-185. https://doi.org/10.1080/00377990209599907