“Todo lo que he logrado en mi carrera ha sido gracias al sacrificio, a dar lo mejor de mí y gracias al apoyo de mi familia”. Desde pequeño, Leo Messi supo que el fútbol era su pasión. Cuando viajó a Barcelona se enfrentó, entre otras cosas, a estar lejos de sus seres queridos, a un tratamiento médico por un problema de crecimiento y adaptarse a otra cultura. ¿Por qué? Porque sabía que tenía que perseverar para conseguir jugar profesionalmente. El resto, por supuesto, ¡es historia! Este reconocido deportista que ha inspirado a mucha gente es un ejemplo de determinación, valor, resiliencia en educación y en la vida, de grit.
El grit y la resiliencia en educación
Angela Lee Duckworth, académica y psicóloga de la Universidad de Pennsylvania, se ha dedicado a la investigación de la relación entre la determinación y el logro de una meta.
Por un lado, entendemos por resiliencia a la capacidad del ser humano para sobreponerse ante una situación adversa.
Ser resiliente no implica no sentir dolor, por el contrario, suele ser una sensación que conlleva estrés y malestar.
Sin embargo, a pesar del dolor, posteriormente pasamos por un proceso de reflexión que nos impulsa a salir adelante. Así, la resiliencia es un constructo que podemos desarrollar conforme vamos enfrentando diversos retos (APA, 2014).
Por otro lado, el grit, en castellano, “agallas”, “determinación” o “valor”, implica la capacidad de ser resiliente frente al fracaso, pero también, el mantener un fuerte compromiso que permanece a lo largo del tiempo.
En otras palabras, la combinación de la pasión y perseverancia que caracteriza a un triunfador (Duckworth, 2016).
De igual manera, este constructo se enmarca en la tenacidad. Así, se habla de que es una mezcla de dos compontes: a) la perseverancia del esfuerzo y b) la coherencia con respecto al interés de alcanzar la meta (Warren y Hale, 2020).
Duckworth y su estudio sobre grit
En la entrevista realizada por Perkins-Gough (2013), Duckworth comenta sobre una de sus primeras investigaciones acerca de este tema. Fue en West Point Military Academy, una academia militar en la que se gradúa, aproximadamente, el 25% de los oficiales del ejército de los EE. UU.
Para poder graduarse en dicha institución, los cadetes deben obtener buenas puntuaciones en diversos resultados. Entre ellos, se incluyen los resultados de sus pruebas SAT (prueba de ingreso universitario), rango de desempeño, capacidad de liderazgo y aptitud física.
Fue así como Duckworth y colaboradores se interesaron en saber quiénes se mantendrían en el proceso y podrían graduarse.
A través de un cuestionario diseñado por su equipo para medir esta variable, se procedió a analizar y observar su desempeño a lo largo del verano.
Determinaron que el grit fue el mejor predictor de éxito pues, según la autora, no basta solamente con estar presente sino con tener determinación para lograrlo.
Indica, incluso, que el grit predice el éxito mucho más que el talento.
Según sus observaciones, la educación debe tener una perspectiva motivacional y psicológica. Es así como menciona que el cociente intelectual no es el factor más importante que debemos tener en cuenta para aprender mejor.
Esta premisa se extendería en diversos ámbitos de estudio. Sobre todo, los relacionados a la resiliencia en educación (Duchworth, 2013).
¿Grit, motivación y metacognición?
La pasión con la que hacemos las cosas para alcanzar los objetivos es, según Duckworth (2016), la que nos permite perseverar y no rendirnos. Según Von Coulin et al. (2014), si las metas que nos motivan implican que nos esforcemos a largo plazo, es más probable que desarrollemos un mayor grit.
De igual manera, estudios afirman que el grit requiere que tomemos conciencia sobre aquellos obstáculos que no nos permiten desarrollar estrategias para alcanzar las metas. Es decir, conlleva un proceso de metacognición que permite determinar los pasos a seguir para cumplir objetivos.
Este análisis se vuelve fundamental para poder identificar aquellos aciertos y errores que nos van a permitir reflexionar sobre nuestras acciones. Así, podremos configurarlas para encaminarnos al éxito.
Sin duda alguna, este concepto seguro lo relacionamos con el autocontrol, por la misma razón y como explicamos anteriormente, el grit aumenta conforme vamos madurando.
¿Podemos desarrollar nuestro grit para ser más resilientes en educación?
De acuerdo a nuestras experiencias de éxito y fracaso a medida que vamos creciendo, nuestro grit puede irse desarrollando. Esta habilidad está ligada a las creencias de autoeficacia, por lo tanto, es clave promover una cultura de esfuerzo.
Sin embargo, no solamente se necesita de esto, es fundamental que los estudiantes puedan vivir la experiencia de éxito como resultado del esfuerzo que hacen (Yeager y Dweck, 2012).
Es así como Ruiz (2020) sugiere que, a nivel educativo, los profesores pueden apoyar a los estudiantes de dos maneras:
- Ayudando a mejorar sus estrategias de aprendizaje. Esto es, enseñarles técnicas de estudio y estrategias de metacognición.
- Midiendo y adaptando el nivel de dificultad de las tareas de acuerdo a sus necesidades. Implica definir actividades que no sean ni muy fáciles ni muy difíciles.
No obstante, esto no implica evitar que los alumnos tengan momentos de frustración o fracaso, pues dichas experiencias son las que permiten desarrollar la capacidad de resiliencia.
Por el contrario, los adultos deben mantener una actitud firme pero alentarlos a seguir adelante, sin intervenir directamente en el problema o buscando evitárselo.
Críticas
Este concepto ha cobrado fuerza en la actualidad, sin embargo, una de las críticas más notables que se ha hecho está relacionada a que no es un aporte nuevo. Adicionalmente, según diversos estudios, se habla de que el nivel de impacto del grit es mínimo.
Por otro lado, se indica que, en comparación con otros factores como las creencias, el grit no parece ser un predictor de éxito académico, es decir, no estaría correlacionado con los resultados académicos.
En consecuencia, es importante considerar que este factor puede ser influyente pero no es el único. Existen otros conceptos como la emoción, la resiliencia en la educación, la motivación o la conciencia social, que permite valorar nuestro rol en la sociedad para lograr una mayor cohesión.
Conclusión
Treinta y cuatro títulos, setenta y siete premios, y cerca de seiscientos cincuenta goles después, Lionel Messi es, sin duda, uno de los mejores futbolistas de la historia. Como vimos al comenzar la nota, su carrera profesional se desarrolló a partir de descubrir su pasión, el fútbol.
Fácil no fue. Si bien su talento es innegable, su carrera mediada a través de la dualidad del éxito y el fracaso le ha permitido salir adelante y mantenerse fiel a alcanzar sus metas. Esta pequeña historia, sumada a todo lo que hemos visto, nos anima a comprender que, entre muchos otros factores, la resiliencia y el grit son clave para impulsarnos día a día.
Referencias bibliográficas
- American Psychological Association (APA). (2014). The Road to Resilience.
https://advising.unc.edu/wp-content/uploads/sites/341/2020/07/The-Road-to-Resiliency.pdf - Bonfiglio, R. A. (2017). Grit Is Not Enough. About Campus, 22(5), 29-31. https://doi.org/10.1002/abc.21304
- Duckworth, L. A.( 2016 ). Grit: The power of passion and perseverance. Scribner.
- Duckworth, L. A. (2013). Angela Lee Duckworth: ¿La clave del éxito? Determinación [Archivo de Vídeo]. Youtube. https://www.youtube.com/watch?v=H14bBuluwB8
- Perkins-Gough, D. (2013). The Significance of Grit: A Conversation with Angela Lee Duckworth. Educational Leadership, 71(9), 14-20. https://doi.org/10.5688/ajpe6150
- Ruiz, H. (2020). ¿Cómo aprendemos? Una aproximación científica al aprendizaje y la enseñanza. Graó.
- Warren, J. M. y Hale, R. W. (2020). Predicting Grit and Resilience: Exploring College Students’ Academic Rational Beliefs. Journal of College Counceling, 23(2), 154-167. Doi: 10.1002/jocc.12156