¿Alguna vez has pensado en una profesión que pueda estimular nuestro cerebro y sentidos a través de la risa? Si has pensado en los payasos… ¡Enhorabuena, has acertado! Estas complejas y divertidas personificaciones juegan un papel muy importante en el momento de actuar en cada espectáculo. Logran conectar con el público y su audiencia, sea numerosa o no. A partir del estudio de estos personajes se han efectuado investigaciones para intentar comprender cómo logran conectar y transmitir tantas emociones. Esta nota estará llena de alegría y objetividad mientras aprendemos sobre la relación entre los payasos y las neurociencias

El payaso en la antigüedad

Primeramente, hablar de payasos es describir una figura que ha trascendido a lo largo de la historia y en diferentes lugares del mundo. Estos personajes se remontan al año 2500 A. C. en el Antiguo Egipto, donde jeroglíficos afirmaban la existencia de bufones que hacían reír al Faraón y su realeza (Jacobo, 2016).

payasos

Por otro lado, existe información que afirma que otras civilizaciones, como en la cultura china, el rey del estado chino Shihi Huan-Ti (quien construyó la Gran Muralla china) contaba con su bufón personal llamado Yun Sze. Siguiendo esta línea, escritos realizados por el fray Bartolomé de Olmedo, relatan que, durante la conquista de Hernán Cortez sobre el Imperio azteca, existían personas que tenían la función de hacer reír a la corte de Moctezuma II. Dichas personas eran las únicas que podían criticar e intervenir en las decisiones del emperador (Gutiérrez, 2018). Con el paso del tiempo, contextualizado en el siglo XVI, el gran escritor británico William Shakespeare, denomina a los personajes chuscos, torpes y chistosos como payasos.

El payaso en la modernidad

En la actualidad, el payaso ha ido evolucionando con el paso del tiempo. Así, se ha resaltado como una de sus funciones principales el retratar al ser humano en todas sus facetas. Con esto, el atuendo simboliza la esencia del humano en la sociedad, siendo esta una metáfora de las clases sociales que palpan la transparencia y vulnerabilidad del mismo.

Caracterizando a un payaso

Para Rivel (1971), los payasos cuentan con las diversas caracterizaciones. Estas son:

  1. Carablanca Clásico (Pierrot): Refleja al ser humano como un ser de arte, inteligente y alegre; con un estilo cómico o dramático.
  2. Carablanca Estirado: Este representa la autoridad, es excéntrico e inteligente, desvanece todo estereotipo de humanidad ignorante.
  3. Carablanca Grotesco o Cómico: Es el payaso tradicional, rutinario como la vida emocional de cada persona, un personaje travieso y gregario.
  4. Vagabundo / Lady bag: Este personaje conecta con la sociedad más necesitada, es triste, oprimido y abandonado.
  5. Personaje Clown: Representa el rol de cada persona, por ejemplo, médico, policía u obrero, entre otros. Las estrategias clown son utilizadas, por ejemplo, en servicios de salud para los más pequeños.

La icónica nariz roja

Figueroa (2014) menciona que la nariz roja es la trompeta de un vencedor sobre el fatum (naturaleza) humano; ya que el hacer reír es un don divino al alcance de todos pero que pocos dominan (p. 21). En consecuencia, no solo se trataría de hacer reír al público, sino de enamorarlo mediante la templanza, empatía y compasión.

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El payaso actual se rige por el humor dinámico. Se convierte en un compañero para los niños, jóvenes y adultos. De esta manera, expone sus dilemas y preocupaciones, transformándolas en un momento de felicidad. 

La psicología en los payasos

La psicología tiene un factor determinante en las emociones de cada espectador a través del payaso y su caracterización. Sin dudas, la gran cantidad de estímulos que se generan en el espectador implica un movimiento neuronal que conecta diversos circuitos de información en áreas específicas de la corteza cerebral, resaltando la relación entre los payasos y las neurociencias.

Uno de los puntos fuertes que caracteriza y llama la atención radica en el vestuario. Este suele ser colorido y es utilizado para comunicar mensajes de felicidad y el optimismo. Asimismo, los colores vívidos suelen ser un estímulo visual que generan en el cerebro un efecto de luz que activa áreas de la memoria y la atención, que son hasta tres veces mayores a los estímulos externos (Van Someren, 2014).

Los payasos apoyando el tratamiento de patologías

De igual manera, los payasos cuentan con habilidades integrativas que sirven de apoyo para diversas patologías como la depresión o la ansiedad. Dionigi y Gremigni (2016) llevaron a cabo un estudio con payasos carablanca y pacientes infantiles hospitalizados previos a una cirugía. A partir de una medición con la Escala de Ansiedad Preoperatoria de Yale (Yale Preoperative Anxiety Scale, m-YPAS, en inglés), determinaron que se produjo una reducción de síntomas de ansiedad mediante la convivencia con los payasos.

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De esta manera, los estímulos generados por los payasos actúan sobre diversas vías serotoninérgicas, dopaminérgicas y cortisol. Es decir, a partir de la investigación en neurociencias con personas que sufren depresión o ansiedad, la literatura científica hipotetiza que diversas redes de neuronas envían potenciales de acción cuando se interactúa con payasos.

Se trata de señales eléctricas y químicas que conducen la información a áreas específicas del cerebro. En consecuencia, el estímulo externo logra activarse de manera exitosa para enviar la respuesta deseada. En este caso, la risa (Pinel, 2007). 

¿Cómo se relacionan los payasos y las neurociencias?

Las neuronas espejo han sido de gran interés para comprender conductas como la compasión y empatía. Este último concepto se desarrolló gracias a un descubrimiento accidental por parte del grupo de una investigación de Giacomo Rizzolatti, que pretendía estudiar el funcionamiento de las neuronas motoras.

Durante el experimento, se encontraron con respuestas neuronales que permitieron entender ciertas áreas que conectan con la empatía. Así, lograron observar la participación inmediata y compasiva de una respuesta neurofisiológica, permitiendo una comprensión de los sentimientos de otras personas (Häusser, 2012). Sus postulados señalan que el rol de las neuronas espejo activa:

  • Lóbulo frontal: Encargado de la planificación y ejecución del movimiento y la sensibilidad táctil.
  • Lóbulo parietal: Integra la información de los sentidos en una imagen corporal de un modelo humano o animal.
  • Corteza insular: Se conciben las emociones y el dolor al momento de representarlo en una acción.
  • Corteza cingulada: Relacionado fuertemente con la corteza insular que procesa y expresa emociones y dolor a partir de lo que se observa, escucha o razona.

Payasos y neurociencias

Dentro de los procesos terapéuticos modernos existe una variante muy particular llamada risoterapia. En ese sentido, las payasadas tienen un enfoque cognitivo-conductual que estimula y excita al sistema nervioso central (SNC), así como a las vías encargadas de brindar alegría, confianza y seguridad (Fonzi et al., 2010).

Estimulación de serotonina, dopamina y oxitocina

Se ha observado que, en personas que padecen depresión, se reducen los niveles de ciertos neurotransmisores del cerebro, como la dopamina y la serotonina. Como resultado, esto produce una disfunción en el circuito de control del estado de ánimo del cerebro. Sin embargo, es interesante notar que los payasos animan y motivan constantemente mediante la risa, lo que les permite estimular la producción de dopamina, serotonina y endorfinas. Así, su presencia puede contribuir a mejorar el estado emocional de las personas.

Estimulación de dopamina y serotonina en vías neuronales comunicadas por diversas neuronas. Se observa un aumento en la activación neuronal en el modelo de ratón. Imagen obtenida de Wang et al. (2019).

Como resultado, contribuyen al bienestar físico, activando áreas como el hipocampo que se encarga de los procesos de memoria, la amígdala que regula y procesa emociones como la alegría, y las cortezas frontales que activan procesos de aceptación, como la acción de reflejar una sonrisa (Yim, 2016).

Por otro lado, frente a un grupo social o determinadas personas, hay niños o adolescentes que pueden ser tímidos o sienten inseguridad. No obstante, mediante el tono de voz, los payasos pueden transmitir confianza. A partir de ello, activan la segregación de oxitocina, que transmite sensaciones de tranquilidad y seguridad. Dichas sensaciones son similares a las que ocurren cuando las madres juegan con sus hijos (Bartz et al., 2019). Así, el impacto de la risa, y por ende el de los payasos, se convierte en un tema fascinante de investigación en las neurociencias y la psicología contemporánea.

Conclusión 

A lo largo de este recorrido hemos logrado comprender la relación entre los payasos y neurociencias. Sus colores, actuaciones y personificaciones conllevan gran disciplina y son capaces de generar grandes beneficios. Así mismo, pueden apoyar a personas que presentan depresión y/o ansiedad influyendo en circuitos neuronales específicos.

Por último, es importante señalar que el acto de hacer reír e interactuar con los demás, siempre será un acto de amor humano transmitido a través de su esencia y originalidad. Los payasos pretenden que su público se lleve esta alegría a su hogar, que perdure en el tiempo y pueda ser transmitida a sus seres queridos.

Referencias bibliográficas

  • Bartz, J. A., Zaki, J., Bolger, N. y Ochsner, K. N. (2011). Social effects of oxytocin in humans: context and person matter. Trends in cognitive sciences15(7), 301-309. https://doi.org/10.1016/j.tics.2011.05.002
  • Dionigi, A. y Gremigni, P. (2017). A combined intervention of art therapy and clown visits to reduce preoperative anxiety in children. Journal of clinical nursing, 26(5-6), 632-640. https://doi.org/10.1111/jocn.13578
  • Figueroa, F. (2014). El payaso como humanizador de la sociedad. Vereda: andar en la cultura, 2, 18-27. https://www.academia.edu/27005004/El_payaso_como_humanizador_de_la_cultura
  • Fonzi, L., Matteucci, G. y Bersani, G. (2010). Riso e depressione: ipotesi di rapporto patogenetico e terapeutico [Laughter and depression: hypothesis of pathogenic and therapeutic correlation]. Rivista di psichiatria45(1), 1-6.
  • Gutiérrez, C. (2018). Los payasos. Poetas del pueblo. El circo en México. Secretaría de Cultura/ INBA-CITRU.
  • Häusser, L. F. (2012). Empathie und Spiegelneurone. Ein Blick auf die gegenwärtige neuropsychologische Empathieforschung [Empathy and mirror neurons. A view on contemporary neuropsychological empathy research]. Praxis der Kinderpsychologie und Kinderpsychiatrie61(5), 322-335. https://doi.org/10.13109/prkk.2012.61.5.322
  • Jacobo, J. (2016). Not Clowning Around: How Clowns Went From Funny to Scary. ABC. https://abcnews.go.com/US/clowning-clowns-funny-scary/story?id=43137276
  • Pinel, P. J. (2009). Byopsychology (9.a ed.). Pearson Education.
  • Rivel, C. (1973). Pobre payaso. Ediciones Destino.
  • Van Someren, E. J. (2014). Colors cast long shadows on brain activity. Proceedings of the National Academy of Sciences of the United States of America, 111(16), 5769-5770. https://doi.org/10.1073/pnas.1403596111
  • Yim, J. (2016). Therapeutic Benefits of Laughter in Mental Health: A Theoretical Review. The Tohoku journal of experimental medicine239(3), 243-249. https://doi.org/10.1620/tjem.239.243