La palabra neurogénesis se compone de dos palabras que tiene origen griego. La primera, “neuro” hace referencia a los nervios y, generalmente, la usamos en palabras compuestas como neurona. En la segunda, “génesis” significa “nacimiento” u “origen”. Por lo tanto, la neurogénesis se refiere a la creación de nuevas neuronas. El neurocientífico Joseph Altman, en la década de los 60 observó que en zonas concretas del cerebro de ratas adultas se producían nuevas neuronas, descartando que este proceso concluía tras el nacimiento. Sin embargo, su descubrimiento fue ignorado. Y, no fue hasta mediados del siglo XX, cuando los investigadores descubrieron que las neuronas continúan formándose durante toda la vida, rompiendo con este paradigma en la neurociencia. Veamos más sobre este fascinante tema a continuación.

¿Es posible la creación de nuevas neuronas en la edad adulta?

La respuesta es sí, a continuación explicaremos por qué. Por mucho tiempo se creyó que en el cerebro adulto no se podían generar nuevas neuronas.

En otras palabras, que la neurogénesis era exclusiva del proceso embrionario, donde se calcula que en el segundo y tercer trimestre de gestación, el cerebro crea 250,000 neuronas por minuto, aproximadamente.

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No obstante, gracias a las investigaciones, sabemos que en el cerebro adulto es posible generar neuronas nuevas, solo que en un grado mucho menor.

Dicho proceso se produce especialmente en el bulbo olfatorio y el hipocampo. Esta última estructura, por ejemplo, es muy importante para el aprendizaje y la memoria

Zonas cerebrales implicadas en la neurogénesis

Por lo tanto, la neurogénesis ocurre en dos zonas concretas del cerebro. Como se mencionó anteriormente, en los bulbos olfatorios y el giro dentado del hipocampo.

En el caso de la edad adulta, las áreas con mayor actividad de neurogénesis son las zonas subventriculares.

Estas regiones son una especie de lámina germinal que se forman durante el desarrollo embrionario y persisten a lo largo de la vida adulta, reteniendo la capacidad neurogénetica y gliogénica.

De igual manera, también sirven para dar apertura a grandes poblaciones de células proliferantes en la zona subgranular del giro dentado del hipocampo. Veamos más sobre el proceso de creación de nuevas neuronas,

Creación de nuevas neuronas: Tipos de células implicadas

En los bulbos olfatorios podemos encontrar cuatro tipos de células:

  • Neuroblastos proliferativos o células tipo A: Estas células migran largas distancias a través del llamado camino migratorio rostral hasta llegar al bulbo olfatorio. En esta parte, pasan a ser interneuronas granulares y periglomerulares. Principalmente, gabaérgicas o dopaminérgicas, las cuales participan en los procesos de aprendizaje olfativo.
  • Células astrocíticas de proliferación lenta o células tipo B: Aparecen entrelazando a las células tipo A. Las células tipo B son astrocitos que constituyen la mayor parte de las células madre neuronales. Es decir, son las responsables de la neurogénesis en las zonas subventriculares. En consecuencia, son las células precursoras de las neuronas nuevas y son capaces de generar neuroesferas. 
  • Células transitorias amplificadoras o células tipo C con proliferación activa: Forman grupos en distintas cadenas a través de las zonas subventriculares.
  • Células ciliares ependimales o células tipo E: Estas células se ubican hacia el lumen del ventrículo. Se encargan de promover la circulación del líquido cefalorraquídeo.

Por último, las células tipo B se dividen y dan lugar a células tipo C, siendo estas las encargadas de generar neuroblastos (células tipo A). Dichas células llegan a través de la ruta migratoria rostral hacia el bulbo olfatorio. Y, es ahí donde se diferencian como interneuronas gabaérgicas y dopaminérgicas.

¿Cómo favorecer el proceso de neurogénesis?

Existen algunas actividades recomendadas para favorecer el proceso de creación de nuevas neuronas. Algunos ejemplos son:

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  • Ejercicio mental (entrenamiento neurocognitivo y emocional) 
  • Actividad física (actividades aeróbicas)
  • Interacción social
  • Aprendizaje constante
  • Alimentación sana
  • No fumar
  • Evitar el estrés
  • Actividades de ocio que ayuden a salir de la rutina

Sin duda, la actividad física es uno de los procesos más estudiados y que está implicado en la neurogénesis.

El ejercicio físico aumenta de forma significativa la proliferación de células neuronales en el giro dentado del hipocampo. Como resultado, también se han visto mejoras significativas en las actividades propias del hipocampo.

Algunos ejemplos donde se observan tales mejoras engloban la memoria, aprendizaje y orientación espacial. Ahora, también se puede presentar una disminución en los sistemas cognitivos provocados por enfermedades neurodegenerativas, como en el caso de la enfermedad de Alzheimer, párkinson y enfermedad de Huntington, entre otras.

Factores que pueden afectar en el proceso de neurogénesis

Hay factores que afectan negativamente a la regeneración de neuronas nuevas. Entre los cuales se encuentra la ansiedad y el estrés psicológico, enfermedades psiquiátricas, el aislamiento social, la falta de sueño y el abuso de drogas.

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Asimismo, es importante indicar que la regulación de la neurogénesis en el cerebro adulto, implica múltiples factores internos y externos que pueden afectar o beneficiar el proceso de la regeneración neuronal.

Entre los elementos internos se encuentran moléculas, expresión de genes, factores de crecimiento, hormonas y neurotransmisores.

Por otra parte, los factores externos se relacionan con variables ambientales.

Adicionalmente, hay neurotransmisores que están involucrados en la regulación de la neurogénesis, sobre todo el glutamato, la serotonina (5-HT), la noradrenalina y la dopamina (estos tres últimos son monoaminas).

Conclusión

Podemos concluir que la neurogénesis es posible en el cerebro adulto. Se trata de un proceso de formación de nuevas células en el sistema nervioso central (neuronas y glías), y que, de igual manera se deshace de aquellas células que no se necesitan o se vieron afectadas por el estilo de vida de la persona.

Como resultado, la neurogénesis da paso a una mejora significativa de la neuroplasticidad.

En otras palabras, se observa una capacidad en el cerebro para formar nuevas redes o poder modificar las existentes conforme el individuo se relaciona con el entorno. Esto, a su vez, genera una expansión de la capacidad cerebral, propiciando mayores capacidades para la recuperación.

Finalmente, es importante recordar la necesidad de mantener hábitos de vida saludables que permitan que procesos como la neurogénesis se desarrollen a lo largo de nuestra vida. Y de este modo, evitar o minimizar los riesgos de padecer enfermedades neurodegenerativas, entre otros.

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