El Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH) no desaparece con la infancia. En una proporción considerable de casos, los síntomas persisten en la adultez, afectando la organización, la gestión del tiempo y la estabilidad emocional. Frente a este panorama, el tratamiento farmacológico ha sido la opción más utilizada, aunque no siempre suficiente ni libre de efectos secundarios. En los últimos años, ha crecido el interés por alternativas complementarias como las intervenciones basadas en mindfulness en el TDAH en adultos. Pero ¿pueden estas prácticas realmente mejorar la concentración y la autorregulación en personas con dicho trastorno? Un reciente metaanálisis aporta evidencia sólida para responder a esta pregunta.
¿Qué se sabía hasta ahora?

Las intervenciones basadas en la atención plena se han consolidado como herramientas clínicas orientadas a entrenar la concentración y la regulación emocional. Su objetivo es cultivar una observación activa del presente, reduciendo la tendencia a la distracción y al juicio automático. En contextos clínicos, este enfoque ha demostrado beneficios en la ansiedad, la depresión y el estrés crónico, al promover un mayor control cognitivo y una menor reactividad emocional.
Para el caso de adultos con TDAH, el mindfulness ofrece una vía interesante. En efecto, ayuda a las personas a reconocer los impulsos sin actuar automáticamente, a recuperar la concentración tras la dispersión y a responder con mayor flexibilidad ante las demandas del entorno. Sin embargo, hasta ahora la evidencia empírica era dispersa.
Algunos estudios reportaban mejoras notables en la concentración y la impulsividad, mientras otros encontraban resultados modestos o inconsistentes. Esa variabilidad llevó a la necesidad de sintetizar los hallazgos y determinar si, en conjunto, las intervenciones basadas en la atención plena podían considerarse eficaces para esta población.
¿Cómo se llevó a cabo la investigación?
El presente metaanálisis revisó de forma sistemática diez estudios controlados que evaluaban los efectos del mindfulness en adultos diagnosticados con TDAH. Los trabajos incluidos provenían de distintos países y aplicaban programas estructurados, con duraciones entre seis y trece semanas.
El análisis contempló seis dominios principales: síntomas autoinformados y observados por terceros, afecto negativo, afecto positivo, habilidades contemplativas y funcionamiento general. En total, participaron más de seiscientos adultos. Para integrar los resultados, los autores calcularon tamaños del efecto estandarizados y evaluaron el riesgo de sesgo mediante las herramientas de la Colaboración Cochrane, garantizando la validez y consistencia de los hallazgos.
Resultados clave
El trabajo arrojó resultados prometedores. En conjunto, las intervenciones basadas en mindfulness produjeron mejoras significativas en los síntomas centrales y en la funcionalidad diaria del TDAH en adultos. No obstante, los efectos sobre el bienestar emocional fueron más limitados. Veamos estos hallazgos con más detalle a continuación.
Síntomas autoinformados y observados

Las personas que participaron en programas de mindfulness reportaron una reducción moderada de sus síntomas de inatención e impulsividad. Este efecto también fue corroborado, aunque con menor intensidad, por las evaluaciones externas realizadas por observadores.
El patrón general indica que las mejoras percibidas por los propios participantes son más marcadas, lo que podría reflejar un aumento de la autoconciencia y una mejor percepción del propio control conductual. En ese sentido, dichos aspectos son característicos del entrenamiento en conciencia plena.
Funcionamiento diario
Más allá de los síntomas, como se adelantó previamente, el estudio mostró un efecto significativo sobre el funcionamiento general. Las personas que practicaron mindfulness exhibieron mayor organización, mejor manejo de la rutina y una capacidad más estable para sostener la atención en tareas prolongadas.
Tales mejoras sugieren que el entrenamiento contribuye a fortalecer la autorregulación ejecutiva, un componente crítico en la vida adulta con TDAH, donde la planificación y la productividad suelen verse comprometidas.
¿Y qué pasa con el bienestar emocional?
En cambio, no se hallaron diferencias significativas en el afecto positivo o negativo ni en el desarrollo de habilidades en la atención plena. Los investigadores señalan que estos aspectos podrían requerir más tiempo de práctica para consolidarse.
Justamente, el cambio en la disposición emocional y la integración de la plena conciencia como rasgo estable suelen demandar un entrenamiento prolongado. Lo dicho explicaría por qué los programas de corta duración no reflejan transformaciones profundas en estas variables.
Los desafíos de la evidencia actual

A pesar de los resultados alentadores, el estudio reconoce varias limitaciones que invitan a interpretar los hallazgos con cautela. En primer lugar, la heterogeneidad entre los ensayos fue alta. Las diferencias en la duración de los programas, el formato (individual o grupal) y las herramientas de evaluación dificultan la comparación directa entre estudios. Además, muchos de los trabajos contaban con muestras pequeñas, lo que reduce la potencia estadística y limita la generalización de los resultados.
Otro aspecto crítico es la falta de seguimiento a largo plazo. La mayoría de las investigaciones midió los efectos inmediatamente después de las intervenciones, sin evaluar su sostenibilidad con el paso del tiempo. Dado que los ejercicios de concentración se basan en la práctica continua, resulta esencial saber si los beneficios se mantienen una vez finalizado el programa.
El mindfulness como complemento terapéutico
Aun con estas limitaciones, los resultados del metaanálisis posicionan al mindfulness como una herramienta valiosa para el abordaje del TDAH en adultos. Su efecto positivo sobre los síntomas y el funcionamiento diario respalda su uso como complemento terapéutico, especialmente para quienes buscan reducir la dependencia exclusiva de la medicación o potenciar sus resultados. Así, la práctica sistemática de atención plena favorece la autorregulación emocional, el control de impulsos y la organización conductual, aspectos que impactan directamente en la calidad de vida.
Desde aquí en adelante, la investigación deberá avanzar hacia diseños más robustos, con muestras amplias y seguimientos prolongados que permitan comprender mejor los mecanismos de cambio y las condiciones que potencian la eficacia de las intervenciones basadas en mindfulness. Si se logra ese paso, el enfoque podría consolidarse no solo como un recurso de bienestar, sino como un pilar terapéutico dentro de la atención psicológica del TDAH en adultos.
Referencia bibliográfica
- Kim, H.-H. y Jung, N. H. (2025). Mindfulness-based interventions for adults with ADHD: A systematic review and meta-analysis. Medicine, 104(37), e44308. https://doi.org/10.1097/MD.0000000000044308

























