Cuando un niño sufre una caída o un golpe sabemos revisar su herida y el procedimiento inmediato a seguir para hacer que se recupere pronto. No obstante, ¿sabemos qué hacer cuando un niño sufre ansiedad? Cada vez, se vuelve más necesario hablar de salud mental en niños y adolescentes. Hoy te contaremos sobre la ansiedad infantil, sus posibles repercusiones y develaremos estrategias y recomendaciones para saber qué hacer frente a la ansiedad infantil.
Salud mental en niños y adolescentes: Cifras preocupantes
Según el Instituto Nacional de Salud Mental (National Institute of Mental Health, NIH, 2020), casi un tercio de los adolescentes en Estados Unidos (EE. UU.) presenta algún trastorno de ansiedad. Por otro lado, estudios epidemiológicos indican que los trastornos de ansiedad son los problemas psicológicos más diagnosticados en niños y adolescentes en España, y los de mayor demanda asistencial en las Unidades de Salud Mental (Orgilés et al., 2012).
Asimismo, investigaciones afirman que un alto nivel de ansiedad puede generar en el niño o adolescente un impacto negativo en la autoestima, relaciones interpersonales, rendimiento académico, situación familiar y logros ocupacionales. Adicionalmente, pueden coexistir otros trastornos conductuales o de ánimo que den dar paso a trastornos de ansiedad en la adultez o incluso otras psicopatologías (Tayeh et al., 2016).
Ansiedad infantil
Sabemos que la ansiedad es una respuesta adaptativa frente a una situación percibida como amenazante. Según Beesdo et al. (2009) la ansiedad forma parte de una emoción básica, presente desde la infancia y que se manifiesta en diferentes maneras según la edad. Esto con el objetivo de sobrevivir en el entorno.
La manera en la que los niños expresan su ansiedad es muy distinta con respecto a cómo lo hacen los adultos. Esto es producto de algunas limitaciones que pueden presentar, sobre todo con respecto al reconocimiento y expresión adecuada de sus emociones.
Y es que, muchas veces, se encuentra limitada por una carencia de lenguaje que puede impedir que dichas emociones sean comunicadas oportunamente. Por esta razón, será de suma importancia el estar pendientes de cualquier signo que pudiera denotar la presencia de ansiedad.
Signos que informan de la presencia de ansiedad
Algunos signos pueden manifestarse y evidenciar la presencia de estrés y ansiedad en el niño. Estos pueden incluir irritabilidad o cambios de humor constantes, una negativa a asistir a ciertos lugares y la aparición de conductas agresivas como respuesta de lucha. También es posible que el niño se muestre extremadamente tímido frente a otras personas, incluso sus pares, lo que indica una respuesta de huida. Por último, en algunas ocasiones, la ansiedad puede expresarse a través de malestares físicos frecuentes, como dolores de cabeza o de barriga.
Diagnóstico de la ansiedad infantil
El diagnóstico de ansiedad infantil debe ser realizado por un profesional y este será en función de los síntomas. Adicionalmente, para evitar un sobrediagnóstico de trastornos de ansiedad en niños (puede confundirse con miedos transitorios o etapas normales del desarrollo), el Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales (Diagnostic and Statistical Manual of Mental Disorders, Fifth Edition, en inglés) amplía el tiempo mínimo en el que se deben presentar los síntomas. Teniendo que presentarse estos en un periodo de al menos 6 meses cuando son menores de 18 años de edad.
Asimismo, para poder determinar dicho diagnóstico, hay algunas escalas y herramientas que pueden ser complementadas con el criterio de los padres, niños o el centro educativo. Por otra parte, es importante considerar si los síntomas son o no atribuidos a los efectos fisiológicos de una sustancia o condición médica.
Trastornos de ansiedad infantil más comunes
Entre los más frecuentes encontramos, de manera sintetizada, los siguientes:
- Trastorno de pánico: Episodios de miedo súbito que generan mucho malestar.
- Ansiedad social: Miedo a interactuar con personas del entorno.
- Trastorno obsesivo compulsivo: Patrones de miedo seguidos de comportamientos repetitivos.
- Ansiedad por separación: Temor excesivo del niño de estar alejado de sus seres queridos.
Todos estos trastornos están caracterizados por un nivel de ansiedad exagerado que dificulta el desenvolvimiento normal del niño. Por ello, conviene reconocer herramientas y estrategias que nos permita conocer qué hacer frente a la ansiedad infantil.
Etiología
En el caso de la ansiedad en niños, no se puede identificar un único factor como el origen de un trastorno. Según Tayeh et al. (2016), diversos aspectos pueden influir en su aparición. Uno de ellos es la influencia genética y ambiental: estudios sugieren que existe una fuerte asociación entre la ansiedad de los padres y la de sus hijos, determinada por un componente genético y un entorno poco favorecedor.
Además, los mecanismos fisiológicos de procesamiento de emociones juegan un papel importante. En este sentido, existen regiones cerebrales involucradas en el procesamiento del miedo y el sistema de recompensa, las cuales pueden generar un “condicionamiento” al miedo. Estas áreas, localizadas principalmente en el sistema límbico y paralímbico, influyen en las experiencias emocionales externas e internas. Por último, se han evaluado relaciones entre distintos tipos de ansiedad y procesos fisiológicos como la atención y la motivación, los cuales también intervienen en el procesamiento de la información.
Salud mental en niños y adolescentes: Tratamiento recomendado en ansiedad infantil
Para abordar la ansiedad infantil, es altamente recomendable realizar un tratamiento interdisciplinario y oportuno que incluya varios elementos. La psicoterapia es fundamental, ofreciendo acompañamiento tanto para el niño como para sus padres. En este contexto, la terapia cognitivo-conductual suele ser especialmente útil. Otro componente clave es la psicoeducación, que proporciona a los padres recomendaciones y pautas sobre las implicaciones de la ansiedad y medidas de cuidado adecuadas.
En ciertos casos puede ser necesario un tratamiento farmacológico, siempre bajo la supervisión de un profesional de la salud mental. Inclusive se ha demostrado que las terapias alternativas, como las de juego y artísticas, pueden ser beneficiosas. A veces, el niño encuentra difícil expresar verbalmente su ansiedad, por lo que estas terapias le permiten plasmar sus sentimientos en un medio concreto. Según Papalia et al. (2009), este tipo de enfoques complementarios pueden ser muy valiosos en el manejo de la ansiedad infantil.
¿Qué hacer frente a la ansiedad infantil?
Recomendaciones de prevención para padres de familia
- Es importante entender que los padres son referentes sociales directos para sus hijos. En consecuencia, la manera en la que abordan su propia ansiedad puede afectar a la forma en la que los niños lo harán.
- Es necesario hablar de las sensaciones y emociones que sentimos. Por tanto, animar a que el niño hable sobre sus emociones, lo que le gusta y no le gusta y describir lo que le pasa, ayudará a identificar lo que siente.
- Buscar estrategias que minimicen la sensación de malestar.
- Hacer ejercicio o actividades físicas.
- Crear rutinas y estructuras para que los pequeños tengan tiempo para desconectarse de sus preocupaciones, pero a la vez, mantenerse ocupados.
- Promover el autocuidado, es decir, la implementación de rutinas saludables que contengan medidas de cuidado personal para potenciar el bienestar.
- Reconocer si se trata de ansiedad o no, pues muchas veces los niños pueden sentirse emocionados o nerviosos por un evento próximo y esto puede no ir ligado a un problema de ansiedad.
Recomendaciones para el centro educativo
El primer paso para abordar la ansiedad es identificar la situación que la genera, por lo que los docentes deben estar atentos a posibles signos. Establecer rutinas en casa y en la escuela también es beneficioso, ya que permite coordinar actividades que refuercen hábitos y aporten estabilidad. Además, es fundamental enseñar a los estudiantes a reconocer y expresar sus emociones de forma adecuada. Ante la detección de un caso de ansiedad, es importante recurrir al psicólogo escolar para un apoyo más profundo y recomendaciones para la familia y el alumno.
En muchos casos, el propio entorno escolar puede ser un desencadenante de ansiedad. Debido a esta razón, los docentes deben por un lado evitar desacreditar a los niños frente a sus compañeros, y por otro valorar sus emociones como válidas. En definitiva, los profesores deben actuar como fuentes de apoyo, alentando la expresión emocional positiva y ayudando a los niños a encontrar estrategias para sentirse mejor.
Conclusión
¿Qué hacer frente a la ansiedad infantil? En primer lugar, reconocer que es un problema de salud pública que cada vez aqueja a más niños y que puede tener consecuencias muy negativas en el futuro. Es fundamental poder identificar estas situaciones a tiempo y recurrir a un especialista que asesore e intervenga de manera oportuna.
Referencias bibliográficas
- American Psychiatric Association. (2013). Diagnostic and statistical manual of mental disorders (5th ed.). https://doi.org/10.1176/appi.books.9780890425596
- Beesdo, K., Knappe, S. y Pine, D. S. (2009). Anxiety and anxiety disorders in children and adolescents: developmental issues and implications for DSM-V. Psychiatric Clinics of North America, 32(3), 483-524. Doi: 10.1016/j.psc.2009.06.002
- Orgilés, M., Méndez, X., Espada, J. P., Carballo, J. L. y Piqueras, J. A. (2012). Síntomas de trastornos de ansiedad en niños y adolescentes: Diferencias en función de la edad y el sexo en una muestra comunitaria. Revista de Psiquiatría y Salud Mental, 5(2), 115-120. Doi: 10.1016/j.rpsm.2012.01.005
- Papalia, D., Wendkos, S. y Duskin, R. (2009). Psicología del desarrollo: De la infancia a la adolescencia (Undécima Edición). McGraw Hill.
- Tayeh, P., González, P. y Chaskel, R. (2016). Trastornos de ansiedad en la infancia y la adolescencia. Revista CCAP, 15(1), 7-18. https://scp.com.co/wp-content/uploads/2016/04/1.-Trastornos-ansiedad-1.pdf
Dejo mí aporte.
Frente a la ansiedad infantil, me parece que es de suma importancia proporcionar un ambiente tranquilo y seguro, validar sus emociones, enseñarles estrategias de autocontrol emocional y buscar apoyo profesional si es necesario. Saber cómo actuar cuando un niño experimenta ansiedad implica escucharlo, tranquilizarlo, enseñarle técnicas de relajación y establecer rutinas que le brinden seguridad y previsibilidad.