En la encrucijada entre la psicología y el comportamiento humano, el narcisismo patológico emerge como un rasgo de personalidad que, caracterizado por una excesiva admiración propia, falta de empatía y constante búsqueda de validación externa, ha capturado la atención de académicos y curiosos por igual. A medida que nos adentramos en los matices y consecuencias de este complejo espectro, exploraremos los rincones menos comprendidos del narcisismo patológico, un concepto en el que figuras como Otto Kernberg y Heinz Kohut ya contribuyeron significativamente. ¿Cómo impacta en las relaciones interpersonales y la salud mental?

Primero… ¿Qué es el narcisismo?

Según Sigmund Freud, padre del psicoanálisis, el narcisismo implica un amor hacia uno mismo y una identificación con la propia imagen. Es una etapa necesaria en el desarrollo psíquico del humano, donde la persona debe aprender a equilibrar sus deseos y necesidades individuales con las demandas del mundo exterior para lograr una adaptación saludable.

Una perspectiva de Freud: Narcisismo primario

En su fase inicial, conocida como narcisismo primario, los infantes toman su propio cuerpo como objeto de amor. Y es que, esta es una etapa esencial para la exploración y formación de la identidad, permitiéndole a la persona definirse como individuos y canalizar su energía psíquica hacia el mundo que los rodea.

Narcisismo patológico: Una perspectiva de Freud

En cuanto a esto, Freud mencionaba la expresión de su majestad bebé, ya que el niño era depositario de todos deseos y anhelos de los padres. Lo que generaba en este el denominado Yo ideal. Ahora, el infante debe renunciar a la omnipotencia del yo para poder adecuarse al a realidad (Freud, 1914).

Así pues, una correcta salida del narcisismo primario se da cuando el menor comienza a delimitar su yo e investir a objetos del mundo exterior. Es decir, su energía psíquica puede volcarse a la realidad externa. Sin embargo, cuando esto no sucede, podemos hablar de un narcisismo secundario o, si se agrava, patológico.

Narcisismo secundario

Lo anterior se asocia a desviaciones problemáticas de esta fase inicial. Centrándonos en este tipo, se refiere a una reacción defensiva ante amenazas percibidas al ego. Por ello, en situaciones de estrés, la persona puede adoptar comportamientos narcisistas como un mecanismo de defensa para preservar su autoestima y manejar la ansiedad. Así, podría decirse que es más reactivo y vinculado a circunstancias específicas.

¿Cuándo se vuelve un narcisismo patológico?

Antes un ejemplo

Un médico de 50 años buscó ayuda debido a su incapacidad para enfrentar nuevos desafíos profesionales, como dar clases frente a otros médicos. Esta situación le generaba un pánico paralizante, ya que temía ser etiquetado como un genio o un incompetente, sin puntos intermedios. La polaridad extrema en la percepción de sí mismo y dependencia de la aprobación externa son características comunes en personas con narcisismo patológico (Fiorini, 1988).

Aunque este tipo comparte algunas características relacionadas con el anterior, como la sobrevaloración del yo, no son lo mismo. Así, en el narcisismo patológico la identidad es difusa y desorganizada. Las interacciones con los demás pueden resultar amenazantes, ya que cualquier comportamiento, propio o ajeno, puede otorgar o negar una identidad.

Dicha falta de una referencia identificatoria sólida ya se ha convertido en un rasgo de personalidad constante y se manifiesta en la dificultad para configurar imágenes coherentes de uno mismo. Lo que lleva a comentarios como, por ejemplo: No sé quién soy, necesito que me lo digan… Soy diferente dependiendo de con quién esté (Fiorini, 1988).

Dependencia patológica

En el caso del narcisismo patológico, la persona busca encontrar equilibrio a través de conexiones que actúen como un soporte fundamental. En este contexto, la función parental asume un papel crucial con atributos estructurantes especiales.

Y es que, el individuo espera que el otro cumpla un rol de espejo, donde la figura parental tiene la responsabilidad de reflejar y validar su propia imagen. Este concepto resuena con las ideas de Sartre, quien destacó el poder transformador de la mirada del otro en la construcción del yo: Basta que otro me mire para que yo sea lo que soy.

Así, la existencia y la identidad de la persona con narcisismo patológico se entrelazan significativamente con la percepción y respuesta del otro. En resumen, el individuo es y existe a través de la interacción con los demás (Fiorini, 1988).

Espejismos y elecciones: Descifrando el narcisismo

Alguien que aspira a ser de una determinada manera en su vida y con determinados atributos, por ejemplo, exitoso, bello, bondadoso, inteligente, refleja características que ante sus ojos, lo convertirían en alguien digno de estimación. Pero… ¿Qué sucede si dicha persona llega al convencimiento que es lo contrario? Podría sumirse en un estado de depresión.

Esto puede explicarse porque esa persona sin dichos atributos no puede amarse a sí misma, ha dejado de ser su propio ideal, y no llega a tales ideales de perfección. Y es precisamente eso, que alguien se haya tomado a sí mismo como objeto de amor, lo que forma el núcleo de la caracterización del narcisismo (Bleichmar, 1986).

Entre el ser y el ideal

La elección de objeto se define en relación con cómo es el sujeto, cómo fue en el pasado, cómo el sujeto quisiera ser o alguien que fue parte del sujeto. En otras palabras, la elección se realiza a semejanza del yo que está eligiendo (Freud, 1914).

En algunos casos, las elecciones no se basan en las características o atributos del objeto, sino en cómo ese objeto convierte al individuo en un ideal, alcanzando la perfección.

Un ejemplo puede ser la elección de una carrera profesional no por el placer de crecer y desarrollarse en ella, sino porque cumple con un ideal específico de perfección. En este sentido, el objeto se ama no por sus cualidades intrínsecas, sino porque proporciona al amante una satisfacción narcisista (Ruiz Medina, 2014).

Conclusión

En síntesis, el narcisismo representa una fase esencial en el desarrollo del psiquismo. No obstante, cuando no se aborda de manera adecuada, puede evolucionar hacia una condición patológica que obstaculiza la formación de la identidad, generando una constante búsqueda de validación a través de elementos externos e ideales de perfección. Por ende, aquellas personas afectadas por el narcisismo patológico suelen experimentar una polaridad emocional extrema y dependen en gran medida de la retroalimentación que obtienen de la realidad externa para construir una imagen de sí mismos.

Referencias bibliográficas

  • Bleichmar, H. B. (1986). La depresión: un estudio psicoanalítico. Nueva Visión.
  • Fiorini, H. (1988). Perfil clínico y psicodinámica del trastorno narcisista. Estructuras y Abordajes en Psicoterapias Psicoanalíticas. Nueva Visión.
  • Freud, S. (1998). Introducción al Narcisismo. Amorrortu Editores.
  • Sartre, J. P. (1966). El ser y la nada. Losada.
  • Ruiz Medina, M-.S. (2014). Amor narcisista y amor real: ¿Dos caras o dos concepciones del amor?. VI Congreso Internacional de Investigación y Práctica Profesional en Psicología XXI Jornadas de Investigación. Décimo Encuentro de Investigadores en Psicología del MERCOSUR. Facultad de Psicología – Universidad de Buenos Aires, Buenos Aires.