Elizabeth Loftus, reconocida autora norteamericana, ha dedicado su investigación a una de las facultades más distintivas del ser humano: la memoria. Sin embargo, su enfoque no se limita al estudio de cómo funciona la memoria, sino que se adentra en sus fallos, especialmente en lo que concierne a los llamados “falsos recuerdos”. Este tema está ganando cada vez más atención debido a su relevancia en la vida diaria y su influencia en la formación de creencias y percepciones. Así pues, adentrémonos aún más en el complejo y fascinante mundo de los recuerdos falsos, donde la línea entre lo real y lo imaginario se desdibuja, y donde las consecuencias pueden ser significativas tanto a nivel individual como social. ¿Estás preparado para descubrir cómo los recuerdos falsos pueden influir en nuestras vidas y creencias?

¿Quién es Elizabeth Loftus?

Elizabeth Loftus es una matemática y psicóloga nacida en 1944 y doctorada en la Universidad de Stanford. Destaca por sus diversas aportaciones en el área de la criminología y la psicología social, teniendo como eje central el estudio de los procesos de fijación y consolidación de la memoria. 

Elizabeth Loftus, recuerdos falsos

Según Loftus, la confianza excesiva en nuestros recuerdos no debe considerarse como una garantía absoluta de precisión o veracidad. Pues la memoria humana es inherentemente susceptible a la distorsión y la influencia externa, lo que significa que incluso los recuerdos que se recuerdan con gran confianza pueden estar sujetos a errores o falsificaciones.

Esta advertencia insta a adoptar una postura cautelosa y crítica hacia los propios recuerdos. Así pues, en lugar de depender ciegamente de la memoria, se ha de ser consciente de su susceptibilidad a la manipulación y estar abierto a cuestionar y verificar recuerdos en base a evidencia sólida y objetiva.

Elizabeth Loftus y la memoria

La memoria es una función ejecutiva que se encarga de la adquisición, retención y recuperación de información. Es tan compleja dada la importancia que ha tenido para nuestra adaptación al medio. Por otro lado, la información es tan necesaria para tareas fáciles como patear un balón, hasta tareas más complejas como recordar un mapa. La memoria, entonces, se clasifica según su función:

  • Memoria a corto plazo: Hablamos del almacenamiento inmediato para tareas concretas, constituyendo los primeros pasos de fijación para la retención a largo plazo. La mayoría del material es desechado por su poca relevancia.
  • Memoria de largo plazo: Configura los recuerdos mejor establecidos y fijados por su importancia para el desarrollo cotidiano. Habilidades como ejecutar un movimiento fino o presentar un tema en público, requieren del acceso a información fijada y mantenida en el tiempo.

Cuando la memoria nos falla, según Elizabeth Loftus

La memoria es tan necesaria como peligrosa, en el caso de que se formen procesos en los que esta se puede ver alterada. Elizabeth Loftus hace hincapié en la necesidad de entender que la memoria falla por naturaleza y en diversas maneras como olvidos de fechas, tareas y hasta de personas. ¿El motivo? Las interferencias que aparecen en los procesos de fijación y recuperación.

¿Por qué es tan importante considerar los fallos?

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Parecería que olvidarse un cumpleaños es un fallo irrisorio, pero Elizabeth Loftus quedó impresionada al ver cómo un fallo de memoria podía cambiar de forma dramática la vida de alguien.

Desde la criminología, Loftus fue cautivada por los problemas que generan los recuerdos falsos en los juicios. Así, los problemas de consolidación dadas las interferencias comunes en una situación dramática, han derivado en acusaciones erróneas, cambiando totalmente la vida de los implicados.

Elizabeth Loftus y los recuerdos falsos

La memoria no es un proceso lineal donde un olvido se presenta como una simple falla de procedimiento. Los falsos recuerdos se asientan dado que la memoria es un procesos constructivo e integral. Entonces, un recuerdo falso podría presentarse de la siguiente manera:

  1. La base del recuerdo: Una historia en la que el sujeto haya sido participante u observador. El sujeto, por lo general, recuerda la historia pero no así los detalles más precisos.
  2. Interferencia: Cuando un agente externo detalla nuevamente la historia y agrega un factor o detalle inventado, pero que el sujeto no puede negar ya que no prestó atención o no tiene suficiente información sobre el evento.
  3. Aceptación: Fase clave para el asentamiento de un falso recuerdo. El sujeto incorpora el detalle como verdadero ya que no tiene evidencia para cuestionarlo y lo repite en su versión de los hechos.

Elizabeth Loftus: La ficción de la memoria

La memoria, como capacidad fundamental del ser humano, es susceptible de ser contaminada, distorsionada y modificada. En esto, la desinformación y sugestión emergen como dos de los procesos más prominentes que influyen en dicha modificación. Y es que, la presencia de información errónea o engañosa, así como la influencia de sugerencias externas, pueden moldear los recuerdos de manera significativa.

Podemos ver este tipo de fenómenos a diario, cuando una persona repite lo que ha visto en un medio de comunicación como si fuese una verdad absoluta. No es que esté mintiendo a propósito, es que interiorizó una versión de los hechos como real, cuando tal vez ni siquiera sucedió realmente. En la vida real, así como en los experimentos, las personas pueden llegar a creer cosas que realmente nunca sucedieron.

Una receta para sugestionar la memoria

Loftus tuvo la genial idea de diseñar un experimento que probara su hipótesis sobre los recuerdos falsos. Para ello, realizó las siguientes pruebas:

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  1. Los participantes eran expuestos a vídeos de accidentes automovilísticos y se les solicitaba que los recordaran.
  2. En segundo lugar, se los sugestionaba a través de una pregunta concreta, utilizando palabras y denominaciones diferentes. Por ejemplo, a un grupo se le preguntó a qué velocidad habían chocado los coches, y al otro grupo a qué velocidad se habían estrellado.
  3. Como resultado, el grupo donde se había cambiado chocar por estrellar, reportaron mayores velocidades. A su vez, cuando se les preguntó sobre la presencia de vidrios rotos (inexistentes en los vídeos), este grupo presentó más respuestas afirmativas.

La combinación de sugestión y estrés

El estrés es otros de los componentes que más afectan la consolidación de recuerdos falsos. Para demostrarlo, Elizabeth experimentó con personal militar de la siguiente manera:

  1. Los participantes eran “capturados” por el enemigo y luego interrogados de forma muy dura por parte de 3 individuos.
  2. Después, un miembro específico del interrogatorio aplicaba diversos castigos físicos y verbales.
  3. Finalmente, a la hora de identificar al agresor, las víctimas presentaban errores significativos si se los inducía mediante una pregunta sugestionada.

Como resultado, muchos terminaban identificando a un falso agresor.

Implementar recuerdos falsos

La implementación de un recuerdo falso puede parecer una tarea difícil, pero en realidad, es sorprendentemente fácil debido a la intrincada naturaleza de la memoria humana. En uno de sus experimentos, Loftus informó a adultos que durante su infancia habían enfermado después de consumir ciertos alimentos.

Para su asombro, varios de ellos comenzaron a evitar esos alimentos en público, demostrando así el poder de los falsos recuerdos y cómo pueden influir en nuestros comportamientos y decisiones cotidianas. Observándose cómo la manipulación de la memoria puede tener efectos significativos en nuestras vidas, generando una reflexión sobre la confiabilidad de los propios recuerdos y la importancia de ser críticos con la información que se recibe.

Conclusión

Los experimentos de Elizabeth Loftus están rodeados de controversia ética por las inabarcables consecuencias de implantar recuerdos falsos. Así mismo, la línea de investigación es altamente significativa por el hecho de mostrar la fragilidad de la memoria y cómo esta puede cambiar el curso de las cosas. Nuestro cerebro, en su afán de adaptarse rápidamente a las situaciones, acepta información que no puede contrastar.

Referencias bibliográficas

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